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Francisco Franco
Nombre: | Francisco Franco |
Nacimiento: | 4 de diciembre de 1892 Ferrol, La Coruña, España. |
Fallecimiento: | 20 de noviembre de 1975 (82 años,) Madrid, España. |
Padres: | Nicolás Franco y Salgado-Araújo y María del Pilar Bahamonde y Pardo de Andrade. |
Cónyuge: | Carmen Polo |
Religión: | Catolicismo |
Profesión: | Militar |
Sucesor: | Juan Carlos de Borbón. |
“ | No se sublevó contra la República, sino contra la chusma que se había apoderado de la república. | ” |
—Manuel Azaña sobre Francisco Franco |
Francisco Franco Bahamonde (nombre completo: Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco y Bahamonde Salgado Pardo de Andrade), el "Generalísimo" o el "Caudillo", nació en Ferrol, España el 4 de diciembre de 1892 y murió en Madrid el 20 de noviembre de 1975. Fue un militar y estadista español que gobernó su país desde y durante la Guerra civil española (en las áreas nacionales) hasta su fallecimiento, el 20 de noviembre de 1975.
Sumario
- 1 Biografía
- 2 Carrera militar
- 3 La Legión
- 4 General de la República
- 5 La Guerra Civil
- 6 La organización del Estado
- 7 La defensa de la paz
- 8 Los objetivos interiores
- 9 Medidas, leyes y conquistas sociales de Franco
- 10 Literatura y cine
- 11 Bibliografía
- 12 Referencias
- 13 Artículos relacionados
- 14 Enlaces externos
Biografía
Pertenecía a una antigua familia gallega. Su abuelo, Francisco Franco Vietti, había sido intendente general de la Marina. Su padre, Nicolás Franco Salgado, era contador de Navío. Su madre, Pilar Bahamonde y Pardo de Andrade, ejerció sobre él una hondísima influencia. Francisco hubiera querido ser marino. Las circunstancias lo llevaron hacia el Ejército.
Carrera militar
Después de estudiar en la Academia Militar de Toledo, ingresó en el Arma de Infantería y pidió destino a Marruecos. Allí se distinguió al frente de una compañía de Regulares y, en 1915, pasaba a ser el capitán más joven del Ejército español. A consecuencia de una herida grave recibida en el combate de Biutz (28 de junio 1916), ascendió a comandante y fue destinado a Oviedo, donde estaba durante la huelga general de 1917. Conoció entonces al comandante José Millán-Astray que, cuando fundó la Legión, le llamó para mandar la primera Bandera.
Algunos de sus galardones fueron:
- Cruz Laureada de San Fernando.
- Gran Cruz de San Hermenegildo.
- Cruz de María Cristina.
La Legión
Apenas llegado a Ceuta en octubre de 1920, Franco dio muestras de sus dotes de organizador y de jefe durante la etapa de instauración e instrucción de la Legión. Pero fue en el transcurso de las operaciones que siguieron al desastre de Annual, en julio de 1921, cuando Franco empezó a acreditar sus dotes militares.
Después de un corto periodo de estancia en Oviedo (marzo-junio de 1923), Franco, ascendió a teniente coronel, asumió el mando de la Legión, cuyo jefe, Valenzuela, había muerto en combate. Con este motivo hubo de aplazar hasta el mes de octubre su proyectado matrimonio con Carmen Polo y Martínez – Valdés. Durante el otoño de 1924, se destacó mandando las tropas que cubrieron en retaguardia la difícil evacuación de Xauen en el curso de la retirada dispuesta por el General Primo de Rivera, en contra de los deseos del Ejército de Marruecos.
Ascendido a coronel (7 de febrero 1925), en septiembre de aquel mismo año ostentó el mando de la vanguardia del ejército que desembarcó en Alhucemas antes de ocupar la capital de Ab-el-Krim. Ascendido a general a raíz de este éxito, pasó a mandar la primera brigada de Madrid (1926). Al año siguiente fue designado para organizar la Academia General Militar de Zaragoza, de la que fue el primer director.
