Purim
La fiesta del Purim es una festividad judía que es celebrada anualmente el 14 del mes judío de Adar. Esta fecha no tiene equivalencia fija en el calendario gregoriano, aunque siempre es un día de febrero o de marzo. En la fiesta del Purim se conmemora la matanza de más de 75.000 persas, evento considerado como milagro, y que es relatado en el Libro de Esther.
A pesar de que Purim es considerado uno de los días más alegres del calendario hebreo, los judíos tienen la obligación de ayunar y orar en la víspera. En Purim se lee la Meguilá. Esta lectura se realiza a gran velocidad, y los que escuchan deben hacer ruido con matracas u otros elementos, en el momento de pronunciarse el nombre de Amán o Hamán (primer ministro de Persia), seguido de la frase yimaj shemó, que es una maldición para que dicho nombre sea borrado.
Tras el ayuno, se hace un gran banquete en el que se acostumbra a beber vino y recitar cánticos, entre ellos suele recitarse la plegaria conocida como Shoshanat Ya'akov, que ha sido grabada por muchos cantantes judíos de Israel y la Diáspora. Para Purim se preparan dulces especiales, llamados "Orejas de Hamán". Los varones están autorizados para tomar vino hasta el nivel de "confundir los nombres de Hamán y Mordejai", o sea, emborracharse completamente.
Sumario
El origen de una celebración de odio
El origen de la Fiesta del Purim está descrito en la Biblia desde el Libro de Esther, texto del Tanaj o Antiguo Testamento que la Iglesia Católica ha canonizado y sacramentado por situar su historicidad en el judaísmo. En él puede leerse cómo una judía llamada Esther, ocultando sus orígenes judíos, consigue hacer con sus favores que el Rey Asuero de Persia (identificado tradicionalmente como Jerjes I), dé muerte al Primer Ministro Amán, a sus diez hijos y a más de 75.000 persas, muchos de ellos mientras dormían, colocando en su lugar a Mardoqueo, pariente de Esther.
En la época de su pleno apogeo, el Imperio Persa se extendía desde las fronteras de la India hasta África. En su capital, la Ciudad de Susa, tenía su trono imperial el Rey Asuero, quien ebrio de poder y de fortuna, buscaba, lujurioso, jóvenes muchachas para su Harén Palatino. Fué entonces cuando un proxeneta judío llamado Mardoqueo, pensó que había llegado la tan esperada oportunidad de ganar influencia sobre el poderoso monarca por medio de una de sus bellas "pupilas": Esther.
De la mano de Mardoqueo, Esther se presentó en el Palacio Imperial como candidata al Harén. Los esclavos eunucos la bañaron con fragancias y perfumes, cubrieron su cuerpo escultural con bellas vestiduras y la adornaron con joyas preciosas. Así, la llevaron a presencia del Rey, quien sucumbió ante la posesiva sensualidad de la joven prostituta judía.
Poco tiempo después, comienza a desarrollarse dentro de los muros del Palacio Imperial, la intriga conspirativa judaica: dos Consejeros del Rey, siempre leales servidores del Imperio, fueron injustamente ejecutados porque Mardoqueo, a través de Esther — pronto convertida en la todopoderosa Preferida del Harén — había hecho llegar al Rey la falsa noticia de que dichos consejeros estaban proyectando un atentado regicida.
Asuero se dejaba engañar por Mardoqueo. El Rey, embrutecido de lujuria por Esther, no se daba cuenta de la conjura subversiva judía que actuaba en el interior del Palacio imperial contra la unidad y la integridad del imperio.
Contrariamente al Rey, el Primer Ministro del Imperio, Amán, ejemplo de lealtad y patriotismo, conocía la perversidad intrínseca de los judíos y sabía, también, hasta que punto crecía en el pueblo persa la cólera contra los explotadores judíos enquistados en las altas esferas de la Corte Real. Amán se hizo portavoz de la voluntad popular y con toda sinceridad expuso al Rey las preocupaciones por su nación:
Ante el temor de que sus siniestros planes fueran descubiertos y abortados, el judío Mardoqueo, utilizando una vez más a la meretriz Esther, preparó inmediatamente una respuesta a las leales advertencias del patriota Amman, con el fin de acelerar el proceso de dominación sobre aquel rey pusilámine, entregado a vicios y perversiones. En medio de una bacanal etílica y sexual, completamente borracho, le concedió a Esther todo lo que la malvada ramera judía le pidió.
