Acuerdo Haavara

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El Acuerdo Ha'avara (alemán: Haavara Abkommen) (en hebreo: הסכם העברה: Haavara heskem, Traducido: "acuerdo de transferencia") fue un acuerdo entre el gobierno nacionalsocialista de Alemania y organizaciones sionistas, firmado el 25 de agosto 1933 con el fin de facilitar la emigración de los judíos de Alemania hacia Palestina, ya que ambas partes tenían el deseo de hacer emigrar a la población judía de Europa, y asimismo para detener el boicot antialemán de 1933. El acuerdo duró hasta el 3 de septiembre de 1939, cuando Inglaterra declara la guerra a Alemania, si bien la emigración de judíos continuó permitiéndose formalmente hasta 1941.

Fue firmado después de tres meses de conversaciones entre la Federación Sionista de Alemania (die Zionistische Vereinigung für Deutschland), el Banco Anglo-Palestino (bajo las órdenes de la Agencia Judía, un organismo oficial ejecutivo en la entonces Palestina) y las autoridades del Ministerio de Economía del Tercer Reich.

Si bien permitió emigrar judios, también los obligó a renunciar a la mayor parte de sus posesiones antes de partir. Los activos más adelante se podrían obtener mediante la transferencia de ellos a Palestina como mercancías de exportación alemana. Aproximadamente 60.000 judíos emigraron a Palestina en virtud del presente acuerdo, llevando con ellos $100 millones (casi $1,7 mil millones dólares en 2009 ). El principal impulsor del Acuerdo Ha'avara fue Haim Arlosoroff.

Antecedentes

Noticia del 24 de marzo de 1933 sobre el boicot comercial declarado por el Congreso Mundial Judío contra Alemania, poco después de que Adolf Hitler asumiera el poder.

El 24 de marzo de 1933, el Congreso Mundial Judío declara un boicot económico internacional contra Alemania, el cual tenía el propósito de que los alemanes tomaran medidas similares contra los judíos y así obligar la inmigración de judíos hacia Palestina.

En mayo de 1933, Hanotea (en hebreo: הנוטע), una empresa sionista de plantación de cítricos, solicitó por la capacidad de transferencia de capital de Alemania a Palestina. Hanotea ayudó en la inmigración de los judíos de Alemania a Palestina como parte del movimiento sionista. En un trato hecho con el gobierno alemán, Hanotea tomaría dinero de los inmigrantes potenciales para comprar productos alemanes. Estos productos, junto con los inmigrantes, serían enviados a Palestina. En Palestina, los comerciantes comprarían los productos a los inmigrantes, liquidando así su inversión. Este trato funcionaba exitosamente, por lo que allanó el camino para el posterior Acuerdo Haavara. Vinculado a Hanotea estaba un judío sionista de Polonia llamado Sam Cohen quien representó los intereses sionistas en la negociación directa con los alemanes a partir marzo 1933.

El Acuerdo de Transferencia

El Acuerdo Haavara fue la pieza central de la cooperación alemana-sionista durante la era de Hitler, un pacto que permitió a decenas de miles de judíos alemanes emigrar a Palestina con su riqueza. El Acuerdo Ha'avara se llevó a cabo en agosto 1933, como consecuencia de las conversaciones entre los funcionarios alemanes y Haim Arlosoroff, Secretario Político de la Agencia judía, el centro Palestino de la Organización Sionista Mundial.[1]

A través de este acuerdo, cada judío comprometido para viajar a Palestina depositaba dinero en una cuenta especial en Alemania. El dinero era usado para comprar herramientas agrícolas, materiales de construcción, bombas de agua, fertilizantes, etc., de fabricación alemana, las cuales fueron exportadas a Palestina y vendidas allí por la compañía Ha’avara en Tel-Aviv, la cual era propiedad de los judíos. El dinero de las ventas se le entregaba al emigrante judío a su llegada a Palestina en la misma cantidad correspondiente a su dinero depositado en Alemania. Los bienes alemanes entraron a raudales en Palestina a través del Ha’avara que fue complementado un corto tiempo después con un acuerdo de trueque por el cual se intercambiaron naranjas de Palestina por madera alemana, automóviles, maquinaria agrícola y otros bienes. El Acuerdo entonces, sirvió al objetivo sionista de traer colonos judíos y capital de desarrollo a Palestina, mientras simultáneamente, servía a la meta alemana de librar el país de un grupo extranjero no deseado.

