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Gerhard Mertins
Juventud
Mertins adhirió al nacionalsocialismo durante su adolescencia. Se unió luego a las Waffen SS, siendo designado a la 2ª División SS Das Reich, donde conoció a Otto Skorzeny, para quien trabajaría como asistente.
Entre 1940 y 1943 combatió en Francia, Países Bajos, los Balcanes y la URSS, siendo herido cinco veces. Por su actuación heroica fue condecorado con la Deutsches Kreuz im Gold.
Especializado en paracaidismo militar, Skorzeny lo convocó para coordinar la Operación Greif, mediante la cual los alemanes liberaron a Benito Mussolini de su cautiverio en septiembre de 1943.
Unos meses más tarde, en agosto de 1944, combatió a los Aliados en Normandía, donde la unidad de paracaidistas que comandaba quedó atrapada en la Bolsa de Falaise. Aunque la mayoría de sus hombres fueron capturados, él logró escapar.
Hacia el final de la guerra fue condecorado con la Ritterkreuz des Eisernen Kreuzes.
Trabajo empresarial
Mertins trabajó en la sede de Wolfsburgo de la empresa Volkswagen, siendo asistente del área de gerencia encargada de la exportación del Escarabajo. Luego de un par de años renunció y se instaló en Bremen, donde creó una empresa de exportación de suministros industriales y una compañía de taxis cuya flota de autos la adquirió mediante un acuerdo con la empresa Daimler-Benz.
Por esa época Mertins encabezó a la agrupación Grünen Teufel, la cual reunía a paracaidistas militares veteranos y tenía el padrinazgo de Otto Ernst Remer. También fue financista de la sección de su región del Partido Socialista del Reich.
En 1951 el General Wilhelm Fahrmbacher lo convocó para que se uniese a su equipo de militares alemanes que debían asesorar al Ejército de Egipto. Allí fue instructor de paracaidistas y organizador de las fuerzas aerotransportadas. En 1955 pasó a Siria, donde cumplió similares tareas a las que había cumplido en Egipto. Además Mertins aprovechó sus contactos con el mundo de la industria automotriz alemana y sus vínculos con altos funcionarios árabes para convertirse en un embajador del intercambio comercial entre Alemania y el Oriente Medio.
Lógicamente, su posición en esos países del mundo árabe lo convirtieron en un hombre de interés para los servicios de inteligencia de Alemania y los Estados Unidos, para los cuales colaboró regularmente.
En 1963 creó en la localidad suiza de Vevey a la empresa MEREX, la cual al año siguiente mudó a la ciudad alemana de Bonn, ya que había llegado a un acuerdo secreto con el gobierno de República Federal Alemana: Mertins se encargaría de liquidar todo el material bélico que los alemanes acumulaban desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, a cambio, realizaría espionaje en los países a los que fuese a comercializar su producto. El negocio funcionó sin inconvenientes durante varios años. MEREX tenía su propio barco para transportar el material bélico y usualmente generaba triangulaciones ilegales con otros países para introducir las armas en el territorio de modo clandestino (ese tipo de maniobra la aplicaba especialmente cuando debía abastecer a países en guerra).
En 1975 la prensa izquierdista lo denunció, motivo por el cual intervino el sistema judicial alemán y le imputaron el cargo de traficar armas a países en conflicto. Sin embargo Mertins se defendió sosteniendo que su actividad se hacía con la autorización del gobierno, lo que afectó más al gobierno que a él (de hecho Mertins quedó sobreseído y luego contrademandó al Estado para recibir una indemnización).
MEREX operó en Asia, África e Hispanoamérica, equipando a las fuerzas militares que estaban en lucha contra el comunismo. Mertins hizo negocios en México, Perú, Venezuela, Bolivia, Paraguay y Chile. En ese último país quedó impresionado con la Colonia Dignidad, por lo que luego crearía en Alemania al Freundeskreis Colonia Dignidad.
Últimos años
Mertins liquidó a una endeudada MEREX a principios de la década de 1990, vendiendo los restos de la empresa a inversores árabes.
Murió plácidamente en su mansión en los Estados Unidos en marzo de 1993.