Desempeñaba tal función al caer la monarquía después de las elecciones municipales del 14 de abril 1931. Hasta entonces el general Franco no había tenido actividad política alguna. Había servido fielmente a Alfonso XIII, quien apreciaba los brillantes servicios del más joven de sus generales. Al proclamarse la República, el general Franco hizo un llamamiento al espíritu de disciplina de los cadetes, pero desmintió el rumor según el cual iría a Marruecos como alto comisario, explicando que no aceptaría un cargo que suscitara dudas en cuanto a su lealtad hacia el rey. A partir de aquel momento, los republicanos le tuvieron por sospechoso. Al suprimirse la Academia de Zaragoza, quedó disponible (agosto 1931).
General de la República
Sin embargo, en febrero de 1932 se le destinó al mando de la brigada de La Coruña y, al año siguiente, asumió el mando militar de las Islas Baleares. La modificación de la mayoría que daba el poder a los radicales y a las derechas, hizo que en Madrid estuviera mejor considerado. El gobierno de Alejandro Lerroux siguió sus consejos para reprimir la insurrección de Cataluña y de Asturias en octubre de 1934.
Fue nombrado Jefe del Estado Mayor Central en el 14 mayo 1935, se dedicó a reorganizar y a reingresar a oficiales que como Emilio Mola, habían sido excluidos por sus opiniones, a pesar de su valía militar. La victoria del Frente Popular y de sus aliados separatistas de Vascongadas y Cataluña, el 5 de febrero 1936, interrumpió esa tarea. Franco, que temía que la revolución empezara inmediatamente después de aquella victoria, se brindó al presidente del Consejo de Ministros, Portela Valladares, y al presidente de la República, Alcalá Zamora, para sostenerlos, emprendiendo una acción preventiva contra la Cámara. No aceptaron el ofrecimiento. Manuel Azaña volvió al poder y envió al general Franco a mandar las lejanas guarniciones de las Islas Canarias. Antes de partir, Francisco Franco acordó con otros generales (José Enrique Varela, Emilio Mola, Luis Orgaz Yoldi, Joaquín Fanjul, etc.), que el Ejército se alzaría en el caso de que el nuevo Gobierno republicano abriera las puertas a la subversión, al judaísmo, al comunismo, a la masonería y al separatismo.
La Guerra Civil
(Artículo principal: Guerra Civil Española)
Las elecciones de 1936 pusieron de manifiesto el fracaso de la República moderada en España. El duelo entre las fuerzas revolucionarias y las conservadoras, todavía poderosas, creaba un verdadero clima de guerra civil latente. A partir de entonces los jefes militares hostiles al Frente Popular prepararon el golpe de Estado que había de poner al frente del gobierno al general Sanjurjo, el vencedor de la guerra de Marruecos, exiliado en Portugal.
El asesinato del dirigente de la derecha parlamentaria, José Calvo Sotelo, fue la chispa que prendió fuego a la pólvora. El 17 de julio se alzaba el ejército de Marruecos. El 18, el ejército de la metrópoli seguía el ejemplo. El 19, Franco llegaba a Tetuán en un avión civil inglés y tomaba el mando del ejército de África. La situación era delicada. El alzamiento militar había triunfado en las provincias conservadoras donde la mayoría de la población lo apoyaba (Castilla la Vieja, Navarra); había dominado la situación en Galicia, en Zaragoza, en Sevilla, en Granada y en Córdoba, pero había fracasado en las grandes ciudades, donde el Gobierno armó al proletariado, y en las provincias de tendencias separatistas. Todavía más grave era el hecho de que los marineros se habían amotinado contra sus oficiales y, después de matarlos o quitarles el mando, impusieron la fidelidad de la Marina al régimen republicano. El ejército de Marruecos, por tanto, no podía pasar a la Península. Finalmente, el general Sanjurjo había muerto en un accidente de aviación al salir de Portugal. La creación de una Junta Militar en el norte de España paliaba provisionalmente este acontecimiento imprevisto.
Franco consiguió trasladar sus tropas al sur de España, utilizando algunos aviones; luego envió audazmente un convoy marítimo, a pesar de la superioridad numéricamente aplastante de la flota roja. Entonces, mientras el ejército de Mola cerraba la frontera francesa del Noroeste e iniciaba la conquista de Guipúzcoa, el ejército de África pasaba a la ofensiva, pacificaba a Andalucía y a Extremadura, establecía contacto con el ejército del Norte y liberaba Toledo, donde el general José Moscardó, encerrado en el Alcázar con 1.105 hombres, había resistido los asaltos del enemigo desde el 19 de julio al 28 de septiembre.
