Ecología nacionalsocialista

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No se debe a ninguna casualidad, en este sentido, el que sigamos debiendo, aun hoy en día, al régimen nazi y a la voluntad personal de Hitler las dos legislaciones más elaboradas que la humanidad jamás haya conocido en materia de protección de la naturaleza y de los animales.

—Luc Ferry


Miembros de las Juventudes Hitlerianas en contacto con la naturaleza.
La ecología nacionalsocialista fue un paradigma de acción inherente a la ideología nacionalsocialista que buscaba la armonía en la relación entre el hombre y el medio ambiente.

Fue pionera en el mundo cuando en la década de los años 1930s promulgó las primeras leyes a nivel mundial para la protección del medio ambiente en la línea de la actual legislación que rige en la mayoría de los países.

Como dijo C. G. Jung, el nacionalsocialismo hunde sus raíces en lo más íntimo de la cultura alemana, por ello es que una parte sustancial de esa cosmografía está basada en un respeto casi sobrenatural por la tierra, los bosques, los animales y las montañas.

Reconocemos que separar la humanidad de la naturaleza, de la vida toda, conduce a la propia destrucción de la humanidad y la muerte de las naciones. Sólo a través de una nueva integración de la humanidad en toda la naturaleza puede nuestro pueblo hacerse más fuerte. Ese es el punto fundamental de las tareas biológicas de nuestra época. La humanidad sola ya no es el foco del pensamiento, sino más bien la vida como un todo... Este esfuerzo hacia la conexión con la totalidad de la vida, con la propia naturaleza, una naturaleza en la que hemos nacido, este es el significado más profundo y la verdadera esencia del pensamiento nacional-socialista.
—Ernst Lehmann, Biologischer Wille. Wege und Ziele biologischer Arbeit im neuen Reich, München, 1934.

Legislación ecologista

La promulgación, en los años treinta de las sucesivas leyes ecologistas del Tercer Reich no debe entenderse, por tanto, como un mero acto propagandístico ni tampoco como algo accesorio dentro del concepto global del orbe que tenían los ideólogos nazis. Constituye una legislación pionera porque no solo prohíbe el maltrato público que pudiera herir la sensibilidad del espectador, sino el abuso y el maltrato en si mismo. Se adelanta a su época cuando en línea con la legislación actual y ante la imposibilidad legal de promulgar derechos legales a aquellos a los que no se les puede exigir obligaciones (como los animales), define sin embargo una serie de obligaciones que los ciudadanos tienen hacia los animales para su cuidado y preservación.

El pueblo alemán posee desde siempre un gran amor por los animales y siempre ha sido consciente de las elevadas obligaciones éticas que tenemos para con ellos. Aun así, sólo gracias a la Dirección Nacional Socialista, el deseo de una mejora en las disposiciones jurídicas respecto a la protección de los animales, el deseo de una ley específica que reconozca el derecho que poseen los animales en cuanto a tales a ser protegidos por sí mismos ha sido llevado a cabo... La crueldad ya no es castigada partiendo de la idea de que habría que proteger la sensibilidad de los hombres del espectáculo de la crueldad contra los animales, el interés del hombre ya no es en este caso el fondo del asunto, sino que se reconoce que el animal debe ser protegido en cuanto a tal.
—Legislación ecologista nacionalsocialista

El filósofo y ensayista francés Luc Ferry, recoge en su libro "El Nuevo Orden Ecológico" un capítulo dedicado a la ecología nacionalsocialista, con especial mención de las leyes proclamadas en noviembre de 1933, julio de 1934 y junio de 1935, durante el primer, segundo y tercer año de gobierno. La primera, fechada el 24 de noviembre de 1933, es decir, muy poco después de la llegada de Hitler al gobierno, recibió el nombre de Tierschutzgesetx (sobre la protección de los animales). Se basaba en una frase pronunciada por el recién estrenado canciller y con la que la nueva ley abría su texto al modo de cita:

En el nuevo Reich no debe haber cabida para la crueldad con los animales.
—Adolf Hitler

Los ideólogos que la redactaron, Giese y Kahler, teorizarían años más tarde sobre este "corpus" legal en su libro El Derecho alemán de la protección de los animales.