Ahíto de vino y perturbado por las interesadas caricias de la impúdica mujerzuela, Asuero ordenó ahorcar a su fiel Amman y a sus jóvenes hijos, cometiendo así un espantoso crimen de Estado. Y acto seguido, en medio de una alucinadora fornicación con Esther, Asuero firmó un Edicto Real en el que otorgaba plenos poderes ejecutivos al judío Mardoqueo.
La primera medida adoptada por el encumbrado tirano, fue la creación de una horda de sicarios judíos que en las 127 provincias del imperio desataron una orgía sangrienta contra la indefensa población civil nacional. Fue un verdadero genocidio, un auténtico Holocausto. Más de 75.000 Persas (entre ellos mujeres, niños y ancianos) fueron salvajemente degollados, en aquella jornada de los días 13 y 14 "del mes de Adar", por los terroristas judíos de Mardoqueo. Así mismo, las propiedades de los masacrados, fueron confiscadas en nombre de Sion. Y en recuerdo de aquella jornada de terror, barbarie y saqueo, los rabinos judíos decretaron una fecha de festín y regocijo, la Fiesta del Purim, que desde entonces celebran.
Tan alegre puso al judaísmo esta carnicería, que se instuyó la tradición de celebrar la masacre por la eternidad de los tiempos "con banquetes y convites", con el nombre de 'Fiesta del Purim', o 'Fiesta de las Suertes', en la que los judíos tradicionalmente comen pan ácimo (matzá) que simboliza partes del cuerpo de Amán y de sus diez hijos. Con el tiempo, los judíos han asociado al Purim con otra de sus ancestrales fiestas llamada Pésaj, que también incluía muertes y derramamiento de sangre, al punto de que probablemente se practican en forma simultánea, haciedo ya que el Pésaj sea parte del rito del Purim. El Pésaj es otra fiesta que conmemora una masacre en masa de no judíos a manos de judíos, esta vez ocurrida en Egipto, aunque la superponen "oficialmente" al escape desde Egipto por Moisés. De hecho, todas las efemérides de este pueblo son celebraciones de asesinatos colectivos contra gentiles. Pero en Pésaj se ha afirmado que se incluía invariablemente el sacrificio de un niño, de preferencia con aspecto nórdico, rubio y de ojos claros.
Julius Streicher
Streicher escribió 1943, en plena Segunda Guerra Mundial el siguiente artículo, en su periódico llamado Der Stürmer:
El golpe mortal
“ | Quien vive la vida de un criminal quiere evitar ser visto como tal. Su oscuro comportamiento le fuerza a ponerse la mascara del hombre común, la mascara del inofensivo. Los judíos viven la vida de los criminales. Desde el principio, les ha sido revelado por su dios El Schaddei Yavé que su tarea es apropiarse del trabajo de otros y convertirse ellos mismos en amos. Desde el momento en que los judíos decidieron esclavizar a otras naciones cometiendo crímenes contra la humanidad, sabían que se encontraban en un gran peligro. Si sus crímenes llegaban a ser conocidos, corrían el riesgo de aniquilación por la amenazada humanidad. Así que fue necesario para los judíos ocultar sus planes para la dominación mundial, para mantener a los no-judíos en el abismo de la inconsciencia antes de que se diesen cuenta de lo que pasaba.
