National Alliance

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La National Alliance (Alianza Nacional) es una organización nacionalista blanca estadounidense. Fue fundada el 22 de febrero, 1974 por el Dr. William Pierce, ex profesor de física y autor del libro, Los diarios de Turner (bajo el seudónimo de Andrew MacDonald) una novela sobre una revolución blanca en Estados Unidos. National Vanguard Books es el brazo editorial de la National Alliance.

Historia

Fue organizada en febrero de 1974. Muchos de sus primeros miembros venían de otra organización, la National Youth Alliance (Alianza de la Juventud Nacional), que había sido fundada en 1970 en Virginia por el Dr. William Pierce, un profesor joven de física que dejó una carrera de enseñanza e investigación en la Universidad del Estado de Oregón para dedicarse al servicio de su gente.

Aunque las ideologías de las dos organizaciones eran idénticas, la inserción en la National Youth Alliance había sido restringida a personas por debajo de 30 años de edad, y ese grupo centraba sus actividades en las facultades y campus universitarios. Así, la formación de la National Alliance creó una ampliación de los requisitos de la National Youth Alliance para incluir a las personas Blancas de todas las edades y ocupaciones.

A causa de que el principio de los años 1970 fue un periodo turbulento política y socialmente, durante el cual los judíos y otros –algunas veces bajo la apariencia de oposición a la guerra de Vietnam- estuvieron organizando manifestaciones violentas en las calles de las ciudades de América y clamando por la destrucción de la sociedad blanca, la National Youth Alliance tomó una postura militante y de confrontación en oposición a esta actividad destructiva. El nombre de la primera publicación del grupo, el periódico de formato reducido ATTACK! (¡ATAQUE!), reflejaba esta postura. Durante este periodo temprano la National Youth Alliance organizó muchas actividades públicas, incluyendo manifestaciones callejeras con carteles y estandartes denunciando no sólo a los comunistas, judíos, y otros enemigos declarados de la América blanca, sino también al gobierno que los toleraba e incluso los alentaba.

Desgraciadamente, la escala de las actividades públicas de la National Youth Alliance era demasiado pequeña para hacer un impacto significativo en los acontecimientos, políticas del gobierno, o en la conciencia del público. Estas actividades tampoco llevaron a un gran incremento de la fuerza organizacional: mucha de la gente que fue atraída a la National Youth Alliance por la publicidad que sus actividades generaban tenía sólo motivaciones poco profundas y a corto plazo.

Mientras el Dr. Pierce y sus compañeros de trabajo iban apreciando completamente la magnitud y la escala de tiempo de la tarea que tenían ante sí, su enfoque se hizo más fundamental. Para cuando la National Alliance fue formada en 1974 el énfasis programático había cambiado de una confrontación superficial con los enemigos de nuestra gente a la construcción de la fundación organizacional necesaria para una victoria final sobre esos enemigos. Simultáneamente el énfasis en reclutar cambió de la cantidad a la calidad. En abril de 1978 el nombre de la publicación de la National Alliance cambió de ATTACK! a National Vanguard. Los titulares rojos y las exhortaciones a actuar en la publicación fueron reemplazados por análisis sobrios de la situación política, social y racial, y de la tarea que afronta nuestra gente.

Esto no quiere decir que la National Alliance suavizara o moderara su visión de la lucha: En mayo de 1978 vio la publicación de la primera edición de la primera novela del Dr. Pierce, The Turner Diaries (Los diarios de Turner), que había sido anteriormente publicada por capítulos en ATTACK! y que provocó una tormenta de reacción del gobierno y de los medios controlados. No obstante, un programa más fundamental y a más largo plazo después de esto trajo con él una imagen pública más madura y seria para la National Alliance.

En 1978 un grupo de miembros que estaban especialmente interesados en los aspectos religiosos o espirituales del trabajo de la National Alliance organizó la Cosmotheist Community Church (Iglesia de la Comunidad Cosmoteista).

Desde 1978 el índice de crecimiento de los miembros también aumentó sustancialmente durante varios años. En 1983, sin embargo, el estatismo de la era Reagan se había arraigado, y el reclutamiento se frenó. A lo largo del resto de los años 1980 hubo una disminución gradual del número de miembros, y la National Office experimentó una gran dificultad para reclutar nuevos miembros de administración del calibre necesario para llevar su trabajo adelante. En agosto de 1985 la National Office se mudó del área de Washington, DC, a un área rural, montañosa en Virginia del Oeste.

La National Alliance publicó su segundo libro en 1980, Which Way Western Man? del miembro William Simpson. En el mismo año se hizo la tirada de la segunda edición de The Turner Diaries. En 1984 publicó The Best of ATTACK! and National Vanguard Tabloid.

En 1987 el brazo de publicaciones de la National Alliance, National Vanguard Books, fue reorganizado como una entidad separada. En 1989 la segunda novela del Dr. Pierce, Hunter, fue publicada. En 1991 la novela del miembro Randolph Calverhall, Serpent’s Walk, fue publicada.

En 1991 National Vanguard Books empezó a publicar audio cassettes. En diciembre de 1991 la National Alliance empezó a emitir su mensaje en todo el mundo vía radio de onda corta con el programa semanal American Dissident Voices. En 1992 un número de estaciones de radio de AM en los Estados Unidos también empezó a emitir American Dissident Voices.

En 1993 National Vanguard Books empezó a utilizar cómics a todo color como un medio para llegar a estudiantes de institutos con el mensaje de la National Alliance. En el mismo año empezó el trabajo en un estudio de video para usar el medio visual para su mensaje.

El primer número de Free Speech, un periódico mensual con textos de nuestras emisiones de radio, apareció en enero de 1995.

Para 1989 el clima para el reclutamiento empezó a cambiar. En mucho más grandes números que antes, los americanos blancos comenzaron a darse cuenta de que su país estaba al borde de la disolución y la ruina y que los políticos de Washington no deseaban y eran incapaces de prevenir el desastre. La gente se hizo mucho más sensible al mensaje de la National Alliance. El número de miembros paró de disminuir a mediados de 1989 y comenzó a crecer de nuevo. La cantidad de miembros se dobló durante 1990-1991 y de nuevo en 1992. El índice de reclutamiento a finales de 1992 era 30 veces el que había sido a principios de 1989. El reclutamiento ha permanecido alto durante los años 1990, a pesar de una atmósfera creciente de intimidación gubernamental e histeria promovida por los medios con el objetivo de unir todos los oponentes de las políticas racialmente destructivas del gobierno con el "terrorismo".

¿Qué es la National Alliance?

