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Entomofagia
La entomofagia en humanos describe el consumo de insectos por parte de humanos. Los divulgadores de la Agenda 2030 sugieren comer insectos como una posible solución al daño medioambiental provocado por la ganadería insensiva que genera gases de invernadero[2].
Sumario
Recomendaciones de la Comisión Europea y la FAO
Actualmente se permite la venta de algunas especies de insectos en el mercado europeo, después de que la Comisión Europea actualizase su lista de alimentos autorizados en su cruzada contra la carne y la búsqueda de nuevas fuentes de proteínas. Recientemente se incorporó el polvo de grillo doméstico parcialmente desgrasado, que se suma a la lista de los ya aprobados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA): las larvas del tenebrio, la langosta migratoria y las larvas de escarabajo del estiércol. Estos alimentos pueden ser uno de los ingredientes contenidos en pastas, galletas, salsas, sopas, chocolate...
La FAO ha registrado unas 1.900 especies de insectos comestibles y estima que en 2005 había unos dos mil millones de consumidores de insectos en todo el mundo. La producción en masa de insectos se plantea como una posible solución a la degradación ambiental provocada por la producción ganadera.
Por qué consumir insectos
Está científicamente documentado que la entomofagia se encuentra muy extendida entre los primates no humanos y es común entre muchas comunidades humanas. Los huevos, larvas, pupas y adultos de ciertos insectos han sido consumidos por los humanos desde tiempos prehistóricos en pequeñas cantidades.
- Los insectos se han considerado una alternativa sostenible a los productos cárnicos ya que aportarían proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales y micronutrientes.
- La cría de insectos genera tan solo un 1% de emisiones de gases de efecto invernadero comparados con los que se emiten con la cría de ganado vacuno o porcino. Esto supone un impacto positivo para el medio ambiente, ya que reduce el nivel de emisión de uno de los principales causantes del cambio climático[2].
- La FAO señala que unas 2000 millones de personas en el mundo incluyen insectos en sus dietas. En un informe asegura que muchas especies de insectos contienen la misma cantidad de proteínas y minerales que la carne y el pescado, pero además son ricos en algunos ácidos grasos que han demostrado sus beneficios para la salud[3].
Riesgos y peligros asociados
El consumo de insectos implica algunos peligros potenciales para la salud. Los insectos pueden contener parásitos, contaminantes y alérgenos.
- La quitina de los insectos es el material principal del que está formada la parte exterior de los artrópodos. Cuando esta substancia es ingerida por humanos, bloquea la absorción de las proteínas.
- Los alcaloides presentes en algunas especies de insectos podrían a partir de determinadas dosis, llegar a ser tóxicos para los consumidores. Por ello se eberían adoptar medidas de prevención, ya que la ingesta de algunos compuestos puede generar irritaciones u otros problemas.
- También se aclara que la venta no controlada puede contener bacterias patógenas como salmonella, campylobacter, escherichia coli y bacillus cereus, sobre todo en insectos que ya han sido procesados y no están cocinados de manera correcta.
- Las reacciones alérgicas adversas son un peligro potencial del consumo de insectos. En un examen se identificó que la reactividad cruzada entre insectos comestibles y crustáceos es clínicamente relevante. Un estudio sobre la presencia de alergias a insectos comestibles en Tailandia indicó que:
- Otro de los riesgos con los que hay que lidiar es la contaminación química ya que ésta no puede eliminarse mediante la cocción. Este constituye uno de los mayores peligros asociados a su consumo, sobre todo en insectos silvestres. Los investigadores mencionan, que no hay que tener miedo a insectos procedentes de granjas especializadas, porque son las que más cuidado toman en sus preparaciones y exportación.
Animalistas en contra del consumo de insectos porque sufren
Los principales lobbies animalistas aseguran que los grillos también son seres sintientes y su consumo supone un "debate ético y moral". En el Foro de Davos de 2023, la ONU y diversos gobiernos intensificaban su cruzada contra la carne por su supuesto impacto ecológico, promoviendo nuevas fuentes de proteínas como los insectos. Sin embargo, ya ni siquiera los grillos o las larvas del escarabajo del estiércol son una opción alimenticia para los principales lobbies animalistas europeos, que han enviado una carta a la Unión Europea para que prohíba el consumo de insectos porque también son seres sintientes[5].
En la carta remitida por los animalistas a la U.E., también denuncian que "la producción intensiva y posterior comercialización tanto del grillo doméstico así como de otros, no está exenta del uso excesivo de recursos, ya que implica un gran impacto ambiental por el gasto de alimento, agua y energía que supone". Es decir, que cualquier tipo de agricultura contamina, desde criar cerdos a criar grillos.