El sitio del Alcázar suscitó un interés considerable, tanto en España como en el extranjero. Su victorioso desenlace incrementó el prestigio de Franco, que se imponía como el jefe militar más capacitado del campo nacional. Por ello la Junta Militar le designó generalísimo, confiándole posteriormente la dirección del Estado español (1 de octubre 1936). Franco iba a llevar de frente la guerra y el gobierno de la zona nacional.
Franco deseaba imponer rápidamente la paz en Madrid. Intentó tomar la ciudad con su pequeño ejército reforzado con unidades procedentes del Norte. Los revolucionarios dominaban en Madrid. La llegada de las primeras unidades de las Brigadas internacionales los reforzó. Los nacionales quedaron detenidos delante de la ciudad, después de los sangrientos combates de la Ciudad Universitaria, pero cortaron la mayor parte de las comunicaciones de la capital (noviembre 1936-marzo 1937). En adelante, la guerra iba a ser una lucha de desgaste. Ya desde el principio de las operaciones, aviones y municiones habían sido enviados por el Gobierno del Frente Popular francés a los gubernamentales; por Hitler y Mussolini, al bando nacional. A finales de agosto, Stalin decidió apoyar a la República española. Envió a España armas, técnicos y consejeros políticos rusos y voluntarios comunistas de todos los países. El Eje replicó intensificando su ayuda.
Después del fracaso italiano de Guadalajara, Franco modificó sus planes y emprendió la pacificación de las provincias del Norte sometidas al Frente Popular (Vascongadas, Santander y Asturias), pero aisladas del territorio regido por el Gobierno republicano, refugiado en Valencia. Después de la muerte de Mola dirigió la conquista de Bilbao (19 junio de 1937), luego la de Santander (26 de agosto) y la de Asturias (octubre), a pesar de las vanas ofensivas rojas de diversión de Brunete (15-25 de julio) y Belchite (agosto-septiembre). La balanza se inclinaba decididamente del lado nacional.
Franco preparaba una nueva ofensiva contra Madrid cuando el mando adverso lanzó un ataque contra Teruel. La contraofensiva nacional, estorbada por un frío en extremo crudo, no logró salvar la ciudad. Después de su reconquista (21 febo 1938), Franco desencadenó una ofensiva que rompió el frente enemigo, llevó a la conquista de Lérida y al Mediterráneo, en Vinaroz (15 de abril) y a Castellón de la Plana (14 de junio), separando a Cataluña de Valencia y Madrid. Valencia estaba amenazada cuando los rojos contraatacaron y volvieron a pasar el Ebro (24-25 de julio). Franco concibió entonces el plan de sostener en esa bolsa una batalla de desgaste en la que el ejército enemigo se agotaría. Acertó en sus previsiones. La ofensiva enemiga quedó detenida. En noviembre, los nacionales atacaron, a su vez, y empujaron más allá del río los restos de un ejército desangrado. Antes de que éste pudiera reorganizarse, Franco emprendió el 23 de diciembre la operación decisiva: la conquista de Cataluña. El 26 de enero de 1939 se ocupó Barcelona. La República roja se vino abajo. Después de los combates callejeros de Madrid, entre los partidarios de la rendición y los comunistas que todavía querían resistir, los nacionales no tropezaron ya con oposición notable. Entraron en la capital (28 de marzo) y en Valencia (30). El 1 de abril 1939 la guerra había terminado.
La organización del Estado
Alcanzada la victoria, era preciso levantar al país de sus ruinas que eran inmensas y, para evitar las convulsiones que lo agitaban desde hacía más de un siglo, rehacer un Estado en el que los españoles pudieran convivir pacíficamente.
