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Pedro Lisbona
Biografía
Lisbona se formó como sacerdote en seminarios de Vich y Barcelona. Siendo aún estudiante se inició como periodista en la revista El Rossinyol, que se editaba en la ciudad de Badalona.
En 1905, ya convertido en presbítero, participó de la fundación de la Asociación de Eclesiásticos para el Apostolado Popular junto con Enrique Pla y Deniel y otros sacerdotes que buscaban combatir la descristianización de la sociedad.
Sus simpatías carlistas lo llevaron a colaborar con El Correo Catalán, en donde inicialmente comenzó a escribir usando como seudónimo al anagrama "Elías Sanpon Barbool". Luego participaría asiduamente en sus páginas usando otros nombres de fantasía como "Wifredo", "Víctor", "Plinio" y "León de Padilla". En 1909 fue nombrado Redactor en Jefe de la publicación, y a partir de la década de 1920 pasó a codirigir el periódico junto con Miguel Junyent.
Desde las páginas de El Correo Catalán combatió a anarquistas, masones, comunistas y a todos los demás representantes de la Anti-España. Fue también crítico del independentismo catalán -aunque no por ello les negó el derecho a los catalanes de usar su dialecto y vindicar su historia.
Lisbona apoyó la creación de los Sindicatos Libres para fomentar la organización armónica de la comunidad como antídoto a la violenta lucha de clases que predicaban los subversivos.
En 1922 el Papa Benedicto XV le concedió el título de camarero secreto, lo que le permitió ser llamado "monseñor". Leal a Jaime III, repudió al gobierno de Miguel Primo de Rivera y ayudó a crear el semanario La Protesta. A causa de ello el rey lo nombró Caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita.
En los años obscuros de la Segunda República se convirtió en dirigente de la Comunión Tradicionalista.
Al estallar la Guerra Civil en 1936 el sacerdote fue detenido por los rojos, quienes lo sometieron a un farsesco juicio ante un tribunal popular. Por profesar su religión, fue condenado a muerte. Sin embargo esa sentencia fue conmutada poco después por 30 años de encierro en la cárcel de Figueres. En 1938 fue ofrecido por los republicanos como hombre de intercambio por Manuel Carrasco Formiguera, pero el fusilamiento del subversivo frustró su liberación.
Al concluir el conflicto bélico retomó sus actividades en El Correo Catalán. Fue designado docente de la Escuela de Periodismo de Barcelona, donde se ganó el respeto y la admiración de sus alumnos.
Bibliografía
- Panegírico de San Jerónimo. Barcelona: Artes del Libro, 1954.
