Óscar Únzaga de la Vega

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Óscar Únzaga de la Vega.

Óscar Únzaga de la Vega (1916-1959) fue un político, fundador de la Falange Socialista Boliviana (FSB), partido nacionalista democristiano. Es conocido por su trágica muerte en un golpe de Estado contra el gobierno de Hernán Siles Zuazo.  La ideología de su partido se enmarca en el modernismo teológico, cerca de un tomismo heterodoxo y orientado hacia la revolución como norte legítimo. Aspiraba a refundar Bolivia mediante una revolución integral, despreciando al marxismo y al liberalismo económico, pero asumiendo sin quererlo un liberalismo nutriente del nacionalismo.[1]

Biografía

Óscar Únzaga en una hacienda rural.

Nació el 19 de abril de 1916 en Cochabamba (centro de Bolivia), siendo hijo de Camilo Únzaga y Rebeca de la Vega. Tuvo dos hermanos que fallecieron y no pudo conocer: Guillermo y Cristina. Rebeca era baja, de ojos negros y cabello ondulado; nació en enero de 1882. El padre de Rebeca se llamaba Octavio de la Vega, y había fallecido en 1897, cuando ella era adolescente; está enterrado en el campo santo de La Paz. Rebeca fue criada por su madre, doña Luisa Iturri.[2]

Entre los hermanos de Octavio estaban Julio de la Vega, apodado 'El Oso', por su actitud valerosa durante la Guerra del Acre. Julio fue además ministro de Estado. El otro hermano era Arturo, pero murió joven en las selvas del Beni, cuando decomisaba una carga de quinina. Poseía una finca en el poblado de Independencia y proveía de frutas y verduras a la familia de Óscar Únzaga.[2]

La abuela Luisa falleció en la década de los 50, asustada por los indígenas que tomaban la ciudad de La Paz y por los mineros que encendían dinamita en la plaza principal. Únzaga tenía poco contacto con sus primos, pero sabía que estos no aprobaban su acción política. Su padre se dejaba crecer el bigote y provenía de los Yungas, una zona húmeda con serranías al lado oeste del país. Consideraba que los signos del Horóscopo eran paganos y no creía en ellos.[2]

Únzaga sufría de úlceras desde los años treinta. Era blanco, delgado, de media estatura, con abundante pelo y ondulado, ojos grandes, cejas espesas, boca delgada y barba deslucida. Le decían 'El Chapu'.

Su hermano menor, Alberto fue un mártir de la familia, pues murió a los 20 años. Tenía ojos claros y tenía un mentón pronunciado. Era subteniente y fue abatido en 1933. Tras la muerte de Alberto, su madre conservaba sus medallas y su kepi (gorro militar) como recuerdo.

El hermano mayor se llamaba Camilo, y protegía a Óscar desde que este era un niño, según cuenta su madre. Era muy delicado de salud y sufría de respiración entrecortada. Óscar pensaba levantar un monumento a él una vez ganada la presidencia, porque él fue quien con sus ideas nacionalistas influyó fuertemente en Óscar: le hablaba de la patria, honor, familia y sacrificio. Además, lo impulsó a buscar a los primeros jóvenes de la falange y le otorgó libros y artículos para que se instruya. Una frase suya que Óscar recordaba mucho era: «Al ideal hay que entregar la personalidad toda, sin la menor exclusión y sin el más breve aminoramiento».

Debido a la enfermedad de Camilo, la familia se mudó de La Paz a Cochabamba, con el fin de darle más aire para que respire. Una vez mayor de edad, él no pudo ir a combatir a la guerra por su debilidad. Después de la guerra, él le dijo a Óscar que funde el partido porque a él ya no le daba el tiempo, y que redacte los versos necesarios para convocar a los jóvenes. Camilo murió muy pronto y cuando lo hizo tenía la boca azul.

Arturo era primo hermano de Óscar y tenía una hacienda algo pobre; también cuidaba a Únzaga y huyó a París. Acudió a su rescate un indígena que fungía como peón ahí. Una vez de nuevo en Bolivia, Arturo fue uno de los que perdió sus propiedades con la Reforma Agraria de 1953. Hasta el momento de la muerte de Óscar, Arturo todavía enviaba fresas crecidas en su campo a la familia Únzaga de la Vega. Quería una escuela para indígenas en los terrenos de su vivienda.

