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Hela
La giganta Hela o Hel es la encargada del mundo de los muertos en la mitología nórdica. Hija de Loki y de la giganta hechicera proveniente del Jötunheim, Angrboda, Hela reina sobre el Niflheim y Helheim, donde vive bajo una de las raíces de Yggdrasil.
La mitad superior de su cuerpo es realmente hermosa, pero la mitad inferior de este es igual al de un cadáver en putrefacción y de él despide un olor nauseabundo. Se cree que Hela se representa así por como es vista la muerte por los hombres.
Etimología
El nombre nórdico antiguo Hel es idéntico al nombre del lugar que ella gobierna, Helheim. Proviene del sustantivo femenino protogermánico *haljō- 'lugar oculto, el inframundo' (compárese con el gótico halja, el inglés antiguo hel o hell, el frisón antiguo helle, el sajón antiguo hellia, el alto alemán antiguo hella), en sí mismo un derivado de *helan- 'cubrir', 'ocultar' (compárese con OE helan, OF hela, OS helan, OHG helan). Deriva, en última instancia, de la raíz verbal protoindoeuropea *ḱel- 'ocultar', 'cubrir', 'proteger' (compárese con el latín cēlō, el irlandés antiguo ceilid, el griego kalúptō). El antiguo sustantivo masculino irlandés cel 'disolución', 'extinción', 'muerte' también está relacionado.
Otros términos y conceptos germánicos tempranos relacionados incluyen los compuestos *halja-rūnō(n) y *halja-wītjan. El sustantivo femenino *halja-rūnō(n) se forma con *haljō- 'infierno' adjunto a *rūno, 'misterio', 'secreto' > 'runa'. Tiene cognados descendientes en el inglés antiguo helle-rúne 'mujer poseída', 'hechicera, 'adivina', el antiguo alto alemán helli-rūna 'magia', y quizás en la forma gótica latinizada haliurunnae, aunque su segundo elemento puede derivar en cambio de rinnan, 'correr', 'ir', lo que lleva al gótico *haljurunna como 'el que viaja al inframundo'. El sustantivo neutro *halja-wītjan está compuesto de la misma raíz *haljō- adjunta a *wītjan (compárese con el gótico un-witi, 'tontería', 'comprensión', OE witt, 'mente sensata', 'ingenio', OHG wizzi, 'comprensión'), con cognados descendientes en nórdico antiguo hel-víti 'infierno', inglés antiguo helle-wíte, 'infierno-tormento', 'infierno', sajón antiguo helli-wīti, 'infierno' o alto alemán medio helle-wīzi, 'infierno'.
Hel también está relacionada etimológicamente, aunque lejanamente en este caso, con la palabra nórdica antigua Valhöll, 'Valhalla', literalmente 'sala de los muertos', y con la palabra inglesa hall, ambas derivadas también del protoindoeuropeo *ḱel-via, la raíz protogermánica *hallō-, 'lugar cubierto, salón'.
Residencia
Su morada se llama Helheim o Hel y el camino que lleva hasta ella es Helway, que es tan largo que Hermod lo tuvo que recorrer en nueve días y nueve noches, siempre hacia el norte y descendiendo constantemente. El Helheim está rodeado de una muralla en la que se abren una o varias puertas y en su imperio corren ríos sombríos. Una de esas corrientes de agua se llama Slid. Ésta nace en el este, fluye hacia el oeste a través de valles infectados de veneno y está llena de barro y espadas. Un perro, Garm, vigila la entrada de una de sus cavernas, Gnipapellir.
El Acceso de Hel (Helway) es horrible, pues encadena al hombre moribundo con sólidas ligaduras que no pueden ser rotas, mientras la angustia roe su corazón y las sirvientes de Hela vienen cada noche a invitarlo. Ante los ojos del hombre moribundo se despliega una oscura y horrible región de brumas; ve que el sol, el puro astro del día, se desvanece y desaparece, y oye que los goznes de la Puerta de Hel (Helgate) crujen, y ésta se abre para recibirlo. La compañía de Hela es grande, pero tiene una morada lo bastante grande para todos; su imperio se extiende a lo lejos, sus palacios son prodigiosamente altos y tienen grandes puertas. Naturalmente su morada está hecha de sombras, pero tiene la apariencia de la realidad.
Moradores
Se decía que los que morían en el campo de batalla iban a Odín, al Valhalla, mientras que los que morían de enfermedad o de vejez iban a Hela, al Helheim. Pero también parece que acuden otros, buenos o malos; pues sabemos que Baldr acudió a Hel cuando fue asesinado por Höðr. Sigfrido, el que mató a Fafner, también al ser después asesinado por Gunther, fue a Hel; y Brunilda igualmente fue allí en su bello carro luego de ser quemada en su pira funeraria . Eso no es todo, ya que aquellos virtuosos en vida que morían naturalmente iban también al cielo, pero no al Valhalla, sino al Vingólf, mientras que aquellos que vivían en la blasfemia y la bajeza aunque murieran bajo armas iban a una de las regiones del Niflheim.
Ella no puede recibir a aquellos ahogados en el mar ya que pertenecen a la diosa Ran, por lo tanto solo obtiene los muertos en tierra firme. Las mujeres nobles tampoco iban a Hela, ya que eran acogidas por Freyja luego de su muerte, mientras que las doncellas moraban con Gefjun.
Otras leyendas
Antes de que Baldr muriera, Odín bajó hasta el Helheim para preguntar a Hela cómo moriría éste. El primero en acudir fue el perro de Hela, que con todo el pecho ensangrentado ladró a Odín durante mucho tiempo, hasta que éste se disfrazó y se encontró con la señora del infierno, quien le dijo que Baldr moriría a manos de Höðr. Cuando la muerte de Baldr se vio consumada, Hermod, el más rápido de todos los dioses, montó a Sleipnir, el caballo de Odín y fue camino al Helheim. Cuando llegó vio a su hermano ocupando el asiento más distinguido del palacio. Hermod, explicando a Hela la pena de los dioses y de todas las cosas vivientes por la muerte de Baldr, le pidió que lo dejara volver a Asgard. Ésta pidió que todas las cosas del mundo, animadas e inanimadas, lloraran la muerte de Baldr para ver si era tan mundialmente amado; solo así le devolvería la vida. Entonces, todo en el mundo lloró por su dios muerto; todos menos una giganta llamada Thok. Esta giganta, que era Loki disfrazado, se negó a llorar ya que decía que Baldr nunca le había dado ninguna alegría. De este modo Baldr quedará en el Helheim hasta el Ragnarök.