Los iberos o íberos fue el nombre que le dieron los antiguos escritores griegos a la poblacion del levante y sur de la península ibérica para distinguirlos de los pueblos del interior, cuyas costumbres eran diferentes. De estos pueblos escribieron Hecateo de Mileto, Heródoto, Estrabón o Rufo Festo Avieno, citándolos con estos nombres: elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelani, lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos, bastetanos y turdetanos.
Geográficamente, Estrabón y Apiano denominaron Iberia al territorio de la península ibérica.
Etimología
El término Iberia para definir lo que hoy es la península Ibérica nos ha llegado a través de los textos griegos, así como el término Hispania lo es latino, aunque los romanos también utilizaron al principio el topónimo de Iberia, e incluso le añadieron una «h»: Hiberia.
Hipótesis Vascoibera
El nombre de "Iberos" proviene del río Íber, probablemente el actual Ebro, aunque también pudiera ser otro río de la provincia de Huelva, donde textos muy antiguos citan un río Iberus.
Una hipótesis Vascoibera sobre el origen del termino Ibero es que esta palabra provendría de las palabras "Ibaia" y "Beroa", para realizar una transliteración fiel, se coje la raíz de cada palabra "Ibai" y "Bero" con lo que se forma la palabra "Ibaibero" que equivaldría a "Ibero", este termino significa en el actual Euskera "Río Caliente" haciendo alusión según diversos estudiosos del Euskera, a el río Ebro, el cual seria el primer río en descongelarse tras la gran glaciación y que por lo tanto daría nombre a los habitantes de la península Ibérica.
Paganismo y Costumbres
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Y dice (Artemídoros) que tres pequeñas islas contribuyen a darle esta figura: una ocupa el lugar del espolón, y las otras dos, con regulares condiciones para aportar, el de las "epotídes". Y dice que no hay allí ningún templo de Heraklés (Hércules), como falsamente afirmó Éphoros (Éforo de Cime), ni ningún altar dedicado a él ni a ningún otro dios, sino piedras esparcidas por todas partes en grupos de tres o cuatro, las cuales, según una antigua costumbre, son vueltas del revés por los que visitan el lugar y después de ofrecida una libación (Ofrenda a los dioses de Vino, Leche, Miel etc...) se reintegran a su postura primera. Y no está permitido ofrecer sacrificios ni aun estar allí durante la noche, pues dicen que los dioses lo ocupan en aquellas horas. Los que van a visitarlo pernoctan en una aldea próxima, y después, de día, entran allí llevando consigo agua, ya que el lugar no la tiene".
— Geografía de
Estrabón, Tercer libro, Capitulo I.
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Para llegar a Kórdyba (Córdoba) es preciso usar ya de barcas de ribera, hoy hechas de piezas ensambladas, pero que los antiguos (Iberos) las construían de un solo tronco".
—Geografía de
Estrabón, Tercer libro, Capitulo II.
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Los indígenas, conocedores de la naturaleza de la región, y sabiendo que los esteros (Pantanos) pueden servir para lo mismo que los ríos, han construido sus ciudades y poblados sobre aquéllos, tal como lo hacen en las riberas de los ríos. Así fueron levantadas Ásta (Asta Regia, cerca de Jerez), Nábrissa (Nebrija o Lebrija, cerca de la desembocadura del Guadalquivir), Ónoba (Huelva), Ossónoba (cerca del Algarve), Maínoba (Ciudad parcialmente desconocida) y otras más. La serie de canales que han sido abiertos por doquier ayudan al tráfico y a las relaciones, tanto entre ellos mismos como con los forasteros (Romanos)"
—"Geografía de
Estrabón, Tercer libro, Capitulo II.
Origen de los Iberos
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Más lejos, a cuarenta stadios, se ve la ciudad de Karteía (Nordeste de Algeciras, sobre la bahía), ilustre y antigua, antes estación naval de los íberes. Algunos atribuyen su fundación a Herakles (Hércules), y Timosthénes, que es uno de ellos, dice que antiguamente se llamó Herákleia, y aún eran visibles su gran recinto y sus arsenales"
—Geografía de
Estrabón, Tercer libro, Capitulo I.
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Dicha región se llama Baitiké (Hispania Baetica, Sur de España), del nombre del río, y Tourdetanía, del nombre del pueblo que la habita; a estos habitantes llámaseles tourdetanoí y tourdoúloi (Tartessós), que unos creen son los mismos; mas, según otros, dos pueblos distintos. Polýbios (Polibio) está entre estos últimos, pues dice que los tourdetanoí tenían como vecinos por su Norte a los tourdoúloi. Hoy día no se aprecia ninguna diferencia entre ambos pueblos. Tienen fama de ser los más cultos de los íberes; poseen una "grammatiké", y tienen escritos de antigua memoria, poemas y leyes en verso, que ellos dicen de seis mil años. Los demás íberes tienen también su "grammatiké"; mas ésta ya no es uniforme, porque tampoco hablan todos la misma lengua (Romanizacion de Hispania)
—Geografía de
Estrabón, Tercer libro, Capitulo I.