Los hijos de Julio, tío de Óscar, vivían en La Paz. El mayor se llamaba también Julio, y poco antes del armisticio del Chaco todavía vivía en Cochabamba. Le enviaba a Óscar libros, novelas y películas de las hermanas Legrand, aunque no compartía su aborrecimiento por los judíos. La segunda era Beatriz, quien visitaba a Óscar cuando este dirigía la Biblioteca Municipal. Para 1959 esperaba su octavo hijo y consideraba a Óscar su primo favorito.

Alfonso y Jorge, eran los camaradas más leales a Óscar. Alfonso fue apresado en un campo de concentración y salió con la espalda marcada con hierro candente. Para fines de los años 50 se encontraba exiliado en la Argentina. Jorge era el menor de todos y contaba con 15 hombres para tomar el poder durante el golpe de Estado que acabó con la vida de Únzaga: aproximadamente 100 enemigos lo esperaban. Noches antes de ese día, había evitado caer preso al saltar del segundo piso de su casa al patio del vecino.

Los camaradas de Óscar a veces vacacionaban en Cala Cala y comían humintas (tamales) horneados por su madre o cuñapés de su tía Enriqueta, de Santa Cruz; también consumían dulce de lacayote. Óscar pensaba dedicarse a la literatura mediante la poesía, pues le gustaba escribir sobre las mujeres, los jóvenes y el paisaje.

A sus 21 años de edad fundó la Falange Socialista Boliviana, inspirado por el falangismo español y el fascismo italiano. A pesar de ello, se desligó de estos movimientos en su totalidad y los rechazó implícitamente, porque quería generar un nacionalismo boliviano auténtico. En 1947, a sus 31 años, llegó a ser diputado por Cochabamba, y se hizo conocer por su oratoria temible y certera. Su filosofía de vida era: "Dios, Patria y Hogar".

Durante las elecciones de 1956, la falange configuraba un bloque poderoso opositor contra el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y obtuvo mayoría de votos en las ciudades principales, pero el carisma del MNR era indiscutible en la zona rural. Ese mismo año la falange llevó a cabo un golpe de Estado y varios de sus miembros fueron asesinados, otros capturados y perseguidos con el fin de ser instalados en los campos de concentración, siendo Curahuara de Carangas el más famoso de ellos. El mismo año, algunos falangistas eran trasladados desde Santa Cruz hacia La Paz, pero desviaron el vuelo del avión conformando el primer secuestro aéreo político de la Historia Mundial. Cambiaron la ruta de la aeronave hacia Argentina y se salvaron.

Muerte

La periodista e historiadora Lupe Cajías detalla con puño y letra la muerte de este líder boliviano.[2] La mañana del 19 de abril de 1959 en La Paz, a las 11, sus camaradas planeaban celebrar misa y rezar por él en la Iglesia de San Francisco. Sus hermanas no sabían del golpe de Estado que planificaron él y sus compañeros. Únzaga había dormido muy poco; en ese momento guardaba consigo una foto de su hermano Alberto, cuando este partía a la Guerra del Chaco.

La noche del 18 de abril de 1959 Óscar se había infiltrado en una casa de la calle Larecaja disfrazado de sacerdote, ya que un salesiano le había prestado su sotana; con un sombrero, Únzaga cubrió su cabello y se dejó solo los bigotes sin la barba para no desatar sospechas en quienes lo perseguían. Sus manos eran blancas y largas. El lugar se encontraba cerca del Cuartel Sucre. Tenía como anterior refugio el Batallón Colorados, pero no le sirvió por mucho tiempo.

Doña María Teresa había preparado el escondite de Únzaga y acudió al lugar con su neta. Era prima de Chelita, una prima del falangista. La camarada Rosa era la encargada de obtener zapatos, calcetines, chalecos y sacos para los capturados.

Frases

Del libro de Horacio Poppe

Las siguientes frases fueron extraídas del libro Óscar Únzaga de la Vega: apuntes temáticos[3], del diputado Horacio Poppe Inch. Fue publicado el 22 de noviembre de 2018 y es una recopilación de palabras originales del fundador de la Falange Socialista Boliviana (FSB), don Óscar Únzaga.

