Arménido

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Arménido puro, probablemente hoy extinto debido a la mezcla racial. Individuo de la comunidad armenia de Siria. Esta fotografía fue aportada por el antropólogo alemán Hans F. K. Günther (Rassenkunde Europas) de un tipo que él denominó "armenoide" o "próximo-oriental".

El término arménido, armenoide, dinárido o néxido se refiere a una variedad biológica humana (raza) o subespecie humana de acuerdo con la Teoría de linajes. Es una de las tres subespecies principales que conforman a la raza conocida ampliamente como caucasoide, junto a la nórdida blanca y la nórdida roja.

Tiene una amplia distribución de sus características por todo el mundo por lo que la inmensa mayoría de los humanos tienen un aporte genético de esta raza en mayor o menor grado, es decir, que están "armenizados" o "dinarizados". Es extremadamente difícil encontrar arménidos puros, siendo una raza más antigua que las nórdicas, por lo que han tenido más tiempo para mezclarse. La subespecie arménida es la que da a los "semitas" típicos sus narices grandes y sus frentes huidizas, pero lo que entendemos por "semita" es casi siempre un individuo con más aportes nordico-rojos que arménidos, además de una cultura específica.

Esta subespecie recibe su nombre por la región de Armenia, Medio Oriente, donde existe una gran frecuencia del fenotipo armenoide y donde tiene sus núcleos más puros. También se le denomina a veces "néxida" ya que hipotéticamente se considera un nexo evolutivo entre la primera subespecie humana khoisánida y otras subespecies como la nórdida blanca y la nórdida roja.

Se cuestiona el uso del término dinárico o dinárido para denominar a esta subespecie ya que no se originó en los Alpes Dináricos y este término arrastra una denominación antaño referida a un tipo racial europoide de cráneo planooccipital, braquicéfalo, de mayor estatura, mezclado y por tanto diferente y propenso a dar lugar a confusiones.

Características

Anatomía

Se observa cómo el ángulo facial está cerrado y cómo la línea del perfil es una cuña "aerodinámica". En cierto modo, esta raza hereda el prognatismo subnasal de los neandertales, pero subiendo el centro de máxima proyección frontal (la punta del ángulo) desde la dentadura hasta la punta de la nariz, convirtiéndolo en nasal.
Los faraones egipcios Ramsés II y Seti II, a pesar de tener otras influencias raciales (por ejemplo, Ramsés era pelirrojo), son claramente de base racial arménida, y muestran, cada uno a su manera, predominios de la típica curvoocipitalia elevada de esta raza.
  • Cráneo: Dolicocéfalo de tipo arménido/dinárico, con una curvooccipitalia más elevada y de orientación más vertical que la del nordico-blanco (se trata de la característica dolicocefalia del tipo esquelético "mediterráneo grácil"). Bóveda craneal y zona parietal muy alta. Cuando visto de frente o desde atrás, da la impresión de un cráneo algo puntiagudo. La mitad inferior del rostro tiene un aspecto triangular cuando es visto de frente. Esta raza ha desarrollado capacidad craneal hacia arriba y hacia atrás, y, como pasó en el caso de los neandertales, la frente huidiza encontró su contrapartida en una zona parietal voluminosa.
  • Rostro: De aspecto fino, "puntiagudo", "aerodinámico" y huesudo. Perfil en forma de cuña con punta en la nariz, perfil "ratero" o de "tiburón", primitivesco. Proyección de las partes centrales de la cara (nariz) y retraso de las partes periféricas de la misma (barbilla, frente, pero también zonas del eje horizontal, como los pómulos y los arcos zigomáticos). Si colocásemos el rostro dinárico mirando cara arriba, se acercaría a la forma de un cono con punta en la nariz. Por ello, la forma de cuña no sólo se manifiesta al ver al arménido/dinárico de perfil, sino también al verlo desde arriba o desde abajo. Rostro largo cuando visto de perfil (gran distancia entre nariz y oreja).
  • Frente: Huidiza (inclinada hacia atrás como una rampa).
  • Mandíbula y mentón: Mandíbula fina, "débil" y pequeña (retrognatismo), con forma de triángulo invertido cuando vista de frente, en contraste con el maxilar ancho y cuadrado de las razas nórdicas. Mentón retraído y poco desarrollado.
  • Rostro: "Aerodinámico", no solo en el eje vertical, sino también horizontal. Partes centrales del rostro proyectadas hacia adelante (con su cumbre en la nariz), partes periféricas retrasadas. Rasgos faciales afilados, puntiagudos, secos y angulosos.
  • Estatura: Media-baja.
  • Constitución delgada, grácil. Resistencia a la escasez. Extremadamente fibroso. Vascular (venas a flor de piel).
  • Ojos: Marrones, pupila mediana, poca distancia entre ojo y ojo.
  • Nariz: Leptorrínica. Grande y aguileña, muy estrecha, de puente nasal muy alto (prácticamente a la altura de las cejas) y de arco afilado. Una hipótesis es que la selección natural moldeó la nariz de esta raza con el objetivo de humedecer el seco aire del desierto antes de introducirlo en los pulmones, mientras que otra sostiene que desarrollaron grandes fosas nasales para absorber más oxígeno en el enrarecido aire de las montañas, lo cual es más probable, ya que durante la última glaciación, Próximo Oriente no era una zona desértica. La nariz grande y aguileña no es un rasgo exclusivamente semítico, sino que se debe siempre a la dinarización (la nariz semítica típica es más ancha y carnosa debido a la influencia cónguida y nórdida roja).
  • Orejas: Grandes. Más alargadas y redondeadas que ambas razas nórdicas. Lóbulo separado y grande. Tendencia a apuntar hacia fuera.
  • Dentadura: Boca pequeña, dentadura estrecha y "ondulada" (diferencias de altura entre diente y diente). Mordisco en forma de V.
  • Cabello: Negro, grueso, espeso y liso-ondulado, probablemente bastante graso. Tendencia a las entradas y a la calvicie.
  • Vello corporal: Bigote muy poblado.
  • Piel: Marrón claro, aspecto limpio y uniforme. Gen MC1R activo, tendencia al bronceo.

