Alternativa para Alemania

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Alternativa para Alemania (en alemán: Alternative für Deutschland, sigla AfD) es un partido político alemán opuesto a la acogida masiva de inmigrantes emprendida por el gobierno de Angela Merkel. Es de ideología euroescéptica, nacionalista, liberal conservadora y promulga la democracia directa. Pide la disolución de la Eurozona y la vuelta del marco alemán pero no busca el fin de la Unión Europea sino su restructuración y se opone a los rescates a países periféricos como Grecia.

El partido proclamó que el Islam no es compatible con la Constitución alemana y se comprometió a prohibir los minaretes y los llamamientos a la oración de los muecines, así como el velo integral de las mujeres en los espacios públicos, como en Francia. En materia económica son marcadamente liberales, con un modelo de impuestos bajos, estado reducido, bajas regulaciones, libre mercado y competencia.

Los actuales líderes del partido son Tino Chrupalla y Alice Weidel. En 2023, el partido supera el 23% de intención de voto a nivel nacional, lo que le consolida como segunda fuerza en los sondeos[1][2].

Historia

AfD se opone a la islamización de Europa y ha prometido prohibir los minaretes.

Los fundadores del partido fueron Bernd Lucke, Profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo, el experiodista del FAZ, Konrad Adam, el expolítico de la CDU, Alexander Gauland y Gerd Robanus.

A partir de septiembre de 2015, gracias a su postura contraria a la llegada masiva de refugiados a Alemania en el contexto de la crisis migratoria en Europa, la AfD ha experimentado un masivo aumento de su apoyo popular tanto a nivel federal como estatal. Actualmente supera el 10% de intención de voto a nivel federal, y en marzo de 2016 ingresó a los parlamentos regionales de Baden-Wurtemberg (15.1%), Renania-Palatinado (12.6%) y Sajonia-Anhalt (24.1%).

A principios de 2016 ya estaba presente en el Parlamento Europeo y en ocho de los 16 Estados federados; y las elecciones regionales de marzo confirmaron su capacidad para revolucionar el panorama político alemán.

Sobre su desempeño electoral, dice Alexander Gauland, vicepresidente del partido:

Por supuesto que la crisis de refugiados nos ha ayudado. Hace un año teníamos un apoyo del 3% y ahora superamos el 10%. La gente tiene la impresión de que el resto de partidos sigue la misma política de bienvenida a los solicitantes de asilo; y que solo nosotros la rechazamos. Pero también influye la sensación de que a las élites no les importa lo que opine el pueblo.

En 2024, su portavoz Alice Weidel aseguró que un gobierno de AfD inicialmente intentaría reformar la Unión Europea para resolver su "déficit democrático", incluso restringiendo los poderes de la Comisión Europea, a la que se refirió como un "Ejecutivo no electo". "Pero si no es posible una reforma, si no logramos reconstruir la soberanía de los Estados miembros de la UE, deberíamos dejar que la gente decida, tal como lo hizo el Reino Unido", dijo en referencia al Brexit al que considera "un modelo para Alemania". "Y podríamos celebrar un referéndum sobre el 'Dexit': la salida de Alemania de la UE"[3].

Respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania, Weidel señaló que los 1,1 millones de refugiados ucranianos que están en Alemania no van a poder quedarse en el país cuando las hostilidades se acaben y que fue un error asignarles pagos de asistencia social.

En agosto de 2024, AfD quedó primero en las encuestas de tres estados clave del este de Alemania. En las elecciones regionales, se impuso el canciller Olaf Scholz, por estrecho margen. Este resultado significó un nuevo avance de AfD, que logró dos cifras récord en otros comicios regionales el 1 de septiembre, en Turingia, donde ganó AfD; y en Sajonia, donde quedó apenas detrás de los conservadores[4].

En febrero de 2025, sus partidos rivales CDU y CSU impidieron a AfD llegar al poder, mediante un cordón sanitario.

Ninguna democracia que funcione tiene un cordón sanitario, y este bloqueo conduce precisamente a que la CDU haga política con la izquierda, con los socialistas, en contra de la voluntad de los votantes[5].
—Alice Weidel

El 2 de mayo de 2025, AfD fue clasificada como una organización de "extrema derecha" por el servicio de inteligencia Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán). Esta clasificación significa que los funcionarios alemanes pueden espiar al partido utilizando informantes y otras herramientas como grabaciones de audio y video para monitorear sus actividades a nivel nacional.

La concepción predominante de pueblo por parte del partido, basada en la etnia y la ascendencia, es incompatible con el orden fundamental, libre y democrático. En concreto, por ejemplo, la AfD no considera a los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios procedentes de países predominantemente musulmanes como miembros iguales del pueblo alemán, definido étnicamente por ese partido
—Oficina Federal de Protección de la Constitución

Por su parte, AfD considera que la decisión tiene motivaciones políticas.

