Cine sionista

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Hollywood es el epicentro del cine degenerado, famoso por el claro sesgo ideológico de sus películas sobre el Holocausto.

Se conoce con el nombre de cine sionista o cine degenerado a las producciones cinematográficas que abierta o subrepticiamente promueven valores e ideales judíos o favorecen a los mismos, fungiendo como propaganda del marxismo cultural contra las naciones no-judías, independientemente de que sean realizados por no-judios.

Prácticamente todas las producciones hollywoodenses contienen en mayor o menor medida mensajes que las inscriben en el registro del cine degenerado. En oposición a este tipo de cine podemos resaltar el cine con valores.

Debe señalarse que no siempre la inclusión de corrección política en producciones de cine debe interpretarse como propaganda deliberada, sino que en algunos casos se debe más al temor de reacciones negativas del público correctista (como posibles boicots) en caso de que dicho público perciba detalles que no vayan de acuerdo con su distorsionada visión del mundo.

Asimismo, que una película sea dirigida por un director judío, o tenga un reparto con actores judíos, no significa que esa película sea degenerada o mala per se, existen numerosas obras maestras de la cinematografía realizadas por judíos que no podrían ser acusadas de propaganda sionista o marxista cultural.

Los judíos en el cine

Es un hecho que los judíos dominan hoy Hollywood[1] como lo han hecho desde el nacimiento de esta industria. Artículos aparecidos en Jewish Post and Opinion, peródico judío de Estados Unidos, y el Jewish Chronicle, semanario judío de Londres dan amplia cuenta de esto. En Hollywood la mayoría de los actores, directores y productores son judíos. Tom Tugend en The Jewish Chronicle (La Crónica Judia) escribe:

La presencia judía en Holywood es un hecho que pocas personas desconocen. Se da por normal que los judíos dirigen el mundo del cine y que el carácter judío domina. En las fiestas se habla del último triunfo o fracaso de "nuestra gente"- Paul Newman, Barbra Streisand, Kirk Douglas (Issur Danielovitch), Joel Grey, Tony Curtis, Dustin Hofman y Woddy Allen, son sólo algunos "de los nuestros".

Actores

En términos de actores, la presencia judía en Hollywood no se queda atrás. Una breve lista de ellos puede ilustrarnos muy bien esto (citamos aquí a los más famosos, pues el espacio en esta enciclopedia no daría abasto con una lista detallada; además, en algunos casos, ponemos sus nombres judíos verdaderos, ya que es de público conocimiento que una de las tácticas preferidas de los actores judíos es cambiar su nombre por uno acorde al país en que vive):

  • Adam Sandler
  • Alan Rickman
  • Gary Grant (Larry Leach)
  • William Shatner
  • Jeff Goldblum
  • Charles Bronson (Charles Buchinsky)
  • Wynona Ryder (Winona Laura Horowitz)
  • Sarah Jessica Parker
  • Sean Penn
  • Natalie Portman (Natalie Hershlag)
  • Gene Wilder (Jerome Silberman)
  • Jerry Lewis (Joseph Levitch)
  • Harrison Ford
  • David Duchovny
  • Harry Houdini (Ehrlich Weiss)
  • Kate Hudson
  • Robert Downey, Jr.
  • Karl Maiden (Maiden Sekulovitch)
  • Leslie Howard (Leslie Stainer)
  • Natalie Wood (Natasha Gurdin)
  • Paul Newman
  • Bette Midler
  • Matthew Broderick
  • Laurence Harvey
  • Debra Messing
  • Woody Allen
  • Dustin Hoffman
  • Noah Wyle
  • Kirk Douglas (Issur Danilovich Demsky)
  • Sammy Davis Jr.
  • Scarlett Johansson
  • Sylvester Stallone
  • Ben Stiller
  • Goldie Hawn
  • Billy Crystal
  • Daniel Day-Lewis
  • Ben Kingsley
  • Michael Douglas
  • George Burns
  • Leonard Nimoy
  • Kevin Kline
  • Jack Black
  • Juliana Marguiles
  • Peter Falk
  • Tracy Pollan
  • Harvey Keitel
  • Jane Seymour (Joyce Penelope Frankenburg)
  • Peter Sellers
  • David Arquette
  • Debra Winger
  • Richard Dreyfuss
  • Edward G. Robinson
  • Michael Landon
  • Yves Montand
  • Lisa Bonet
  • Rodney Dangerfield
  • Lauren Bacall
  • Yasmine Bleeth
  • Sacha Baron Cohen
  • Elliott Gould
  • Bronson Pinchot
  • Piper Laurie
  • Douglas Fairbanks
  • Judy Holliday
  • Tony Curtis (Bernard Schwartz)
  • Rob Schneider
  • Sarah Bernhardt
  • Jason Alexander
  • Camryn Manheim
  • Harvey Fierstein
  • Paul Reiser
  • Hank Azaria
  • Red Buttons
  • Dyan Cannon
  • Seth Green
  • Gwyneth Paltrow
  • Mel Brooks (Mel Kaminsky)
  • Jon Lovitz