El curso de la historia mundial deja claro que los judíos han tenido éxito en ocultar el gran peligro del judaísmo mundial para los no-judíos. Los judíos son maestros en el arte de desviar sospechas. Incluso han tenido éxito en compeler a los no-judíos a creer que los judíos han recibido una misión divina para salvar a la humanidad. Los judíos deben su tolerancia a la conquista espiritual de las gentes arias que se convirtieron al cristianismo, que les posibilitó paso a paso a desarrollar sus planes de esclavitud. El mandamiento cristiano de amor fraternal que demanda de su adherentes incluso amar a sus enemigos, siempre ha resultado en una tolerancia suicida. ¡Pero no siempre! La historia mundial da testimonio de que la voz de la sangre rompe la presa que retiene la voluntad para la autoafirmación racial y nacional. Durante mil años alzamientos populares han librado a la gente de sus torturadores. Pero estos alzamientos populares les faltaba un unificado liderazgo. Al final, los judíos quedaban siempre triunfantes. El Siglo XX tiene la tarea de salvar a la gente europea de tomar el último paso al abismo. Bajo el liderazgo del nacionalsocialismo, el despertado pueblo alemán está liderando Europa en una guerra total. Esta es un guerra total que dará el golpe mortal al torturador del mundo, el Panjudaísmo. Del "Purim", podemos decir que es relativamente bien conocido por la historia, correspondiendo a un acto tipo carnaval que se realiza cada año en todo el mundo por los judíos, en especial por los más ortodoxos, desde hace ya unos 2.500 años ininterrumpidamente. El dios de los judíos, Jehová, es un dios que originalmente necesita proveerse "vampíricamente" de sangre animal... Pero al menos una vez al año requiere de un servicio extra: sangre humana, es decir, de no judío. En los tiempos antiguos esta provisión de sangre era asegurada por los judíos de todo el mundo en la oscuridad de sus secretos escondrijos y sinagogas, y más de una vez han sido descubiertos, en diferentes partes del planeta. Recordemos que los judíos primitivos adoraban al demonio Móloc, dios de esclavos en la antigüedad, que exigía sacrificios animales y humanos entre los que figuraban los primeros hijos de cada matrimonio judío. La arqueología ha demostrado esto. Aunque la Biblia recomienda no adorar a Móloc pero sí a Jehová, éste último le pide a Abraham una "prueba de fe" sacrificando para él a su primogénito tal como a los corderos. Puede que a fin de cuentas, Móloc y Jehová sean lo mismo. En definitiva, es esta ceremonia anual de sacrificios humanos la llamada "Fiesta de Purim".[2] |
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"El Código de Esther"
Existe una enseñanza muy popular en los círculos judíos ortodoxos de que el texto en hebreo del Meguilá Esther sobre la ejecución de los diez hijos de Hamán contiene una profecía referida al año de los infames Juicios de Núremberg y a los diez oficiales nacionalsocialistas ahorcados, sugiriendo que ambos eventos representan un juicio divino contra quienes buscan la aniquilación de los judíos.
Después de haber asesinado a los diez hijos de Hamán, Esther pidió al rey que "mañana" fueran colgados en la horca (Esther 9:13).
La petición de Esther, según afirman los entusiastas de la profecía, "resulta extraña" ya que los hijos de Hamán ya estaban muertos y "no tenía sentido" colgarlos. El texto menciona que los diez hijos de Hamán fueron asesinados por la espada junto con otros quinientos hombres (Esther 9:5), ¿por qué entonces ella solicita que sean colgados en la horca si ya estaban muertos? ¿Y por qué esperar hasta mañana y no hacerlo el mismo día?
La superstición judía explica que a veces "mañana" se refiere al día siguiente y otras veces al "futuro", a un tiempo lejano. También explica que los hechos recopilados en la Biblia tienen relevancia para el futuro, ya que todo evento que fue registrado en ella se repetiría a las futuras generaciones.
En el manuscrito del Meguilá el fragmento que menciona a los diez hijos de Hamán (Ester 9:7-9) es el único que está escrito en dos columnas en todo el libro; en la columna derecha aparece el nombre de cada uno de los hijos de Hamán que es ejecutado y en la columna izquierda aparece la palabra (ve'et, «y a»). Asimismo, tres letras en ese texto son más pequeñas que el resto, las cuales son:
- La letra ת (tav, «t») del nombre del primer hijo, Parshandata (פרשנדתא).
- La letra ש (shin, «sh») del nombre del séptimo hijo, Parmashta (פרמשתא).
- Y la letra ז (zayin, «z») del nombre del décimo hijo, Vaizata (ואיזתא).
Los valores numéricos de estas tres letras pequeñas son, respectivamente, 400, 300 y 7, que sumados dan 707.
El texto tiene otra aparente anomalía: hay una letra que es más grande que el resto, que es la letra ו (vav, «v») nuevamente del nombre del décimo hijo (Vaizata, ואיזתא). El Zohar explica que esta letra, cuyo valor numérico es seis, representa el sexto milenio.
En este sentido, los judíos interpretan que en el año 707 del sexto milenio, es decir, el año 5707 del calendario hebreo, equivalente a 1946 en el calendario gregoriano, "iban a ser ejecutados diez descendientes de Amalek". Ese mismo año, diez oficiales nacionalsocialistas fueron condenados a la horca en los tribunales de Nuremberg. El veredicto se dio a conocer el 1 de octubre de 1946, tres días antes del Yom Kipur de ese año, el día más sagrado del año en el calendario hebreo.