En Burgos, el 1 de octubre de 1936, Franco sólo se había encontrado con los escombros de los regímenes anteriores. La República, que con un anticlericalismo anacrónico se había enfrentado a los católicos, se había mostrado incapaz de imponer un orden elemental. Pero antes de ella, la monarquía liberal, envejecida y agrietada, se había derrumbado por sí sola. El carlismo preconizaba la monarquía tradicional; el falangismo, un Estado autoritario nacional-sindicalista. En el extranjero, Adolf Hitler, Benito Mussolini y Joseph Stalin, dominaban la política europea. La fórmula autoritaria se imponía.
Franco dirigía una coalición de españoles de matices diferentes, y a veces divergentes, a los que unían el catolicismo, el patriotismo, la hostilidad al comunismo y a una forma de democracia que pudiera abrirle paso. Se esforzó en mantener la unión descartando los motivos de división, así como la restauración de la monarquía, que aplazó.
Acertó al aliar la flexibilidad diplomática con la firmeza y el arte de dejar que los problemas se fueran madurando.
Para realizar aquella unión, Franco quiso fundir las diferentes corrientes de la España nacional en un Movimiento único que habría de constituir el marco político de la nación. "Jefe sin partido" tomó la Falange, "movimiento sin jefe" desde la muerte de José Antonio Primo de Rivera, y la unió a los carlistas y a los demás grupos monárquicos. Organizó después su Gobierno (19 abril 1937). Desde su proclamación gobernaba con la ayuda de una Secretaría General del Estado, que dirigía su hermano mayor Nicolás, y de una Junta Técnica del Estado, puramente administrativa. En enero de 1938 estableció su primer ministerio, luego el Consejo Nacional y la Junta Política, que se reunieron rara vez.
Restablecida la paz, Franco completó los engranajes de un Estado que, condenando el régimen de división de partidos, había de asentarse en la familia, el municipio y los sindicatos. Puso en marcha la organización sindical, concebida según una fórmula unitaria (6 diciembre 1940) y posteriormente las Cortes (1942).
El sistema dejaba la primacía al poder ejecutivo, por consiguiente, al general Franco. Ello le permitió hacer frente a las situaciones dificilísimas en que lo colocó la Guerra mundial.
La defensa de la paz
El conflicto mundial estallaba cuando España andaba necesitada de paz y de créditos para su reconstrucción. Franco, a pesar de su inequívoco agradecimiento a Adolf Hitler y Benito Mussolini por la ayuda que el Eje le había proporcionado durante la guerra, estaba dispuesto a tener en cuenta ante todo a los intereses de España.
Proclamó la neutralidad española. Después de las victorias alemanas que, en junio de 1940, establecieron la hegemonía del Tercer Reich en Europa, Franco se vio invitado a unirse al Eje para abatir a Inglaterra. La ayuda germano-italiana prestada al bando nacional, ciertas afinidades ideológicas, la posibilidad de recuperar Gibraltar y de reconstruir un imperio colonial a costa de las democracias vencidas fueron los argumentos aducidos por los franquistas partidarios de la intervención.
Franco declinó esas ofertas. En las entrevistas con Adolf Hitler, el 23 de octubre de 1940 (Ver: Entrevista de Hendaya) y de Bordighera con Benito Mussolini el 12 de febrero de 1941 (Ver: Entrevista de Bordighera), para justificar su negativa a entrar en la guerra argumentó que la precaria situación económica, material y militar de España tras su sangrienta guerra civil, así como el hecho de que España necesitaba reconstruirse urgentemente y evidentemente eso solo podría lograrse con la paz tanto en el interior como en el exterior eran factores que imposibilitaban la entrada española en la guerra, no obstante Franco simpatizó y apoyó a la causa de la Alemania nacionalsocialista y de la Italia fascista y siguió teniendo hasta el final buenas relaciones con los jefes del Eje, los cuáles contrariamente a lo que afirman algunos pseudo-historiadores fueron comprensivos con Franco y la precaria situación en la que se encontraba España en aquellos momentos. La guerra en la URSS le permitió dar satisfacción a aquéllos mediante el envío de la División Azul al frente del Este, sin entrar en el conflicto. Cuando la derrota alemana apareció como posible, Franco atrajo la atención de los anglo-sajones sobre el peligro de dejar a Europa a merced del comunismo soviético. Pero las ilusiones de los ingleses en su fuerza y de Roosevelt sobre Stalin hicieron que tales advertencias fueran vanas.