La National Alliance no está trabajando sólo para conseguir ciertas metas; también defiende una vista comprensiva de la vida y del mundo. Sus metas no han sido escogidas arbitrariamente como reacción a los actuales problemas sociales, raciales o económicos, que es la manera en que los Demócratas y Republicanos crean una plataforma de partido con propósitos electorales; por el contrario, nuestras metas siguen la naturaleza de la ideología de la National Alliance.

Principios generales

  • Un Orden Natural
  • La Ley de la Desigualdad
  • Una Jerarquía de Responsabilidades
  • Declaración Resumida De Creencias
  • Un Orden Natural

Nosotros nos vemos integrados en un mundo unitario que nos rodea, que evoluciona según la ley natural. En las palabras más simples: Sólo hay una realidad, que llamamos Naturaleza: no "mi realidad" y "tu realidad", como afirman los subjetivistas y tampoco los reinos separados de lo espiritual y lo físico, como dicen los supernaturalistas. Somos parte de la Naturaleza y estamos sujetos a las leyes de la Naturaleza. Dentro del ámbito de estas leyes, podemos determinar nuestro propio destino. Si erramos en nuestros esfuerzos no hay alguien que nos proteja de las consecuencias de nuestra necedad o nuestra debilidad. En otras palabras, nosotros mismos somos responsables de todo sobre lo que tenemos poder de elección: en particular, del estado de nuestro entorno y del destino de nuestra raza.

Esta visión contrasta con la visión semítica, que separa al hombre del resto del mundo y postula la existencia de un ser divino, pero sin embargo con apariencia humana, que gobierna al hombre y al mundo con una ley sobrenatural. Los que mantienen esa visión se absuelven de la responsabilidad de su destino. Cuando se enfrentan con una consecuencia indeseada de unos hechos dicen, "Es el deseo de Dios (o Yahvé o Allah)." Creen que no es necesario que los hombres se preocupen del futuro más allá de planear sus propias necesidades, porque su dios tiene todo bajo control.

Durante el tiempo en que Europa estuvo más fuertemente bajo la influencia de la ideología semítica (e incluso hoy en algunos países bajo gobierno islámico, así como entre algunas sectas fundamentalistas judías y cristianas en América y otros lugares), era considerado impío que un hombre infringiera las prerrogativas de la deidad: específicamente, intentar comprender o influenciar los fenómenos de la Naturaleza, o cambiar las venerables instituciones sociales.

La Ley de la Desigualdad

Nuestro mundo es jerárquico. Cada uno de nosotros es miembro de la raza aria (o Europea), que, como las otras razas, desarrolló sus características especiales a lo largo de miles de años durante los cuales la selección natural no sólo la adaptó a su entorno, sino que también la avanzó por su camino evolutivo. Aquellas razas que evolucionaron en el entorno más exigente del norte, donde sobrevivir un invierno requería planificación y autodisciplina, avanzaron más rápidamente en el desarrollo de facultades mentales más altas –incluyendo las habilidades de conceptuar, de resolver problemas, de planificar para el futuro, y de posponer gratificaciones- que aquellas que permanecieron en el relativamente invariable clima de los trópicos. Consecuentemente, las razas varían hoy en sus capacidades de construir y de mantener una sociedad civilizada y, más generalmente, en sus habilidades de echar una mano consciente a la Naturaleza en la tarea de la evolución.

Además, así como las razas deben ser ordenadas de acuerdo a sus niveles de desarrollo, también deben los individuos dentro de una raza ser ordenados. Algunos son capaces de comprender el mundo que les rodea mejor que otros; algunos son más creativos; algunos tienen mejor autodisciplina o un deseo más fuerte; algunos tienen un sentido de la responsabilidad más desarrollado. En una sociedad bien ordenada estas diferencias se verán reflejadas en diferentes grados de influencia o control sobre el curso de la sociedad que se ejerce por los distintos miembros de la sociedad, de acuerdo con sus diferentes cualidades individuales.

Contrastando con nuestra visión está aquella de los igualitaristas, que creen que las diferencias de nivel de civilización de las diferentes razas y las diferencias de posición social de los individuos en nuestra sociedad son puramente circunstanciales y pueden ser cambiadas fácilmente cambiando las circunstancias: por ejemplo, el nivel de civilización en el África negra puede ser igualado al nivel europeo y mantenido ahí suministrando ayuda económica y técnica para compensar "injusticias" pasadas, como el colonialismo; y cualquier individuo puede estar en una posición de la sociedad si se le dan ciertas "ventajas", como buenas escuelas y buen entorno familiar. Diferencias de logros, nivel de vida, y grado de influencia, entre las razas y entre los individuos, son, por lo tanto, injustas y deben ser eliminadas, de acuerdo con los igualitaristas.

Una Jerarquía de Responsabilidades

Como individuos conscientes de nuestra propia naturaleza y de nuestra relación con el resto del mundo, tenemos una inevitable jerarquía de obligaciones o responsabilidades.

Primero, tenemos una obligación con la Naturaleza, con la que tenemos que participar tan efectivamente como podamos en su eterna búsqueda de mayores niveles de desarrollo, formas de vida mejores.

Esta obligación ha sido reconocida y expresada por nuestros poetas y filósofos a lo largo de nuestra historia. Friedrich Nietzsche nos dijo que nuestra primera responsabilidad es ayudar a preparar al mundo para la venida de un tipo de hombre mejor. George Bernard Shaw escribió que estamos obligados a servir a la Fuerza de la Vida en su esfuerzo de conocerse a sí misma totalmente: es decir, alcanzar mayores niveles de conciencia.

Segundo, tenemos una obligación con nuestra raza como agente colectivo de progreso. La Naturaleza ha refinado y pulido las cualidades especiales encarnadas en la raza aria de modo que pudiéramos desempeñar mejor la misión que tenemos encomendada. Incluso aunque la Naturaleza ha desarrollado también otras formas de vida, incluyendo a otras razas humanas, nosotros tenemos una obligación especial hacia nuestra propia raza: asegurar su supervivencia, salvaguardar sus características únicas, mejorar su calidad.

Tercero, tenemos una obligación con aquellos miembros de nuestra raza que son los más conscientes de sus propias obligaciones y los más activos en alcanzarlas. Así, hay un lazo de camaradería entre nosotros y aquellos que también están trabajando por la misma causa.

Finalmente, tenemos una responsabilidad con nosotros mismos de ser los mejores y más fuertes individuos que podamos.

Nuestra aceptación de esta jerarquía de responsabilidades contrasta con la actitud de los individualistas, que no reconocen una responsabilidad hacia nadie que no sean ellos mismos; y también contrasta con la actitud de los humanistas, que evitan su responsabilidad racial.

