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Simon Mol
Biografía
Mol nació en el área anglófona de Camerún. Migró en 1997 a Ghana, donde comenzó a trabajar como periodista, escribiendo artículos sobre fútbol.
En 1999 visitó Polonia para asistir a un congreso del PEN Club, pero no regresó a África tras pedir asilo político sosteniendo que era perseguido en su continente por sus labores periodísticas (una década después se revelaría que en realidad jamás sufrió persecución alguna).
En su nuevo lugar de residencia, Mol se convirtió en una figura muy popular. Se vinculó con grupos antifascistas y antirracistas de extrema izquierda, creando la Asociación de Refugiados de la República de Polonia, mediante la cual recibió toda clase de subsidios del Estado polaco y de agencias de la Unión Europea. Trabajó coordinado con Amnistía Internacional, denunciando que Polonia era un país donde la discriminación racial y religiosa estaba institucionalizada. Mol editaba la revista Głos Uchodźców, mediante la cual apoyaba toda clase de causas progresistas desde el inmigracionismo hasta el ecologismo. También publicó varios libros de poesía de dudosa calidad literaria.
Asimismo el africano fue columnista regular de The Warsaw Voice -un diario polaco anglófono-, director de una sala de teatro donde promovía el vanguardismo dramático y los recitales de música global, y futbolista amateur en el Mazur Karczew. Todo ello le sirvió para penetrar en el mundo de la cultura y del deporte, e introducir su propaganda explotadora de la culpa blanca. Llegó incluso a trabajar con la Union of European Football Associations (UEFA) en el diseño de campañas para repudiar el racismo.
En el año 2005 consiguió que numerosas personalidades negras de Polonia -incluyendo varios embajadores de países africanos- firmaran un documento en el que repudiaban al académico y periodista Adam Leszczyński por publicar un artículo en el Wiedza i Życie que señalaba que la epidemia de sida en el Áfica subsahariana era producto directo de la irresponsabilidad de los hombres negros, quienes rara vez toman algún tipo de medida para protegerse del contagio de VIH cuando mantienen relaciones sexuales.
Hacia noviembre de 2006 surgieron denuncias contra Mol provenientes de tres mujeres que decían haber compartido intimidad con el africano y haber sido diagnosticadas como sidosas poco después. Las acusaciones contra Mol habían comenzado a circular varios meses antes, pero ni policías ni fiscales habían iniciado una investigación sobre el caso de manera independiente, debido a que no deseaban verse linchados por la prensa local ni cuestionados por autoridades políticas. En ese lapso, las víctimas de Mol sufrieron amenazas de muerte.
En enero de 2007 fue formalmente arrestado y su caso explotó en los medios masivos de comunicación. Gracias a ello se supo que Mol había sido diagnosticado como sidoso cuando habitaba un refugio de inmigrantes en 1999, pero, aun así, el negro le demandaba a sus parejas sexuales de mantener relaciones sin condón, sosteniendo que el solicitárselo era un acto de racismo basado en el estereotipo de que los subsaharianos son sidosos.
Zbigniew Ziobro, el Ministro de Justicia de Polonia, ordenó que se publicase en los diarios y en la televisión una imagen de Mol con una advertencia epidemiológica. Ello provocó dos reacciones: por un lado numerosas organizaciones progresistas acusaron al gobierno polaco de actuar guiados por el racismo y pidieron que fuese condenado por la comunidad internacional, mientras que, por el otro, cientos de mujeres polacas y algunos hombres invadieron hospitales con el fin de testearse para saber si padecían de sida, ya que afirmaban haber mantenido relaciones sexuales con Mol. Once de esas pruebas resultaron positiva.
El africano fue finalmente juzgado en julio de 2008, bajo el cargo de intento de homicidio. Sin embargo el juicio debió ser suspendido, a causa del mal estado de salud de Mol, quien fallecería en octubre de ese año muy afectado por una enfermedad renal. En todo momento el criminal aseguró que él nunca supo sobre su condición de sidoso y que todas las acusaciones en su contra fueron parte de una estrategia política para destruir su imagen pública.