Delegados al Congreso Sionista de Praga en 1933 debatieron vigorosamente los méritos del Acuerdo. Algunos temieron que el pacto minara el boicot económico judío internacional contra Alemania. Pero los funcionarios sionistas tranquilizaron al Congreso. Sam Cohen, una figura importante detrás del acuerdo de Ha’avara, enfatizó que el Acuerdo no era económicamente ventajoso para Alemania. Arthur Ruppin, un especialista en emigración de la Organización Sionista que había ayudado a negociar el pacto, apuntó a que "el Acuerdo de Traslado de ninguna forma interfería con el movimiento del boicot, ya que ningún dinero fresco fluiría hacia Alemania como resultado del acuerdo..."[2] El Congreso Sionista que se llevó a cabo en Suiza en 1935, aprobó el pacto abrumadoramente. En 1936, la Agencia judía (gobierno sionista en la sombra en Palestina) tomó el control directo del Ha'avara, el cual funcionó en efecto, hasta que la Segunda Guerra Mundial forzó su abandono.

Algunos funcionarios alemanes se opusieron al acuerdo. El Cónsul General de Alemania en Jerusalén, Hans Döhle, por ejemplo, criticó en gran forma y en varias ocasiones el Acuerdo durante 1937. Señaló que a Alemania le costaba el comercio exterior que los productos exportados a Palestina traerían si se vendían en otra parte. El monopolio de ha’avara en la venta de los bienes alemanes a Palestina a través de una agencia judía encolerizó naturalmente a los hombres de negocios tanto alemanes como árabes. El apoyo oficial alemán al sionismo podía llevar a una pérdida de mercados alemanes a lo largo del mundo árabe. El gobierno británico también notó el acuerdo.[3] Un boletín interno de la Oficina Exterior alemana de junio de 1937 se refirió a los "sacrificios del intercambio exterior" que resultaban del Ha’avara.[4]

Un memorándum interno de diciembre 1937 emitido por el Ministerio del Interior alemán revisó el impacto del Acuerdo de Traslado: "No hay ninguna duda que el arreglo de Ha’vara ha contribuido muy significativamente al rápido desarrollo de Palestina desde 1933. El Acuerdo no sólo proporcionó grandes sumas de dinero desde Alemania, sino también llevó al grupo más inteligente de inmigrantes, así como las máquinas y los productos industriales esenciales para el desarrollo." La ventaja principal del pacto, informó el memorándum, era la emigración de grandes números de judíos a Palestina, el país-objetivo más deseable hasta donde Alemania estaba interesada. Pero el documento también hizo notar las importantes desventajas señaladas por el Cónsul Döhle y otros funcionarios. El Ministerio del Interior había concluido que las desventajas del acuerdo pesaban ahora, más que las ventajas y que, por consiguiente, debía terminarse.[5]

Sólo un hombre podría resolver la controversia. Hitler analizó la política personalmente en julio y septiembre de 1937 y nuevamente en enero de 1938 y cada vez decidió mantener el acuerdo. La meta de expulsar a los judíos de Alemania, concluyó él, justificaba las desventajas.[6]

El Ministerio de Economía del Reich ayudó a organizar otra compañía de traslado, la Agencia de Comercio Internacional e Inversión, o INTRIA (International Trade and Investment Agency) a través de la cual, los judíos en países extranjeros podrían ayudar a los judíos alemanes a emigrar a Palestina. Se canalizaron eventualmente casi $900,000 a través del Intria a los judíos alemanes en Palestina.[7] Otros países europeos, deseosos de alentar la emigración judía, concluyeron acuerdos con los sionistas modelados en el Ha'avara. En 1937 Polonia autorizó la Compañía de Transferencia Halifin (palabra hebrea para "intercambio"). A finales del verano de 1939, Checoslovaquia, Rumania, Hungría e Italia habían firmado acuerdos similares. La erupción de la guerra en septiembre de 1939, sin embargo, previno la aplicación en gran escala de estos acuerdos.[8]

Los logros de Ha’avara

Entre 1933 y 1941, unos 60.000 judíos alemanes emigraron a Palestina a través del Acuerdo Ha'avara y otros acuerdos alemanes-judíos, o aproximadamente el diez por ciento de la población judía de Alemania en 1933. (Estos judíos alemanes constituyeron aproximadamente el 15 por ciento de la población judía de Palestina en 1939.) Algunos emigrantes de Ha'avara transfirieron su considerable riqueza personal de Alemania a Palestina. Como el historiador judío, Edwin Black ha hecho notar: "Muchas de estas personas, sobre todo a fines de los años 30, fueron permitidos de transferir réplicas reales de sus casas y fábricas -- de hecho, escabrosas réplicas de su misma existencia".[9]