Declaración Resumida De Creencias

Resumimos en la siguiente declaración la ideología bosquejada anteriormente: nos vemos como parte de la Naturaleza, sujetos a las leyes de la Naturaleza. Reconocemos las desigualdades que nacen como consecuencias naturales del proceso evolutivo y que son esenciales del progreso en todas las esferas de la vida. Aceptamos nuestras responsabilidades como hombres y mujeres arios de luchar por el avance de nuestra raza al servicio de la Vida, y de ser los más capacitados instrumentos que podamos ser para ese propósito.

Metas

  • Espacio Vital Blanco
  • Una Sociedad Aria
  • Un Gobierno Responsable
  • Un Nuevo Sistema Educativo
  • Una Política Económica Basada en Principios Raciales

Nuestras metas siguen esta visión del mundo, y como ella, son evolutivas. Esto es, nuestras metas para la siguiente década son pasos en el camino hacia nuestras metas para el siguiente cuarto de siglo, que a su vez son pasos en el camino de las cosas que queremos alcanzar dentro de un siglo, etc. No sería realista que describiésemos en detalle el tipo de mundo que queremos en un milenio o incluso en un siglo, porque, aunque conocemos los principios que deben gobernar ese mundo, no podemos estar seguros de cómo serán llevados a cabo. No sólo están las incertidumbres de la fortuna, sino que también podemos esperar aprender de nuestras experiencias y modificar en consecuencia los modos en que implantamos nuestros principios.

No obstante, es útil tener una imagen concreta ahora del mundo por el que estamos luchando, aun cuando comprendemos que esta imagen evolucionará, y sus detalles cambiarán. Si pensamos en el mundo que queremos forjar a partir de las ruinas del mundo actual, podemos fijar nuestra vista en cómo haremos las cosas dentro de un cuarto de siglo, después de que nuestros enemigos hayan sido derrotados, el conflicto de la revolución se haya apaciguado, y los desechos espirituales y físicos de esta era hayan sido eliminados. Entonces podemos describir, al menos en un bosquejo, ciertas características esenciales que ese nuevo mundo debe tener. Son, de forma breve:

Espacio Vital Blanco

En tiempos espiritualmente más sanos nuestros ancestros tomaron como suyas aquellas partes del mundo convenientes por su clima y terreno para nuestra raza: en particular, toda Europa y las zonas templadas de las Américas, sin mencionar Australia y la punta sur de África. Esta era nuestra área vital y nuestra área de procreación, y debe serlo de nuevo. Después de que la enfermedad del "multiculturalismo", que está destruyendo América, Gran Bretaña, y todas las demás naciones arias en las que es promovido, sea barrida, debemos tener de nuevo un área de la tierra racialmente limpia para el futuro desarrollo de nuestra gente. Debemos tener escuelas blancas, barrios residenciales y áreas de recreo blancos, lugares de trabajo blancos, granjas y campos blancos. No debemos tener no-blancos en nuestro espacio vital, y debemos tener espacio abierto a nuestro alrededor para nuestra expansión.

Haremos todo lo que sea necesario para conseguir este espacio vital blanco y para mantenerlo blanco. No seremos disuadidos por la dificultad o por hechos desagradables temporales, porque nos damos cuenta de que es absolutamente necesario para nuestra supervivencia racial. La tendencia demográfica a largo plazo hacia un mundo más oscuro que han causado las desastrosas políticas del último siglo no sólo debe ser detenida; debe ser invertida.

Una Sociedad Aria

Debemos tener nuevas sociedades a lo ancho del mundo blanco que estén basadas en valores arios y que sean compatibles con la naturaleza aria. No necesitamos homogeneizar el mundo blanco: habrá sitio para las sociedades germánicas, sociedades celtas, sociedades eslavas, sociedades bálticas, etc., cada una con sus propias raíces, tradiciones y lenguas. Lo que debemos tener, sin embargo, es un desarraigo completo en todas partes de los valores y costumbres semíticos y otros no-arios. Debemos una vez más suministrar la clase de entorno social y espiritual en el cual nuestra propia naturaleza pueda expresarse en la música, en el arte y arquitectura, en la literatura, en la filosofía y erudición, en los medios de comunicación, y en los estilos de vida de las personas.

En términos específicos, esto significa una sociedad en la cual los y las jóvenes se unan para gozar con música popular europea tradicional (polkas o valses, bailes celtas o gigas, por ejemplo), pero nunca ondularse o moverse espasmódicamente con ritmos de jazz o rock negroides. Esto significa música pop sin Barry Manilow y galerías de arte sin Marc Chagall. Significa barrios, escuelas, grupos de trabajo, y universidades en los cuales haya un sentimiento de familia y camaradería, de una herencia compartida y de un destino compartido. Significa un sentido de arraigo, que a su vez engendra un sentido de responsabilidad y vigoriza un perímetro moral, de modo que la gente de nuevo conoce instintivamente qué es sano y natural y qué es degenerado y extraño. Significa un sentimiento espiritual proveniente del alma y sin las trabas de la superstición o del dogma, que vuela libre y llega mucho más alto que la espiritualidad de hoy atada por la iglesia, guiada por el sacerdote.

Un Gobierno Responsable

Debemos tener un gobierno totalmente entregado al servicio de nuestra raza y no sujeto a ninguna influencia no-aria. Debe ser un gobierno guiado por principios fijos, pero capaz de responder de una manera flexible a los desafíos y las oportunidades. Debe ser estructurado y organizado de manera conveniente para su propósito de salvaguardar y avanzar la raza, y debe ser tan inmune a la corrupción y a la subversión como el genio humano pueda hacerlo.

En América hemos tenido una amplia experiencia con dos tendencias de gobierno. Durante el primer siglo más o menos de la República Americana, tuvimos un gobierno que en alto grado encarnaba el principio de que el mejor gobierno es el menor gobierno, reflejando la desconfianza general en gobiernos que era compartida por muchos de los creadores de la Constitución de los EE.UU. Este gobierno proporcionaba la defensa nacional, el correo, y un número de otras funciones más o menos útiles o necesarias para la existencia ordenada de la nación, pero interfería relativamente poco en las vidas de sus ciudadanos y les permitía a la mayoría resolver por sí mismos sus necesidades personales de la manera en que les convenía.

Con el crecimiento de la democracia de masas (la abolición de los impuestos electorales y otros requisitos para los votantes, el derecho al voto de las mujeres y de los no-blancos), el crecimiento de la influencia de los medios de comunicación en la opinión pública, y la intromisión de los judíos en una posición de control sobre los medios, el gobierno de los Estados Unidos fue gradualmente transformado en el monstruo maligno que es hoy: el enemigo más peligroso y destructivo que nuestra raza ha conocido.