Psicología y espiritualidad

Se trata de una raza oportunista y rapaz, también astuta, soñadora, nerviosa pero calculadora. Su espiritualidad está relacionada con la Tierra y el hogar. Culto a una vida larga y próspera. Tendencia al ascetismo. Fanatismo, intransigencia, sacrificios humanos. Gusto por el beneficio personal inmediato, amor por lo práctico a corto plazo, gran astucia y sagacidad, calculadores, predisposición para la inteligencia materialista, el comercio, la diplomacia y la búsqueda de ventajas personales. Facilidad para intuir y prejuzgar a las personas, gran habilidad para captar las debilidades de un individuo, en contraste con la mayor inocencia y despreocupación de las razas nórdidas. Entornos civilizados multirraciales, tráfico de esclavos, trata de blancas, contrabando, piratería, comercio legal o ilegal, vocación para el "crimen organizado".

Distribución

Distribución de la genética arménida por países. Oscuros los países con mayor cantidad o pureza de genética arménida.

Esta raza, mezclada como está, es inmensamente prolífica, encontrándose en toda Europa, Noráfrica, y de Medio Oriente hasta India, pasando por Asia Central. Sus núcleos más puros se corresponden con la órbita armenia, Siria, los Balcanes e Italia.

En el mapa se muestra que el nivel de dinarización de Noráfrica y las naciones del sur de Europa es similar. Sin embargo, en Noráfrica la sangre arménida está mezclada principalmente con variedades negroides, mientras que en Europa está mezclada principalmente con las razas nórdicas. También se verá la penetración arménida en China. Aunque en este país (y siempre según regiones y etnias) los rasgos arménidos no se manifiesten tan patentemente (la mongolización "desdibuja" mucho los rasgos arménidos al ser bastante "opuestos" morfológicamente), lo cierto es que predomina el haplogrupo paterno O, que es un linaje arménido. De modo que tenemos una zona donde las vías directas paternas son arménidas, pero las contribuciones autosomales o indirectas están por supuesto plagadas de genética mongólida y, en menor medida, nordico-roja.

Linajes

Procedencia sugerida de los arménidos por linaje paterno.

La raza armenoide está asociada con los linajes paternos (Y-DNA): F, G, H, J, K, L, M, N, O, P, Q, S, T. Las ramas LT y MS son dudosas en cuanto a su filiación racial, es posible que se trate de razas diferentes, derivadas de la arménida y aun no identificadas. Se ha notado también una laguna en los linajes J, ya que Yemen, la zona donde estos haplogrupos alcanzan su mayor frecuencia, no se trata de una zona particularmente dinarizada, y en cambio existe una influencia NR o pseudo-NR. De ser así, podríamos estar ante un posible nexo entre la raza nórdida roja y la nórdida blanca.