La cantidad total transferida desde Alemania a Palestina a través del Ha'avara entre agosto de 1933 y a fines de 1939 fue de 8.1 millones de libras o 139.57 millones de marcos alemanes (entonces equivalente a más de $40 millones de dólares). Esta cantidad incluyó 33.9 millones de marcos alemanas ($13.8 millón de dólares) entregados por el Reichsbank en conexión con el acuerdo.[10]

El historiador Black, ha estimado que un adicional $70 millones de dólares pueden haber fluido a Palestina a través del corolario de acuerdos comerciales alemanes y las transacciones bancarias internacionales especiales. Los fondos alemanes tuvieron un gran impacto en un país tan subdesarrollado como Palestina lo estaba en los años treinta, señaló él. Varias de las mayores empresas industriales fueron construidas con capitales de Alemania, incluyendo la empresa de aguas Mekoroth y la empresa textil Lodzia. "La afluencia de los bienes y capital de Ha'avara, concluye Black, produjo una explosión económica en la judía Palestina" y fue "un factor indispensable en la creación del Estado de Israel".[11]

El acuerdo de Ha'avara contribuyó grandemente al desarrollo judío en Palestina y así, indirectamente, a la fundación del estado israelita. Una circular del boletín de enero de 1939 de la Oficina del Exterior alemana informó, con algún presentimiento que "el traslado de la propiedad judía fuera de Alemania (a través del acuerdo de Ha'avara) contribuyó en no poca magnitud a la construcción de un estado judío en Palestina".[12]

Ex funcionarios de la compañía Ha'avara en Palestina confirmaron esta visión en un estudio detallado del Acuerdo de Traslado publicado en 1972: "La actividad económica fue posible por la entrada de capitales alemanes y las transferencias de Ha'avara a los sectores privados y públicos fueron importantísimos para el desarrollo del país. Muchas nuevas industrias y empresas comerciales fueron establecidas en la Palestina judía y numerosas compañías que son enormemente importantes incluso hoy en la economía del Estado de Israel deben su existencia al Ha'avara".[13]

El Dr. Ludwig Pinner, funcionario de la Compañía Ha'avara en Tel Aviv durante los años treinta, después comentó que la excepcional competencia de los inmigrantes de Ha'avara contribuyeron" "decididamente al desarrollo económico, social, cultural y educativo de la comunidad judía de Palestina.[14]

El Acuerdo del Traslado fue el ejemplo más de largo alcance de la cooperación entre la Alemania de Hitler y el sionismo internacional. A través de este pacto, el Tercer Reich de Hitler hizo más que cualquier otro gobierno durante los años treinta para apoyar el desarrollo judío en Palestina.

Restricciones del apoyo alemán

El apoyo alemán al sionismo no fue ilimitado. Los funcionarios del gobierno y del Partido estaban muy conscientes de la campaña continua de las poderosas comunidades judías en los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países para movilizar a “sus” gobiernos y conciudadanos contra Alemania. Mientras los judíos del mundo permanecieran implacablemente hostiles hacia la Alemania nacionalsocialista, y mientras la gran mayoría de los judíos de todo el mundo mostraran poco entusiasmo por reasentarse en la "tierra prometida" sionista, un estado judío soberano en Palestina realmente no "resolvería" la cuestión judía internacional. En cambio, los funcionarios alemanes razonaron que reforzaría enormemente esta peligrosa campaña anti-alemana. Por lo tanto, el respaldo alemán al sionismo se limitó al apoyo a una patria judía en Palestina bajo control británico, pero no a un estado judío soberano.

En junio de 1937, el Ministro de Relaciones Exteriores informó a los diplomáticos que un estado judío en Palestina no sería de interés para Alemania porque no podría absorber a todos los judíos en todo el mundo, sino que solo serviría como una base de poder adicional para la judería internacional, de la misma manera que Moscú sirvió de base para el comunismo internacional. Reflejando algo así como un cambio en la política oficial, la prensa alemana expresó una simpatía mucho mayor en 1937 por la resistencia árabe palestina a las ambiciones sionistas, en un momento en que la tensión y el conflicto entre judíos y árabes en Palestina aumentaban drásticamente.

