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León Scasso
Scasso cursó sus estudios en el Colegio del Salvador, institución administrada por la Compañía de Jesús. Se formó luego como marino en la Escuela Naval, egresando como guardiamarina a fines de 1900.
Durante treinta y siete años prestó servicios en la Armada Argentina, ocupando diversos puestos y ascendiendo pacientemente en la jerarquía hasta alcanzar el almirantazgo en 1939. Navegó en embarcaciones como los acorazados Belgrano, Garibaldi, Pueyrredón y Rivadavia, los torpederos Jujuy y La Plata, los cañoneros Rosario y Paraná, y el buque 1° de Mayo entre otros. Cumplió asimismo con varias misiones de relevamiento hidrográfico en las costas del norte de la Patagonia.
En 1923 lo nombraron agregado naval en la Embajada Argentina en el Reino Unido. Fue luego director de la Escuela de Aplicación para Oficiales y más tarde ingresaría al Estado Mayor de la Armada Argentina, siendo designado Jefe del mismo entre 1931 y 1936.
En 1937 visitó Europa en calidad de Jefe de la Escuadra de Mar. Asistió a la coronación del rey Jorge VI del Reino Unido y mantuvo una entrevista con el canciller Adolf Hitler.
Ministro de Marina
El presidente Roberto M. Ortiz nombró a Scasso como titular del Ministerio de Marina en febrero de 1938. Una de las primeras cosas que hizo al asumir el cargo fue poner en marcha la construcción del Astillero Río Santiago, el cual sería inaugurado recién en 1953.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial no afectó a la Argentina, país que se mantuvo neutral ante el conflicto bélico internacional. Sin embargo no tardaron en multiplicarse las presiones internas y externas para que el gobierno nacional se manifestase a favor de los Aliados; empero el presidente Ortiz optó por mantener su posición, cosa que también haría su sucesor Ramón S. Castillo.
Scasso fue uno de los más enérgicos defensores del neutralismo argentino. Cuando EEUU planteó la necesidad de instalar bases militares en la zona del Río de la Plata, el marino aconsejó impedir la materialización de esa idea para no ceder soberanía ante una fuerza imperialista.
El Ministerio de Marina bajo el mando de Scasso pudo articular finalmente el anhelado proyecto de creación de una flota mercante argentina en 1941, gracias a la compra por parte del gobierno de una veintena de barcos italianos, alemanes, franceses y dinamarqueses.
En febrero de 1942 el presidente en función Castillo se anotició de un plan que el marino había trazado para recuperar las Islas Malvinas, el cual estaba listo para volverse operativo en cuanto el Reino Unido quedase considerablemente reducido en su capacidad bélica. Ese proyecto disgustó a Castillo, que era partidario de someterse al poder británico. Por ese motivo Scasso terminaría siendo desplazado de su puesto en junio de aquel año.
Líder nacionalista
Scasso era una personalidad muy respetada por la sociedad de su época, por lo que gozaba de cierta popularidad. Fue miembro del Museo Social Argentino y de la Escuela de Estudios Argentinos, organizaciones creadas para proponer soluciones a los problemas nacionales.
Los jóvenes de la Alianza de la Juventud Nacionalista lo escogieron como su líder, considerando que encarnaba los valores que un conductor de la nación debía transmitir.
Algunos de los asistentes al Congreso de la Recuperación Nacional lo propusieron como candidato a presidente en 1943, algo que finalmente no se materializó debido a la consumación de la Revolución de los Coroneles, a la cual apoyó.
Los hombres del GOU lo propusieron para asumir la presidencia de la nación, pero finalmente terminaron designándolo como interventor federal en la provincia de Córdoba. En ese territorio ubicado en el centro del país armó un equipo de gobierno integrado por hombres provenientes del Partido Demócrata local como Manuel Augusto Ferrer, Enrique Ferreyra Reynafé, Ernesto Lavallol, Rafael Moyano López, Alberto Novillo Saravia y Clemente Villada Achával.
Su mandato se extendió entre el 19 de noviembre de 1943 y el 28 de enero de 1944. En ese breve lapso no pudo hacer mucho: anunció que la educación religiosa obligatoria sería restaurada en todas las escuelas públicas, ordenó que la sociedad civil realizase ejercicios militares y buscó prohibir todo reclamo de aquella partidocracia que había sido desplazada del poder. Renunció a su cargo en disconformidad por la ruptura de relaciones diplomáticas con Japón y Alemania ordenada por del gobierno nacional.
Aunque desconfiaba de Juan Domingo Perón y de quienes lo rodeaban, en 1946 aceptó la oferta de la Alianza Libertadora Nacionalista de encabezar su lista de senadores nacionales por la Capital Federal, acoplada a la candidatura presidencial del militar. Lo acompañó en la boleta el científico Frank L. Soler. De todos modos al finalizar la votación obtendría menos del 1% de las adhesiones.
Posteriormente su descontento con el peronismo crecería, ofuscado por constatar como Perón era rodeado por la masonería de la Argentina. Pese a ello no participó de ninguna iniciativa para derrocarlo.