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Futurismo
El Futurismo es un movimiento artístico y cultural italiano que nació a principios del siglo XX, a partir de las nuevas y variadas tendencias vanguardistas en la expresión artística de la época. Surge como secuencia intelectual de Nietzsche, de Bergson y de Sorel, y se enfrentó a cuanta norma y precepto hubiera en la creación artística, en una apasionada vivencia del riesgo, de la violencia y de la ruptura con el pasado y con sus símbolos. Como su acta de presentación en la vida cultural europea se tiene la publicación en Le Figaro de París, el 20 de febrero de 1909, del conocido como Primer Manifiesto Futurista: "Queremos cantar el amor al peligro, el impulso que otorgan la energía y la temeridad. Los elementos esenciales de nuestra poesía serán el valor, la osadía y la rebeldía". Un nuevo manifiesto en 1913 lo definía políticamente como una amalgama de republicanismo, tendencias socializantes, proximidad a las soluciones ácratas, todo ello con un fuerte componente anticlerical y una marcada admiración por el modelo del superhombre protagonista de un apasionado nacionalismo.
Incorporada Italia a la guerra, que para los futuristas se ofrecía como la oportunidad de vivir el riesgo, de vivere pericolosamente, Filippo Tommaso Marinetti y Mario Carli, ya habían fundado en 1918 unos Fasci politici futuristi y el Partito Politico Futurista, también fundaron la asociación de Arditi de Italia el 1 de enero de 1919, cuya sección milanesa presidía el propio Marinetti en la "Casa Rossa". En 1919, Mario Carli señaló las características del ardito futurista, entre las que se destacaba la vivace testa geniale con tupida cabellera revuelta, los "ojos ardientes, fieros e ingenuos, que no ignoran la ironía", la "boca sensual y enérgica, presta a besar con furor, a cantar con dulzura y a mandar imperativamente", la capacidad sin límites para el amor y para el odio, "no reprimida con imbéciles prejuicios filosóficos", la adoración sana y jocunda de la vida y el ansia de gozar de cuanto la vida nos ofrece, incluidos el peligro y la muerte. En su programa, significativamente titulado "Programa Energético", aconsejaba ejercitar diariamente el cuerpo en todas las formas del deporte, pero sobre todo en la lucha, en la natación, en las carreras o en la aviación; apoyar los movimientos de agitación laboral, a fin de elevar moral y materialmente a los trabajadores, impidiendo sin embargo que se realizase a favor de un partido concreto; practicar el culto de la fuerza y de la violencia y contagiar del calor de la juventud a la sociedad italiana. Animados por una sed de renovación el futurismo nos recordará: "Venimos a glorificar la guerra, la única salvación del mundo, la militarización, el patriotismo, el brazo destructor del anarquista, las ideas que matan." La guerra es tratada como "el poema futurista más bello que ha aparecido hasta ahora" o como "futurismo intensificado".
El futurista Arnaldo Ginna escribiría con su amigo Marinetti el Manifesto del naturismo futurista, presentado en ocasión del Primo Convegno di Naturismo Futurista que se realiza en Milan del 19 de Septiembre al 6 de Octubre de 1934. Ginna dirige Il Nuovo. Quindicinale di energetica umana fascista e futurista (Quincenal de energía humana Fascista y Futurista). Muy próxima a este movimiento de vanguardia, incluso inspirador de alguna de sus tendencias y manifestaciones, se mostraba la personalidad del poeta Gabriele D'Annunzio. Su participación en las jornadas de mayo de 1915, alentando a las masas a un intervencionismo, había marcado un hito en el compromiso italiano con la guerra y la Impresa di Fiume se encontraba impregnada en el pensamiento futurista y luego en el fascista.
A su vez, expulsado de las filas socialistas por su belicismo, el joven Benito Mussolini barnizó con la estética vital del Futurismo un programa político que le llevó al poder. Encontraron un nuevo futuro lo que los asimilaría al nuevo espíritu del fascismo: "Os declaramos que el progreso de la ciencia ha determinado en la humanidad cambios tan profundos que un abismo se ha abierto entre los dóciles esclavos del pasado y nosotros, los hombres libres, que tenemos la certeza de la rabiosa magnificencia del futuro." Algunos futuristas serían llevados a prisión. Como en el caso de Marinetti o Balla, que serian encarcelados junto a Mussolini, en el transcurso de las manifestaciones a favor de la participación italiana en la guerra. En diversos casos sus integrantes se adherirían al fascismo como lo hicieron (Marinetti, Papini, Soffici, Carli, Bragaglia etc.)
Tal vez no sea de más agregar una frase de Ezra Pound sobre el fenómeno futurista: "Las camaras futuristas son siempre una afirmación de propaganda...la propaganda futurista es una idea, la pintura es una añadidura. Una añadidura que demuestra que la idea tiene unas dimensiones que no son las de una simple ideología. Es una buena idea. No es una idea incompleta. Pero necesita de la expresión plástica. Tiene una plástica imperfecta que es síntoma de su fuerza, pero que nace de una necesidad plástica."