Derecha, capitalismo e imperialismo

  • «La Derecha se ha equivocado con nosotros al vernos viril y gallardamente enfrentarnos contra la anti-nación representada por el marxismo; nos creyó trinchera corajuda de sus intereses, nos creyó ingenua y patrióticamente vanguardia que defendería la explotación y la miseria de los bolivianos gritando ¡Viva Bolivia!

Pero se ha equivocado. Hoy nos teme más que al marxismo, porque nos sabe más fuertes y más eficaces, sabe que con nosotros acabará el régimen de explotación y de privilegios de las roscas del capitalismo.»

— Mensaje del 6 de agosto de 1941.

  • «Encabezaremos la vanguardia de las conquistas populares en la destrucción de las roscas, de los círculos financieros que crean dentro del Estado un Estado más poderoso; del capitalista que hace su fortuna mediante la explotación y que no pone esa su fortuna al servicio de un mayor progreso nacional, sino que la lleva a lejanas playas extranjeras y la pone al servicio de tierras distantes; el capital extranjero que succiona el trabajo del boliviano y no deja beneficio al país. Lucharemos por la liberación del pueblo boliviano del imperialismo extranjero.»

— Mensaje del 6 de agosto de 1941.

  • «Los gobernantes de Bolivia se proclamaron siempre marxistas, todo su historial político los colocó, una y otra vez, en posición contraria a los Estados Unidos; se ufanaban de constituirse como la más avanzada revolución antiimperialista de toda América y ellos dijeron claramente, explicando la ayuda americana, ‘somos antiimperialistas pero tenemos que valernos del imperialismo por el momento, para subsistir’.»

— Impostura en el gobierno de Paz Estenssoro. Desde el exilio, mayo de 1955.

  • «En el sistema, son los principios, es el experimento comunista el que ha fracasado, el que ha conducido a Bolivia al hambre y al caos. Y es a ese sistema, a esos principios, a ese experimento comunista que Mr. Sparks quiere ayudar a salvar […] Es la intervención en la empresa privada, el desconocimiento del régimen de propiedad, la confiscación de bienes, la cancelación del parlamento y tribunales, la justicia en manos de los tribunales populares, la total liquidación de la prensa libre, el asalto a la cultura y la universidad, la destrucción de las fuerzas armadas y la organización de obreros y campesinos como arbitrios supremos de la nación, ¿es todo ese sistema de totalitarismo clasista a la manera asiática el que recomienda el Departamento de Estado para los pueblos latinoamericanos? […] ¿Por qué un gobierno de esta clase tiene la preferencia de los Estados Unidos? ¿Por qué el Sr. Sparks simpatiza con esa obra antiamericana? ¿Esos son los principios de la doctrina americana por los cuales murieron miles de soldados americanos?»

— Impostura en el gobierno de Paz Estenssoro. Desde el exilio, mayo de 1955.

Socialismo, comunismo y justicia social

«El socialismo marxista ha sido siempre negación y prédica disociadora, y las políticas han de ser por esencia constructivas, afirmativas.»

— Mensaje del 6 de agosto de 1941.

«Culpable el socialismo marxista de la ausencia de civismo nacional y del derrotismo que nos ha envilecido. Ha sido el destructor de los grandes principios espirituales, pero no han costruido en cambio ninguna conciencia política nueva, vital ni optimista.»

— Mensaje del 6 de agosto de 1941.

«Un socialismo boliviano, cuyas fórmulas y sistemas sean captados de la realidad boliviana y cuyas finalidades sean expresamente inspiradas en la felicidad de los bolivianos, es la pauta de nuestra concepción socialista […] Este socialismo justiciero y boliviano, sin las posturas demagógicas de ofrecer jauja a una clase perpetuando de esta manera la improductividad y la insipiencia económica del país, es muy diferente del socialismo marxista.»

— Mensaje del 6 de agosto de 1941.

«El socialismo marxista, un día comunista recalcitrante y al otro nacionalista democrático, no podrá construir nada efectivo.»

— Mensaje del 6 de agosto de 1941.