Esta decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, sujeta a instrucciones, es un completo disparate en cuanto a su contenido, no tiene nada que ver con el orden público y es puramente política en la lucha de los partidos del cártel contra el AfD.
Stephan Brandner, vicepresidente de AfD

Política internacional

Rusia

La AfD es una fuerza política euroescéptica, que se opone a la globalización y a lo que perciben como la dominación de la política exterior de la UE, que a menudo está alineada con los intereses de EE. UU. y sus aliados occidentales. Los líderes de la AfD suelen criticar lo que consideran la "dominación" de la UE sobre los países miembros y ven a Rusia como un contrapeso a la influencia de la UE y de EE. UU. en Europa.

Asimismo, la AfD ha sido crítica de la OTAN y la expansión de la alianza hacia el este. Esta postura coincide con la posición rusa, que ve la ampliación de la OTAN como una provocación. En este contexto, algunos miembros de la AfD han manifestado simpatía por las preocupaciones de Rusia sobre la OTAN y han abogado por un enfoque más neutral o independiente en la política exterior alemana.

Desde la anexión de Crimea en 2014, la AfD ha criticado las sanciones impuestas por la UE a Rusia porque consideran que son contraproducentes al dañar la economía alemana y no logran cambiar la política rusa. En cambio, algunos miembros del partido argumentan que Alemania debería mantener relaciones comerciales más estrechas con Rusia y buscar la cooperación económica.

Rusia es un importante socio económico para Alemania, especialmente en el sector energético. La AfD ha apoyado proyectos como el gasoducto Nord Stream 2, que conecta a Rusia con Alemania, como una forma de garantizar un suministro energético estable y barato. A pesar de la guerra en Ucrania, algunos líderes de la AfD han defendido la reanudación de los acuerdos energéticos con Rusia.

En muchos aspectos, la AfD comparte una visión conservadora de la política exterior, similar a la de otros partidos nacionalistas en Europa, que ven a Rusia no solo como un contrapeso a la influencia occidental, sino también como un aliado potencial en la lucha contra la agenda globalista, marxista cultural y progresista, especialmente en cuestiones de inmigración, ideología de género, y la defensa de la identidad nacional.

No obstante, el apoyo a Rusia no es incondicional y ha generado divisiones internas, especialmente sobre cómo abordar la invasión de Ucrania. Algunos miembros han adoptado una postura más moderada, condenando la invasión rusa pero aún manteniendo una crítica a las políticas occidentales hacia Rusia. Otros, sin embargo, han expresado un apoyo explícito a las políticas de Putin, especialmente antes de la invasión de Ucrania en 2022.

Israel

La postura de la AfD respecto a Israel es ambigua y su dirigencia parece estar dividida y depende del contexto:

La AfD se opone al islamismo y la invasión musulmana en Europa, y ve a Israel como un país que "enfrenta amenazas similares". La AfD ha criticado el apoyo de Alemania a la Autoridad Palestina y el financiamiento de ONGs de izquierda que consideran hostiles a Israel. Algunos líderes del partido han expresado su apoyo a Israel como un "bastión contra el terrorismo islamista".

Sin embargo, en octubre de 2024, el copresidente Tino Chrupalla, criticó al canciller Olaf Scholz por su continuo apoyo a Israel en forma de exportaciones de armas al estado judío:

Con la entrega de armas a Israel, ustedes aceptan la deshumanización de todas las muertes de civiles en ambos lados. No están contribuyendo a la distensión, sino que están echando leña al fuego.
—Tino Chrupalla[6]

El líder de la AfD criticó las “declaraciones de solidaridad exclusivas” hacia Israel y las “posiciones partidarias unilaterales”, pero en el mismo discurso Chrupalla se declaró partidario del "derecho de Israel a la autodefensa", lo que se ha criticado como parte de la jerga política utilizada para condonar, justificar y apoyar los crímenes de expulsión y robo de tierras desde la ocupación judía de Palestina en 1948, así como los actos israelíes de genocidio contra los palestinos.

En 2017, tras la decisión de Donald Trump de trasladar la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén, el miembro de la AfD en el Bundestag Markus Frohnmaier expresó su apoyo a esta medida, defendiendo que la República Federal de Alemania debería seguir el ejemplo de Trump y reconocer a Jerusalén como capital de Israel.

Aunque la AfD oficialmente condena el antisemitismo, algunos de sus miembros han sido acusados de hacer comentarios o de promover ideas "antisemitas". Además, la AfD ha sido apoyada por sectores nacionalistas con antecedentes de posturas críticas al judaísmo. No obstante, su postura oficial sobre Israel genera desconfianza entre nacionalistas.

Referencias

Artículos relacionados

Enlaces externos