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Pero es mejor aún lo que vamos a recordar: la expedición de Heraklés (Hércules) y la de los phoínikes (Fenicios) a estos parajes diéronle [a Hómeros], de sus habitantes, la idea de un pueblo rico y de buena condición; así, pues, su sujeción a los phoínikes (Fenicios) fue tan completa, que hoy día la mayoría de las ciudades de Tourdetanía y de las regiones vecinas están habitadas por aquéllos. Me parece cierto, asimismo, que Odysseús (Ulises) llegase hasta aquí en su expedición, la cual le sirvió [a Hómeros] de pretexto para que, como en la Iliás (La Ilíada, poema griego atribuido a Hómeros), también en la Odýsseia (La Odisea, poema griego atribuido a Hómeros) conviertiera lo histórico en narración fabulosa, según costumbre de los poetas. En efecto, no sólo se hallan vestigios de estas cosas en Italía, Sikelía (Sicilia) y otros lugares, sino en Ibería, donde hay una ciudad de nombre Odýsseia (En la región de Sierra Nevada, en la provincia de Granada), un templo Athená (Atenea) y mil otros indicios de las andanzas del héroe y de los demás que sobrevivieron a la guerra troyana, tan funesta para los defensores como para los conquistadores de Troía. Efectivamente, no lograron sino una "victoria Kadmeía"(Una victoria sin vencedor ni vencido) y, en cambio, perdieron sus casas, sin conseguir cada uno más que una pequeña parte de botín; así, pues, se vieron obligados a echarse a la piratería, tanto los héllenes (Helenos) como los que habían escapado y sobrevivido a la destrucción de su patria, unos por valor, los otros por venganza. Porque cada uno se había dicho que es bochornoso estar largo tiempo lejos de los suyos y volverse de vacío a ellos. Así, al lado de las andanzas de Aineías (Eneas), de Anténor (Personaje legendario troyano) y de los Henetoí, la Historia ha registrado las de Diomédes (Domédes, Personaje legendario troyano), de Menélaos (Personaje legendario troyano), de Menestheús (Personaje legendario troyano) y de muchos otros. Ahora bien, instruido por la voz de la Historia de todas estas expediciones guerreras a las costas meridionales de Ibería, conocedor también de la riqueza de estas regiones y de los bienes de todas clases que poseen y que los phoínikes (Fenicios) dieron a conocer [Hómeros], tuvo la idea de colocar aquí (Iberia) la mansión de las almas piadosas, y el "Elýsion Pedíon" (Campos Elysios, lugar apacible, donde a su muerte hallaban reposo los héroes y los seres predilectos de los dioses) donde, según la predicción de Proteús (Proteo), Menélaos debía vivir algún día: "En cuanto a vos [Menélaos], los inmortales os conducirán al Elýsion Pedíon (Campos Elysios), en los fines mismos de la Tierra (El fin de la tierra decian estaba situado mas alla de las columnas de Hercules, en Iberia o pasando Iberia): donde reina el rubio Rhadámanthys, donde los humanos gozan de una vida feliz al abrigo de la nieve, de la escarcha y de la lluvia, y donde desde el seno del Okeanós se levante el soplo armonioso y refrescante del Zéphyros (El céfiro)." La pureza del aire y la dulce influencia del zéphyros son, en efecto, caracteres propios de Ibería, que vuelta por completo al lado del Occidente, posee un clima verdaderamente templado. Además está situada en los últimos confines de la tierra habitada, es decir, en los mismos lugares donde la fábula -como hemos dicho- ha colocado el Háides; porque la mención de Rhadámanthys en los versos que preceden implica la vecindad de Mínos, y ya se sabe lo que dice [[[Hómeros]]]: "Allí vi a Mínos, el noble hijo de Zeús, que con su cetro de oro en la mano administraba justicia a los muertos" (La Odisea de Homeros) Poetas venidos después han imaginado cosas semejantes a éstas: el robo [por Heraklés (Hercules)] de los ganados de Geryónes (Rey mítico de Tartessós, se decía que era un gigante de tres cuerpos al que Hercules le arrebato sus bueyes), y la expedición con el fin de conquistar la manzana de oro de las Hesperídes (El Jardín de las Hesperídes se situaba hacia Iberia y el norte de Africa, pero en pleno Océano), y estas islas de los Makáron (Islas Canarias, donde se suponía reinaba la felicidad eterna), en las que reconocemos hoy algunas de las islas sitas no lejos de la extremidad de la Maurousía, que está frente a las Gádeira."
—Geografía de
Estrabón, Tercer libro, Capitulo II.