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Manuel de Anchorena
Biografía
Se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, teniendo como profesores a Joaquín Díaz de Vivar, Héctor A. Llambías y Marcelo Sánchez Sorondo entre otros.
Aficionado a la cacería desde joven, fue un destacado miembro del Círculo de Caza Mayor. Al mismo tiempo fue también un entusiasta conservacionista de la fauna autóctona argentina.
Su deseo por preservar y difundir las tradiciones gauchas lo llevó a integrarse a la Federación Gaucha Bonaerense, llegando a ser delegado de la misma ante la Confederación Gaucha Argentina.
Anchorena cobró notoriedad pública a mediados de la década de 1960, cuando se instauró el régimen de la Revolución Argentina al cual adhirió. Especulando con la posibilidad de desarrollar una carrera política, buscó posicionarse dentro del Movimiento Nacional Justicialista con la intención de mediar en la guerra faccionalista que se llevaba a cabo en su interior. Creyendo que el punto de encuentro entre la izquierda peronista y la derecha peronista se construiría a partir de la aceptación de una identidad nacional común, promovió el revisionismo histórico con la idea de demostrar que el liderazgo nacional y popular de Juan Manuel de Rosas prefiguraba al de Perón. A raíz de ello se unió al Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, el cual se encontraba en un proceso de renovación.
Junto a José María Rosa creó a la Comisión Nacional pro Repatriación de los Restos del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas. Entre los miembros de esa organización figuraban peronistas ortodoxos como Alberto Baldrich y Oscar Augusto Uriondo, peronistas revolucionarios como Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, nacionalistas como Ignacio Anzoátegui y Federico Ibarguren, y católicos como Guillermo Furlong y Leonardo Castellani. También el artista Roberto Rimoldi Fraga era parte de la iniciativa. Las autoridades del IIHJMR -con Juan Pablo Oliver a la cabeza- advirtieron que Anchorena estaba intentando usar a la institución como una plataforma política, por lo que terminaron suspendiendo su membresía (el abogado sería reincorporado recién muchos años después).
Pero la estrategia de Anchorena no era sólo simbólica. Por esos años fundó el Centro Federal y el Centro de Planeamiento Bonaerense. El primero tenía la función de convertirse en un espacio de confluencia entre dirigentes, mientras que el segundo era una usina de pensamiento orientada a estudiar la problemática de la provincia de Buenos Aires y proponer soluciones viables. Ello le permitió tejer vínculos muy estrechos con los sindicalistas peronistas, especialmente con José Ignacio Rucci.
En 1970 creó el Movimiento Federal, un partido político que se destacó fundamentalmente por el fervor militante de su brazo juvenil, el cual estaba compuesto por antiguos integrantes del Movimiento Nacionalista Tacuara, de la Guardia Restauradora Nacionalista, del Movimiento Nueva Argentina y de la Concentración Nacional Universitaria. Entre sus integrantes figuraban personalidades como Eduardo J. Uriburu, Ordoner Redi, Nicanor de Elía, Alberto Pascual Fürpass y Dante Loss entre otros.
Anchorena fue proclamado por el FREJULI como candidato a gobernador de Buenos Aires en diciembre de 1972, siendo escogido el sindicalista Luis Serafín Guerrero como su vicegobernador. Ello despertó la ira de la izquierda peronista, que apoyaba una fórmula integrada por Oscar Bidegain y Victorio Calabró -a quienes consideraba ideológicamente más cercanos. Para evitar que la dispersión del voto de los sectores izquierdistas hiciera que el peronismo perdiese la elección, el propio Perón les ordenó a Anchorena y a Guerrero que renunciaran a su candidatura.
En noviembre de 1973 fue designado como máximo responsable de la Embajada Argentina en el Reino Unido, cargo que asumió en mayo de 1974. Se planteó un objetivo de máxima que era hacer las gestiones pertinentes para acelerar la devolución de las Islas Malvinas a la Argentina, y un objetivo más sencillo que consistía en trasladar los restos mortales de Rosas de regreso a su país. Esto último lo logró sin mayores contratiempos, pero en 1975 el gobierno decidió suspender el tema, temiendo que la ceremonia de repatriación se usara como excusa para convocar una multitud de izquierda y una multitud de derecha que terminaran enfrentadas físicamente.
Anchorena dejó su cargo en marzo de 1976 por orden del nuevo régimen del Proceso de Reorganización Nacional.
En 1983 intentó una vez más ser nominado por el peronismo como candidato a gobernador de Buenos Aires, pero resultó categóricamente ignorado. Así fue que buscó presentarse en las siguientes elecciones de 1987 sin el aval de quienes controlaban al peronismo. De esa ambición nació la Alianza Patriótica, sello mediante el cual apareció en compañía de Hugo Esteva en las boletas de la época. De todos modos la AP obtuvo solamente el 0,16% de los votos válidos, quedando muy lejos de su meta.
Finalmente en 1989 el nuevo presidente Carlos Menem lo contactó para que completara su misión truncada en 1975. De ese modo, junto a Julio Mera Figueroa, organizó el traslado del féretro que contenía los restos mortales de Rosas. El 30 de septiembre aterrizó en la ciudad de Rosario el avión que llevaba al Restaurador de regreso a su tierra natal; allí se le hizo un homenaje frente al Monumento Histórico Nacional a la Bandera. Al día siguiente el ataúd arribó a Buenos Aires para ser depositado en el Cementerio de Recoleta, desplegándose una impresionante ceremonia en honor al caudillo (en esa ocasión algunos policías vistieron los uniformes colorados que usaban los soldados federales en el siglo XIX). El Padre Alberto Ignacio Ezcurra pronunció un emotivo responso funerario.
Anchorena disolvió la organización que había creado y fue nombrado miembro de la Comisión Permanente de Honor a Juan Manuel de Rosas. Al año siguiente publicó un libro en donde relata su experiencia como repatriador del Restaurador.
En 1999 su nombre figuró como candidato a diputado nacional de la provincia de Buenos Aires en la lista del Partido de la Unidad Bonaerense que lideraba Luis Patti.
Bibliografía
- La repatriación de Rosas. Buenos Aires: Theoria, 1990.
