Enric Marco

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Enric Marco

Enric Marco Batlle (12 de abril de 1921) es un sindicalista y dirigente catalán, conocido en España por hacerse pasar por un sobreviviente del Holocausto durante mas de 30 años. Dirigió la asociación Amical que congrega a españoles que alegan haber sido recluidos en el campo de concentración de Mauthausen en Austria, por motivos políticos, durante la Segunda Guerra Mundial.

Al igual que otros falsos sobrevivientes mostró una predilección por los discursos de alto octanaje, llenos de detalles horribles de su supuesta vida en el campo de concentración de Flossenbürg. Dejó a varios diputados llorando al hablar frente a ellos en el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto en enero de 2005.

Lejos de la lucha contra el fascismo, Marco formó parte de los 20.000 españoles que trabajaban para el Tercer Reich bajo un acuerdo realizado en 1941 entre Franco y Hitler. Denunciado como impostor por el historiador Benito Bermejo, es increpado por sus colegas de Amical ante lo cual confesó haberse inventado lo de la deportación.

Biografía

Nació el 12 de abril 1921, pero siempre dijo que su cumpleaños era el 14 de abril, justo 10 años antes de la proclamación de la Segunda República Española. Su madre estuvo en un asilo mental desde el nacimiento de Marco hasta su muerte en 1956.

En 1978 se convierte en secretario general de la CNT, sindicato anarquista legalizado después de la muerte del gobernante de facto, Francisco Franco.

En 1980 es expulsado de la CNT.

En 2001 el gobierno catalán le otorga la distinción Creu de Sant Jordi.

En 2003 se convierte en presidente de la Amical Mauthausen.

En 2005 renuncia, cae en desgracia y es obligado a devolver la Creu de Sant Jordi.

Falso sobreviviente

"Cuando llegábamos en esos trenes infectos, para ganado, nos desnudaban, nos mordían sus perros, nos deslumbraban sus focos"[1]
—Enric Marco, en el homenaje a las víctimas del Holocausto del Congreso de los Diputados , Madrid, 28 de enero 2005

La fábula del deportado 6.448 decía que tras la derrota republicana en la Guerra civil española, se integró en la resistencia clandestina en España, hasta que en 1941 huyó a Francia, donde luchó en la Resistencia francesa y fue capturado por la Gestapo. Aseguró que había vivido el "horror nazi" en los campos de concentración de Flossenbürg (Alemania) y Mauthausen (Austria), que no abandonó hasta el final de la guerra[2].

Marco fue desenmascarado por el historiador Benito Bermejo que a raíz de una serie de contradicciones en fechas, lugares y acontecimientos históricos, sospechaba desde hacía tiempo que se trataba de un impostor. Según el historiador, las primeras dudas vinieron de los propios sobrevivientes españoles, que en ningún momento de su deportación se habían cruzado con él.

La confirmación se produjo cuando Bermejo accedió a los registros del campo de prisioneros y constató que Marco jamás estuvo detenido en el establecimiento. En realidad, según los registros españoles, Marco sí estuvo en territorio del Reich en esa época, pero como un trabajador voluntario que había ingresado a Alemania en 1941 y que en 1943 todavía estaba allí, colaborando con los alemanes como trabajador en la industria naval. Se sabe que en esa época miles de españoles se trasladaron a Alemania para trabajar en fábricas de armamento. Marco interpretó su papel de víctima de Mauthausen en infinidad de programas televisivos, homenajes y actos públicos y hasta fue condecorado por las autoridades catalanas que le otorgaron la Cruz de Sant Jordi (máxima distinción civil de Cataluña).

Reinventando el negocio

Cuando en 2005 se descubrió que estuvo mintiendo durante décadas sobre su pasado, dijo que no mintió por maldad sino para transmitir un mensaje y que el sufrimientos de otros (presuntos) sobrevivientes como él, no se olvide. En sus propias palabras: "parecía que me prestaban más atención". Finalmente se vio obligado a renunciar al cargo de presidente de Amical y devolvió la condecoración recibida. No había ya una historia que contar, ni forma de volver a ser el centro de atención en el rol de la víctima o del líder obrero. Sin embargo, en 2009 resurge con una brillante idea, vuelve a ser noticia protagonizando la documental "Ich bin" (en alemán: "yo soy"), donde interpreta al verdadero Enric Marco, un falso sobreviviente del Holocausto que visita el campo de concentración de Flossenbürg y los lugares de Alemania en los que realmente estuvo. La sinopsis del filme dice lo siguiente...

El ex presidente de la principal asociación española de deportados, Enric Marco, emprende un viaje desmitificador hacia su pasado, un viaje en coche a Alemania. Dos años antes, un historiador demostró que Enric Marco no era el resistente que decía ser y que las experiencias del campo de concentración relatadas durante años en televisión eran inventadas. Ahora, Marco recorre el mismo trayecto que hizo en tren en 1941 a bordo de un convoy de trabajadores enviados por Franco a Hitler, en plena Guerra Mundial. Ese viaje, que debe conducirlo al penal de Kiel, donde pasó un año acusado de actividades de propaganda comunista, antes de ser absuelto y regresar a España, se cruza en varios puntos con el viaje imaginario que tantas veces contó: su viaje desde la resistencia francesa a los campos de concentración en trenes de ganado —el mismo destino que sufrieron miles de republicanos españoles exiliados tras la Guerra Civil.

Casi fatalmente, el viaje termina en el campo de concentración de Flossenbürg: ese lugar que nunca pisó durante la guerra; ese lugar donde se forjó a sí mismo como el superviviente que no logra dejar atrás.[3]

En un mundo plagado de leyes mordaza contra individuos que realmente creen en sus dichos, este no es mas que otro caso que demuestra la impunidad de falsificar intencionalmente acontecimientos en el sentido de lo políticamente correcto.

La fuerza del chantaje moral

Como dice Javier Cercas en un artículo que titula "Yo soy Enric Marco", es muy difícil decir abiertamente que no le creemos a "la víctima".

Un genio o casi un genio. Porque lo cierto es que es difícil resistirse a pensar que determinadas flaquezas colectivas habilitaron el triunfo de la farsa de Marco. Éste, de entrada, fue el fruto de dos prestigios paralelos e imbatibles: el prestigio de la víctima y el prestigio del testigo; nadie se atreve a poner en duda la autoridad de la víctima, nadie se atreve a poner en duda la autoridad del testigo: la cesión pusilánime a ese doble soborno –el primero de orden moral y el segundo de orden intelectual– engrasó el embeleco de Marco[4].

Bibliografía

Referencias

Artículos relacionados

Enlaces externos

Vídeos

Vídeo censurado en muchas ocasiones después de comprobarse que el protagonista no era quién decía ser. Su falso testimonio es mucho mas creíble que el de la mayoría de los sobrevivientes.
Propaganda del nuevo "documental" de Marco. Después de ser descubierto su fraude anterior, sigue haciendo dinero contándole a la gente como engañó a todos haciéndose pasar por un sobreviviente del Holocausto anteriormente.