Cuando a uno de los acusados, Julius Streicher, lo llevaban a la horca, gritó: “¡Purim Fest 1946!". Los judíos afirman que esto es una prueba más de la "profecía", pero Streicher, un conocedor de la religión judía, antes de morir se dió cuenta de que los judíos estaban ritualizando las ejecuciones en base a las historias del Tanaj.
Refutación
El erudito judío Emmanuel Bloch investigó a fondo esta supuesta profecía y concluyó que en manuscritos anteriores no existe diferencia alguna en el tamaño de las letras, y que su cantidad y tamaño comenzó a variar con el tiempo al escribirse las copias.
La misteriosa profecía de Ester fue revivida en 2012 como una versión judía del Código Da Vinci, el bestseller mundial del novelista Dan Brown, a través del libro francés Le Code d’Esther, presentado como "periodismo de investigación", reprodujo el argumento anterior y creó un pequeño acontecimiento en el mundo editorial francés, con más de 26.000 copias vendidas en las primeras semanas después de la publicación.
En América, en 2014, apareció El Código Esther, un thriller en el que un agente del FBI descifra la misteriosa profecía de la reina Ester con la ayuda de un brillante rabino y finalmente arresta a un asesino serial. La editorial prometió una inquietante investigación, basado en un fenómeno real, y del que ningún escéptico, ni siquiera el más endurecido, podría dejar indiferente.
En busca del texto original
- Afirmación: En la lista de nombres de los hijos de Amán (Ester 9:7-9), tres letras se han escrito desde tiempos inmemoriales en una escritura más pequeña: shin, tav y zayín.
- Realidad: las fuentes antiguas no mencionan estas tres letras más pequeñas. Durante aproximadamente 1400 años, la Meguilat Esther fue escrita sin diferencia entre el tamaño de las letras shin, tav y zayin y el resto del texto.
Existen dos vías principales que demuestran que las tres letras en el Libro de Esther no se diferenciaban del resto en la antigüedad;
- Las fuentes rabínicas que enseñan cómo escribir el texto de la Meguilá.
- Los manuscritos antiguos, que contienen testimonios de la práctica de generaciones anteriores.
Dos fuentes principales describen cómo los rabinos prescriben que se escriba la Meguilá.
En primer lugar se encuentra el Talmud que dice:
Así, los rabinos enseñan explícitamente la forma correcta de escribir y leer el capítulo noveno de Ester: la letra vav debe ser alargada, y algunos sustantivos deben pronunciarse de una sola vez. Pero no se menciona nada sobre "letras pequeñas". No se mencionan porque para el Talmud, estas letras no son diferentes de las demás, es decir, shin, tav y zayin y deben escribirse en tamaño normal.
En segundo lugar está el Tratado Soferim, uno de los tratados menores del Talmud, fue escrito en el siglo VIII con el propósito de enseñar cómo escribir, exacta y precisamente, los distintos libros de la Torá. Se analiza en detalle el libro de Esther y las particularidades ya comentadas dentro del Talmud están debidamente anotadas. Pero tampoco se mencionan las letras diminutas en el capítulo 9. En resumen: todos los textos rabínicos autorizados eran totalmente mudos respecto a cualquier tradición de escribir las letras de Megilat Esther en tamaño pequeño.
El manuscrito completo más antiguo del Tanaj data del año 1008 y se considera particularmente fiable; pertenece a la Biblioteca Nacional de Rusia en San Petersburgo (EBP. I B 19a), de donde deriva el nombre por el que es más conocido: el Códice Leningrado. Éste coincide con lo que dicen los textos rabínicos: no contiene letras minúsculas en la lista de nombres de los hijos de Amán.
Según lo documentado por Mordechai Breuer, los textos de otros dos manuscritos antiguos, Ms. 5702 y Or. 2375, conservados respectivamente en la Universidad de Cambridge y el Museo Británico, se consideran muy fiables y son idénticos al Códice de Leningrado. Manuscritos posteriores también. Gracias al esfuerzo de la Biblioteca Nacional de Israel de digitalizar sus colecciones de manuscritos, los lectores ahora pueden inspeccionar este manuscrito del siglo XIII al XIV y que se encuentra en la Biblioteca Palatina de Parma en Italia; o el que data de 1494, de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Francia; o también, el manuscrito de los siglos XIV al XV Ms. 652,11 conservado en la Universidad de Cambridge. Todos estos manuscritos siguen la tradición talmúdica y no contienen letras minúsculas en el Libro de Ester.
