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La Traza
Historia
Con el ascenso a la gobernación civil de Barcelona del liberal Salvador Raventós Clivilles a fines de 1922, el aparato de represión de la subversión roja que había montado Severiano Martínez Anido en los dos años anteriores fue velozmente desarticulado. Ello generó una gran preocupación en el empresariado catalán, quienes se contactaron con militares pertenecientes a la guarnición de Barcelona y con representantes del gobierno italiano para organizar una estructura que le permitiese a España neutralizar el peligro subversivo como había ocurrido en Italia. Así nació La Traza.
La Traza fue creada siguiendo el modelo de la Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale, por eso adoptaron las camisas azules como su uniforme. Dispuestos a ser una fuerza más radical que el tradicional somatén, en julio de 1923 difundieron su Manifiesto, en el cual exhortaban al General Primo de Rivera a dar un golpe de Estado y comenzar con la regeneración de España.
Inmediatamente después de concretado el golpe de Estado por parte de Primo de Rivera, los principales dirigentes de La Traza mantuvieron una reunión con el líder, y anunciaron luego que España estaba virando hacia un régimen de partido único. Obviamente la organización se había ofrecido como base del nuevo movimiento, por lo que cambiaron su nombre a "Partido Somatenista Civil Español", para ser luego rebautizados como "Federación Cívico-Somatenista". Como emblema adoptaron un fascio littorio colocado sobre un mapa de España.
De todos modos Primo de Rivera terminó por descartar la vía fascista, optando en su lugar por crear la Unión Patriótica, un movimiento más cercano al catolicismo antiliberal y antidemocrático no-carlista. En 1924 la mayoría de los tracistas migró hacia la UP. Quienes se resistieron a incorporarse a la formación oficialista se vincularon a la Peña Deportiva Ibérica o mantuvieron su independencia por más de un lustro hasta ser absorbidos por la Falange Española y por las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista.
