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Misha Defonseca
Misha Defonseca (nacida en 1937) es el pseudónimo artístico de Monique de Wael, una escritora belga conocida por su best seller "Misha: Una memoria del Holocausto". Trabajo que presentó como autobiográfico, donde dice haber sido una niña judía que recorre Europa en busca de sus padres, miembros de la resistencia arrestados por los nacionalsocialistas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Sólo después de recaudar jugosas ganancias, la autora admitió públicamente en 2008, que había inventado la historia[1].
Sumario
La historia
El relato de Defonseca podría resumirse de la siguiente forma:
- Ella era una niña judía de 6 u 8 años.
- En una ocasión entra y sale del Ghetto de Varsovia.
- Mata a un miembro de las SS.
- Recorre 3000 km buscando a sus padres, atravesando 8 países en una Europa en guerra.
- Viaja en compañía de una manada de lobos que la protegen.
El relato fue presentado como una historia real y se convirtió en éxito de ventas en Europa. Defonseca nos cuenta que sus padres luchaban en la resistencia belga y fueron arrestados por los alemanes, lo cual motivó la larga marcha emprendida por la niña en su búsqueda. Pero en realidad, una vez revelado el fraude, se supo que sus padres eran colaboracionistas de los alemanes, hecho que la autora del libro acabó por admitir después de ocultarlo durante casi toda su vida. Declaró que siempre había querido olvidar su verdadero nombre, debido a que le llamaban "la hija del traidor"[2]. Un aspecto que guarda paralelismos con el caso de Enric Marco, un español que colaboró como trabajador voluntario en Alemania y después se hizo pasar por un miembro de la resistencia y sobreviviente del Holocausto.
El negocio
Defonseca emigró a Estados Unidos en la década de los ' 80, procedente de su país. Al principio solo contaba sus fábulas en sinagogas y organizaciones judías locales de la ciudad de Boston. Hasta que en una ocasión, la editora Jane Daniel, jefa (y única empleada) de la casa editorial Mt. Ivy Press, escuchó la historia y convenció a Defonseca de publicarla. El libro "Misha: A Memoire of the Holocaust Years" apareció en 1997, escrito por la 'co-autora' Vera Lee, amiga de la editora Daniel y revisado por Daniel y Defonseca. Un best-seller en Europa y Canadá, donde existen leyes mordaza que prohíben dudar del Holocausto y un poderoso Lobby judío que lucra con su propaganda. El libro llegó a ser lectura obligatoria en los colegios franceses. Sin embargo, en Estados Unidos el libro enfrentó fuertes críticas y se vendió poco. A continuación se puso en marcha la maquinaria propagandística del Lobby: una lluvia de invitaciones para hablar de sus experiencias: sinagogas, museos, universidades, colegios, su libro, con ardientes alabanzas de Elie Wiesel, traducido en 18 lenguas, una película francesa, una opera italiana en preparación, Walt Disney Co. firmó una opción para una película, una audiencia prevista con el Papa en la televisión estadounidense, etc.
Disputa por el botín
Exactamente igual que estamos acostumbrados a ver en las historias de otros presuntos sobrevivientes y víctimas, como Elie Wiesel y Ana Frank, al final, el autor de la historia no era realmente el autor, y las disputas por el dinero producto de la estafa terminan ventilando el fraude.
En 1998 empezaron los problemas entre Defonseca, su productora y la escritora. En 2001 Defonseca y su "co-autora" decidieron que no ganaban lo suficiente con el fraude y demandaron a la casa editora Jane Daniel, quien, claro está, no quería soltar sus millones (7,5 milliones de dólares para Defonseca y 3,3 milliones para Lee).
En 2002, la jueza (conmovida por la suerte de una triste niña judía) triplicó las indemnizaciones y otorgó en totalidad 32,4 millones de dólares a Defonseca y su co-autora, Vera Lee[2].
Aquí empieza una de las partes mas extrañas de la historia: la editora que poco antes había convencido a Defonseca de publicar sus fantasías, trató de probar desesperadamente que su propio libro es una falsificación, en un intento de quitarse de encima la multimillonaria demanda. Y tendría éxito en parte, porque demostró que el nombre verdadero de Defonseca era DeWael, que era católica, y no judía, y que durante la guerra nunca salió de Bélgica. Pero aparentemente, para la jueza, el ganar el juicio dependía mas de las ventas de un libro que de su veracidad.
Develando el fraude
A pesar de sus seguidores, el libro también tuvo muchos críticos quienes señalaban pasajes que eran lógica o históricamente poco probables. La primera persona que dudó públicamente de su autenticidad fue Henryk M. Broder, quien escribió una biografía de Defonseca en 1996 para el semanario alemán Der Spiegel. A finales de febrero de 2008, Jane Daniel publicó en su blog un certificado de bautismo de una iglesia en Bruselas a nombre de Monique De Wael y los registros de la escuela primaria que demostraron que la niña se inscribió ahí en septiembre de 1943. Es decir, dos años después de la fecha en que Defonseca dice que dejó esa ciudad. El periódico belga Le Soir pronto informó de esos hallazgos.
El 29 de febrero de 2008, Defonseca admitió a Le Soir que ella se había inventado la historia, después de haber sido enfrentada a lo que el periódico describe como "irrefutable" evidencia de que la historia era falsa.
Advertencia a los "negacionistas"
La "negación" de las fantasías derivadas del Holocausto es un delito que se castiga con hasta con hasta cinco años de prisión en la mayoría de las "democracias" occidentales. Respondiendo a la pregunta: ¿Usted se da cuenta que hay historiadores dudando de la veracidad de la historia de Defonseca? Vera Belmont, la productora francesa de la película melodramática "Sobreviviendo con lobos" responde:
Referencias
Artículos relacionados
- Falsos testigos del Holocausto
- La falsificación de la historia
- Revisionismo del Holocausto
- Sobreviviendo con lobos
- Diario de Ana Frank