El 3 de julio de 1934 esta batería legislativa se amplía con la ley que limita la caza (Das Reichsjadgesetz) y el 1 de julio del año siguiente con la Ley de Protección de la Naturaleza (Reichsnaturschutzgesetz).

Aunque el autor Luc Ferry es contrario al nacionalsocialismo, al constatar la existencia de esta avanzada legislación ecológica, no puede evitar afirmar lo siguiente:

Un hecho sorprendente: aún siendo estas tres leyes las primeras del mundo que tratan de compaginar un proyecto ecológico de envergadura con el afán de una intervención política real, no se encuentra el menor rastro de ellas en la literatura actual dedicada al entorno (salvo contadas alusiones esgrimidas por los adversarios de Los Verdes, bastante vagas por basarse en referencias de segunda mano). Se trata sin embargo de una serie de textos muy elaborados, absolutamente significativos de una interpretación neoconservadora de lo que más adelante se llamará ecología profunda.
—Luc Ferry, filósofo y ensayista francés
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Según el autor Wilhem Heinrich Riehl, esta concepción de la naturaleza habría tenido su más alta apreciación y alcance, en la visión de los pueblos del Norte. En esta línea anota:

El pueblo alemán tiene necesidad del bosque y aun en el caso de que ya no tuviéramos la necesidad de la leña para calentar el hombre exterior... no por ello dejaría de resultar igual de necesario para calentar el hombre interior. Tenemos que proteger el bosque, no solo para evitar que la estufa se enfríe en invierno, sino para que el pulso del pueblo siga latiendo caliente, alegre y vital, para que Alemania siga siendo alemana
—Wilhem Heinrich Riehl

Reservas naturales

En la Ley de Protección de la Naturaleza (Reichsnaturschutzgesetz) de 1935 se proponía la institución de "Monumentos Naturales", es decir, "creaciones originales de la naturaleza cuya presentación resulta de un interés público motivado por su importancia y su significación científica, histórica, patriótica...", además se demarcan las "zonas naturales protegidas", verdaderos Parques Nacionales.

La creación de estas medidas tratan de paliar una situación que se glosa en el preámbulo de la ley:

Nuestra campiña nacional (heimatliche Landschaft) ha sido profundamente modificada en relación con las épocas originales, su flora ha sido alterada de múltiples maneras por la industria agrícola y forestal así como por la concentración parcelaria unilateral y el monocultivo de las coníferas. Al mismo tiempo que su hábitat natural iba reduciéndose, la fauna diversificada que vivificaba los bosques y los campos ha ido menguando.

Protección de los animales

Si tanta preocupación despertaba la suerte de las dunas, de las marismas y de las garrigas, no nos sorprenderá que la ya citada Tierschutzgesetz otorgue similar derecho a existir per se a los animales. A diferencia de la legislación proteccionista europea que ya ciertamente existía en esos años, la judicatura nacionalsocialista no protege al animal por considerar que la vejación del mismo hace descender al hombre en la escala de su propia dignidad, sino que "se reconoce que el animal debe ser protegido en cuanto tal".

Tampoco diferencia entre animal doméstico y animal salvaje como hace la legislación francesa primando siempre al primero, sino que el objeto de la protección de la ley comprende "a todos los seres vivos designados como tales" no aceptándose ninguna distinción entre "animales superiores o inferiores, como tampoco entre animales útiles y nocivos para el hombre", con lo que llegan al mismo punto que alcanzó la Iglesia Romana en el medievo, protegiendo a conejos o ratas de cloaca por ser también "Hijos de Dios". Esta ley llegaba a pormenores como el de prohibir la vivisección o el cebado de las ocas, o a consignar prolijamente en qué condiciones debía producirse el traslado de reses de ganado por ferrocarril.

En cuanto a las leyes sobre la caza (Das Reichsjadgesetz) del 1 de julio 1935, iban en el mismo sentido de cuanto se ha dicho:

El deber de un cazador digno de este nombre no consiste sólo en dar caza a la presa, sino también en mantenerla y cuidarla para que se produzca y se preserve una situación de la presa más sana, más fuerte y más diversificada en lo que a las especies se refiere...
—Das Reichsjadgesetz

La investigación animal fue vista como parte de la "ciencia judía" y la medicina "internacionalista", mostrando una mente mecánica que consideraba la naturaleza como algo a ser dominado, en vez de respetado. Hermann Göring anunció su prohibición el 16 de agosto de 1933, siguiendo los deseos de Hitler, pero el médico personal de Hitler, el Dr. Morrel, le persuadió, ya que estas medidas iban en contra de los intereses de la investigación alemana, y particularmente la investigación en materia de defensa. La prohibición por lo tanto fue revisada tres semanas más tarde.