Sus linajes maternos (mtDNA) serían: A, B, F, I, J, N, P, Q, R, S, T, X, Y. Hay que notar que en Europa los linajes arménidos maternos son muchísimo más abundantes que los linajes arménidos paternos.

No se sabe cuál fue el primer haplogrupo arménido. La primera opción es que fuese el F, que se habría formado después de que los CF (proto-khoisánidos) se mezclasen con la raza neandertal del Este. Ello implicaría que todos los haplogrupos derivados del F serían néxidos, salvo los nordico-blancos, los nordico-rojos y quizás las ramas LT y MS. La segunda opción es que el F aun fuese proto-khoisánido y que la mezcla neandertal tuviese lugar sólo en una de sus ramas. Así, el GH y sus derivados serían haplogrupos aun khoisánidos o proto-khoisánidos, mientras que el IJK sería el primer haplogrupo néxido.

Este interesante mapa combina la distribución de todos los linajes J, que parecen tener su núcleo fuerte en el núcleo yemení, al suroeste de la Península Arábiga. Los J son considerados los haplogrupos semíticos por excelencia.
Aquí cada mapa se corresponde con un sublinaje diferente del haplogrupo J. Notable el segundo de la primera fila, el J1, que es el haplogrupo paterno típico de las familias sacerdotales judías Cohanim, y que tiene sus mayores concentraciones en el desierto de Sinaí, Egipto y el sur de Israel ("Judea").
Este mapa muestra la distribución del G2a, el linaje paterno al que pertenecía Stalin (G2a1a). Aunque se ha considerado al G como arménido de momento, Se considera también que podría ser khoisánido o nórdido rojo. Fuente: Eupedia.com
Frecuencias de J2 en Europa y Próximo Oriente. Fuente: Eupedia.com

Origen e historia

Los arménidos se originaron hace unos 60.000 años a partir de la raza proto-khoisánida (un modelo humano primitivo procedente de África, del cual quedan pocos vivos, y menos puros). Esta raza proto-khoisánida, procedente de África oriental, de constitución extremadamente delgada y perfil facial vertical, pasó a la Península Arábiga y a Próximo Oriente, donde recibió aportes genéticos procedentes del hombre de Neandertal. Después, la mezcla debió estabilizarse, actuó la selección natural sobre ella, hubo mutaciones y cambios en sus funciones de adaptación y finalmente surgió esta subespecie.

El territorio de desarrollo y expansión de la raza arménida. Están marcados los principales núcleos neandertales-orientales a modo orientativo. El más importante es el de Israel, que agrupa muchos yacimientos distintos, desplegados en un mapa más abajo. Según los linajes paternos, el CF, que era proto-khoisánido, derivó por un lado al C (dando lugar al C3 y a la raza mongólida) y por otro lado al F, dando lugar a la raza arménida y todos sus linajes, incluyendo las razas nórdicas, que seguramente descienden de ella. Los arménidos, pues, tendrían su origen en algún lugar de Próximo Oriente, probablemente en conexión con yacimientos neandertales del Mediterráneo Oriental.
Cráneo minoico temprano, Grecia, en torno al año 2500 AEC. Aunque es aventurado sacar composiciones raciales y este no es un especímen puro, a este cráneo se le aprecia la bóveda craneal alta, la frente huidiza, el puente nasal alto y pronunciado y la curvooccipitalia de la raza dinárida.

La raza arménida tuvo un éxito arrollador, manifestado en la dispersión de sus linajes en innumerables ramas, y en la difusión de sus rasgos antropológico-físicos por absolutamente todos los continentes. Su diversificación fue tal que se duda en si pudo dar lugar a la formación de otras razas (especialmente en la rama LT y MS) no identificadas.

Los arménidos se corresponden con la gran masa social de las primeras civilizaciones humanas en Próximo Oriente. Se corresponderían también con los llamados "europeos neolíticos" (los famosos "mediterráneos gráciles y dolicocéfalos" encontrados en los yacimientos agrarios), relacionados con culturas procedentes de Próximo Oriente que comenzaron a penetrar en Europa hace unos 8.000-7.000 años (por ejemplo, la de la Cerámica Cardial).