Muchos patriotas miran hacia atrás contentos del gobierno tal como era en su primera fase, cuando era menos democrático y menos intruso en las vidas de los ciudadanos. Quizá llegue el momento en que podamos permitirnos tener un gobierno mínimo de nuevo, pero ese momento está en un futuro remoto. El hecho es que necesitamos un gobierno fuerte, centralizado, que cruce distintos continentes para coordinar muchas tareas importantes durante las primeras décadas de un mundo blanco: la limpieza racial de la tierra, el desarraigo de las instituciones racialmente destructivas, y la reorganización de la sociedad en una nueva base.

La tarea central de un nuevo gobierno será invertir el curso, que racialmente va hacia atrás, de los últimos milenios y mantenerlo invertido: un programa eugenésico a largo plazo que comprenda al menos las poblaciones totales de Europa y América. Una tarea así es necesariamente intrusa, y requerirá organización a gran escala.

Los detalles estructurales de un nuevo gobierno son importantes, pero no una cuestión de principios. Uno puede incluso hacer ese trabajo continuando con la democracia de masas, simplemente reemplazando a la gente que controla los medios de comunicación por miembros de la Alliance, y quizá ese sea un modo razonable de proceder durante un periodo de transición. Con el paso del tiempo, sin embargo, queremos un gobierno honesto, no uno que se esconde tras la ilusión cuidadosamente dirigida de que decenas de millones de votantes son los verdaderos gobernantes. Un gobierno de y por políticos no es sólo enormemente ineficaz, sino que también es demasiado susceptible de corrupción y subversión, dependiendo de quién controla los órganos de la opinión pública.

Necesitamos un gobierno en el que todas sus ramas sean cubiertas por gente cuidadosamente seleccionada y entrenada para sus responsabilidades, no por gente que son simples mentirosos con carisma. Necesitamos un gobierno de hombres y mujeres que realmente respeten ese gobierno, y cuya actitud hacia su misión sea esencialmente religiosa: un gobierno más parecido a una orden religiosa que a ningún gobierno secular actual. Puede no ser demasiado decir que la institución más importante en el gobierno que queremos será la que selecciona, entrena y examina a la gente que serán los jueces y los legisladores y los ejecutivos en ese gobierno: gente que será más parecida a sacerdotes seculares en su comportamiento y su actitud hacia su trabajo que a los políticos y burócratas de hoy. La institución que prepare a esta gente para su trabajo debe ser incorruptible y resuelta, con nuestros principios grabados en las almas de sus maestros.

Un Nuevo Sistema Educativo

Un sistema educativo apropiado sirve a tres propósitos: pasa de generación en generación la herencia cultural, intelectual y espiritual de un pueblo; enseña habilidades y técnicas; y guía el desarrollo del carácter de los individuos desde la niñez hasta la madurez. El primer propósito es desempeñado enseñando hechos e ideas: lengua, historia, ciencia, ética, etc.

El segundo propósito es desempeñado enseñando al niño o joven adulto cómo hacer las cosas que le serán útiles a él y/o a la sociedad: cómo tocar un instrumento musical, cómo soldar, cómo dirigir un negocio, cómo mecanografiar, cómo reparar un motor, cómo luchar con y sin armas, cómo dibujar, cómo nadar, cómo criar niños, cómo cultivar, cómo construir una casa.

El tercer propósito es desempeñado retando, examinando, condicionando: forzando al niño a ejercitar su deseo, autodisciplinarse, aguantar las incomodidades, hacer planes y llevarlos a cabo, superar miedos, aceptar responsabilidades, ser sincero, y en general desarrollar y fortalecer aquellos rasgos del carácter valorados por una sociedad aria sana.

El sistema educativo actual en América niega completamente el tercer propósito y proporciona pobremente los dos primeros, incluso en aquellas áreas afortunadas todavía no cargadas con un contingente "multicultural" apreciable. La razón más importante de su pobre rendimiento es que ha perdido toda comprensión clara de su propósito. Para mantener la herencia cultural, intelectual, y espiritual de un pueblo, debe primero conocer la respuesta a la pregunta: ¿Qué herencia de un pueblo? Hoy día una pregunta así es políticamente incorrecta y por lo tanto inadmisible.

Incluso hace medio siglo, antes de que se convirtiera en políticamente incorrecto comprender que la herencia que debe ser mantenida es europea, no había profundidad de propósito. La razón de mantener la herencia europea no es simplemente ayudar a la gente joven a cualificarse para un empleo bien pagado o conseguir mejores tertulianos de sobremesa. Es infundir en ellos una conciencia de lo que significa ser europeo –una conciencia racial- y así hacer de ellos patriotas raciales. Hechos e ideas tienen un componente espiritual, y este componente debe ser enfatizado en el proceso educativo.

Ciertamente habrá especialización sexual y ocupacional en la segunda área de la actividad educativa, y especialización sexual en la tercera. Incluso en la primera área, los niños serán indudablemente separados de acuerdo con su habilidad: no todos los niños necesitan aprender griego y latín y cálculo infinitesimal para adquirir un sentimiento hacia su raza y sus aspectos. No obstante, un sistema educativo apropiado debería suministrar un cuerpo común de conocimientos y comprensión compartido por todos, de forma que todos los miembros de la sociedad tengan un sentido de la comunidad totalmente desarrollado. El niño que quiera ser un maquinista debería leer a Homero, al menos traducido, y el niño que quiera enseñar literatura debería comprender qué significa ser un buen soldador, al menos hasta el grado de probarlo.

Sin embargo, es con el tercer propósito con el que un nuevo sistema educativo hará la contribución más radical a la sociedad aria. La educación que concierne al desarrollo propio de toda la persona y que se centra tanto en formar el carácter como en impartir conocimiento o enseñando habilidades se remonta a la antigua Grecia, y también disfrutó de una muy corta reactivación en este siglo en la Alemania Nacional Socialista, antes de ser prohibida por los defensores de la permisividad. Hoy la permisividad gobierna en todo el mundo ario. La "educación" es algo que tiene lugar sólo en edificios designados por unas pocas horas en días preescritos, bajo condiciones cercanas al caos. Dentro o fuera de estos edificios, la disciplina es mínima. Los niños crecen en un mundo sin criterios de funcionamiento, sin guías claras de comportamiento, sin ninguna fuente de autoridad. Vemos los productos de este sistema alrededor de nosotros: demasiados hombres débiles, indecisos, y demasiadas mujeres no femeninas; una falta general de metas significantes y de confianza en sí mismo; una población desenfrenada sin autodisciplina o fuerza interior, buscando sin descanso la "felicidad".

