Saúl Pinto

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Retrato de don Saúl Pinto Landívar.

Saúl Pinto Landívar (1929-2018) fue un falangista boliviano, héroe de su país por ser el piloto que desvió un vuelo de avión en el que se pretendía llevar a los falangistas a campos de concentración en la Cordillera de los Andes. Se considera el primer secuestro aéreo de la historia, y fue desviado a la provincia de Salta (Argentina), donde los falangistas fueron recibidos como héroes e incluso hospedados en hotel por orden del gobernante argentino de aquel entonces.

Nació el 26 de mayo de 1929 en Santa Cruz de la Sierra (oriente boliviano). Murió el 14 de junio de 2018. Sus padres fueron Don Saúl Pinto Parada, hermano de Dr. Melchor Pinto Parada, y Doña María Landívar Franco, ambos de distinguidas y tradicionales familias, sus hermanos son Olga, Lidia y Alfredo, este último piloto civil igual que él.

Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Obispo Santistevan y los secundarios en el Colegio Nacional Florida en donde curso estudios hasta tercero de secundaria, para ingresar.

Realizó sus estudios de aviación en la Base Aérea durante tres años, hasta sus 21 años, edad en la que recibe su licencia de piloto comercial, corría el año 1950 y el era uno de los pilotos mas jóvenes del Lloyd Aéreo Boliviano, empresa aérea en la que trabaja unos cinco años hasta adquirir su primer avión, un ULTE - 13 monomotor, pequeño pero muy potente, con el que pronto fue requerido por una numerosa clientela conocedora de su habilidad y pericia como piloto ademas de su conocimiento vasto de las rutas áreas nacionales.

Una de las hazañas memorables de su accionar político fue el famoso "Salto a Salta", que fue el primer secuestro aéreo de la historia, un grupo de 47 falangistas cruceños habian sido detenidos y estaban siendo trasladados a Curahuara de Carangas, uno de los campos de concentración celebres de la época constituido por Decreto Supremo, donde corrían riesgo de ser ultimados como lo hicieron con miles. El Capitán Pinto y sus camaradas pudieron tomar la nave y desviar su curso, salvando sus vidas y llegando a salvo a la ciudad argentina de Salta.

Estuvo un año en el exilio en la República Argentina y retornó a Bolivia merced a una amnistía decretada por el gobierno, a trabajar junto a sus seres queridos y a continuar la lucha en defensa de los intereses regionales.

Militancia falangista

Saúl Pinto en su juventud.

Ingresa muy joven a la Falange Socialista Boliviana influenciado por el pensamiento ideológico de nuestro partido junto a muchos otros valerosos jóvenes cruceños con los que habría de escribir con sus acciones paginas heroicas en pro del progreso de su solar natal y de su patria, joven Saul Pinto decidió seguir el camino del idealismo, muy pronto tendrá la oportunidad de demostrar su valía en esa ruta electa.

Participaría de manera descollante en muchas acciones partidarias en pro de la defensa de los intereses regionales y nacionales entre 1952 y 1964, sufriendo durante esta época toda clase de persecuciones, destierros y exilios.

Una vez en Santa Cruz mientras se dirige a Concepción junto a diez camaradas, sufren una emboscada por parte del gobierno que pretendía acabar con su vida, recibe ocho disparos en el vientre con salida por la espalda, y malherido consigue esconderse entre la maleza y salvar su vida, refugiándose en casa de una familia amiga en la zona, gracias a los auxilios de un franciscano recibe atención medica, alertadas las fuerzas del gobierno de su presencia rodean la casa y le detienen malherido.

Gracias a la intervención de sus familiares, consigue ser trasladado a Santa Cruz, donde posteriormente gracias a un salvoconducto, viaja a Buenos Aires a salvar su vida.

Al sanar de sus heridas, no se rindió y retornó una vez mas a seguir luchando para acabar con el oprobioso régimen que azotó Bolivia entre 1952 y 1964, es detenido nuevamente y deportado a Perú.

A la caída del régimen del MNR, retoma sus actividades particulares formando un prospero hogar con la distinguida dama cruceña Elda Castedo de Pinto, siendo bendecido este matrimonio con cinco vástagos: Elizabeth, Elda, Jorge, Oscar y Saúl Martin, este último nacido en Perú durante la última deportación del cap. Pinto.