La canonización de la confusión
- Afirmación: El texto del Libro de Ester se ha transmitido de manera idéntica, de generación en generación, desde su escritura original hasta nuestros días.
- Realidad: Las minúsculas del Código de Ester son el resultado de errores eventualmente canonizados durante el proceso de transmisión.
El primer caso rabínico que Bloch pudo identificar donde se mencionan letras pequeñas se encuentra en el Midrash de Rabí Akiva ben Yosef en letras grandes y pequeñas. Este antiguo texto trata de la forma particular de ciertas letras bíblicas y puede consultarse en dos compilaciones recientes de textos perdidos finalmente redescubiertos en el medieval genizot:
Este es el primer texto judío que indica que ciertas letras de la Meguilá deben escribirse en letra más pequeña: el zayin de Vayzata, así como el resh, shin y tav de Parshandata. La lista de letras minúsculas, no obstante, no corresponde a la del "Código de Ester". Es más, no se halló ningún texto rabínico posterior que citara palabra por palabra estas enseñanzas.
Otra pista importante la ofrece la Masora, es decir, el sistema de notas ideado por los escribas que trabajaron entre los siglos VI y X para preservar la integridad textual de la Torá. Así, las notas masoréticas al final del Códice de Leningrado (סופית מסורה) señalan una pequeña shin para Parshandata, una pequeña tav para Parmashta y ninguna letra minúscula para Vayzata. Esto no sólo no corresponde al "Código de Esther", sino que aún más sorprendente es que la Masorah del Códice de Leningrado no refleja el texto real del Códice mismo. ¿Cómo se puede explicar esta discrepancia entre las notas manuscritas y masoréticas? Menacḥem Cohen, en su introducción a la edición Keter del Mikraot Gedolot, señala que el fenómeno es mucho más amplio que "El Código de Ester": las letras pequeñas y grandes anotadas por la Masorah nunca se reflejan en los textos de los manuscritos más antiguos. Él concluye que las primeras listas de letras inusuales, que aparecieron inicialmente hacia el final del período masorético, durante un período prolongado se consideraron sin autoridad. Los conflictos entre diferentes listas abundaban, ningún escriba los tenía en cuenta en su trabajo, y sólo siglos después se documentan los primeros manuscritos con letras de tamaños inusuales. En el caso de Esther, el primer caso registrado data del año 1312.
A continuación nos centramos en las comunidades judías de los siglos XI al XIV. Una revisión no exhaustiva de los testigos halájicos arrojó no menos de siete versiones diferentes de las letras pequeñas y grandes de los versos en cuestión. Las siete versiones son mutuamente excluyentes, y sólo una de ellas (la séptima y más reciente) corresponde a las letras según "El Código de Ester".
- Mahzor Vitry: Zayin pequeña y vav grande para Vayzata.
- Raavia (Versión 1): Alef grande para Parshandata y alef pequeña para Parmashta.
- Raavia (Versión 2): Alef grande para Parmashta y alef pequeña para Parshandata
- Sefer ha-Rokeaḥ: Shin y tav pequeñas para Parmashta, zayin pequeña y vav grande para Vayzata.
- Hagahot Maimonot: Shin y tav pequeños, alef grande para Parshandata; vav grande y zayin pequeña para Vayzata.
- Sefer ha-Manhig: Tav pequeña para Parshandata, shin pequeña para Parmashta, vav y yod grandes y zayin pequeño para Vayzata.
- Orḥot Ḥayyim (versión utilizada en "El Código de Ester"): Tav pequeña para Parshandata, shin pequeña para Parmashta, zayin pequeña y vav grande para Vayzata.
No se encontraron irregularidades comparables en los escritos de los sabios españoles de la misma época. Entonces, ¿por qué esta profusión particular en los escritos alemanes seguida de los escritos provenzales? Aquí sólo podemos especular. Prestigiosos investigadores, entre ellos Haym Soloveitchik y Avraham Grossman, han señalado desde hace tiempo que las primeras comunidades del norte de Europa eran herederas de costumbres particulares, probablemente derivadas de antiguas tradiciones babilónicas. Por lo tanto, podemos suponer que estas comunidades fueron destinatarias de instrucciones sobre cómo escribir el texto de la Meguilá; es más, es probable que conocieran el Midrash de Rabí Akiva ben Yosef y de las notas masoréticas examinadas anteriormente. La transmisión, sin embargo, era claramente imperfecta y las versiones competidoras se multiplicaron rápidamente entre los sabios alemanes (versiones 1-5). Unas décadas más tarde, los sabios provenzales, en contacto con sus colegas de los valles del Rin, heredaron la tradición y aumentaron la confusión general “inventando” nuevas posibilidades (versiones 6 y 7).