El origen del haplogrupo J2 (considerado a veces "arábido") podría ser una buena referencia para situar la Urheimat de los semitas, desde la cual los arménidos penetraron en Europa. También puede ser orientativo para situar a los semitas primigenios (el J2, después del J1, es el haplogrupo típico de los Cohanim o Cohen, una de las familias sacerdotales judías). Los minoicos y etruscos también tenían alta frecuencia de este haplogrupo.

Las mencionadas culturas neolíticas se extendieron por todo el Mediterráneo mezclándose con los nordico-rojos, y penetraron por el corredor del Danubio, que les llevó a Centroeuropa (lo que hoy son Hungría y Austria, donde entraron en contacto con los nordico-blancos y se mezclaron con ellos; también hubo este tipo de mezcla en los Balcanes). Se cree que los etruscos, los minoicos (culto al toro reminiscente de las poblaciones orientales), los fenicios y los cartagineses eran predominantemente de haplogrupos J, aunque parece que sus castas dirigentes debían estar más mezcladas con R1a y R1b (nordico-rojos), y habría cierta cantidad de E1b1b (cónguido) también. En Egipto predominaba el linaje paterno T, aunque también debían existir aportes nordico-rojos y nordico-blancos a juzgar por el aspecto de algunas momias y algunos análisis genéticos (por ejemplo, Tutankamón era R1b1b2). La civilización del Indos tenía sin duda, a juzgar por las concentraciones de linaje paterno L encontradas aun en Pakistán, zonas de India e Irán, un predominio de la raza arménida, mezclada esta vez con nordico-rojos de la rama R2.

En Noráfrica, los arménidos produjeron el tipo "moro" al mezclarse con nordico-rojos y especialmente cónguidos, que predominaron sobre ellos, mientras que cuando más al Este nos vamos, más disminuye la herencia cónguida y más aumentan otras razas como la mongólida. Hoy en día encontramos sangre arménida en casi toda Eurasia, el norte, este e incluso centro de África, y también en América precolombina (podemos observar en muchos nativos norteamericanos, o en ciertos relieves aztecas, narices que no tienen nada de mongólidas). Las realezas europeas, por la afluencia de sangre judía, se encuentran por lo general bastante armenizadas.

Sobre el Hombre de Neandertal y la raza arménida

Véase también: Hombre de Neandertal


Un par de mapas que representan la distribución de los neandertales. Por el gran aislamiento de las comunidades reproductivas (forzado por la geografía) y los rigores glaciales, los neandertales se diversificaron muchísimo, y se desarrollaron, como poco, tres razas bien diferenciadas. La que interesa por su relación con la raza arménida es la raza neandertal oriental, de constitución algo más grácil que el masivo tipo europeo. El yacimiento siberiano de Okladnikov tiene importancia, ya que en esa zona los neandertales tuvieron que entrar en contacto con el hombre de Denisova y seguramente también con el Homo sapiens, cosa que posiblemente tuvo mucho que ver en la conformación de la raza NR.

El hombre de Neandertal es un homínido que surgió hace unos 230.000 años, se extinguió hace unos 28.000 y se extendió principalmente entre Europa y Oriente Medio. Los análisis genéticos del ADN mitocondrial (linaje materno) de los neandertales muestran que sus linajes estaban mucho más distanciados que los nuestros (cosa normal en una especie que duró 200.000 años, la mayor parte de los cuales los pasaron bajo duras condiciones de selección natural y aislamiento de clanes enteros). Los paleoantropólogos han identificado, como poco, tres razas o subespecies neandertales (de las cuales una era pelirroja, aunque por una mutación distinta a la de la raza nordico-roja actual).

A pesar de que siempre ha estado claro que, por meras cuestiones de cronología, geografía y lógica, los neandertales habían coexistido en el tiempo con el Homo sapiens durante milenios, hasta hace muy poco, no se quería ni oír hablar sobre la posibilidad de un cruce racial, o bien hibridación, que sugiriese que los humanos actuales pudiésemos tener sangre neandertal. La ciencia anteriormente decidió que los neandertales, aunque se hubieran encontrado con el hombre moderno (algunos llegaron a afirmar ¡que jamás se vieron entre ellos siquiera, durante miles y miles de años habitando un territorio común!), al tratarse de otra especie, su descendencia supuestamente habría sido estéril y no habría prosperado, con lo cual el neandertal se extinguió ―ya por el cambio climático, ya por competencia con el hombre moderno. Pero de cuando en cuando, aparecían algunas voces que sugerían que había suficiente evidencia para considerar seriamente la posibilidad de aportes de sangre neandertal en el hombre moderno. Por ejemplo, en Lagar Velho, valle de Lapedo (Portugal) se encontraron los restos de un niño que era un híbrido Neandertal/Sapiens. Este niño fue datado en 24.500 años ―al menos tres milenios después de la fecha asumida para la extinción de los neandertales. No obstante, ya se sabe que, en ciertos casos, aún entre especies distintas, se puede producir descendencia estéril.