Secuestro aéreo

Los falangistas Hugo Achá (izquierda), Mario R. Gutiérrez (derecha) y Saúl Pinto (centro).

Por mandato de la constitución Política del Estado, el estado de Sitio dictado por el gobierno el 19 de abril de aquel año, con motivo de3l movimiento revolucionario falangista de esa fecha, terminó ipso facto el día 18 de Julio, vale decir que después de 90 días de vigencia. Sin embargo, la capital cruceña, continuaba soportando los atropellos y la ola de vandalaje impuesta por las hordas del oficialismo.

El piloto civil Saúl Pinto Landivar, sobrino del Dr. Melchor Pinto Parada, que tenía cuentas pendientes con el gobierno, por haber pilotado la nave que después de haber desviado la ruta a La Paz, fue a aterrizar enSalta (Rep. Argentina). Llevando 47 presos políticos desde Santa Cruz. Después de fugar de Santa Cruz, con un grupo de cruceños se dirigió hacia las provincias del oriente, buscando refugio seguro. Entre los que lo acompañaban estaban: Laureano Antelo, Enrique Jimenez, Adhemar Ortiz Justiniano, Titin Burton y un grupo de soldados de la Guarnición militar de Puerto Pailas.

Las fuerzas militares muy sumisas a las arbitrariedades del oficialismo, siguieron muy siguilozamnet los pasos de los fugitivos, buscando la oportunidad más propicia para tenderles una celada y victimarlos si era posible.

La madrugada del 21 de julio, dos días después de haber fenecido el estado de sitio, Pinto y sus acompañantes hacían su entrada secreta al pueblo de Concepción en la provincia Ñuflo de Chávez, con objeto de buscar asilo en casa de algunas amistades, después de deambular muchos días entre la maraña de la selva tropical, en circunstancias que atravesaban transversalmente la plaza de la indicada población, fueron sorprendidos por un intenso fuego de armas automáticas disparadas por soldados comandados por el Tte. Siles. Los fugitivos atinaron a refugiarse detrás de los pilares de los corredores, mientras que por su parte se defendían con las escasa armas de que disponían, pero en inferioridad de condiciones, ya que no contaban con suficiente munición ni con las mismas armas de alto valor combativo.

Saúl Pinto en la clínica donde convalecía; fotografía publicada en el diario La Razón el 12 de agosto de 1959.

Después de un breve intercambio de disparos, Pinto cayo acribillado por una ráfaga de ametralladora que le atravesó todo el abdomen, destrozándole las principales viseras. La víctima, sin embargo, logro reponerse de la caída y así con sus heridas sangrantes recorrió más de 50 metros, en busca de segura protección, a fin de no ser ultimado por sus atacantes. El resto de sus acompañantes atino a buscar por su cuenta seguridad personal.

Saúl Pinto, al día siguiente era trasladado en un avión a Santa Cruz, para luego ser trasladado a la cede de gobierno. Afortunadamente anoticiados en forma oportuna sus familiares y un médico de prestigio acudieron al aeropuerto y allí se valieron de todos los medios para que el herido sea internado en el Hospital “San Juan de Dios” de Santa Cruz en vista de la gravedad de sus heridas que no le permitirían un viaje largo en avión. No es aventurado afirmar que está feliz circunstancia salvo la vida de Pinto, quien de inmediato tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica de urgencia.

Saúl Pinto (centro) rodeado de algunos amigos suyos, entre ellos el historiador Ricardo Sanjinés Ávila.

Sin embargo las informaciones oficiales del gobierno publicado en diarios nacionales daban cuenta de un supuesto choque armado en la población de Concepción donde nueve facciosos a la cabeza de Saúl Pinto habrían intentado asaltar una guarnición militar, produciéndose de esta forma el choque armado. La falsedad y la mentira hábilmente manejada por el movimientismo nuevamente se ponían de manifiesto, cuyo eco recibía la prensa para desorientar a la opinión pública nacional y tergiversar malintencionadamente la realidad de los acontecimientos.