Asegurando que cada niño nacido en nuestra raza crece como el futuro ciudadano más fuerte, más capaz, más responsable, y más consciente, que sus genes le permiten, ganaremos una enorme ventaja respecto a cualquier otra raza sin un sistema educativo así.

Una Política Económica basada en Principios Raciales

Hay dos criterios fundamentales que deben ser usados para juzgar todas y cada una de las intervenciones del gobierno en temas económicos. Son, primero, el bienestar y el progreso de la raza a largo plazo; y segundo, la naturaleza humana. Lo que quiere decir que evaluando cualquier política económica debemos hacernos dos preguntas: ¿Será esta política al final beneficiosa o perjudicial para la calidad de la raza? ¿Y está de acuerdo con la naturaleza humana?

Nosotros miramos primero a los efectos raciales de una política e insistimos en que deben ser positivos –o al menos no negativos- y entonces insistimos en que la política esté basada en una comprensión clara y realista de la naturaleza humana, de forma que sea viable.

Podemos comprender mejor el significado de estos dos principios si consideramos brevemente dos sistemas económicos diferentes, el marxismo y el capitalismo del laissez faire.

La economía marxista tiene como meta ostensible la felicidad humana, en lugar del progreso racial, y está basada en suposiciones que no concuerdan con la realidad y con la naturaleza humana. Tiene como objetivo suministrar confort material para todo el mundo, más o menos con equidad. No puede ni siquiera admitir la posibilidad del progreso racial, porque eso implica que algunas clases de personas son inherentemente superiores a otras y que unas directrices de desarrollo son más deseables que otras.

El que uno prefiera la meta marxista de la mayor felicidad para el mayor número o la meta de la National Alliance de hombres y mujeres más fuertes, más sabios y más bellos, es un problema de los valores de cada cual. Sin embargo, no fue por su elección de valores por lo que el marxismo se vino abajo, sino por su rechazo a reconocer el hecho de la desigualdad humana y la naturaleza de la motivación humana. Cuando no se le permite a la gente trabajar para su propio beneficio y progreso, no trabaja bien; y cuando los líderes de una sociedad no alcanzan sus posiciones por su propio mérito, esa sociedad es probable que sea mal liderada.

En contraste con el sistema marxista, nosotros reconocemos la necesidad de permitir a la gente competir, cosechar los frutos de su labor, y ejercitar el liderazgo de acuerdo con su habilidad demostrada. Trabajarán más duro y más eficientemente y se ordenarán entre ellos en una jerarquía de habilidad. El resultado será una sociedad más fuerte, mejor liderada, y más próspera. Existirán, por supuesto, aquellos individuos que no trabajarán o cuyas habilidades naturales son tales que no pueden competir de forma efectiva. Mejor que seguir el camino marxista de robar a los que tienen éxito para recompensar a los que no lo tienen, debemos tomar medidas para asegurar que los elementos más bajos de la sociedad no se multiplican y se hacen más numerosos en posteriores generaciones.

El sistema capitalista del laissez faire suministra otro contraste ilustrativo. Bajo un sistema así la sociedad como conjunto no tiene metas: existen sólo las metas de los hombres y mujeres individuales. El sistema capitalista, como el nuestro, provee de fuertes incentivos a los individuos: los fuertes, agresivos, e inteligentes suben y prosperan, y los débiles, indecisos, y estúpidos se quedan en el fondo. Los líderes tienden a ser capaces –al menos, en el ambiente económico capitalista, con sus condiciones especiales.

Sin embargo, sin un principio unificador, una sociedad capitalista fácilmente puede caer presa de ciertas debilidades inherentes. Una de esas debilidades es la inestabilidad que lleva a los ricos a hacerse más ricos y a los pobres a hacerse más pobres, no solamente por diferencias de habilidad, sino porque la posesión de capital da al poseedor una enorme ventaja en la competición por más capital. Cuando la ganancia personal es la única motivación en una sociedad, aquellos que ya son ricos pueden arreglar las cosas a su favor: pueden comprar la legislación que quieran, y pueden hacer amenazas a su poder con métodos que pueden ser destructivos para el bienestar de la sociedad como conjunto. Pueden bajar el precio de la mano de obra, limitar la competición sana dentro de la sociedad, y explotar el medio ambiente sin considerar las consecuencias a largo plazo.

Demasiada estratificación social rígida resultado del capitalismo no restringido puede llevar a una hostilidad de clases endémica e incluso a una lucha de clases. Puede ralentizar el progreso racial haciendo de la habilidad para adquirir y mantener capital la característica suprema de supervivencia.

Necesitamos un sistema económico que, en contraste con el marxismo, permita a los individuos tener éxito en proporción a su capacidad y energía, pero que, en contraste con el capitalismo, no les permita mantener una actividad dañina social o racialmente, como eliminar la competencia o importar mano de obra no-blanca. Necesitamos estructurar nuestro sistema económico de forma que no pueda caer presa de la inestabilidad del capitalismo. Necesitamos mantener flexibilidad social, de forma que los individuos capaces y enérgicos siempre tengan la posibilidad de subir. Necesitamos asegurar que el capital no tiene la posibilidad de cambiar las reglas de la sociedad para acomodarlas a él. El camino para alcanzar y mantener un sistema económico que satisfaga estos criterios es designar y gobernar el sistema de forma sujeta al principio supremo: el último objetivo de toda política económica es el progreso racial.

Programa

Los hombres y mujeres blancos son una minoría que continua disminuyendo en el mundo; mientras las poblaciones negras y marrones están aumentando a una velocidad creciente, las poblaciones blancas en casi todos sitios están, como mucho, estáticas. Además, hay una creciente inmigración de no-blancos hacia áreas anteriormente blancas, acompañados por un cruce de razas a escala masiva.

Si tuviéramos sólo este problema demográfico, nuestra tarea sería fácil. Los gobiernos blancos tienen los medios necesarios para detener la inmigración no-blanca y deportar a las poblaciones no-blancas. Tales medidas, junto con una retirada de la ayuda económica y técnica a las áreas no desarrolladas del mundo no-blanco, permitiría a las fuerzas naturales invertir el crecimiento de la población no-blanca rápidamente. Los no-blancos no tienen la capacidad de contrarrestar tales medidas, militarmente o de otra manera.

Incluso las poblaciones más degeneradas de América, que se han degradado moral e ideológicamente tanto –aclimatadas al igualitarismo y "multiculturalismo"- que todo lo que podemos esperar salvar de incluso los elementos blancos de ellas es una minoría selecta, mientras la mayoría perece en el caos que preceda a la limpieza final, no pueden ofrecer una resistencia efectiva a una acción gubernamental decidida.