Terminada la guerra, la diplomacia soviética desencadenó violentas campañas a nivel internacional para derrocar al régimen franquista, aislándolo diplomáticamente y asfixiándolo económicamente. Franco, sostenido por la opinión pública española, sacó partido del creciente recelo de los anglosajones respecto a los soviéticos para resistir a esa presión, incluso cuando la Asamblea General de la ONU recomendó la retirada de Madrid de las misiones diplomáticas (13 de diciembre de 1946). Su diplomacia, dirigida desde el verano de 1945 por un católico militante, Alberto Martín Artajo, supo ganar para la causa de España a la mayor parte de las naciones hispánicas, a los países árabes y a clanes influyentes del mundo financiero y político norteamericano. La guerra fría le permitió conseguir que se derogaran en la ONU las medidas contra España y, más tarde, después de laboriosas negociaciones, que se concluyeran los acuerdos hispano-norteamericanos que eran una verdadera alianza (1953). La firma, aquel mismo año, del Concordato con la Santa Sede y la entrada de España en la ONU constituyeron notables éxitos diplomáticos y la descolonización pacífica de Marruecos mantuvo viva la amistad hispano-marroquí.
Los objetivos interiores
El trágico desenlace de la Segunda Guerra Mundial tuvo una indudable influencia en ciertos aspectos de la política interior del Caudillo. Después de la derrota de las potencias del Eje, para evitar una posible invasión aliada Franco se vio obligado a des-fascistizar parcialmente a su gobierno, a destituir a ciertos hombres políticos demasiado comprometidos por sus relaciones con el Eje; los falangistas (el sector fascista del régimen franquista) que hasta el final de la Segunda Guerra Mundial fueron la facción mas influyente y dominante del régimen de Franco, tras la derrota de Alemania e Italia perdieron gran parte de su influencia en los centros de poder del régimen franquista (aunque siguieron manteniendo cierta relevancia durante todo el resto de la dictadura) y su lugar pasó a ser ocupado por católicos de matiz derechista y monárquica, sin renunciar, no obstante, a la estructura monolítica y autoritaria del Estado.
No obstante la des-fascistización del franquismo no fue completa y hasta la muerte del Caudillo, su régimen siempre conservó rasgos fascistas: la mayoría de los logros sociales y económicos del franquismo fueron principalmente realizados por el ministro falangista José Antonio Girón de Velasco y estuvieron claramente inspirados en los del fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán. También es importante señalar que contrariamente a lo que afirman algunos sectores entre los partidarios de las ideologías fascistas, Franco no fue ningún traidor ni ningún oportunista. A pesar de que después de la guerra mundial cuando debido a las amenazadoras e inciertas circunstancias en las que se encontraba España dentro del marco de la comunidad internacional tuvo que modificar en gran parte a su régimen, Franco siempre estuvo agradecido y fue leal hasta su muerte a aquellos que le ayudaron a vencer a los rojos en la gloriosa Cruzada de Liberación Nacional contra el judaísmo, el bolchevismo y la masonería en España. Durante la despiadada y criminal persecución que los aliados perpetraron a lo largo y ancho de Europa contra los vencidos después de la Segunda Guerra Mundial importantes personalidades fascistas y nacionalsocialistas como Otto Skorzeny, León Degrelle y Ante Pavelić se exiliaron a España, donde fueron protegidas y bien tratadas por el régimen franquista y ninguno de los 104 agentes y funcionarios nacionalsocialistas reclamados en 1947 por el Consejo de Control Aliado al Ministerio de Asuntos Exteriores de España fue extraditado. Hasta la muerte de Franco la difusión de literatura fascista, nacionalsocialista y revisionista fue totalmente legal en España y películas antifascistas como la nauseabunda producción antialemana de El gran dictador de Charles Chaplin estuvieron censuradas en España hasta el fallecimiento del Generalísimo, hechos como estos demuestran de forma irrefutable que Franco no fue ningún chaquetero sino un hábil y pragmático estadista que tuvo que ir adaptándose a los cambios geopolíticos para asegurar la existencia y la seguridad de su pueblo pero aún después de la derrota del Eje en 1945 siguió manteniendo buenas relaciones con los fascismos.