«Realizaremos la justicia social, pero en austeras formas de disciplina sin repetir el drama de empujar a masas desvalidas en busca de su redención para arrojarlas a la anarquía que acabará por destruirlas. Lograremos la justicia como fruto de la solidaridad boliviana. Porque no ha de ser la justicia social engendro de odio y fruto de desunión nacional. Los comunistas de esta tierra, al ver que este pueblo se levanta libre y nacionalista, quisieran ponerlo en el potro de la lucha de clases para descoyuntar, como Túpac Amaru, el cuepro de esta patria que debe ser unida y fuerte.»

— Discurso del 15 de agosto de 1945.

«El comunismo ateo es la forma más avasalladora de las tiranías y el enemigo más peligroso de la libertad.»

— Mensaje de enero de 1946.

«Hemos enunciado principios socialistas que el obrero boliviano rápidamente ha intuido como los que habrán de llevarle al camino de su reivindicación social, sin renegar de la patria y sin vulnerar su progreso fundado en la industrialización nacional.»

— Carta abierta al presidente de la junta de Gobierno, 21 de septiembre de 1946.

«Falange Socialista Boliviana desea el poder para iniciar la transformación nacionalista de Bolivia, expresada […] en un régimen de justicia social donde la economía nacional esté en servicio del pueblo, combatiendo la explotación y el privilegio, sin fomentar la lucha de clases.»

— No el poder a medias, sino el poder total. 12 de mayo de 1952.

Del libro de Lupe Cajías

No las dijo propiamente Óscar Únzaga, pero se le atribuyen, por la manera en que pensaba y escribía. Son propiamente escritas por la historiadora Lupe Cajías en la biografía que ella publicó sobre Óscar Únzaga, Morir en mi cumpleaños.[2]

Del libro de Rodolfo Surcou Macedo

Rodolfo Surcou Macedo publicó el libro Hacia la revolución integral: una interpretación del pensamiento político de FSB.[4] Es de ahí de donde se extraen las siguientes frases donde él cita a Únzaga:

  • «Los factores geográficos, étnicos, psicológicos, determinan que la humanidad no puede considerarse como una unidad social, sino como diversos grupos sociales, imprescindibles e innegables en el curso de la historia.»
  • «Que nuestra palabra sea verbo de fe bolivianista, acicate para el músculo, incentivo para el cerebro y temple para el alma.»
  • «El pan de la Patria brotará de vuestras manos, cuando el fusil y el odio impuesto por la demagogia sean substituidos por la técnica y la cultura, base fundamental de la nueva Reforma Agraria.

Fuentes de investigación de Cajías

La autora de la biografía de Únzaga detalla las fuentes de su investigación en la última página de su libro de la siguiente manera:

«Este libro se basa en documentos originales de la familia Únzaga de la Vega; del proceso y de las declaraciones de los protagonistas; de los expertos y de la Comisión Internacional patrocinada por la Organización de Estados Americanos; además de la prensa de la época, en especial entre abril y octubre de 1959.

En esa búsqueda recibimos el apoyo de los historiadores Alberto Crespo, René Arce y Marcela Inch.

Destacamos especialmente el aporte de Carmela Gallardo y de Carmen de la Vega Silva. A ellas debemos fotos originales y el diario de Camilo Únzaga. También tuvimos acceso a los originales del Archivo personal de Walter Guevara Arze, que estuvieron sellados hasta el 17 de enero de 2005.

Se revisaron biografías sobre Óscar Únzaga y folletos de su partido Falange Socialista Boliviana (FSB), además de otras publicaciones partidarias.

Agradecemos las largas entrevistas con Maruja Iturri, Carmela Gallardo de la Vega, Daniel Delgado, Olga Flores, Reynaldo Paz, Walter Vázquez M. y sobre todo a Julieta caballero que nos permitió reconstruir hora a hora aquel fatídico 19 de abril. También nos dieron datos mujeres y hombres falangistas de diferentes épocas.

Cristian Eugenio reconstruyó las ajadas fotos de viejos textos.

Finalmente, un agradecimiento a mis primeras lectoras, Manina y Beatriz Cajías y Beatriz Navia y al aliento de los colegas Arturo Guerrero y Juan Carlos Salazar.»

Referencias

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