Se ha notado que, por cuestiones de morfología craneal, debía existir un aporte neandertal particularmente patente en los individuos de Oriente Medio, una herencia que se asociaba a la raza arménida. También se consideraba que otras razas neandertales distintas podían estar, junto con otros tipos humanos, en la base de la raza nordico-roja y tal vez la nordico-blanca. Puesto que la Genética está avanzando a un paso tan rápido, era cuestión de tiempo que surgiesen mayores evidencias para corroborar estas voces.

Ahora, gracias al análisis mitocondrial del genoma neandertal, se sabe que efectivamente, neandertales y sapiens entraron en hibridación, y que este mestizaje tuvo lugar en el Mediterráneo Oriental, cuando los Homo sapiens que salían de África se encontraron con grupos representantes de la presencia neandertal en Próximo Oriente, como Skhul, Kebara, Hayonim, Tabun, Qafzeh, Amud, Zuttiyeh (Israel todos), Dederiyeh (Siria), Shanidar (Irak), Kermanshah (Irán) o Karain (Turquía). También debe haber abundantes yacimientos actualmente bajo el mar, en aguas israelíes, turcas, etc. Los neandertales, con su gran capacidad craneal, fuerza, corpulencia y adaptación a un entorno tan duro y escaso en recursos como la glaciación, estaban evolutivamente por delante de los "Homo sapiens arcaicos" con los que se cruzaron —que debían de ser básicamente similares a los modernos khoisánidos (una raza negroide, seguramente la variedad humana más antigua que ha llegado a nuestros días). Como resultado de la mezcla, actualmente las poblaciones eurasiáticas suelen tener aproximadamente entre un 1 y un 4% de contribuciones genéticas neandertales. Sin dudarlo, afirmamos que estos aportes son mayores en los individuos más arménidos.

Los yacimientos neandertales más significativos de Próximo Oriente. Se considera que el núcleo israelí fue el epicentro del mestizaje entre los neandertales y los "hombres modernos" que salían de África.

Por cuestiones de antropología física aplicada al estudio de etnias portadoras de ciertos haplogrupos, el primer linaje arménido tuvo que ser el F o el IJK (menos probablemente, el K). Por tanto, los aportes de sangre neandertal en Próximo Oriente debieron tener lugar en el período de tiempo que va desde antes de la aparición del halogrupo F hasta, como tarde, antes de la aparición del haplogrupo K, lo cual nos da un margen de 70.000-45.000 años BP. En algunos medios se le ha dado al cruce una antigüedad de 65.000 años, en otros de 60.000 años y en otros se remontan a hace 80.000 años.

Sin embargo, más importante que el papel del neandertal en la formación de la raza arménida es todo lo que conlleva reconocer que el Homo sapiens se hibridó con el Homo neandertalensis.

Por otro lado, si al fin se ha reconocido que hay contribuciones de homínidos al acervo genético actual, especialmente en Europa y Oriente Medio, hay que hablar ahora de África, y de variedades como los cónguidos, los pígmidos y los austrálidos. Según la hipótesis monogénica, todos descendemos de una raza pseudo-khoisánida de perfil totalmente vertical. Hemos aceptado que la angulación del perfil (por ejemplo, en la tendencia a la frente huidiza) se adquirió por mezcla con un homínido, en este caso, el neandertal. Toca fijarse, pues, en el prognatismo de las mencionadas razas negroides, y preguntarse si pudieron adquirir ese rasgo a través de una hibridación con otros homínidos diferentes y más primitivos aún, lo cual ya ha sido demostrado.