Determinados sectores del régimen pedían que se restableciera la monarquía, pero tal solución suscitaba no pocas oposiciones (sobretodo entre los falangistas). Franco, a raíz de la injusta condena de su régimen por la ONU, sometió al pueblo el texto de una ley constitucional que, aun instaurando la monarquía, le dejaba de por vida la dirección del Estado y preveía las modalidades de su sucesión. El referéndum del 6 de julio de 1947 le dio una mayoría aplastante (14.145.163 sí contra 722.656 no y 336.593 votos nulos). A partir de entonces, aun manteniendo un orden interno que se estabiliza lentamente, pudo consagrarse al desarrollo económico de España.
La Segunda Guerra Mundial había hecho muy difíciles la reconstrucción y el desarrollo económico. Franco se había propuesto reducir el mal endémico de la balanza comercial deficitaria desarrollando la producción nacional y singularmente la industria. Durante la primera etapa se rodeó de colaboradores partidarios del nacionalismo económico, que fundaron el INI para dar a la industria española el impulso necesario en numerosos ámbitos, multiplicaron los embalses y elaboraron grandes planes de colonización en regiones desheredadas (Badajoz, Jaén, etc.). Se llevó a cabo una obra importante, singularmente en el ámbito de la industrialización, aun sin respetar en todo momento la ortodoxia económica. Pero el comercio exterior seguía siendo deficitario. Entonces Franco recurrió a nuevos equipos ministeriales formados por técnicos partidarios de una economía más libre y de un acercamiento a la Europa del Mercado Común. Sometidas a referéndum, tales reformas fueron aprobadas por una mayoría impresionante (14 de diciembre de 1966).
Ese viraje de 1957, favorecido en parte por el enorme desarrollo del turismo, permitió enriquecer a los españoles cuyo nivel de vida se fue aproximando al de los países mas avanzados de la Europa Occidental. Paralelamente; la vida política se tornó más flexible: se suprimió la censura y se estableció la tolerancia religiosa. Con vistas a preparar su sucesión, Franco enmendó las leyes fundamentales en el marco de una monarquía que prolongara el Movimiento Nacional.
Aquel día los españoles votaron menos en favor de unos textos que en favor del jefe que, después de una terrible convulsión, les había asegurado 30 años de paz y facilitado el vivir mejor. Ese estadista frío, paciente, firme y pragmático al mismo tiempo, cuyo estilo de vida es austero, ha ejercido sobre un pueblo, que tiene fama de difícil de conducir, uno de los gobiernos personales más dilatados y pacíficos de la historia de España.
El futuro dirá si esa paz ha sido un paréntesis excepcional en la historia de España o el principio de una era de concordia entre sus habitantes.
Medidas, leyes y conquistas sociales de Franco
Algunos aspectos del estado de bienestar legado por Franco a su muerte, el 20 de noviembre de 1975, y a día de hoy en avanzado estado de desmantelamiento, son de destacar las medidas y conquistas sociales que logró ese régimen en el Estado español.
A pesar de los grandes esfuerzos políticos, legales, escolares y mediáticos empleados por los que odiaron al dictador vivo y muerto, para impedir que se conozcan las verdaderas razones de ese odio cerval, aún quedan testimonios sobrados de la realidad.
Todo lo resaltado en este apartado se ajusta a la realidad social, legal y política de España, a la muerte del Jefe del Estado.
He aquí las evidencias de ese Estado de bienestar:
1) Paro: 510.500 desempleados. Tasa de paro: 3,78% (25% de paro en la actualidad)
2) 2ª potencia mundial en el sector servicios.
3) 9ª potencia industrial del mundo. La industria representaba en 1975 el 36% del PIB. En la actualidad no llega al 15% del PIB.
4) La economía productiva, estaba fuertemente protegida y aislada del mercado financiero.
5) Ley de bases de la Seguridad Social.
6) 515 embalses a lo largo y ancho de toda la geografía española.
7) Construcción de más de 9.000.000 de viviendas de Protección Oficial.
8) Clase Media: 56% de la población (43% en 2008).
9) Paga extra de Navidad.