En todas las versiones, un punto de consenso se mantuvo constante: sólo los nombres de tres hijos de Amán (Parshandata, Parmashta y Vayzata) se escriben de manera diferente. Es en los detalles precisos donde se esconden diversas tradiciones.
En opinión de Bloch, la razón de por qué la última versión, Orḥot Ḥayyim, finalmente prevaleció sobre todos sus competidores, es casi con certeza la invención de la imprenta. Tras la invención de la imprenta por Gutenberg a mediados del siglo XV, las primeras Biblias hebreas aparecieron con bastante rapidez. En Venecia, en la prensa de Daniel Bomberg, la primera edición de Mikraot Gedolot apareció en 1516-1517. Pero fue la segunda edición de Mikraot Gedolot, impresa en la misma imprenta en los años 1524-1526, la que tuvo una influencia colosal en la difusión del texto bíblico.
El editor, Jacob ben Ḥayyim ibn Adonijah (1470-1538), dedicó inmensos esfuerzos por aclarar el texto bíblico, a partir de los manuscritos que obraba en su poder, para ponerlo a disposición de sus lectores. La importancia del trabajo realizado fue ampliamente reconocida por el mundo académico de la época, con el resultado de que esta segunda edición del Mikraot Gedolot sirvió como modelo para muchas ediciones del Tanaj, incluso hasta nuestros días. ¿Y cuál fue la solución adoptada por Jacob ben Ḥayyim? él tuvo que elegir una solución. Por alguna razón, era la última versión de Orḥot Ḥayyim (versión 7) que sirvió de base para el texto de Mikraot Gedolot: una pequeña tav para Parshandata, una pequeña shin para Parmashta, una pequeña zayin y una gran vav para Vayzata. Jacob ben Ḥayyim era perfectamente consciente de que existían varias tradiciones para estos versos; señaló su existencia en los márgenes izquierdo y derecho del texto principal con la ayuda de un aparato crítico. Pero, ¿qué pasó cuando las ediciones posteriores de la Biblia hebrea, basadas en el texto compilado por Jacob ben Ḥayim, omitieron el aparato crítico (que, ciertamente, sólo podía ser descifrado por filólogos eruditos)? Nada menos que la canonización de una única versión, el texto de Orḥot Ḥayyim, ahora libre de todos sus rivales. Y así, se cierra el círculo: el texto de Meguilat Esther se convierte en una historia de detectives, el famoso "Código de Esther".
Los textos de los últimos 500 años no reflejan en absoluto la versión impresa, en adelante triunfante, del Libro de Ester; en otras palabras, el trabajo de Jacob ben Ḥayyim impactó sólo a los escribas, no a los rabinos. Todas las obras jurídicas continúan perpetuando fielmente la tradición talmúdica: una vav grande, sin letras minúsculas. Existe, pues, una discrepancia entre el texto halájico y el texto impreso. En segundo lugar, siguen circulando otras versiones del texto, aunque ahora sean minoritarias. En tercer lugar, el efecto armonizador que tuvo la impresión del texto bíblico es un fenómeno general que afectó a todos los libros del Tanaj, incluido (y más especialmente) el Pentateuco.
El lector promedio que abre su Biblia impresa para leer Meguilat Esther naturalmente supone tener el texto “auténtico”. No tiene conciencia de que este texto tiene una historia larga y tumultuosa y no se da cuenta de que las letras pequeñas y grandes son el resultado de un largo proceso histórico.
La exhibición pública de cadáveres en la Torá
- Afirmación: la petición de Ester de colgar a los hijos de Amán (9:13) no tiene sentido, puesto que ya habían sido muertos a espada (9:6-10).
- Realidad: Hay muchos casos en la Torá en los que los cadáveres de enemigos se exhiben públicamente.
Existen muchas situaciones en la Torá en las que un enemigo es asesinado y su cuerpo expuesto públicamente, por ejemplo cuando Josué ganó una batalla decisiva contra cinco ejércitos cananeos, mató a sus reyes y luego los colgó de los árboles hasta la noche; en otra escaramuza, hizo lo mismo con la ciudad de Hai y su rey. Mientras tanto, el rey David a veces cortaba las manos y los pies de sus enemigos ya muertos antes de colgar públicamente sus cuerpos.
