Nacional-sindicalismo

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El nacional-sindicalismo es una corriente ideológica obrerista nacida en 1931 en España (aunque aplicable en otros países) basada en un hondo sentimiento nacional y revolucionario, con un especial acento en las ideas de patria y justicia social. De inspiración fascista y anarcosindicalista adaptada a las particularidades de la España de la época.[1] De carácter antiparlamentario y contrario a los partidos políticos,[2][3][4] defiende un estado totalitario[2][5] articulado por un sindicato único y vertical en el que se aglutinarían empresarios y trabajadores, para que capital y trabajo estén al servicio de la nación. Se define contrario al capitalismo y al comunismo (Tercera Posición) y destaca por su patriótico nacionalismo.[6] y su defensa del catolicismo,[7] contemplando la vía revolucionaria para alcanzar sus objetivos políticos.[8][9]

El sindicalismo revolucionario nace como línea rupturista con el socialismo en forma de partido político, que por entonces era un socialismo democrático, pactista y parlamentarista. Crece imponiendo una voluntad de estructuración propia en base al sindicato, verdadera organización obrera revolucionaria y único cuerpo orgánico capaz de encauzar los cambios sociales necesarios de los trabajadores.

Ideología

Se basa en el pensamiento de Sorel, uno de los principales ideólogos del sindicalismo revolucionario, era antiracionalista, y rechazaba las teorías marxistas del materialismo histórico, el materialismo dialéctico y el internacionalismo. Fuertemente influido por el voluntarimo de Nietzsche, las tácticas de Le Bon y o el anticartesianismo de Bergson, sirvió de base esencial e ideológica para el nacional sindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos o el sorelismo protofascista italiano.

Así la primera tarea del Nacional-Sindicalismo "fue la de enlazar esos dos ingredientes sueltos: lo nacional y lo social, la Patria y el Trabajo. Nadie piense que la adopción del término a la vez encantador y polémico, de la revolución nacional-proletaria, fuese en los fundadores obra de táctica reflexiva y cauta, sino consecuencia inmediata de vivir profunda y entrañablemente la historia de nuestro tiempo"

Orígen

Su origen tiene lugar en el ámbito de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), movimiento ideológico formado por la unión del grupo reunido en torno al semanario "La Conquista del Estado", liderado por Ramiro Ledesma Ramos y las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica de Onésimo Redondo Ortega. Tras la fusión de las JONS con la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, tiene lugar su desarrollo pleno.

Su doctrina se basa visión corporativista del sindicalismo revolucionario pero desechando partes importantes de su filosofía y programa, y se sitúa en un plano alternativo al marxismo y al capitalismo, a los que critica ferozmente. Al ser tercerposicionista como las otras tendencias corporativistas se sitúa en un ámbito distinto a la tradicional división de corrientes ideológicas entre izquierdas (marxista o liberal) y derecha liberal, división que, al entender de los defensores del nacional-sindicalismo, provoca una visión solamente parcial de los problemas de España.

La génesis de este movimiento se halla a principio de los años 1930, periodo en el que el fascismo se extiende por diversos países de Europa. Sus bases ideológicas comienzan a sentarse un mes antes de proclamarse la II República con la aparición del semanario La Conquista del Estado. Sus fundadores son un grupo liderado por Ramiro Ledesma Ramos que, admiradores de los totalitarismos que surgían en Europa, ven en la ideología fascista el medio para implantar un estado totalitario en España. Ledesma lanzó la idea de un estado sindicalista totalitario de marcado carácter nacionalista.[10] Para alcanzar sus fines se contempla el ejercicio de la violencia.

Tenemos dos fines supremos: subvertir el actual régimen masón, antiespañol, que ahoga la vitalidad de nuestro pueblo, hoy indefenso e inerme frente a la barbarie marxista. Imponer por la violencia la más rigurosa fidelidad al espíritu de la Patria.
—Ramiro Ledesma en La Conquista del Estado.[11]

Otra característica del movimiento fue, y es, su desprecio total al marxismo.