Desgraciadamente, desde el final de la segunda guerra mundial ningún gobierno blanco ha estado bajo el control de hombres blancos con nuestros valores y nuestra ideología. Los gobiernos blancos en todas partes están terminalmente corruptos, liderados por colaboradores de los judíos. Ninguna solución a nuestro problema demográfico puede ser implementada –y, por lo tanto, ningún futuro para nuestra raza puede ser asegurado- hasta que retomemos el control de nuestros gobiernos. Nuestro programa, por lo tanto, debe tener como una de sus metas la consecución del poder gubernamental. Nada a lo que le falte esto puede tener significado a largo plazo.

Por poder gubernamental queremos decir, por supuesto, el poder para hacer y ejecutar toda la política del gobierno. Esto implica una sustitución masiva de las estructuras de poder existentes: legislaturas, cortes, cuadros de mando militares y policiales, y los medios de comunicación.

La mera elección de una cabeza de estado no puede darnos poder; ningún presidente o primer ministro, incluso si es instalado por un golpe de estado militar y tiene el respaldo de los mayores líderes militares, puede mantenerse solo contra los otros elementos de la estructura de poder en un estado blanco moderno –especialmente contra el poder de los medios de comunicación. Para que cualquier poder que adquiramos tenga significado debe ser total: esto es, debe incluir todos los mayores elementos de la estructura de poder.

Ningún levantamiento no violento por un elemento blanco militante de la población puede tener éxito por sí solo, ni tampoco un levantamiento violento, en el cual las marchas y manifestaciones estén acompañadas por terrorismo y lucha en las calles, puede alcanzar éxito –mientras los mayores elementos de la estructura de poder permanezcan en las manos de nuestros enemigos. Ningún estado blanco moderno puede ser derrocado por una masa gritando fuera de la ciudadela; los revolucionarios deben haber establecido antes una posición lo suficientemente fuerte dentro de la ciudadela antes de que sus cohortes en el exterior empiecen a gritar. Uno puede pensar en la así llamada revolución "de los derechos civiles" de los Estados Unidos durante las décadas posteriores a la segunda guerra mundial, en la cual los negros quemaron ciudades y marcharon en manifestaciones enormes, frecuentemente violentas y con el tiempo se salieron con la suya. Los incendios y las marchas no les habrían servido de nada, sin embargo, si sus simpatizantes no hubieran estado ya sólidamente atrincherados en los medios de comunicación, las iglesias cristianas, la burocracia gubernamental, y las legislaturas y cortes del país. En nuestro caso la situación está invertida, con esos bastiones de la estructura de poder en manos de aquellos que nos odian más intensamente.

El poder que buscamos no puede ser alcanzado con trucos o subterfugios, con un esquema de infiltración y subversión graduales, con un golpe de estado repentino, o con cualquier otro medio superficial o insustancial. Sólo puede ser alcanzado construyendo primero una sólida infraestructura revolucionaria capaz de sostener una acción revolucionaria en muchos frentes por un periodo de años y entonces erigiendo sobre esa infraestructura una estructura de poder propia, en la cual cada elemento esencial de la estructura de poder opuesta a nosotros tenga su análogo.

Nuestra estructura de poder no pretende imitar la otra que queremos reemplazar, ni siquiera competir con ella en el sentido normal. Por ejemplo, sería estúpido imaginar que podríamos construir una estructura policial o militar revolucionaria que pudiera competir con efectividad con la del gobierno. Pero podemos construir estructuras con ciertas funciones militares y policiales que tengan como tarea inmediata la coordinación de reclutar dentro de las agencias militares y policiales del gobierno. Sus últimas tareas pueden ser servir como cuadros totalmente ramificados para incorporar y organizar el mejor material humano de las estructuras militares y policiales gubernamentales cuando éstas se estén desintegrando.

Incluso nuestros medios de comunicación no intentan competir con los del enemigo ganando audiencias más altas. Nuestro propósito es llegar a la población blanca entera con nuestro mensaje y hacerlo continuamente accesible a aquellos que son sensibles a él. Comprendemos que, con mucho, la mayor parte de la población blanca está, y continuará estando, más interesada en deportes o Star Trek que en nuestro mensaje, y no trataremos de destetarlos de sus diversiones. Sólo en las fases más avanzadas del desarrollo revolucionario estaremos compitiendo con los judíos por la atención de este elemento de masa, para entonces la competición será en nuestros términos. Nuestros medios de comunicación, sin embargo, eventualmente suministrarán la herramienta indispensable para comunicar con todos los elementos de la población blanca durante un periodo de transición crítico entre el colapso de un modo de vida y el establecimiento del otro. Una consecución exitosa del poder gubernamental no será posible sin esta herramienta.

El escéptico, o la persona que no puede imaginar un estado de hechos muy diferente del que está acostumbrado, mirará a la enorme disparidad en todos los elementos de la estructura de poder entre nosotros y nuestros enemigos, y pensará que nuestra meta de ganar el poder gubernamental no es factible –y que si fuera posible, sería sólo a través de una estructura de poder más grande y fuerte que la de nuestros oponentes: construyendo un ejército revolucionario con más soldados que el ejército de los EE.UU.; construyendo imperios televisivos con más telespectadores que la ABC, CBS, y la NBC; construyendo una organización política capaz de llevar más votantes a las urnas que los Demócratas o los Republicanos. Pero esto no es necesario.

No es necesario por dos razones: Primera, la estructura de poder de nuestros oponentes está sufriendo un cambio degenerativo rápido. Podría parecer demasiado decir que la estructura de poder gubernamental en los Estados Unidos se está autodestruyendo ante nuestros ojos, pero su patología es más visible mes a mes en muchas formas: en el cada vez más tosco estilo de "show business" de las campañas políticas; en las cada vez más frecuentes revelaciones de corrupción de los legisladores, su depravación personal y su desatención a las leyes que hacen; sobre todo, en la pérdida de deseo gubernamental de tratar problemas que requieren acción fuerte, decisiva, y quizá impopular. Está perdiendo su autoridad moral y su credibilidad ante la gente a la que gobierna; cada vez menos gente ve a su gobierno como algo más que una molestia cara, como se puede observar por el creciente número de quienes simplemente han parado de votar.