El bienestar animal incluye a los insectos
Según su definición formal, los insectos son animales pertenecientes al grupo de los artrópodos. Los animalistas han alzado la voz para reivindicar que grillos, langostas, gusanos y escarabajos también son "seres sintientes" y han pedido a la U.E. que cese la autorización de la comercialización de los insectos como alimento. Por ello alertan del posible "debate ético y moral" sobre el consumo de insectos y añaden:
Los insectos pueden experimentar dolor
Los insectos tienen sistema nervioso central, aunque sea mucho más simple que el nuestro y el de otros animales de mayor tamaño. Además, también cuentan con los órganos sensoriales que reaccionan al dolor por lo que sí, son capaces de sentirlo. No obstante, aún no se sabe con exactitud de qué modo o con qué intensidad[6]. Una investigación de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL), en el Reino Unido, sugiere que los insectos pueden experimentar sensaciones parecidas al dolor humano. Los investigadores revisaron una serie de pruebas científicas y concluyeron que es muy probable que los insectos tengan el control de procesos neuronales que les permitan detectar posibles estímulos dañinos: esto sería consistente con la existencia de una experiencia de dolor[7].
Implicaciones éticas de maltratar a un insecto
Según el escritor y profesor Jeffrey A. Lockwood de la Universidad de Wyoming en los EE.UU.:
En su monografía de 2015, "La importancia del sufrimiento de los insectos", Brian Tomasik explica:
Los monjes de la religión del Jainismo son conocidos por su compasión hacia todas las criaturas. Andan cuidadosamente barriendo por delante con una escobilla para evitar pisar insectos y llevan telas sobre sus bocas para no tragar moscas accidentalmente[10].
Leche de cucarachas
Se le conoce como el súper alimento del futuro, la leche de cucaracha es real y tiene cuatro veces más proteínas que la leche de vaca. De acuerdo con los científicos de la India, Estados Unidos, Canadá, Francia y Japón, se trata de un alimento completo.
Desde hace años, los científicos se encuentran investigando la posibilidad de utilizar la leche de cucaracha como un alimento a ser consumido por las personas. Esto responde a la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de incorporar insectos en nuestra dieta diaria a fin de aliviar los efectos del consumo agrícola y ganadero[11].
Altamente nutritiva
La leche de cucaracha está llena de proteínas, grasas y azúcares. Así lo indica un estudio realizado en 2016 por el Instituto de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa en India. Los investigadores encontraron que esta bebida posee cuatro veces más proteínas que la leche de vaca y puede proporcionar "tres veces la cantidad de energía que la leche láctea más nutritiva" del mercado, según Sanchari Banerjee, uno de los investigadores.
Esto se debe a que las cucarachas de la variedad Diploptera punctata, producen un líquido compuesto por un conjunto de proteínas, grasas, azúcares, aminoácidos (considerados esenciales para el crecimiento celular) y lípidos para mantenernos saludables. A diferencia de muchos insectos que ponen huevos, esta cucaracha vivípara alimenta a sus pequeñas crías con una sustancia cristalizada ubicada dentro de sus intestinos. Por esa razón es conocida popularmente como "leche de cucaracha", aunque no sea un producto lácteo como tal por su ausencia de lactosa.
Sabor
La leche de cucaracha tiene un sabor parecido al de la vaca[12] y puede llegar a ser considerada como otra opción de leche no láctea, similar a la leche de almendra o de arroz.
Producción
Actualmente la leche de cucaracha no es la más fácil de conseguir. Además de que las cucarachas mueren durante la extracción del líquido[13], debido a su pequeño tamaño, se necesitan mil cucarachas para producir 100 gramos de leche[12]. Por ello se está investigando la manera de producirlo en el laboratorio a gran escala para que sea una opción alimentaria para el ser humano.
Referencias
- ↑ La Agencia para la Seguridad Alimenticia (EFSA) aprobó el gusano de la harina para consumo humano.
- ↑ 2,0 2,1 Comer insectos puede ayudar a salvar el planeta
- ↑ La ONU sugiere comer insectos para luchar contra el hambre
- ↑ Entomophagy and allergies: a study of the prevalence of entomophagy and related allergies in a population living in North-Eastern Thailand
- ↑ Vegetarianos contra Davos: los animalistas piden prohibir el consumo de insectos
- ↑ ¿Los insectos sienten dolor?
- ↑ Los insectos también sentirían dolor
- ↑ Not to Harm a Fly: Our Ethical Obligations to Insects
- ↑ La importancia del sufrimiento de los insectos. Tomasik, Brian. 2015.
- ↑ Jainism, Jains, Mahavira and their history
- ↑ Beneficios de la leche de cucaracha en tu cuerpo
- ↑ 12,0 12,1 Expertos aseguran que la leche de cucaracha sabe igual que la leche de vaca
- ↑ Cockroach milk could be next superfood, scientists claim