Cecilia Pando

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María Cecilia Pando de Mercado (9 de septiembre de 1967, Buenos Aires, Argentina) es una reconocida activista por los derechos humanos[1] y militante pro-vida[2] argentina. Además se destaca por su participación como voluntaria en varias organizaciones no gubernamentales que combaten a la pobreza endémica en su país.

Biografía

Irrupción en la esfera pública

Pando, de profesión docente y ama de casa, está casada con el Mayor Pedro Rafael Mercado y es madre de siete hijos.

La señora irrumpió en la esfera pública argentina en el año 2005, luego de publicar una carta en el diario La Nación en la que, parrésicamente, cuestionaba al entonces presidente Néstor Kirchner por haber intentado sancionar a Monseñor Antonio Baseotto, luego de que el prelado católico manifestara públicamente su oposición a la despenalización del aborto[3]. En su epístola, Pando no sólo defendió el derecho a la vida, sino que además denunció al alevoso revanchismo que los izquierdistas en el gobierno promovían contra los hombres de las fuerzas armadas que los derrotaron en la década de 1970.

El texto fue ampliamente discutido en la prensa argentina y su autora recibió adhesiones de numerosas familias pertenecientes al ámbito castrense. En consecuencia, junto a María Pía Schwab, creó la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de Argentina (AFyAPPA), cuyo objetivo es denunciar los vejámenes y las injusticias que sufren los veteranos de la guerra contra la subversión en Argentina. La organización estuvo presente en los juicios realizados contra Christian von Wernich, Horacio Losito y Juan Daniel Amelong entre otros para expresarles su apoyo.

Su inesperada fama la impulsó a aceptar una candidatura del Frente Popular para pelear por una banca de diputada nacional en las elecciones de octubre de 2005, pero finalmente su lista no fue oficializada, por lo que no participó del acto eleccionario.

El gobierno kirchnerista, preocupado por el activismo de Pando, intentó acallar a la mujer apretando a su marido, quien fue primero sancionado y más tarde directamente expulsado del Ejército Argentino[4]. Sin embargo ella no cedió ante las presiones, optando dedicar su vida a luchar quijotescamente por la memoria completa, la verdad objetiva y la justicia auténtica.

Interpelación a Kirchner

Durante un par de años, Pando estuvo vinculada a grupos partidarios opositores al kirchnerismo. Gracias a ello en marzo de 2006 consiguió una invitación a un acto por el Día Internacional de la Mujer que se desarrollaría en la Casa Rosada y tendría por principal orador al presidente Kirchner. Durante el evento, mientras el mandatario elogiaba el hecho de que las mujeres pudieran gozar de la libertad de expresión, Pando lo interrumpió comentándole su caso. Kirchner, totalmente descolocado, sólo atinó a decir palabras desconectadas al diálogo propuesto por la mujer, quedando así humillado ante la opinión pública.[5]

Unos meses después, en mayo de 2006, Pando volvió a interpelar a Kirchner en un acto que se desarrollaba en el Colegio Militar de la Nación. En esa ocasión el presidente pronunció un discurso bochornoso en el que atacaba con virulencia a la institución militar e insultaba a la memoria de los soldados y oficiales que habían caído como víctimas del terrorismo marxista. Pando, indignada, trató de hacer una acotación desde su lugar entre el público, lo que incitó a otros de los presentes a manifestarle su repudio al presidente. Terminado su discurso, Kirchner se retiró ofuscado del lugar antes de que el acto concluyese oficialmente.[6]

Como represalia por su valentía, Pando -convertida en la bestia negra del presidente- tuvo que soportar varias amenazas de muerte.[7]

Resistencia ante el extremismo

A partir de 2008 el kirchnerismo se radicalizó, pasando de ser una fuerza de centroizquierda a una de ultraizquierda. Eso condujo a que el gobierno fogoneara la guerra cultural, fanatizando a sus seguidores.

Consciente de la importancia de impedir que las mentiras se impongan e infecten la opinión pública argentina, Pando dirigió una intervención artística que consistió en pintar unas cintas negras sobre el suelo de la Plaza de Mayo, cerca de unos dibujos que fueron pintados por la organización marxista Madres de Plaza de Mayo. Su propósito era homenajear a las víctimas del terrorismo y pedir por la reconciliación nacional[8]. Sin embargo no sólo las integrantes de MPM se negaron a entablar un diálogo civilizado, sino que además Pando terminó siendo condenada a una exagerada pena de 5 meses de prisión por haber "vandalizado" un sitio declarado como patrimonio histórico[9].

Habituada a mantener reuniones con políticos y jueces, en el año 2010 encabezó una protesta que la llevó a encadenarse en la sede del Ministerio de Defensa, exigiéndole a su titular, la veterana terrorista Nilda Garré, que le conceda el encuentro que sistemáticamente le venía negando desde hacía cinco años[10]. En aquella ocasión se buscaba solicitarle al gobierno que transfiera a los militares cautivos por motivos políticos a cárceles en condiciones dignas o que les permita retornar a sus hogares bajo vigilancia. Garré no sólo evitó dialogar con Pando, sino que además mandó a la fuerza pública a expulsarla del edificio junto a todas las demás mujeres que la acompañaban.

El maltrato que padeció por parte del gobierno empujó a Pando a convertirse en una férrea opositora al régimen. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner participó de todas las iniciativas ciudadanas organizadas por el pueblo argentino para manifestar el hartazgo por la situación del país. También continuó con su tarea de educar en la verdad a la gente, participando en debates y entrevistas en la televisión, la radio y los diarios -allí señaló, por ejemplo, que los desaparecidos por el Proceso de Reorganización Nacional no son 30.000, que no hubo ningún plan sistemático para apropiarse de los hijos de los terroristas, y que el Estado argentino desde 1983 no ha hecho nada para honrar la memoria de las víctimas del terrorismo izquierdista.

Acercamiento y alejamiento del macrismo

En 2015 Pando apoyó públicamente a Mauricio Macri en su campaña presidencial[11]. Sin embargo, tras una reunión con el Ministro de Justicia Germán Garavano en 2016[12], comprendió que el nuevo gobierno mantendría la misma política que el anterior. Como consecuencia renunció a sus simpatías con el macrismo y pasó a la oposición. Debido a ello en 2019 apoyaría la candidatura presidencial de Juan José Gómez Centurión, hombre con el que no sólo comparte la misma opinión con respecto a los militares en la Argentina, sino también el mismo compromiso por defender la cultura de la vida.

Referencias

Artículos relacionados

Enlaces externos