Las estructuras policiales y militares todavía conservan una cantidad considerable de poder físico, basado en gran medida en la tecnología moderna: archivos policiales computarizados de disidentes, vigilancia sofisticada y equipamiento secreto, misiles guiados por láser, bombas "inteligentes", y cosas por el estilo. Sin embargo, la calidad del factor humano que tiene su poder está declinando rápidamente. No son sólo los estragos de los programas de "Acción Afirmativa" en la competencia general de los trabajadores gubernamentales o la pérdida del espíritu de grupo en el personal blanco restante: más importante es el hecho de que las fuerzas policiales y militares del gobierno han perdido en gran medida su sentido de la justificación moral. Pueden todavía ser convencidos de que son lo suficientemente fuertes como para imponer su deseo sobre sus oponentes, pero ya no tienen la convicción inamovible de que representan el lado del derecho y la justicia; el idealismo ha dado paso al profesionalismo y cinismo. A largo plazo esto será una debilidad mortal.

Incluso los medios de noticias y de entretenimiento, a pesar de su aplastante influencia sobre todos los demás elementos de la estructura de poder y sobre la mayoría de la población, están haciéndose cada vez más vulnerables. Un elemento creciente del público mira a los medios con sospecha, reconociendo sus inclinaciones anti-blancas y su efecto destructivo sobre la moral y la cultura.

La segunda razón por la que no tenemos que construir una estructura de poder tan grande como la opuesta a nosotros es que todos los elementos de la población a los que queremos llegar con nuestro mensaje se están haciendo cada vez más sensibles a ese mensaje. Al mismo tiempo la estructura de poder opuesta está perdiendo sus propios partisanos. El gobierno y los medios judíos continuarán teniendo su núcleo de apoyo –judíos, feministas, algunos homosexuales, algunos cristianos, los entusiastas radical-liberales del Nuevo Orden Mundial, la mayoría de los burócratas federales y del estado, y otros en las nóminas del gobierno o de los medios- pero fuera de estos constituyentes especiales, a nuestros enemigos les quedan muy pocos verdaderos amigos, incluso entre sus beneficiarios. Los negros y mestizos como conjunto, por ejemplo, pueden apenas ser considerados un fiel baluarte del gobierno, a pesar del favoritismo que este les ha mostrado. La población americana se ha vuelto como la masa romana antigua, dispuesta a ovacionar a cualquier gobierno que le suministre pan y circos, pero igualmente dispuesta a volverse contra el gobierno en el momento en que el abastecimiento de esas comodidades es interrumpido –y nunca dispuesta a defender al gobierno si se requiere un sacrificio personal.

Para resumir los párrafos anteriores: La situación en América no seguirá siendo casi estática, como fue durante la mayor parte de los años 1970 y 1980. Durante ese periodo temprano los medios judíos fueron capaces de mantener a casi todo el público hipnotizado, para suministrarle una falsa realidad en lugar del mundo real que les rodeaba. Alguien se quejaría de que América se estaba volviendo más oscura, pobre y sucia. Los medios lo apagarían con un coro sobre el valor de la "diversidad", sobre los males del "racismo", sobre las maravillas del próximo Nuevo Orden Mundial, y la queja habría sido ignorada y olvidada por casi todo el mundo.

Ahora el proceso de decadencia y desintegración se ha acelerado; ahora la hipnosis está empezando a desaparecer mientras la realidad se vuelve demasiado severa para ignorarla. El proceso continuará acelerándose en el futuro. Más y más gente notará que, en efecto, el emperador está desnudo, incluso aunque los medios judíos continúen alabando la belleza y la grandeza de su nuevo traje y denuncien a aquellas almas ignorantes que rechazan reconocerlo.

El proceso es inherentemente inestable, y nada que los enemigos de nuestro pueblo puedan hacer lo invertirá. Su estructura de poder continuará haciéndose más patológica, si no más débil físicamente, en todos sus elementos, y más y más miembros del público blanco recibirán nuestro mensaje con simpatía. Nadie puede predecir con detalle el resultado de este proceso inestable después de que llegue al punto donde seamos capaces de ejercer una influencia significativa en su posterior desarrollo. Está claro, sin embargo, que nuestra responsabilidad ahora es continuar construyendo una infraestructura revolucionaria capaz de mantener una estructura de poder opuesta que pueda responder con ventaja a todos los desarrollos.

Una infraestructura revolucionaria es la colección estructurada de gente y otros recursos organizados con el propósito de llevar a cabo, durante un largo periodo, todo el radio de actividades necesarias para el propósito descrito arriba. Entre las actividades necesarias están la generación y diseminación de propaganda, reclutamiento, búsqueda de fondos, autodefensa y disciplina interna, reunión y evaluación de información, planeamiento y guía. Es solamente la continua mejora, desarrollo, y expansión de tales actividades lo que puede guiar a la consecución de la última meta revolucionaria.

Actividades

Los miembros de la National Alliance participan en todas las actividades mencionadas arriba, especialmente reclutando y en la diseminación del mensaje de la National Alliance al público. Esta última actividad se hace posible gracias al desarrollo de varios medios por la National Alliance: un programa de radio semanal, una variedad de materiales de audio y video, Internet, y una amplia gama de publicaciones impresas.

Emisiones de radio: El programa semanal de la National Alliance, American Dissident Voices (Voces Americanas Disidentes), llega a la gente blanca en el mundo vía radio de onda corta a varias horas y frecuencias. Además, un número de estaciones emisoras de AM en los Estados Unidos llevan el programa a audiencias locales o regionales. El programa está dirigido a una audiencia más general que la mayoría de los otros medios de la National Alliance. Alcanza muchos miles de personas cada semana que saben que hay algo extremadamente incorrecto en el modo en que su mundo está siendo gobernado, pero que necesitan ayuda para entender los detalles y comprender la imagen general, de modo que puedan aceptar su responsabilidad para trabajar por un futuro mejor. Un horario actual de emisión de American Dissident Voices está disponible en National Vanguard Books (Libros Vanguardia Nacional).

Distribución de material impreso: Los miembros utilizan los materiales impresos de la National Alliance –pegatinas y folletos de una tirada, cómics dirigidos a adolescentes, panfletos y revistas que están dirigidos a lectores más serios- para alcanzar al público. Distribuyendo estos materiales en sus comunidades, aumentan la conciencia pública de temas importantes, suministran información esencial no fácilmente disponible en otro sitio, y dan a las personas interesadas un medio de contactar con la National Alliance. Algunos miembros distribuyen estos materiales impersonal y anónimamente, y otros los distribuyen de forma que den una oportunidad de conocer a los receptores cara a cara y llevarlos a una conversación.