El 5 de septiembre de 1933, cuando se anunciaron ocho condiciones bajo las cuales las pruebas animales podrían ser llevadas a cabo, con objeto de reducir el dolor y los experimentos innecesarios. Primates, caballos, perros, y gatos fueron acogidos bajo protección especial, y las licencias para realizar vivisecciones serían dadas a instituciones, no a personas individuales. La retirada de la prohibición fue justificada con el aviso: "Es una ley de cada comunidad para que, cuando sea necesario, se sacrifiquen individuos singulares en interés de la comunidad".

Artículo de opinión

Ecologismo y nacionalsocialismo, tienen un origen común

Por Petra Petrus de Petris


El nacional-ecologismo alemán se origina en la concepción holística de Ernst Moritz Arndt, para la cual la existencia colectiva de un pueblo se encuentra íntimamente relacionada con la respectiva existencia de las demás especies de seres vivos (tanto animales como vegetales) e inanimados (minerales y otros) con los cuales comparte determinados habitats.

Ernst Moritz Arndt, en un artículo suyo de 1815 (“Der Begriff des Volksgeistes”, reproducido en “Geschicht sanschanung”, Lagensalza, 1914) decía: “cuando uno ve a la naturaleza en una conexión necesaria y de interrelación, todas las cosas son igualmente importantes –arbustos, gusanos, plantas, piedras, humanos-, todos como una sola unidad.”

Y es esa unidad, precisamente, la que debe ser preservada políticamente.

Y, con ésta perspectiva, es que Arndt formó escuela en Alemania: va a ser su discípulo Wilhelm Heinrich Riehl, quién exaltó la vida rural como condición sine qua non para la existencia nacional; este (en su artículo “Feld und Weld”, pag. 52, Stuttgart, 1857) dice: “Hay que salvar el bosque, no solamente para que nuestros hornos no se enfríen en invierno, sino que también para que el pulso de la vida de la gente siga latiendo cálido y alegre, de modo que Alemania siga siendo Alemania.”

Esta escuela del pensamiento ecológico alemán nutrió intelectualmente al movimiento völkisch, que fue un fenómeno de exaltación del amor por el propio pueblo y por el propio medio ambiente, y de rechazo vigoroso de todo aquello que pudiera afectar tanto a la identidad popular como a la naturaleza medioambiental.

Es en la continuidad de ésta corriente de pensamiento y de sentimiento donde encontramos el surgimiento en 1867 de la ecología como denominación de la ciencia que estudia el entorno de los seres vivos, gracias a las investigaciones y deliberaciones del zoólogo alemán Ernst Haeckel, para el cual ésta disciplina aporta el sustento científico necesario para una acción cívica que intencionadamente promueva la vida armónica del pueblo consigo mismo y con su entorno.

A ésta acción la llama Monismo: la concepción de que todos los que viven en un mismo hábitat constituyen de por sí una unidad, son co-habitantes del mismo territorio, tanto los seres humanos como los seres animales y los seres vegetales que comparten el mismo espacio y el mismo tiempo.

Para promover la concepción monista funda y organiza La Liga Alemana Monista como una fuerza que va a agrupar tanto a los ecólogos (o sea, a los estudiosos del entorno medioambiental de los seres vivos) como a los que participan del espíritu y de las actividades volkisch (o sea, a los fervorosos amantes de la patria y de su naturaleza).

Otros pensadores que siguieron ésta línea ecológico-cultural fueron: Willibald Hentschel, Wilhelm Bolsche, Bruno Wille y Raúl Francé.

Toda ésta corriente ecológica-volkisch va a afluir en el Siglo XX en el nacionalsocialismo hitleriano, aportándole a este una particularidad que se va a ver concretada en una serie de políticas de armonización entre, por un lado, el desarrollo económico y la infraestructura de obras públicas y, por el otro, la preservación del paisaje natural y de las formas de vida simples que se habían constituído en costumbres populares.

