Extrema derecha

El término extrema derecha o ultraderecha se emplea en política para describir a personas o grupos que apoyan las posiciones de la derecha política, defendiendo de forma radical o violenta sus ideas. Se suelen caracterizar por su defensa a ultranza de ideologías vinculadas al conservadurismo, a las monarquías y a las teocracias. El término es utilizado con frecuencia por los medios masivos de comunicación para describir de forma peyorativa a organizaciones nacionalistas, nacionalsocialistas, fascistas o criptofascistas que en realidad se encuadran en la llamada tercera posición. Ésto último se realiza con la intención de confundir a la gente mezclando la palabra extrema derecha o ultraderecha con nacionalismo.

La palabra se ha usado para describir a organizaciones de la más diversa índole, pero podemos encontrar en ellos algunos rasgos comunes:

• Valores verticalistas. Exaltación de los valores que se consideran adecuados para la sociedad. Suelen tener cierta tendencia militarista y de mantenimiento del status quo por encima de cualquier otra cosa.

• Conservadurismo. En algunos casos se entiende con esto una defensa de los valores tradicionales, pero es difícil poder clasificar a un grupo como de extrema derecha sólo por ello. Han sido numerosos los grupos de extrema izquierda que han compartido con los de derecha la oposición hacia la homosexualidad, la prohibición del aborto o la defensa de una férrea disciplina dentro de todos los ámbitos de la sociedad.

• Religión. Dentro del espectro de la extrema derecha se suele incluir a los grupos religiosos extremistas, sin importar el credo. En general, se trata de grupos contrarios a la separación Iglesia-Estado que pretenden instaurar sociedades teocráticas. Los únicos verdaderamente significativos son los fundamentalismos islámicos, los fundamentalistas cristianos y los grupos ultraortodoxos de Israel.

• Capitalismo. La defensa acérrima del sistema capitalista es en ocasiones uno de los pilares más importantes de la ultraderecha. La privatización de bienes y servicios, las multinacionales y el liberalismo son algunos de los elementos apoyados y respaldados por este sector político.

Existen grupos hegelianos que defienden que el orden instituido ha sido propuesto directamente por Dios y no se puede ni debe cambiar. Por ello defenderán la forma de estado existente por el mero hecho de que es la que se ha impuesto. Asimismo, serán defensores febriles de los sistemas económicos en que vivan, pudiendo apoyar desde una economía liberal hasta un sistema comunista.

Por todo lo expuesto, se podrá comprobar que intentar indentificar extrema derecha con el nacionalismo es falaz. Los medios de comunicación controlados por los judíos, liberales y marxistas, a menudo difunden la mentira de que extrema derecha y tercera posición son sinónimos. De esta manera, el concepto político de la extrema derecha se ha ido moldeando a través de los medios de comunicación hasta el punto de haber confundido completamente a la opinión pública. El término no solo se relaciona erróneamente con el nacionalismo o la tercera posición, si no con cualquier posición crítica con la inmigración o que empiece a desentonar con los postulados de la corrección política o del marxismo cultural, así pues, el concepto de la extrema derecha pierde su significado y pasa a ser un mero estigma con fines descalificativos y de desprestigio.

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