Nuestro deber jonista consiste en extraer de la situación Lerroux todas las consecuencias que resulten favorables para realizar con éxito un plan de acción directa contra los marxistas. […] Con las JONS, que presenten batalla violenta al marxismo en vez de que tengan que ser los agentes de la autoridad los que realicen actos punitivos.
—Ramiro Ledesma. Septiembre de 1993.[12]

A estas características del nacional-sindicalismo se añade el soporte ideológico para conseguir estos fines: el sindicalismo. Las JONS escogieron para su bandera los colores de la CNT, sindicato anarquista de clase, mayoritario en aquella época. Una vez eliminado el parlamento y prohibidos los partidos, el estado sería vertebrado por un sindicato corporativista, el municipio y la familia. De este modo se supone que se acabaría con la lucha de clases.

Proclama un nacionalismo radical y excluyente; ensalzando el nacionalismo español: "España es una unidad de destino en lo universal"; y considerando a los nacionalismos periféricos como "el individualismo de los pueblos".

En cuanto a la religión, el proyecto se define católico y no clerical, defendiendo la separación Iglesia-Estado y posibilitando los apoyos que la Iglesia precise.

En el plano económico se propone un sistema totalitario englobando a todos los agentes de la producción, trabajadores y patronos, en un sindicato corporativista único, dividido por ramas. Propone la nacionalización de la banca y la de los grandes servicios públicos, poniendo la propiedad privada al servicio de los intereses nacionales.

Las JONS y posteriormente FE de las JONS fueron las organizaciones que se declararon nacionalsindicalistas. Crearon un sindicato de estudiantes el SEU (Sindicato Español Universitario), que logró una presencia nacional, e intentaron implantar un sindicato de trabajadores, la CONS (Central Obrera Nacional-Sindicalista).

Durante el franquismo, el nacional-sindicalismo fue su soporte ideológico y nutrió al Régimen de dirigentes leales.[13] Numerosos nacionalsindicalistas fueron ministros de Francisco Franco, se creo un sindicato corporativo al que obligatoriamente debían pertenecer todos los trabajadores y empresarios y se desarrolló la llamada democracia orgánica basada en la representación municipal. Actualmente, hay numerosos movimientos nacional-sindicalistas tanto en España como en Hispanoamérica.

Además, actualmente el nacionalsindicalismo se ha expandido por Europa a través de diversos libros sobre el traducidos en varios idiomas como el ruso. El Nacionalsindicalismo, es una ideologia que, a pesar de los años permanece al igual que el Fascismo y el Nacionalsocialismo como una ideologia jóven y actual, y a pesar de sus homenajes nostálgicos recordando el pasado, sigue pudiendo solucionar los problemas de la sociedad actual, al contrario que el viejo y caduco comunismo y capitalismo que no pueden, sino agravar los grandes problemas de la sociedad.

Otros movimientos nalcionalsindicalistas

Referencias

  1. Ledesma Ramos fue el primer intelectual que definió un fascismo español relativamente claro y preciso. Payne. P.135
  2. 2,0 2,1 "Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal, y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en lucha y Parlamento del tipo conocido". Punto 6 de FE de las JONS. Obras (del Río 1974). Pg. 340.
  3. En "la Conquista del Estado" subrayaba que "el individuo a muerto" y que su meta era un "Estado colectivista". Payne 1997. Pg.141
  4. "Los partidos políticos nacen el día en que se pierde el sentido de que existe sobre los hombres una verdad". Discurso fundacional de FE de las JONS. F.E, 8 de marzo de 1934. Obras (del Río 1974). Pg. 191.
  5. El cuarto número de La conquista del Estado salía con la proclama: "¡Viva la Italia fascista! ¡Viva la Rusia soviética! ¡Viva la Alemania de Hitler! ¡Viva la España que haremos! ¡Abajo las democracias burguesas y parlamentarias!. Payne. P. 138
  6. Ledesma hizo pública por primera vez esta expresión de sus sentimientos extremadamente nacionalistas y fascistas en un banquete literario, muy concurrido, en honor a Giménez caballero. Payne. P. 136
  7. Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo daban un papel a la religión católica que consideraban como la encarnación de la tradición racial de los españoles. Thomas, P. 135
  8. En el número 3 de La conquista del Estado insitió en la intención del grupo de "imponer violentamente su política". Payne. p. 138
  9. Payne. P. 135-148
  10. Lo que Ledesma había logrado, aunque débilmente, fue lanzar la idea de un nacional-sindicalismo revolucionario ligado a la dictadura estatal y con un nacionalismo extremo. Payne 1997. Pg. 142
  11. Gallego. Pg.113
  12. Gallego. Pg. 171
  13. Payne 1997. Pg. 611

Artículos relacionados

Enlaces externos