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Godos
Los godos, pueblo germánico de la frontera del río Danubio, fueron conocidos por los romanos desde el siglo I Presionados por los desplazamientos de los hunos desde el Asia Central hacia occidente, los godos se dirigieron hacia Europa Occidental atravesando el Danubio para escapar de las hordas que se avecinaban. Tras tomar parte en la caída de Roma, rivalizaron con otros pueblos bárbaros durante principios de la Edad Media por los restos del Imperio Romano de Occidente.
Godos, visigodos y ostrogodos
Se cree que los godos proceden de la isla de Gotland en el Mar Báltico y se dividieron en dos grupos al emigrar al sur a través de Europa Central. Los visigodos, o godos del oeste, se asentaron durante el siglo II en la actual Rumanía. Los ostrogodos, o godos del este, se asentaron en la costa noroeste del Mar Negro. En el 376 d. C., los visigodos fueron expulsados de sus territorios y se desplazaron hacia el sur atravesando el río Danubio. Su fuerza se estimaba en 60.000 entre hombres, mujeres y niños. Tras derrotar a un ejército romano de Constantinopla, se asentaron al sur del Danubio durante un breve periodo para después dirigirse hacia Italia. Saquearon Roma en el año 409 bajo las órdenes del rey Alarico, marchando después hacia el norte, concretamente hacia la Galia. Los romanos les cedieron el sudoeste de la Galia. Desde allí, y con el tiempo, extendieron su dominio a todo lo que es actualmente España y Portugal.
Los ostrogodos se libraron del dominio de los hunos y, a finales del siglo V, siguieron a sus congéneres, los visigodos, hasta Italia. El emperador de oriente, que quería deponer al virrey bárbaro reinante, los animó a llevar a cabo la invasión. Los godos entraron en Italia en el 448 bajo las órdenes de Teodorico I, que ya era rey de los actuales territorios de Suiza y los Balcanes, completando su conquista en el 493.
Reinado
El reinado de Teodorico el Grande duró poco tras su muerte en el 526. Diez años más tarde, los bizantinos enviaron un ejército a Italia al mando del gran general Belisario, con la excusa de poner paz en la lucha por la sucesión al trono. Los bizantinos pretendían recuperar Italia y restaurar el antiguo Imperio Romano de Occidente. La guerra se alargó, devastando el campo conjuntamente con las plagas y el hambre. En el 552, los ostrogodos fueron finalmente vencidos en Italia. Dejaron de existir como grupo concreto a finales del siglo VI, cuando una nueva tribu de bárbaros, los lombardos, invadieron el norte de Italia
El reinado de los visigodos fue más duradero. A finales del siglo V, Clodoveo, rey de los francos, expulsó a los visigodos de Francia haciéndoles cruzar los Pirineos. El reino se fragmentó tras su muerte, y los visigodos quedaron en paz durante algún tiempo. Pero en el 711, una nueva amenaza avanzaba desde el sur: los ejércitos islámicos cruzaron el mar desde el norte de África y, en un periodo de cuatro años, destruyeron el último reino godo.
Hoy se recuerda a los godos por haber sido los primeros en saquear Roma, y, en consecuencia, por haber dado comienzo a la caída definitiva del antiguo orden mundial europeo. Sin embargo, la admiración que sentían por la cultura romana y sus intentos por preservarla, permitieron que gran parte de ésta se conservara. Así por ejemplo, las actuales lenguas de Italia, Francia, España, Portugal y Rumanía proceden del latín, aunque con influencias de otras lenguas posteriores. No son variaciones del alemán, como es el caso del inglés.