Simón bar Kojba

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Simón bar Kojba o Simon bar Kokhba o Barcokebas o Barcoqueba (en hebreo, שמעון בר כוכבא; m. Betar, 135) fue un líder judío que dirigió en el año 132 la que es conocida como Rebelión de Bar Kojba contra el Imperio romano, estableciendo un estado judío independiente que dirigió durante tres años como Nasí ('Príncipe' o 'Presidente', no es un cargo hereditario), hasta ser derrotado por los romanos en 135. Reprimida la rebelión, Bar Kojba resultó muerto en el asalto final a la fortaleza de Betar.

Desde el punto de vista judío, es la figura de los primeros siglos que más se acercó al semblante de lo que para ellos debía ser un Mesías. Frente a su figura, los judíos consideran que los otros Mesías no son más que falsos profetas.

Biografía

Se ignora prácticamente todo sobre los orígenes de Simón bar Cochba, sólo se sabe que habría vivido hacia la primera mitad del siglo II. Es ampliamente conocido por haber puesto en marcha el más poderoso movimiento mesiánico de toda la historia judía. Aquibá, considerado en la historia de los judíos como el fundador del rabinismo llegó a decir de Simón bar Cochba que era el verdadero Mesías esperado de siglos. Su nombre Cochba o Kosebá, significa, de hecho, estrella de la redención, de donde sus seguidores tienen que haberlo concebido como el hijo de la redención. No obstante esto, Simón bar Cochba no era más que un insurrecto que se levantó contra Roma como muchos otros judíos resentidos de la época.

Los judíos, en todo caso, lo describen como un tipo de carisma excepcional que se ha ganado su aura mesiánica en los campos de batalla. A diferencia de todos los otros Mesías Simón bar Cochba tiene el mérito de no haberse autoproclamado Mesías, pues es su caso, la proclamación vino de parte de los mismos judíos que le seguían.

Como jefe militar que encabeza la última rebelión de los judíos contra Roma en la época antigua Simón bar Cochba no tendrá mejor suerte que sus predecesores. El triunfo romano sobre su rebelión será tan ejemplar que a los judíos no les quedará más remedio que abandonar para siempre el eterno acoso que contra los romanos habían llevado a cabo. Simón bar Cochba marca, en ese sentido, el trágico final de las esperanzas mesiánicas de los judíos.

Fuente

  • Martín Geneve

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