Marcelo Llambías

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Marcelo Llambías

Marcelo Alberto Llambías Pravaz nació en 1961. Es mayor (R) y Veterano de la Guerra de Malvinas. Ingresó al Colegio Militar de la Nación en enero de 1978, egresando como Subteniente de la Promoción 113 "Islas Malvinas" el 7 de abril de 1982.[1]

Desempeño en la Guerra de Malvinas

Participó como jefe de pelotón de fusileros, en el refuerzo de las islas con el Regimiento de Infantería 4, siendo trasladado a la capital malvinense por Aerolíneas Argentinas. Como jefe de la 3ra Sección de Tiradores de la Compañía C del Regimiento 4, formada por tres grupos de conscriptos, ocupa posiciones en Monte Challenger para fines del mes de abril.

El 29 de mayo, el Teniente Coronel Diego Alejandro Soria, jefe del Regimiento de Infantería 4, le ordenó a Llambías que su sección debía ayudar cubrir la retirada del regimiento, debido a que los británicos, que habían desembarcado en San Carlos el 21 de mayo, avanzaban hacia Puerto Argentino y pronto se producen enfrentamientos con efectivos del Regimiento de Servicio Aéreo Especial (Special Air Service Regiment o SAS) y la Compañía de Comandos 602, en la que Llambias afirma que su sección desalojó a una avanzada de la SAS, capturando toda su comida oculta.

A las 11 de la mañana del 30 de mayo aparecen formaciones de ataque de cazabombarderos Harrier de la Real Fuerza Aérea sobre la zona de Monte Kent, sitio cercano al Monte Challenger que ya era zona de combate. Al descubrirlos, sus conscriptos abren fuego reunido con fusiles y ametralladoras, experiencia ya adquirida en el día de los desembarcos británicos. Luego se enteró por intermedio del Capitán Jorge Rubén Farinella que el Soldado Conscripto Nicomedes Daniel Castillo (apuntador de ametralladora MAG) habría alcanzado al Harrier XZ-963, obligando al Mayor Jerry Pook a abandonar el cazabombardero afuera de Puerto Argentino[2]

Durante las acciones cerca del río Murrell, Llambías libró dos combates contra hombres del Pelotón de Reconocimiento (Reconnaissance Platoon) del Teniente Chris Fox perteneciente al 45º Batallón de Comandos Británicos (45 COMMANDO), el primero en la mañana del 6 de junio y el último en la noche del 9 al 10 de junio que también incluyo un pelotón de Marines Reales de la Compañía X-Ray del 45 COMMANDO. En el combate del 3 de junio, que desde las 11 de la mañana se prolongó hasta pasado el mediodía, la fracción adelantada de la 3ra Sección de Tiradores del Subteniente Lautaro Jiménez Corbalán del Monte Harriet rechazó al Pelotón de Reconocimiento del Teniente Chris Marwood perteneciente al 42º Batallón de Comandos (42 COMMANDO) en Monte Wall con la ayuda de fuego de morteros de la Sección de Apoyo del Teniente Daniel Alberto Monetti en Monte Harriet y los refuerzos de los hombres de Llambías Pravaz.

Durante el combate por la Batalla de los Montes Harriet y Dos Hermanas, la Compañía X-Ray del Comando 45 sometió a la sección de tiradores del Subteniente Marcelo Llambías Pravaz en Dos Hermanas Sur a un intenso fuego de morteros, cohetes y ametralladoras por casi cuatro horas[3]antes de que los defensores dieran la batalla por perdida y se retirasen a nuevas posiciones en Monte Tumbledown. Llambías operó eficazmente una ametralladora MAG y un lanzacohetes Instalaza-M65 en en esa acción, hiriendo a tres comandos británicos[4][5], pese al intenso fuego británico que incluyo el Pelotón MILAN (misiles antitanque pesados) perteneciente al 40º Batallón de Comandos (40 COMMANDO). En la acción su casco fue alcanzado por una piedra cuando un misil MILAN explotó muy cerca, salvando su vida.