Hay que evitar la etiqueta "semita"

Fragmento de la estela de los buitres, un famoso relieve sumerio (actual sur de Irak) esculpido en torno al año 2500 AEC para conmemorar la victoria de la ciudad-estado de Lagash sobre la de Umma, y que representa a una falange de soldados avanzando sobre los cadáveres de sus enemigos. Aunque Sumeria tiene otras obras artísticas que representan a personas (concretamente de la élite social: damas, sacerdotes, etc.) de base racial claramente nordico-roja, se infiere, a juzgar por las narices y el perfil general de este grupo de soldados, racialmente muy homogéneo, que la gran masa popular de su civilización era de base racial arménida. También se deduce que no hay que buscar en el pasado europeo el origen de las formaciones de combate cerradas, sino en Próximo Oriente.

Es tentador asociar la raza arménida o dinárida a los judíos, a los árabes, al judaísmo, al cristianismo, al islam y a los gitanos, identificándoles, pues, con corrientes que tradicionalmente obraron en contra del legado genético paleolítico acumulado en el continente europeo. Sin embargo, no debemos caer en esa simplificación. Los tres grandes credos abrahámicos intransigentes renovaron el flujo arménido hacia Europa, e irradiaron desde zonas con predominio de haplogrupos arménidos, pero no nacieron en núcleos arménidos puros, sino en zonas donde la civilización llevaba más tiempo arraigada (por tanto en zonas de caos étnico), donde la influencia nordico-roja y cónguida no era poca, y donde se precisaba de credos intolerantes para unir a una masa que carecía de cohesión étnica.

Sobre la aparición de la agricultura

Esta raza va unida inevitablemente a la agricultura cerealista y a la sedentarización producida por ésta. El uso de granos de cereales salvajes ya está demostrado en lugares como Ohalo II, un yacimiento israelí datado en 23.000 años. Asimismo, la expansión del cultivo de arroz en China está relacionada con el haplogrupo paterno O3, un linaje arménido. Considerando que, como hemos visto antes, en Europa las frecuencias más bajas de enfermedad celiaca, intolerancia al gluten y persistencia de lactasa se dan en Grecia y el sur de Italia, es lógico considerar la agricultura cerealista como de origen arménido. Otro factor que vendría a apoyar esto es que actualmente los individuos más arménidos mantienen una constitución física fina a pesar de tener una dieta fuertemente cerealista, esto implica que asimilan las féculas mucho mejor que, por ejemplo, los nordico-rojos, mucho más dados a la obesidad.

Otro hecho que viene a confirmar esta relación es que los yacimientos agrarios del primer Neolítico están protagonizados por esqueletos gráciles y dolicocéfalos, un factor claramente contrastado por la arqueología.

Dudosamente se le puede atribuir la civilización a una raza pura, siendo un producto propio de sociedades alienadas y mezcladas genéticamente, pero es probable que el punto de inflexión en el desarrollo de la civilización tuviese lugar cuando ciertos clanes nordico-rojos entraron en contacto con las comunidades mesolíticas arménidas de Próximo Oriente (por ejemplo, el Kebariense Geométrico).

La raza arménida ha jugado un papel importante y ha estado presente en toda civilización

Busto de un patricio (izquierda) y busto de Catón el Joven (derecha).

Puede decirse sin exagerar que la raza arménida ha estado presente en absolutamente todas las civilizaciones humanas. La gran masa de la población egipcia pertenecía al linaje arménido paterno T, e incluso los faraones, entre los cuales había aportes nórdicos patentes (abundancia de rubios y pelirrojos, linaje paterno R1b en Tutankamón), tenían armenización fuerte. En Roma, por su parte, tenemos una gran armenización (Catón el Joven, Julio César), tanta que es de suponer que en la época en la que surgió la civilización romana, hubiese en Italia individuos arménidos muy puros.

El aporte racial dominante en la casta dirigente romana era el nordico-rojo, seguido por algunos aportes nordico-blancos (más obvios en individuos como Vipsanio Agripa o César Augusto). La plebe romana debía abundar bastante más en aportes arménidos. Sin embargo, como evidencia de que la sangre arménida también estaba fuertemente representada en las clases influyentes, tenemos algunos bustos como el de Catón el Joven —aunque hay que recordar que Catón procedía de antepasados plebeyos. Esto implica que durante aquella época debía haber arménidos bastante puros en ciertos núcleos de Italia, y que las legiones (cuya táctica de combate no era muy diferente de la falange sumeria que hemos visto más arriba) debían abundar asimismo en sangre arménida.

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Fuentes