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Mártires de Turón
Dirigían el colegio Nuestra Señora de Covadonga. El padre Inocencio de la Inmaculada se encargaba de la asistencia sacramental de la comunidad.
Sumario
Religiosos
- San Cirilo Beltrán, nacido José Sanz Tejedor
- San Marciano José, nacido Filomeno López López
- San Julián Alfredo, nacido Vilfrido Fernández Zapico
- San Victoriano Pío, nacido Claudio Bernabé Cano
- San Benjamín Julián, nacido Vicente Alonso Andrés
- San Augusto Andrés, nacido Ramón Martín Fernández
- San Benito de Jesús, nacido Héctor Valdivielso Sáez
- San Aniceto Adolfo, nacido Manuel Seco Gutiérrez
- San Jaime Hilario nacido Manuel Barbal Cosín
- San Inocencio de la Inmaculada, sacerdote nacido como Manuel Canoura Arnau
Circunstancias
Los hechos se produjeron durante el levantamiento comunista contra el gobierno republicano denominado revolución de Asturias. En el valle minero de Turón, en el corazón de Asturias, los dirigentes locales estaban convencidos de que se lograría una rápida victoria en la zona. Se pensaba tomar primero la capital de la provincia, Oviedo y luego poner a funcionar la República proletaria. Los sacerdotes y religiosos fueron considerados enemigos y se dio orden de detenerlos. Algunos pudieron evadirse o esconderse. Otros fueron encerrados en cárceles improvisadas y sometidos a múltiples atropellos.
A pesar de las advertencias dadas, en varios lugares se les fusiló sin piedad. Y, en ocasiones, se hizo después de una parodia de juicio popular, donde los comités revoluconarios se erigieron en tribunales y los jueces fueron los mismos verdugos. Fueron 33 los sacerdotes y religiosos asesinados. Los de Turón fueron los primeros religiosos asesinados durante la revolución de 1934 que fueron canonizados.
El 5 de octubre un grupo de marxistas arrestó a los ocho hermanos que trabajaban en la escuela de Turón y al sacerdote pasionista que estaba con ellos. Los nueve religiosos fueron concentrados en la Casa del Pueblo a la espera de la decisión que había de tomar el comité.[1] Al atardecer del 8 de octubre de 1934 , bajo las órdenes de Silverio Castañón y Fermín García "el Casín", se abrió una zanja en el cementerio destinada a recoger los cadáveres de los hermanos, que fueron asesinados por un piquete que, a falta de voluntarios en Turón, había reclutado Silverio en las localidades de Mieres y Santullano.[2]
Canonización
Beatificados por el Papa Juan Pablo II el 29 de abril de 1990 y canonizados el 21 de noviembre de 1999, junto con el padre pasionista Inocencio de la Inmaculada. Su festividad se celebra el día 9 de octubre.
Referencias
Bibliografía
- Martín Ribas, P. Ramiro, Sublime itinerario, Guía inédita religiosa hagiográfica histórica artística de España, Tercera Edición, Madrid, 2006.
Artículos relacionados
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