Guillotina
La guillotina es un aparato del siglo XVIII diseñado para aplicar la pena capital por decapitación de manera eficiente.
Sumario
Orígenes
La guillotina está asociada popularmente con Francia y la Revolución de 1789, dado que su nombre procede del Doctor Guillotin, un diputado de la Asamblea Nacional Constituyente que propuso su uso a principios de la revolución. Aparatos similares habían estado en uso desde el siglo XVI en países europeos como Escocia (la Maiden) o Italia (la mannaia).
Funcionamiento
El dispositivo consiste en un marco de madera alto y vertical provisto de una pesada hoja de acero con un filo oblicuo, suspendida en la parte superior. La persona condenada era a veces inmovilizada en un cepo en la parte inferior de la estructura, manteniendo la posición del cuello directamente debajo del filo. La hoja de acero era luego soltada, decapitando rápida y enérgicamente a la víctima en un solo golpe limpio. La cabeza caía en un cesto u otro receptáculo abajo.
Fue el uso de un filo oblicuo lo que diferenció la guillotina de otros modelos. Gracias a su diseño, todo el peso de la cuchilla se concentra en un punto de corte mucho mas reducido y que se va desplazando a medida que el cuello es cercenado.
Fines humanitarios
El diseño de la guillotina tenía el propósito de hacer las ejecuciones más seguras, rápidas y menos dolorosas; de acuerdo con las nuevas ideas del humanismo en la Ilustración. Antes de la guillotina, en Francia se decapitaban personas utilizando hachas, sables o machetes, así como una variedad de métodos de ejecución alternativos, muchos de los cuales se acompañaban de torturas públicas para servir de escarmiento y generar temor en el público.
Uso y difusión
Durante el período de la Revolución francesa, se estima que aproximadamente 17.000 personas fueron ejecutadas oficialmente con la guillotina. En 1793, el rey Luis XVI de Francia fue uno de ellos y su muerte puso fin a más de mil años de monarquía francesa continua.
La guillotina se usó en tiempos recientes en países europeos como Reino Unido, Bélgica, Suecia, Grecia, Italia, Suiza, Alemania; y hasta la misma Francia hasta bien entrado el siglo XX. Tras su adopción, el aparato siguió siendo el método estándar de ejecución judicial hasta que se abolió la pena de muerte en 1981, bajo la presidencia de François Mitterrand.
La última persona en ser ejecutada por medio de la guillotina fue Hamida Djandoubi, el 10 de septiembre de 1977, en la prisión de Baumettes en Marsella. El tunecino fue condenado a la pena de muerte por torturar y asesinar a Elisabeth Bousquet, su novia francesa[1].