Magda Goebbels

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Magda Goebbels

Johanna Maria Magdalena Ritschel, conocida como Magda Goebbels nació el 11 de noviembre de 1901 y murió el 1 de mayo de 1945. Fue la esposa del ministro de propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels.

En 1921 se casó con un multimillonario llamado Günther Quandt, con quien tuvo un hijo que se convertiría en un piloto de la Luftwaffe que sobrevivió a la guerra. Ya en 1932, después de divorciarse se casó con Goebbels, con quien tuvo seis hijos. Fue condecorada por Hitler como la mejor madre del Tercer Reich, y era conocida como "Primera dama del NSDAP". Incluso la familia que había formado junto a Goebbels fue considerada el modelo ideal de familia aria. En mayo de 1945, a pedido de Magda Goebbels, el médico de las SS Helmut Kunz anestesia a los seis hijos de Goebbels. A continuación, muy probablemente la misma Magda introduce y rompe en la boca de los niños una ampolla de cianuro. Luego de la muerte de los niños, Magda y su esposo se suicidan.

Infancia y juventud

Madga nació en 1901, en Berlín, producto de una relación entre su madre y el ingeniero Oscar Ritschel. En 1904 sus padres se divorciaron y Magda se mudó con su madre a Bruselas.

En 1914 su familia presenció la toma de Bélgica por las tropas alemanas, motivo por el cual los Friedländers dejaron su fortuna en Bruselas y volaron a Berlín, donde Magda estudió en un colegio de secundaria llamado Kolmorgen. En 1920 se casó con Günther Quandt, multimillonario y con quien tuvo un hijo llamado Harald Quandt. Günther Quant se divorció de Madga.

Matrimonio y familia con Goebbels

Magda Goebbels y sus dos hijas mayores: Helga e Hilde

En 1930, en un mitin nacionalsocialista, Madga conoció a Joseph Goebbels, más tarde, el 1 de septiembre del mismo año se unió al NSDAP. En diciembre Magda se casó con Goebbels, y en años posteriores tuvieron seis hijos en el siguiente orden:

  • Helga Susanne
  • Hildegard "Hilde" Traudel
  • Helmut Christian
  • Holdine "Holde" Kathrin
  • Hedwig "Hedda" Johanna
  • Heidrun "Heide" Elisabeth

Sus nombres comenzaban con la letra "H" para conmemorar el apellido del Führer. Goebbels pareció haberse obsesionado con Magda, inclusive escribió en su diario: "Voy a dejar las mujeres y dedicarme enteramente a sólo una" refiriéndose a su esposa. Su familia fue filmada, fotografiada y promocionada durante el régimen como la familia ideal aria. Fueron todos admiradores de Hitler, los niños inclusive lo llamaban tío.

Madga contrató una niñera llamada Petra Fohrman, quien décadas más tarde escribió un libro titulado "Los hijos del ministro del Reich", donde confiesa una profunda admiración hacia Magdalena Goebbels. Cuando no estaba junto a su esposo y a Hitler en Berlín, Magda Goebbels pasaba muchas tardes y mañanas organizando reuniones de té con generales y partidarios del NSDAP.

Suicidio

El 22 de abril de 1945, ante la inminente derrota miliar, Magda y sus seis hijos fueron al Führerbunker, donde se hallaba Goebbels. Esos serían sus últimos días de vida.

En el bunker, habían improvisado un cuarto con 6 camas para los niños. Pasaban la mayor parte del tiempo jugando con Eva Braun, Traudl Junge y algunos perros como Blondi, el favorito de Hitler. Se sabe que Hitler les ofreció a Magda y a su familia un avión para su escape pero ambos cónyugues se negaron mostrando su patriotismo para con Alemania y Hitler. Es sabido también, que Albert Speer, Ministro del Reich, quien tenía una buena relación con Magda, al momento de ir a despedirse del Führer le ofreció una lancha para escaparse, junto con sus hijos, por uno de los ríos que pasan por Berlín, propuesta que fue desechada por Magda. El 30 de abril Magda había rogado a Hitler a que no se quite la vida, pero sus intentos fueron inútiles.