Un boletín circular del Ministerio de Relaciones Exteriores del 22 de junio de 1937 advirtió que a pesar del apoyo al asentamiento judío en Palestina, "sería un error asumir que Alemania apoya la formación de una estructura estatal en Palestina bajo alguna forma de control judío. En vista de la agitación anti-alemana de los judíos internacionales, Alemania no puede estar de acuerdo en que la formación de un estado judío palestino ayudaría al desarrollo pacífico de las naciones del mundo". "La proclamación de un estado judío o una Palestina administrada por judíos”, advirtió un memorando interno de la sección de asuntos judíos de las SS, "crearía para Alemania un nuevo enemigo, uno que tendría una profunda influencia en los desarrollos en el Cercano Oriente." Otra agencia de las SS predijo que un estado judío "trabajaría para brindar protección especial a las minorías de judíos en todos los países, dando así protección legal a la actividad de explotación de los judíos del mundo". En enero de 1939, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Hitler, Joachim von Ribbentrop, también advirtió en otro boletín circular que "Alemania debe considerar peligrosa la formación de un estado judío porque "traería un aumento del poder internacional a la judería mundial".[15]

En 1941 Adolf Hitler se reunió con el Gran Mufti de Palestina, Amin al-Husayni, para comenzar las negociaciones de envíos de armas a los palestinos en un esfuerzo por equilibrar el poder entre los británicos y Palestina, y más tarde incluso sabotear la influencia británica/sionista bajo la Operación Atlas.

Referencias

  1. On the Agreement in general, see: Werner Feilchenfeld, et al., Haavara-Transfer nach Palaestina (Tübingen: Mohr/Siebeck, 1972).; David Yisraeli, "The Third Reich and the Transfer Agreement," Journal of Contemporary History (London), No. 2, 1971, pp. 129-148.; "Haavara," Encyclopaedia Judaica (1971), vol. 7, pp. 1012-1013.; F. Nicosia, The Third Reich and the Palestine Question (Austin: 1985), pp. 44-49.; Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews (New York: Holmes and Meier, 1985), pp. 140-141.; The Transfer Agreement, by Edwin Black, is detailed and useful. However, it contains numerous inaccuracies and wildly erroneous conclusions. See, for example, the review by Richard S. Levy in Commentary, Sept. 1984, pp. 68-71.
  2. E. Black, The Transfer Agreement (1984), pp. 328, 337.
  3. On opposition to the Haavara in official German circles, see: W. Feilchenfeld, et al., Haavara-Transfer nach Palaestina (1972), pp. 31-33.; D. Yisraeli, "The Third Reich," Journal of Contemporary History, 1971, pp. 136-139.; F. Nicosia, The Third Reich and the Palestine Question, pp. 126-139.; I. Weckert, Feuerzeichen (1981), pp. 226-227.; Rolf Vogel, Ein Stempel hat gefehlt (Munich: Droemer Knaur, 1977), pp. 110 ff.
  4. W. Feilchenfeld, et al., Haavara-Transfer (1972), p. 31. Entire text in: David Yisraeli, The Palestine Problem in German Politics 1889-1945 (Israel: 1974), pp. 298-300.
  5. Interior Ministry internal memo (signed by State Secretary W. Stuckart), Dec. 17, 1937, in: Helmut Eschwege, ed., Kennzeichen J (Berlin: 1966), pp. 132-136.
  6. W. Feilchenfeld, et al, Haavara-Transfer (1972), p. 32.
  7. E. Black, Transfer Agreement, pp. 376-377.
  8. E. Black, Transfer Agreement (1984), pp. 376, 378.; F. Nicosia, Third Reich (1985), pp. 238-239 (n. 91).
  9. E. Black, Transfer Agreement, p. 379.; F. Nicosia, Third Reich, pp. 212, 255 (n. 66).
  10. W. Feilchenfeld, et al., Haavara-Transfer, p. 75.; "Haavara", Encyclopaedia Judaica, (1971), Vol. 7, p. 1013.
  11. E. Black, Transfer Agreement, pp. 379, 373, 382.
  12. Circular of January 25, 1939. Nuremberg document 3358-PS. International Military Tribunal, Trial of the Major War Criminals Before the International Military Tribunal (Nuremberg: 1947-1949), Vol. 32, pp. 242-243.
  13. Werner Feilchenfeld, et al., Haavara-Transfer nach Palaestina (Tübingen: Mohr/Siebeck, 1972). Quoted in: Ingrid Weckert, Feuerzeichen (Tübingen: Grabert, 1981), pp. 222-223.
  14. W. Feilchenfeld, et al., Haavara-Transfer nach Palaestina (1972). Quoted in: I. Weckert, Feuerzeichen (1981), p. 224.
  15. Mark Weber, El sionismo y el Tercer Reich. Institute for Historical Review.

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