En el hospital Pinto fue objeto de una estricta vigilancia por parte de los órganos de represión. Cuando ingresaba en un periodo de recuperación, le llegó su salvoconducto para que salga del país con destino a Buenos Aires, en calidad de exiliado, hacia donde se dirigió por vía aérea en fecha 10 de agosto, fuertemente custodiado hasta el aeropuerto por los esbirros del oficialismo.

Continuando su política de represión, el presidente Siles el día 22 de ese mismo mes de julio, deportaba hacia el Perú a 26 ciudadanos que habían caído presos en la gran redada que hizo con todos los que intentaron defender su pueblo de la fobia movimientista, pese a hallarse fenecido el estado de sitio.

Al mismo tiempo como queriendo demostrar que aun el Gobierno se inspiraba en principios democráticos y cristiano, dispuso la libertad de 32 ciudadanos que habían sido capturados en idénticas circunstancias que los anteriores.

El secuestro narrado por El Diario

En la tarde del sábado 22 de septiembre de 1956 se produjo en la ciudad de La Paz una populosa marcha del hambre contra el gobierno de Siles Zuazo, quien se vio obligado a disolverla violentamente, apresando a centenares de ciudadanos que le eran desafectos.

Para proceder en igual forma en la capital cruceña, llegó a su ciudad natal esa misma tarde el vicepresidente Ñuflo Chávez Ortiz, quien en la mañana siguiente ordenó el apresamiento de más de medio centenar de coterráneos suyos, la mayoría de filiación falangista. Con ellos el flamante régimen instaurado menos de dos meses atrás, pretendía reabrir los campos de concentración que seis meses antes se los había cerrado con motivo del período eleccionario.

Seleccionados 47 de los presos políticos, en las primeras horas del día jueves 27 fueron embarcados en un avión DC-4 del Lloyd Aéreo Boliviano rumbo a la ciudad de La Paz.

Pero a nueve minutos de vuelo, ocurrió lo que menos podían haber esperado las autoridades del Gobierno. Al principal de los custodios, el Jefe de Investigaciones Zoilo Villarroel, le exigieron enérgicamente su rendición, mientras que el capitán Mario Adett Zamora, con la ayuda de otros camaradas de infortunio, consiguió apoderarse de la pistola ametralladora que portaba un segundo custodio. Simultáneamente, otro “viajero”, el señor Randolfo Liado, mediante una acción sorpresiva y enérgica pudo anular el tercer custodio, todos los cuales fueron llevados al extremo de la aeronave, fuertemente vigilados para evitar alguna reacción de parte de ellos.

Dueños de la situación los ex prisioneros, los principales de ellos, portando las armas arrebatadas, como la propia del Cnl. Saucedo, penetraron a la cabina de mando, donde encañonaron al piloto Marcelo Estenssoro, y lo obligaron a que haga entrega del mismo al piloto civil Capitán Saúl Pinto Landívar, que también viajaba, el mismo que inmediatamente desvió el timón de la aeronave, enfilándolo hacia la ciudad argentina de Salta, donde solicitaron y obtuvieron asilo político, siendo recibidos con júbilo por los residentes bolivianos y la población salteña.

En Salta estuvieron alojados en los cuarteles del Regimiento 5º de Artillería. El día 30 llegó orden de la Cancillería de Buenos Aires, para que se conceda el asilo político y que se los dejara salir libremente, pero bajo la protección del Ejército. Tres días después, por gestiones del Gobierno boliviano, el avión retornaba a Bolivia, con sus tres tripulantes y los tres agentes de policía avergonzados, y frustrados los matones de triste recuerdo, como Gayán Contador, Claudio San Román y Ademar Menacho, por no haber logrado sus objetivos de tener presos nuevamente en los campos de concentración. Por tal motivo este cargamento humano no llegó a La Paz.

Bibliografía

  • Historias de Bolivia, Saúl Pinto Landívar es herido y posteriormente exiliado a buenos aires por el movimientismo. [1]
  • Falange Socialista Boliviana, Voló a la eternidad el Camarada Saúl Pinto Landivar. Antorcha, 17 de junio de 2018.[2]
  • José Hurtado Gonzales, La llegada de Únzaga, su proclamación y la marcha del hambre. El Diario. La Paz, 3 de noviembre de 2014.[3]

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