Directores

El poder del judaísmo en la entrega de los Premios Óscar.

La mayoría de los directores y productores de cine americanos son también judíos. La situación no varía mucho tratándose de los guionistas. Se estima que más del 95% de los guionistas de películas hollywoodense son judíos. Sólo por nombrar algunos citemos los casos de Richard Benjamin, Elliot Gould, Ron Leibman, etc. Pero el caso de los directores de cine judíos es todavía más emblemático. Una breve lista de éstos nos da ya una idea de su abrumadora presencia en Hollywood:

Empresas y compañias

"Los judíos controlan Hollywood, ¿y qué?"

Pero más importantes que los actores es el hecho de que la casi totalidad de las grandes productoras cinematográficas en Estados Unidos son judías o están en manos de judíos. Una simple revista a estas casas productoras de cine judías nos puede hacer una relativa idea de la enorme influencia que ejercen en Hollywood. Hlas aquí:

El conglomerado de medios de comunicación más grande hoy es The Walt Disney Company cuyos últimos presidentes y CEO, Michael Eisner, y posteriormente Robert Iger, son judíos.

El Imperio Disney, encabezado por un hombre descrito por un analista de medios de comunicación como un "monstruo del control", incluye varias compañías de producción de TV (Walt Disney Televisión, Touchstone Television, Buena Vista Televisión), su propia red de cable con 14 millones de subscriptores, y dos compañías de producción de videos.

En cuanto a la producción de películas, el Walt Disney Picture Group, encabezado por Joe Roth (también un judío), incluye Touchstone Pictures, Hollywood Pictures, y Caravan Pictures. Disney también posee Miramax Films, dirigido por los hermanos Weinstein que también son judíos.

Disney fue fundada por una persona no judía del Medio Oeste, Walt Disney, cuyos sentimientos eran de conocido tradicionalismo, patriotismo y valores morales pro-americanos; pero irónicamente su compañía cinematográfica, ahora que está dirigida por judíos en todos los puestos importantes (como su presidente Robert Iger, Michael Ovitz y Joe Roth (antiguo productor jefe de 20th Century Fox), produce y transmite ideales contrarios a los de su fundador. Eisner posee 225 estaciones afiliadas en los Estados Unidos y es dueño de parte de varias compañías de TV europeas.

La subsidiaria de cable de ABC, ESPN, es encabezada por el presidente y CEO Steven Bornstein, judío. Esta corporación también tiene una porción controlando compañías de cable Lifetime Television y Arts & Entertainment Network. ABC Radio Network posee once AM y diez estaciones FM, de nuevo en ciudades mayores como Nueva York, Washington, Los Angeles, y tiene más de 3.400 afiliados.

Time Warner Inc, es el segundo de los leviatanes de los medios de comunicación internacionales. El presidente de la mesa y CEO, Gerald Levin, es judío. La subsidiaria de Time Warner, es la red de cable de televisión más grande de Estados Unidos, HBO. En 1996, Time Warner compraba CNN, lo que derivó en la purga de algunos periodistas críticos con la ingerencia del sionismo.

Obras propagandísticas

Como resultado evidente del poder que ejerce el judío en la industria cinematográfica y audiovisual, las creaciones que este grupo minoritario genera están intelectualmente pensadas para favorecer únicamente sus intereses. Por este motivo, la mayoría de sus creaciones contienen un alto porcentaje de supremacismo judío, mesianismo, integracionismo, multirracialismo, mestizaje, relaciones interraciales, antirracismo, eurofobia, igualitarismo, homosexualismo, feminismo, hedonismo y un largo etcétera.