El 1 de mayo, a pedido de Magda Goebbels, el médico de las SS Helmut Kunz anestesia a los seis hijos de Goebbels. A continuación, muy probablemente la misma Magda introduce y rompe en la boca de los niños una ampolla de cianuro.

Cuando Traudl Junge le preguntó el por qué de su decisión Magda respondió: "Es mejor que mis hijos mueran a que vivan en la vergüenza y el oprobio. Nuestros hijos no tienen sitio en una Alemania como la que habrá después de la guerra." Luego, Magda Goebbels, se suicidó junto a su marido.

Los cadáveres del matrimonio Goebbels, incluyendo sus niños, fueron descubiertos por los rusos, estos los embalaron y se los llevaron. Sus restos fueron enterrados en los jardines del cuartel general del KGB en Magdeburgo en 1946. Más tarde, Yuri Andropov, presidente del KGB, ordenó quemar por completo y destruir definitivamente los restos de los Goebbels, de sus hijos, de Hitler y de Eva Braun. Sus cenizas fueron arrojadas al río Elba.

Carta de Magda Goebbels a Harald Quandt

(28 de abril de 1945. Escrita en el bunker del Führer)


"Hace seis días que estamos aquí, en el bunquer del Führer, papá, tus seis hermanos y yo, para poner a nuestra vida nacionalsocialista el único fin posible y honroso. No se si recibirás esta carta. Tal vez exista un alma humana que me permita enviarte mi último adiós. Quiero que sepas que permanezco al lado de papá contra su voluntad y que este último domingo el Führer todavía quería ayudarme a salir de aquí. Ya conoces a tu madre: los dos llevamos la misma sangre, no tuve que pensarlo ni un momento. Nuestra magnifica idea se desmorona, y, con ella, todo lo que en mi vida conocí de hermoso, admirable, noble y bueno. El mundo que vendrá después del Führer y del nacionalsocialismo no merece que se quiera vivir en el. Por ello, he traído conmigo a los niños. La vida que se avecina no es digna de que ellos la vivan y un dios bondadoso ha de comprender que yo misma los libere. Tú vivirás, y solo una cosa te pido: no olvides que eres un alemán, nunca hagas nada contrario al honor y procura con tu vida que nuestra muerte no haya sido en vano.

Los niños son estupendos. En estas circunstancias, más que primitivas, se cuidan solos. Si tienen que dormir en el suelo, si pueden lavarse, si pueden comer y que es lo que comen: nunca una palabra de queja ni un llanto. Las explosiones sacuden el bunquer. Los mayores protegen a los pequeños y su presencia es ya una bendición, aunque solo sea porque de vez en cuando hacen reír al Führer

Anoche el Führer se quito su insignia de oro y me la prendió a mí. Estoy orgullosa y contenta. Quiera dios darme fuerzas para hacer lo último y mas difícil. Solo tenemos un objetivo: ser fieles al Führer hasta la muerte, y poder terminar nuestra vida con el es una gracia del destino con la que nunca nos atrevimos a contar.

Harald, querido muchacho, te diré lo mejor que he aprendido en la vida: se fiel. Fiel a ti mismo, fiel a los hombres y fiel a tu patria en todos los aspectos.

(Hoja nueva)

Es difícil empezar una hoja nueva. Quien sabe si podre llenarla, pero quisiera darte tanto amor y tanta fuerza y quietarte todo dolor por nuestra perdida. Este orgulloso de nosotros y trata de recordarnos con orgullo y alegría. Todos tenemos que morir, ¿y no es más hermoso vivir menos pero con honor y valentía que tener una vida larga en condiciones vergonzosas?

He de terminar... Hanna Reitsch se llevara esta carta. Va a salir otra vez. Te abrazo con mi más tierno, entrañable y maternal amor.

¡Querido hijo mío. Vive para Alemania! Tu madre."

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