El Subteniente Llambías Pravaz, recordando aquellos combates nocturnos, expresó: La artillería enemiga nos batía intensamente. Fui a buscar la ametralladora que tenía apuntada hacia Goat Ridge. Todos estaban inquietos. Se escuchaba al enemigo, pero éste estaba en una hondonada y sus fuegos pasaban muy alto. Ordené lanzar granadas de fusil a la máxima distancia… Tiramos varios cajones, incluso muchos más de los proyectiles que tenía listos con las cintas adhesivas de los estuches sacados. Era una especie de barrera de fuego. Las ametralladoras MAG tiraban a la profundidad ... El enemigo atacó mi posición y, transitoriamente, ‘frenamos’ el ímpetu del ataque. No pude medir el tiempo. Pero sí pude evaluar el coraje de mis soldados ... Algo que realmente me impresionó fue ver a los enemigos de cerca, con las bayonetas armadas y gritando. Comenzamos nosotros también a hacerlo usando los agravios más vulgares y significativos ... Tomé una ametralladora y disparé sobre los que venían orientados más hacia la derecha. Vimos una luz y un ruido de motor que se nos echaban encima. Explotó unos metros arriba nuestro, era un misil Milán. Nos desparramó. Una piedra abolló mi casco. Un soldado sangraba por la boca y la nariz, no recuerdo quién era. La ametralladora no tenía nada, continuamos tirando. El cable del teléfono debía estar cortado, porque nadie contestaba; por la radio tampoco teníamos comunicación con el resto de la Compañía ... Los británicos salían de todos lados. El fuego de las armas portátiles se intensificó al máximo. Era un infierno. Llegaron las granadas de mano. El Soldado Osvaldo Pimienta sacó un puñal de FM que había encontrado en el lugar, del combate de los Comandos, a la mañana. ¡Qué coraje que tenía! A mí, no sé si me sostenía más el valor o la vergüenza. ¿Rendirme? ¡Jamás! ¿Replegarme? Emocionalmente me parecía que era sinónimo de huída. Tan ‘entopado’ estaba. Por suerte, no dejé de razonar. Si no nos replegábamos combatiendo ahora, pronto amanecería y ya no podríamos hacerlo. El combate se generalizó dentro mismo de la posición y todo se volvió muy confuso. Grité las órdenes y permanecí con una ametralladora, hasta que, cuando disparé contra dos ingleses que estaban un poco más abajo, se trabó la última granada. A otro le disparé con el FAL, pensando que estaba en ‘repetición’, pero lo tenía en automático. Cayó. Me empecé a arrastrar. Creí que era el último en irme. No fue así. El Soldado Angel Pérez fue tomado prisionero. Mató a sus captores con la pistola del Subteniente Silva que él llevaba dentro de su uniforme y logró desprenderse. Con orgullo me mostró las boinas, el fusil y el correaje de los paracaidistas ingleses ... Al mediodía del 12 de junio nos incorporamos al bizarro Batallón de Infantería de Marina 5, y junto a él seguimos combatiendo.[6]

Reconocimiento internacional

A casi 30 años de la Guerra de Malvinas, Llambías tuvo el privilegio especial de encontrarse con el comando británico Nick Taylor en el mismo lugar donde combatieron y donde este subofical retirado del Special Boat Squadron (SBS) le confesó su admiración y entrego las fotos que halló del subteniente argentino y sus hombres en Dos Hermanas. La televisión británica filmó el evento y la historia fue cubierta en los principales periódicos de habla inglesa del mundo.[7]

Referencias

  1. De la Promoción 113 del Colegio Militar de la Nación (denominada a partir de entonces Promoción "Islas Malvinas") habría un total de 49 VGM
  2. Según el Capitán Jorge R. Farinella: Con el Tte 1ro D' Aloia nos encontrábamos con un misil SAM 7 cada uno que la noche anterior, yo había traído y a la luz de una vela habíamos aprendido teóricamente a usar debajo de una lona. Nuevamente entraban en picada dos aviones disparando sus ametralladoras y lanzando sus bombas; desde nuestras improvisadas posiciones abrimos fuego con todo lo que teníamos. Los misiles que son un arma tremendamente eficaz, y normalmente por cada uno que se dispara se derriba un avión, siempre que el apuntador tenga un mínimo de experiencia para usarlos. Y eso nos faltaba. Hay que disparar de pie y desde un costado de la dirección de ataque del enemigo. Ambos estábamos parados en la dirección del fuego, y entre el esfuerzo por mantenernos en el lugar -que era descubierto- la falta de experiencia y la mala ubicación, nuestra acción fue ineficaz, no así la de las 12,7 y los fusileros que dieron en uno de los aviones que incendiado comenzó a perder altura mientras trataba de sobrevolar por la costa y se retiraron. Volveremos!, Jorge R. Farinella, p.96, Editorial Rosario, 1984
  3. "To the west, X Company had pushed Llambias-Pravaz' platoon and Corporal Pacheco's section off Long Toenail by about 2.45am." Nine Battles to Stanley, p. ?, Leo Cooper, 1999
  4. "We got two- thirds of the way up before anybody started firing at us, but then you kept us pinned down with a machine gun. It took us three-and-a-half hours to cover that last 100 yards, you know. We were hiding among those rocks getting absolutely hammered. Our gun section was up ahead and we were pinned down. A shell went off next to me, and hit three of the guys but they were just wounded. We were so lucky that we didn’t lose anyone.’ After a bloody battle a Royal Marine found an enemy camera. Thirty years later Nick Taylor tracked down the Argentine soldier in the pictures
  5. "Fue una cosa bastante linda porque a los tipos venían a los gritos y se los veía recortados entre las piedras. Salió el primer cohete y se acabaron los gritos." Malvinas: la Defensa de Puerto Argentino, Oscar Luis Jofre, Félix Roberto Aguiar, p. 218, Editorial Sudamericana, 1987
  6. Malvinas: Relatos de Soldados, Martín Antonio Balza, Círculo Militar, 1986
  7. After a bloody battle a Royal Marine found an enemy camera. Thirty years later Nick Taylor tracked down the Argentine soldier in the pictures

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