Películas

La mayoría de las películas hollywoodenses, en mayor o menor medida, contienen un trasfondo político en el que se incluyen mensajes y memes a través de los cuales se promueven los antivalores que los supremacistas judíos y otros gentiles corrompidos desean introducir hacia el público general. Hollywood constituye hoy por hoy lo que se ha dado en llamar la Gran industria cultural, pedagógica e ideológica por medio de la cual se manipula a la población occidental y se la acostumbra al tipo de sociedad deseada por los judíos.

Algunos ejemplos

Series de televisión

La llegada de nuevas tecnologías ha facilitado un modelo de entreteniendo televisivo y a través de internet, donde las series de televisión han tomado un papel equiparativo al cine de película. Estas series son principalmente producidas por las mismas compañías cinematográficas que crean las películas tradicionales y por lo tanto incluyen un nivel propagandístico similar.

A continuación, alginas series audiovisuales con mensajes propagandísticos:

Consecuencias

Hay voces autorizadas que ya reparan en el nocivo y perturbador efecto que supone la enorme influencia de la mentalidad judía, a través del cine y la televisión, en las habituales y normalizadas conductas negativas de la gente común, tales como arrogancia, soberbia, egoísmo, narcisismo, hipocresía, envidia y el uso de insultos. La mayoría de los estadounidenses cree, además, que el cine y la televisión incitan a la criminalidad, violencia, promiscuidad y otras formas de comportamientos destructivos. Y la enorme influencia que ejercen los judíos en esta industria no puede pasar de largo en este asunto. Si nos detenemos a escrutar la matriz del pensamiento judío partiendo de una de sus obras emblemáticas, el Talmud, no debiera nadie sorprenderse que el cine moderno, tenga una tal inclinación a la violencia, la criminalidad y toda esa clase de conductas que lindan con lo ilegal. Si a eso sumamos que tal influencia se extiende también a la Televisión, la prensa escrita, el mercado editorial, y los sistemas pedagógicos, los efectos de esta influencia pueden llegar a ser muy desoladores.

Es especialmente grave el adoctrinamiento en niños por medio de películas y series de televisión infantiles llenas de propaganda, ya que la exposición desde temprana edad moldea y distorsiona poco a poco la realidad percibida del infante.

Artículo de opinión

El cine degenerado como arma de destrucción masiva (fragmento), por José Antonio Bielsa[4].


"Asistimos a una inexorable degradación del cinema en todos los órdenes. Hasta hace no muchos lustros, todavía podían descubrirse en las salas de cine películas estimables, con aciertos narrativos o estéticos, en las que se manifestaba al menos un cierto respeto por la inteligencia del público. Cineastas y realizadores, con ideas razonables más o menos pensadas, manifestaban su genio, su talento o su medianía profesional a través de sus respectivas puestas en escena, entregando trabajos que oscilaban entre la excelencia y la insignificancia. Por la pantalla transitaban (aunque cada vez menos) seres humanos de carne y hueso, íntegros, que conseguían arrastrar consigo al espectador, atrapándolo cuán larga era la proyección del filme. Estos tiempos ya han pasado y seguramente no volverán. El cine legítimo, para qué engañarnos, murió hace tiempo, posiblemente en la década de 1980, cuando los últimos maestros entregaban sus grandes obras postreras; desde entonces y hasta nuestros días, la esporádica aparición de algunas notables entregas aisladas no ha conseguido quebrar la sensación de vacío creativo y pérdida de sentido fílmico de una industria envilecida por el mercado y las consignas políticas dominantes, virtualmente mediatizada por seudolenguajes no cinematográficos como el del videoclip, el videojuego o el anuncio televisivo, sin descender a cotas más bajas.

Esta imparable degradación del cinema supone, y confirma, el triunfo del denominado cine degenerado, al que se ha dado impunemente vía libre para devastar las estructuras mentales de toda una generación ahogada en las letrinas del marxismo cultural. ¿Qué contra-valores promueve este anti-cine destinado a menoscabar la inteligencia del público y pervertir su moral? ¿Cómo logra imponerse este hollywoodismo de cloaca a las masas como parte del Sistema, aceptado y reverenciado?

Para empezar, es preciso abolir prejuicios y poner al cine degenerado (llamado por algunos analistas cine sionista) en su ínfimo lugar, con independencia de su factura formal/industrial o su (falso) prestigio crítico: sea un subproducto de serie Z al servicio de algún culturista del momento destinado al mercado del vídeo, sea una publicitada superproducción destinada a inflar las taquillas y de paso arrasar en la entrega de los Óscar, la composición química de los ingredientes siempre suele ser la misma, si bien unos ingredientes presentan mayor calidad/entidad que otros, pese a que su composición, insistimos, sea la misma. Vayamos por partes.