La Torá afirma que los demás pueblos de la época hicieron lo mismo. Así, cuando los filisteos encontraron al rey Saúl ya muerto, le cortaron la cabeza y ataron su cuerpo en el muro de la ciudad de Bet Seán. Otra comunidad, los gabaonitas, no era mucho más comprensiva con sus enemigos. Más allá de la Torá, la práctica también está atestiguada en otros antiguos códigos de ley. La exhibición pública de cadáveres puede parecer extraña a nuestros ojos modernos, pero su objetivo de disuasión es evidente en el contexto sociocultural de la época.
Además, cuando Esther hace su petición, menciona también que eso es "conforme a la ley", lo que implica que no tenía nada de extraño:
Una orden específica de la Torá regula la exhibición pública de cadáveres de condenados a muerte: sólo está permitida hasta la noche, después de la cual los cadáveres deben ser enterrados.
Por lo tanto, es posible que la petición de Esther no pudiese realizarse ese mismo día y tuviera que postergarla hasta el día siguiente para no incumplir esa ley.
Fiesta judía de la violencia
- Afirmación: Julius Streicher, justo antes de morir, exclamó: “¡Purimfest 1946!”. Esta frase habría sido incomprensible en el contexto del momento.
- Realidad: la festividad judía de Purim fue citada regularmente en la propaganda nazi como un ejemplo de la violencia ejercida por los judíos contra las naciones que les dan la bienvenida.
En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, la propaganda nazi presentaba regularmente Purim como expresión por excelencia de la influencia, la codicia y la opresión violenta de los judíos. Julius Streicher, fundador y redactor jefe del periódico Der Stürmer, conocía perfectamente la fiesta de Purim.
En marzo de 1934, el número 11 de Der Stürmer incluía un extenso reportaje que lleva el siguiente título: "La noche del asesinato: se revela el secreto de la festividad judía de Purim" (“die Mordnacht: Das Geheimnis des jüdischen Purimfestes ist enthüllt”).
Purim, tal como demostró Streicher, era una fiesta dedicada al odio y asesinato de no judíos. Reforzado por textos talmúdicos y rabínicos, Streicher demostró a sus lectores que los judíos celebran anualmente, mediante la embriaguez de Purim, el asesinato en masa de 75.000 persas inocentes, y que este impulso asesino es una constante histórica en las relaciones entre los judíos y los pueblos que generosamente les dan la bienvenida a sus tierras.
El 10 de noviembre de 1938, el día después de los acontecimientos de la Kristallnacht, Streicher pronunció un discurso ante más de 100.000 personas reunidas para escucharlo en Núremberg; dijo que los judíos habían asesinado a 75.000 persas en una noche, y que los alemanes correrían el mismo destino si los judíos llevan a cabo su plan de instituir un nuevo “Purim” en Alemania. En 1940, la película de propaganda nazi antijudía más conocida, Der Ewige Jude (“El judío eterno”), retomó nuevamente el mismo tema a partir del minuto 45:00. El propio Adolf Hitler, en un discurso del 30 de enero de 1944, declaró que "Si los alemanes fueran derrotados por las fuerzas aliadas, los judíos celebrarían un segundo Purim".
No cabe duda sobre este punto: Streicher conocía perfectamente la festividad judía de Purim y que a los judíos les gusta ritualizar eventos significativos en base a sus textos y luego poder asociarlos a supuestas profecías. Sus comentarios en el cadalso son fácilmente comprensibles: al ejercer violencia contra los funcionarios alemanes, los judíos celebraron un nuevo Purim en 1946.
Conociendo la escrupulosa obsesión rabínica sobre sus textos sagrados, no es difícil imaginar que intentaran equiparar y hacer coincidir en algo los relatos de sus enemigos bíblicos con sus enemigos contemporáneos, ejemplos de ello son las enseñanzas sobre Edom y Amalek, en las que identifican a tales conceptos con la civilización occidental.
Por lo tanto, Purim sirve de modelo al judaísmo de cómo actuar y canalizar el odio contra el resto de la humanidad, en el presente y en el futuro. Después de culpar a Alemania de tener la intención de exterminarlos, decidieron recrear el mito del Purim en los Juicios de Núremberg, asesinando a cuantos alemanes pudieron.