Es en este contexto dentro del cual surge la política de obras públicas NS encabezada por el Dr. Fritz Todt, para la cual la Autobahn, la gran autopista construida en el Tercer Reich, además de su obvia utilidad para el transporte de personas y productos al interior de Alemania, tenía el sentido de ser todo un símbolo de cómo la misma infraestructura del transporte debía promover la íntima conexión del pueblo con su paisaje. Se constituía, así, en un adelantado de lo que hoy se llama ingeniería ecológica, al imponer la exigencia de que todas las obras públicas debían someterse al criterio de alcanzar una armonía con el paisaje en donde se llevaban a cabo.

Así, en palabras del mismo Dr Todt: “el solo cumplimiento de los fines del transporte no es el objetivo final de la construcción de las carreteras alemanas. La carretera alemana debe ser una expresión de su paisaje y una expresión de la esencia alemana.”

Aquí, dentro del "alma verde" del Nacionalsocialismo Alemán encontramos algunas diferenciaciones en cuanto a los énfasis: por un lado un énfasis más agronómico que va a ser representado por Darré y por otro lado un énfasis más ecológico representado por Seifert.

El énfasis agronómico de Richard Walter Darré (ingeniero agrónomo, doctor en filosofía, militante de la juventud volkisch Artamans antes de converger en el NSDAP, nacido en Buenos Aires, de madre argentina, Ministro de Agricultura y Abastecimientos del Tercer Reich y Director de la Oficina de la Raza y Reasentamiento de las SS, autor del libro "El campesino como fuente de vida de la raza nórdica") propugnando un retorno de la raza nórdica a la tierra a través de un proceso de colonización interna, abogaba por la utilización de métodos más naturales para la gestión agrícola; lo cual implicaba que, por un lado, proliferaran las granjas a escala humana (o sea, que sin ser latifundios tampoco llegaran a ser minifundios incapaces de sostenerse) y que, por otro lado, éstas granjas tuvieran espacios abiertos para criar los animales (para que no estuvieran estos estresados en estrechos establos). Complementaba este énfasis la necesidad de conservar los bosques.

A su vez, el énfasis ecológico de Alwin Seifert, discípulo de Fritz Todt, centrándose precisamente en la defensa del paisaje natural, consideraba que las políticas agrarias de Darré eran demasiado moderadas e insuficientes para lograr el objetivo de armonizar el desarrollo económico con el paisaje natural y por ello es que va a poner de relieve la necesidad y la importancia de preservar la diversidad de formas de vida que tenían su lugar en el medio ambiente natural, teniendo éxito en lograr que las políticas del Tercer Reich incluyeran medidas tendientes tanto a limitar el drenaje de los humedales como a limitar los monocultivos agrícolas y el uso indiscriminado de aportes químicos industriales en la agricultura.

Acorde con sus respectivos planteamientos “nacional-ecologistas”, las proposiciones políticas que hacían Walther Darré y Alwin Seifert en el seno del Nacionalsocialismo alemán, se remitían a la imperiosidad de hacer una revolución agrícola que permitiese regresar a una “vida campesina natural” y a un restablecimiento del “uso de métodos simples de agricultura”, que permitiese a los habitantes rurales el poder vivir y trabajar independientemente de toda forma de acumulación de capital.

Siguiendo con ésta misma línea, Rudolf Hess es considerado el más alto exponente en la cúpula del III Reich del alma verde del Nacionalsocialismo, desde el momento mismo en que promovió el invento político NS de crear reservas naturales y de declarar especies protegidas (para cuidar de las especies de seres vivos que estaban en peligro de extinción).

Y así fue como se impuso la Reichsnaturschutzgesetz como ley en todo el Reich, estableciendo las directrices destinadas a salvaguardar la flora, la fauna y los monumentos naturales, restringiendo el acceso indiscriminado de gente a las reservas naturales y regulando las modificaciones que los propietarios particulares quisieran hacer en las tierras protegidas. De este modo, el derecho de propiedad privada quedaba subordinado al deber de preservar la unidad de todos los co-participantes de un mismo hábitat.

Todas éstas ideas nacional-ecologistas alemanas se difundieron por todos los países del mundo después de la derrota militar del nacionalsocialismo en 1945.

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Fuentes

Enlaces externos