Jesús Guisa y Azevedo

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Lucas Antioco Jesús Guisa y Azevedo (Salvatierra, México, 15 de octubre de 1899 - Ciudad de México, México, 30 de septiembre de 1986) fue un intelectual mexicano, adscripto a la corriente del nacionalismo católico.

Juventud

Tras cursar la primaria en la Escuela de Nuestra Señora de la Luz, asistió al Seminario Diocesano de Morelia. En 1917 se trasladó a Europa y se instaló en Bélgica, con la intención de estudiar filosofía en la Universidad Católica de Lovaina.

Durante su adolescencia en México creció admirando la obra de Carlos Pereyra, mientras que en el Viejo Continente descubrió los escritos de Charles Maurras y se entusiasmó con ellos. Estudió con paciencia al pensamiento de Aristóteles y Tomás de Aquino, formándose como neoescolástico bajo la inspiración de Desiré Mercier.

Tras titularse en 1923, se mudó a España donde permaneció un par de años. Allí publicó una monografía sobre la influencia del tomismo en la obra de Jaime Balmes.

Regreso y destierro

Guisa y Azevedo retornó a México en 1925 y empezó a trabajar en el periódico Excélsior. Cuando estalló la Guerra Cristera se puso del lado de los católicos y comenzó a fustigar al gobierno de Plutarco Elías Calles. En 1927 el presidente decidió que no toleraría más críticas y expulsó del país a Guisa y Azevedo junto a otros periodistas que habían levantado la voz a favor de las víctimas de la persecusión religiosa.

Consiguientemente se trasladó a EEUU, en donde ejerció varios oficios hasta que consiguió un puesto como docente en la Universidad de Santa María, situada en la ciudad de Leavenworth, Kansas.

Carrera académica frustrada

En 1931 pudo volver a México. Frecuentó los cenáculos intelectuales de la época, hasta que en 1934 ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México, incorporado como profesor por Antonio Caso para que imparta cursos sobre tomismo.

Sin embargo cuando se generó la discusión sobre si el proyecto de educación socialista impulsado por el presidente Lázaro Cárdenas debía o no penetrar en la universidad, Guisa y Azevedo renunció a su cátedra para dejar en claro que no se puede ser académico y promotor ideológico al mismo tiempo.

Consagración como intelectual

Fuera de la universidad, Guisa y Azevedo se embarcó en el desarrollo de varios proyectos que le darían reconocimiento: la creación del Instituto de Filosofía, de la editorial Polis, de la revista Lectura, Libros e Ideas y de la cafetería Taberna Literaria. Por esas vías difundió sus obras, y también las de otros autores mexicanos como Alfonso Junco, Antonio Rius Facius, Gerardo Murillo, Ladislao López Negrete, Artemio de Valle-Arizpe, Toribio Esquivel Obregón, Rafael Bernal y Blanca Lydia Trejo (en 1944 la editorial Polis publicó el libro Cuando fuí comunista de Bernardo Clavaral, lo cual ocasionó un gran malestar en la izquierda mexicana). También colaboró asiduamente con los periódicos Novedades y El Universal, y con la revista San Andrés.

Su libro Doctrina política de la reacción es un alegato anticomunista y antiliberal, en el que se vindica la figura de Francisco Franco como príncipe cristiano. Cuando los exiliados de la Guerra Civil comenzaron a instalarse en México, el intelectual dijo que su país estaba funcionando como la "colonia penal" de España.

Guisa y Azevedo participó de la fundación del Partido Acción Nacional, pero nunca se llevó bien con sus conductores. Por ese motivo se vinculó con el movimiento sinarquista. En 1947 lo postularon del Partido Fuerza Popular para la legislatura del estado de Guanajato, pero no recibió los votos suficiente como para poder ingresar. Posteriormente retornaría al PAN hasta que rompería con la organización a mediados de la década de 1960, despidiéndose con la publicación de su texto Acción Nacional es un equívoco histórico.

Lectura, Libros e Ideas dejó de publicarse en 1974. La editorial Polis también mermó su actividad hacia esas fechas.

En 1956 fue aceptado como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, pero terminaría por abandonarla en 1980, luego de que sus colegas rechazaran la postulación al ingreso que él había hecho del escritor Juan José Arreola.

El intelectual falleció en 1986, dejándole como herencia a México una obra rica en valiosas reflexiones sobre la filosofía, la ciencia, la historia, la política y la literatura.

Bibliografía

  • El tomismo de Balmes en su tratado de la certeza. Vich: Ayuntamiento, 1924.
  • Lovaina, de donde vengo. México: Talleres de Excélsior, 1934.
  • Chesterton (junto a J. García Pimentel y A. Brambila). México: Polis, 1937.
  • Doctrina política de la reacción. México: Polis, 1941.
  • Hispanidad y germanismo. México: Polis, 1946.
  • Los católicos y la política. El caso de Capistrán Garza. México: Polis, 1952.
  • El cardenal Mercier o la conciencia occidental. México: Polis, 1952.
  • La civitas mexicana y nosotros los católicos. México: Polis, 1953.
  • El ciudadano Luis María Martínez. México: Polis, 1956.
  • Estado y ciudadanía. México: Polis, 1957.
  • La palabra humana (junto a A. M. Garibay). México: UNAM, 1958.
  • El hombre de hoy a la luz de la "Pacem in terris". México: Polis, 1964.
  • Dante también es mexicano. México: Polis, 1965.
  • Me lo dijo Vasconcelos. México: Polis, 1965.
  • Acción Nacional es un equívoco. México: Polis, 1966.
  • Humanismo y medicina socializada. México: Polis, 1967.
  • Elogio del vino. México: A. Velasquez Chavez, 1971.
  • La Revolución y su Luis Cabrera. México: Polis, 1975.
  • Muerte y resurrección de México. México: Polis, 1978.
  • Don Quijote y Sancho, dibujados en las humanidades de cada quien. México: Loera-Chavez Hermanos, 1984.

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