Sesgos cognitivos
- Afirmación: Hay coincidencias sorprendentes entre Megillat Esther y los Juicios de Núremberg.
- Realidad: el cerebro humano tiene propensión a ver conexiones incluso donde no existen.
El cerebro humano, resultado de una lenta evolución a lo largo de millones de años en los que la supervivencia era el principal objetivo y la velocidad de decisión era esencial, es una mala herramienta para comprender la verdad objetiva. Hemos evolucionado para sacar conclusiones precipitadas sin molestarse en comprobar si el razonamiento es sólido o no.
Pero, al menos parcialmente, es posible superar estas deficiencias. Una conciencia de las distorsiones del pensamiento inducidas por nuestros sesgos cognitivos es un factor importante en el desarrollo del razonamiento crítico. Por ejemplo, damos más crédito a información que confirma nuestras creencias preestablecidas (sesgo de confirmación), o establecemos pseudovínculos entre proposiciones vagas y nuestra vida real (efecto Barnum) o entre eventos diferentes pero distintos. Estos sesgos cognitivos influyen plenamente en la percepción de las “coincidencias” del "Código de Esther": los puntos de comparación parecen instintivamente mucho más convincentes que los puntos de divergencia.
¿Los diez hijos de Amán corresponden a los diez funcionarios nazis ahorcados en 1946? No, realmente no. En realidad, el número de acusados en el proceso de Nuremberg fue de veinticuatro, más del doble de los diez hijos de Amán. No todos fueron condenados a muerte: siete fueron condenados a prisión, tres fueron absueltos, uno se suicidó un año antes de recibir sentencia (Robert Ley) y uno fue declarado "no apto para ser sometido a juicio". El número de condenas a muerte fue de doce: diez fueron ejecutados, uno se suicidó antes de la ejecución (Goering) y uno fue juzgado en ausencia (Bormann). De no haberse suicidado Goering, habrían sido once los colgados. Ninguno de estos detalles del juicio de Núremberg tiene paralelo en el relato de Purim. Mientras tanto, Hitler se había suicidado en su búnker más de un año antes, a diferencia de Amán, que fue colgado (Ester 7:10) lo que, por otro lado, hace que el número total de colgados en el relato bíblico sean once y no diez.
Tampoco coincide el modo de ejecución de los juicios de Nuremberg con la historia de Purim. Los hijos de Amán murieron a espada (Ester 9:5) antes de ser expuestos públicamente en la horca; los nazis, por el contrario, fueron asesinados en la horca y luego inmediatamente enterrados.
Por otra parte, el día de Hoshaná Rabá es ciertamente un día de juicio, pero sólo para aquellos que no son ni completamente buenos ni completamente malos. Los perfectamente justos (tẓadikim), así como los completamente malvados (reshaim), son juzgados en Rosh Hashaná. ¿En qué categoría colocarían los judíos a los que para ellos serían los "peores criminales de todos los tiempos"?
La muerte en la horca no era inusual. De hecho, este punto concreto fue controvertido en 1946, cuando los nazis pidieron ser fusilados, dado su estatus militar. El tribunal finalmente optó por administrar la muerte en la horca, después de haber decidido que se consideraba que los supuestos crímenes de los nazis iban más allá de los crímenes categóricamente militares. Se les acusó de crímenes contra la humanidad que no podían considerarse meramente militares. De hecho, la muerte en la horca era la forma más común de pena de muerte durante ese período.
Finalmente, asociar la ejecución de los nazis con la historia del libro de Esther plantea una diferencia crucial y una contradicción que refuerza la idea de que no hay un paralelismo entre la ejecución de los diez hijos de Hamán y la ejecución de los diez oficiales nazis en los Juicios de Núremberg: el plan de Hamán fue frustrado sin que hubieran logrado asesinar a un solo judío, sin embargo, según la historia oficial, los nazis fueron ejecutados cuando ya se habían asesinado a seis millones de judíos. Si Dios intervino para salvar a los judíos en el imperio persa, ¿por qué no intervino de igual forma para evitar el supuesto Holocausto?
Referencias
- ↑ Israel celebra la exitosa operación del 9/11 en la Festividad del Purim
- ↑ Julius Streicher, The Death Blow. 1943.
- ↑ Bavli Megillah 16b; ver también el pasaje paralelo en el Yerushalmi Megillah 3.7.