10) Paga extra del 18 de Julio.
11) 700.000 funcionarios públicos. (Más de 3.000.000 en la actualidad).
12) 12,8% de deuda sobre el PIB (76% en la actualidad).
13) 21 universidades laborales y numerosas escuelas laborales.
14) 1 mes o 30 días naturales, de vacaciones retribuidas al año.
15) Tres niveles de ayudas a familias numerosas, según número de hijos.
16) Incremento mensual en nóminas, de pequeña cantidad en metálico, por cada hijo de cada trabajador/ra (Conocido como ‘Puntos’)
17) Retorno gratuito en medios de transportes públicos urbanos, en billetes expendidos hasta las 9:00 horas.
18) Todos los bienes privados, eran inembargables. (Art. 32 Fuero de Los Españoles).
19) Persecución implacable sobre toda forma de usura (Cap. IX—3º Fuero del Trabajo).
20) El trabajo tenía prioridad sobre cualquier otro aspecto. No se podía molestar u obstruir a personas en el ejercicio de su trabajo.
21) Los sueldos estaban totalmente exentos de retenciones y del pago de impuestos.
22) El Impuesto de Tráfico de Empresa, (ITE, actual IVA) era del 2%. (Actualmente se aplica el 21%).
23) La apertura de pequeños negocios o comercios apenas necesitaban requisitos legales más allá de seguridad e higiene.
24) Una única ley y normativa nacional, agilizaba y dinamizaba la economía productiva interterritorial.
25) Las diputaciones provinciales coordinaban la relación política entre estado y municipios, suplantando CC.AA a costo despreciable.
26) La austeridad del estado y el rigor en la aplicación de la ley, reducía los niveles de corrupción a despreciables.
27) Prohibición de interrumpir el suministro de agua, electricidad o carbón en hogares, por impago.
28) La total independencia del mercado productivo sobre el financiero y su protección contra la usura, arrojaba excelentes resultados contables empresariales y salariales, quedando 100% de la rentabilidad, en manos de los que generaban la riqueza.
29) El nivel adquisitivo de los españoles podía rondar entre 1.000% y 1.500% sobre el nivel adquisitivo actual.
30) 6 grandes carreteras nacionales más la de Toledo, incidían en la 1ª circunvalación M-30 de Madrid, conocidas como radiales, vertebraban el tráfico rodado de la red nacional de carreteras. (Posteriormente fueron desdobladas habilitándolas como autovías)
31) El domicilio de los españoles era inviolable. Nadie podía acceder sin su consentimiento u orden judicial. (Ahora policías con orden judicial revientan puertas y apalean moradores, antes de tirarlos a la calle, si se resisten a dejarse robar).
32) Los bajos niveles de delincuencia, casi despreciables, ofrecían alta seguridad en poblaciones y en todo el territorio nacional, 24 horas al día. Millones de hogares, templos y otros, nunca usaban llaves en sus puertas.
33) La entrega de viviendas de Protección Oficial, era rigurosamente selectiva, previo informes de autoridades locales, y bajo precios q rondaban entre nada y poco más que simbólicos, en función de circunstancia y número de hijos.
34) Dada la autosuficiencia financiera del grueso de la economía productiva, la incidencia en la inflación interna era muy baja ayudando a soportar las fluctuaciones del mercado externo.
35) Las garantías sobre el estado de bienestar creado, recaían sobre el sindicato vertical gestionado por FE y las JONS, como precursores y creadores del mismo.
36) En el seno del sindicato vertical se gestó el sindicato de orientación comunista, CC.OO posteriormente auto escindido. También el famoso falangista, Felipe González llegó a ser Secretario General del PS europeo, del PSOE y Presidente del Gobierno de España. Durante el franquismo gozó de protección del estado. Y a pesar de estar prohibidos, la existencia de partidos políticos y sindicatos era de conocimiento público como lo eran la mayoría de sus actividades. Como resumen, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el número de huelgas en España, de 1963 a 1974, pese a que estuvieran prohibidas, han sido las siguientes:
- 1963, 241 huelgas.
- 1964, 126 huelgas.
- 1965, 150 huelgas.
- 1966, 147 huelgas.
- 1967, 513 huelgas.