Primero, ¿cómo identificar este tipo de productos? Cada día que pasa es más fácil desenmascarar este fraude que llamamos cine degenerado, sólo hay que estar atentos al detrito gelatinoso que nos van a servir en el plato. Se calcula que en torno al 90% de las producciones del Hollywood coetáneo y en menor porcentaje las de sus satélites (entre ellos el cine español de nuestros días) puede catalogarse como cine degenerado, y es que el cine degenerado de 2018 resulta obviamente mucho más identificable y prolífico que el de 1998, y ya no digamos que el de 1978: su rastrera naturaleza instrumental ya no intenta siquiera ocultar lo escandaloso de sus presupuestos: lo que antaño se intentaba ocultar y colar de forma subliminal en la mente del adormecido espectador, hoy se muestra y ensalza con un regodeo francamente escandaloso. Pero muchos espectadores, narcotizados y alienados en esta barbarie, tragan y digieren sin cuestionar nada de lo que ven y oyen, ya que ni visionan ni escuchan. Dos características mínimas, al menos, confirman y desenmascaran el cine degenerado como lo que en verdad es (la mayor fábrica de lavado de cerebro y creación de estereotipos del globo), a saber:

1) La promoción descarada de los contra-valores, debidamente dosificados o magnificados a lo largo de unos metrajes, por lo general, intercambiables y embrutecedores, entre efectistas y alambicados, haciendo gala de todos y cada uno de los tics de la posmodernidad: cualquier peliculilla de Almodóvar en España o de Tarantino en Usa pueden servirnos de ejemplo [...]

2) La destrucción del lenguaje cinematográfico, pervirtiendo los resortes normativos de la puesta en escena clásica (modo de representación institucional). Esta destrucción, que nada tiene que ver con las tentativas vanguardistas/experimentales de un Godard o un Chris Marker, puede asimilarse cotejando dos filmes comerciales de su tiempo harto antitéticos, separados por casi siete décadas de progresiva degradación: Los violentos años veinte (Raoul Walsh, 1939) versus La jungla 4.0 (Len Wiseman, 2007). La comparación resulta demasiado sangrante como para tomársela en serio, mas es evidente que entre la gran obra maestra de Walsh y el engendro neo-capitalista a continuación referido, la comparación resulta insoportable, de puro ofensiva. Y es que un maestro clásico como Walsh, cuya concepción cinematográfica se fundaba en el elaboradísimo estudio de la puesta en escena (composición, movimientos de cámara, valoración de los actores y los objetos en el plano, iluminación, columna sonora, etc.), nada tiene que ver con la ensalada de planos brevísimos y acelerados del ruidoso engendro al servicio de Bruce Willis, cuya única motivación “narrativa” parece ser/no ser un montaje irreflexivo e incoherente al servicio del propio Willis y su sempiterna camiseta, es decir al servicio de la nada misma.

Y segundo, ¿cómo combatirlos una vez identificados? Obviamente, la mejor arma de combate contra esta industria embrutecedora del cine degenerado es el boicot a todos y cada uno de sus productos (merchandising incluido), sin olvidar por supuesto la información consiguiente que nos haga conocedores de ellos, divulgando al mayor número posible de personas qué fines persigue esta industria y qué recursos utiliza para consumar su plan criminal de imponer un cambio de paradigma antropológico fundado en la corrupción del gusto y, por ende, de la mente. En consecuencia, animamos al público a boicotear estos productos que ningún bien le harán en cuanto espectadores (a ellos y a su entorno), al tiempo que les invitamos encarecidamente a conocer o revisar las grandes obras maestras del cine del pasado (por el precio de una entrada al cine se puede adquirir un deuvedé que bien puede pasar a formar parte de una videoteca personal), de la mano de cineastas íntegros que conforman el canon del cine legítimo o perenne [...]".

Referencias

  1. «Who runs Hollywood? C'mon» - Los Angeles Time, 19 de diciembre de 2008. (en inglés)
  2. «2014 Newport Beach Film Festival: A Talk With ‘Maleficent’ Screenwriter Linda Woolverton» Pacific Punch, 25 de mayo de 2014.
  3. «The Purge Series: Anti-White Murder Porn» - Trad Youth, julio de 2016.
  4. "El cine degenerado como arma de destrucción masiva" La Espada y la Cruz. (Consultado el 2 de agosto de 2018)

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Enlaces Externos