Actividad en Internet: La National Alliance mantiene dos sitios World Wide Web (www) en Internet. Cientos de archivos de texto, imagen y sonido están disponibles para el público en estos dos sitios, incluyendo artículos de la revista National Vanguard (Vanguardia Nacional), el texto de nuestro periódico Free Speech (Libertad de Expresión), y un número de archivos de sonido que permiten a los visitantes escuchar realmente nuestras emisiones de radio a su conveniencia. El catálogo de National Vanguard Books también está disponible en ambos sitios, con descripciones e ilustraciones de los libros y cintas y una orden de pedido descargable. Además, un número de miembros opera, tanto individualmente como en grupos disciplinados, como "misioneros" en una gran variedad de foros de discusión en Internet, contrarrestando las mentiras y las distorsiones históricas propagadas por los grupos judíos e igualitaristas y presentando los hechos e ideas de la National Alliance.

Cartas, encuentros y otras actividades: Muchos miembros hacen llamadas telefónicas a programas de debates de radio o escriben cartas a los editores de periódicos o revistas como un modo de diseminar el mensaje de la National Alliance. Algunos miembros invitan a personas interesadas a fiestas de escucha en sus casas y sintonizan American Dissident Voices o reproducen una grabación de una emisión anterior como un modo de presentar a sus invitados la National Alliance. Las Unidades Locales de la National Alliance mantienen frecuentemente encuentros públicos con hablantes invitados; patrocinan conciertos de música; y organizan barbacoas, festivales populares, y otras reuniones públicas que suministran contacto con los elementos espiritualmente más sanos del público general.

Reclutando y construcción de cuadros: Muchos miembros participan en el proceso de construir la National Alliance introduciéndose en el reclutamiento uno a uno de individuos selectos cuyo entrenamiento o habilidades hacen posible que puedan aumentar las capacidades de la Alliance. Así, un miembro que está en la facultad de una universidad busca otras personas de la facultad o estudiantes excepcionales que sean receptivos al mensaje de la National Alliance; un miembro que es un hombre de negocios busca oportunidades de sondear y reclutar otra gente de negocios con la que entre en contacto; un miembro que sirve en las fuerzas armadas o en una agencia de policía utiliza sus interacciones diarias con personal de la carrera para seleccionar individuos excepcionales que sean receptivos, y entonces les da una oportunidad de servir a su raza mientras llevan a cabo sus funciones militares o policiales. Dos veces al año se mantienen Conferencias de Liderazgo en la National Office (Oficina Nacional) de 50 a 60 miembros de cuadros y un número de nuevos miembros que se manifiestan especiales hacen promesa para convertirse ellos mismos en miembros de cuadros.

Por qué unirse al National Alliance

Fuerza en la unidad: Como miembro de la National Alliance estarás haciendo algo sobre lo que le está pasando a tu mundo, en vez de simplemente quejarte sobre ello. Estarás uniendo tu fuerza a aquella de muchos otros hombres y mujeres con las mismas creencias y metas. Trabajando solo puedes conseguir relativamente poco; trabajando en concierto con otros puedes tener un mucho más grande efecto en el curso de los acontecimientos.

Guía para miembros. Manteniéndose informado a través de las publicaciones internas de la National Alliance de las actividades de otros miembros y de los programas en marcha de la National Alliance, tendrás tanto guía como una visión más amplia de tu propia actividad. Podrás aprender de la experiencia y los conocimientos especiales de otros miembros en lugar de depender enteramente de tus propias conjeturas.

Haciendo que tu vida cuente: Nada en esta vida es más satisfactorio que hacer un compromiso de una meta grande e impersonal y que dedicar los talentos y energías de uno a su consecución. Como miembro de la National Alliance estarás echando una mano en la formación del futuro y en la determinación del destino de tu raza. Haciendo esto compartirás su inmortalidad.

Una tarea necesaria: Además de la satisfacción personal de hacer algo que realmente importa y que hace que tu vida cuente, deberías unirte a la National Alliance porque eso es lo correcto. Cualquier persona blanca que puede ver la amenaza al futuro de nuestra raza hoy y que rechaza, ya sea por cobardía o egoísmo, a plantar cara por su gente no merece ser contado entre ellos. La tarea de la National Alliance es extraordinariamente difícil, pero es necesaria, y esa debe ser la única consideración para un hombre o mujer racialmente consciente con un sentido de la responsabilidad totalmente desarrollado.

Requisitos

Elegibilidad: Cualquier persona blanca (una persona no judía de ascendencia totalmente europea) de buen carácter y de al menos 18 años de edad que acepte como propias las metas de la National Alliance y que desee apoyar al programa descrito aquí puede solicitar ser miembro.

Personas inelegibles: Ninguna persona homosexual o bisexual, ninguna persona activamente adicta al alcohol o a una droga ilegal, ninguna persona con una pareja no-blanca o que dependa de un no-blanco, y, excepto en circunstancias extraordinarias, ninguna persona confinada actualmente en una institución penal puede ser miembro. (La National Alliance no aboga por ninguna actividad ilegal y espera que sus miembros se comporten de acuerdo con ello.)

Procedimiento de solicitud: Cualquier persona elegible que desee convertirse en miembro de la National Alliance debería rellenar completamente la orden de solicitud que hay debajo y enviarla por correo, junto con la cuota de admisión de 15$ y su primer pago mensual, a la dirección que hay en la orden. Un nuevo miembro recibirá un pin de miembro, un Membership Handbook (Libro de Bolsillo del Miembro), y números mensuales de la hoja informativa interna de la National Alliance. A los miembros también se les envía números complementarios de la revista National Vanguard, cuando sean publicados. (Los pagos de cuotas son donaciones voluntarias en apoyo del trabajo de la National Alliance. No son pagos por bienes o servicios para el miembro.)

Anonimato: El anonimato de los miembros es protegido escrupulosamente; como política general, ningún nombre de miembro será publicado o revelado a otra persona sin el explícito consentimiento del miembro. Más aun, un solicitante que piense que su bienestar, seguridad o efectividad como miembro podría ser puesto en peligro si hubiera una posibilidad de que su pertenencia a la National Alliance fuera revelada puede, si lo desea, ser miembro bajo un seudónimo. Tal solicitante debería usar su seudónimo en su orden de solicitud y en toda su correspondencia sobre asuntos de la National Alliance. Su tarjeta de miembro será impresa con ese nombre, y recibirá todo su correo de la National Alliance dirigido a ese nombre. No se mantendrán registros con su verdadero nombre. Será responsabilidad del solicitante asegurar que el correo dirigido a su seudónimo le sea llevado por el servicio postal y tomar otras medidas requeridas para proteger su anonimato, como pagando sus cuotas con dinero en efectivo en lugar de con cheques personales. La National Alliance no recomienda que un solicitante use un seudónimo sin una sólida razón para ello. No favorecerá la estima hacia cualquier solicitante que elija un seudónimo frívolo.

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