- 1968, 309 huelgas.
- 1969, 439 huelgas.
- 1970, 1.542 huelgas.
- 1971, 549 huelgas.
- 1972, 713 huelgas
- 1974, 1.926 huelgas.
Leyes
1 de septiembre de 1939. Ley del Subsidio familiar.
23 de septiembre de 1939. Ley del Subsidio de Vejez.
13 de julio de 1940. Ley de Descanso dominical y días festivos.
25 de noviembre de 1942. Ley de Patrimonios familiares.
14 de diciembre de 1942. Seguro Obligatorio de enfermedad.Para dar cobertura a la Ley del Seguro Obligatorio de enfermedad, se construyó una red hospitalaria, dependiente de la Seguridad Social:
Residencias hospitalarias: 292 Ambulatorios: 500 Consultorios: 425 Residencias concertadas: 96
26 de enero de 1944. Contrato de Trabajo, vacaciones retribuidas, maternidad para las mujeres trabajadoras y garantías sindicales.
19 de noviembre de 1944. Paga extraordinaria de Navidad.
18 de julio de 1947. Paga extraordinaria del 18 de julio.
14 de junio de 1950. Reforma del I.N.P. para una mejor cobertura en la acción protectora.
22 de junio de 1956. Accidentes de Trabajo
24 de abril de 1958. Convenios colectivos
23 de abril de 1959. Mutualidad agraria. En esta ley se encuadran 2.300.000 trabajadores del campo, por cuenta ajena y propia.
2 de abril de 1961. Seguro de Desempleo.
14 de junio de 1962. Ayuda a la Ancianidad.
28 de diciembre de 1963. Ley de Bases de la Seguridad Social.
31 de mayo de 1966. Régimen Especial Agrario.
2 de octubre de 1969. Ordenanza General del Campo, donde se establece la jornada laboral de 8 horas.
20 de agosto de 1970. Mutualidad de Autónomos Agrícolas.
23 de diciembre de 1970. Ley de Empleo Comunitario.
Entre 1960 y 1981 la inflación estimada se corrige favorablemente al salario, al inicio del año y no al final como se hace a partir de 1981, obligando al salario a soportar menor nivel adquisitivo.
-Gestando el principio del fin del estado de bienestar, según se fuese consolidando el bienestar del estado.
1938 – Disposiciones.-
- Obligación de las empresas a habilitar comedores para sus obreros. - Fomento de economatos y cooperativas. - Instituto Social de la Marina. - Ejecución del Plan de Electrificación de Ferrocarriles.
1938 – Derecho del Trabajo.-
- Creación de la Magistratura del Trabajo. - Régimen obligatorio de Subsidios Familiares. - Ley de Bases de la Organización Nacionalsindicalista.
1944
Creación del Instituto Medicina y Seguridad e Higiene en el Trabajo
1956
Creación de los Servicios Médicos de Empresa
1972
Creación de los Servicios Medicina Preventiva y Salud Pública
Decreto 1433/1975, de 30 de mayo.- Por el que se regula la incorporación de las lenguas nativas en los programas de los Centros de Educación Preescolar y General Básica
Alfabetización
En las escuelas españolas, especialmente en zonas rurales, se habilitan cursos gratuitos en horario tarde-noche, adaptados a horarios laborales de adultos analfabetos o con interés en mejorar su nivel escolar.
Evolución del analfabetismo en España.-
- 1930……………44’4 %
- 1960……………11’2 %
- 1975……………5’7 %[1]
Literatura y cine
Francisco Franco publicó en 1922 con su propio nombre el libro (pretendidamente verídico) Diario de una bandera. Con el seudónimo de Jaime de Andrade, Franco escribió la novela Raza, que inspiró la película del mismo título en 1942.
También con seudónimo, pero de Jakin Boor, publicó una serie de artículos anti-masónicos y antijudíos en el órgano de Falange, el diario Arriba, publicados todos ellos más tarde en el libro Masonería.[2]
Bibliografía
- J. Chicharro Ortega (coordinador), Franco: Crónica de la lucha contra la profanación de su tumba (SND Editores, 2020) - ISBN: 978-8412212563
Referencias
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Enlaces externos
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