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Imperialismo internacional del dinero
Sus agentes son miembros de élites económicas que se mueven libremente del sector privado al público y del público al privado, ejerciendo una influencia desproporcionada sobre la política nacional de los distintos países del mundo en beneficio de sus intereses particulares. Normalmente operan mediante la conformación de lobbies que abiertamente o subrepticiamente intervienen y guían la toma de decisión de los gobiernos nacionales.
Características
Lo más notorio de la Internacional del Dinero es que ejerce su poder a escala mundial, sin identificarse con ningún Estado específico. Por ello es un poder apátrida y cosmopolita.
Puesto que esencialmente se trata de una red supranacional oligárquica y plutocrática sus miembros no controlan un territorio particular en el cual están asentados; por el contrario están distribuidos en diversas partes del mundo, residiendo en cada lugar por cuestiones circunstanciales.
La Internacional del Dinero emerge en la arena mundial usurpando o subordinando a los poderes que oficialmente controlan a los Estados Nacionales. A causa de ello los gobiernos devienen simples instrumentos que son utilizados para incrementar sus riquezas y para bloquear a todos aquellos que opongan resistencia a su poder.
Estrategias de control
Hay dos grandes estrategias con las que opera la Internacional del Dinero: control de las finanzas nacionales y control de los principales medios de comunicación de cada país.
Mediante la primera dominan directa o indirectamente a las instituciones multilaterales de crédito, controlan la emisión de la moneda de pago internacional, guían a gran parte del comercio mundial y, fundamentalmente, empujan a los países a endeudarse. De ese modo sostienen al llamado capitalismo financiero, el cual se distingue por su predominancia en la búsqueda de ganancia a partir de la compra y venta de monedas y productos financieros como los bonos, las acciones, los contratos de futuros y otros instrumentos derivados. Con esta estrategia los intermediarios financieros -es decir los bancos y las empresas de inversión- adquieren un poder enorme, facilitando la usura.
Al manejar a los medios de comunicación imponen pautas de información y entretenimiento que alteran la psicología de las masas, afianzando a un nucleo de valores y prácticas sociales totalmente contrarias a la naturaleza humana.
A estas estrategias se le suma como pieza complementaria la manipulación del sistema educativo formal que cada Estado administra, con el propósito de convertirlo en una máquina productora de individuos sin pensamiento crítico.
Historia
El imperialismo internacional del dinero tiene orígenes muy remotos. Sin embargo su forma actual comenzó a gestarse a mediados del siglo XIX, cuando el liberalismo motorizado por las sectas masónicas de Occidente creó las condiciones para que se multiplicasen los monopolios. La unificación de intereses industriales, mercantiles y bancarios facilitó que las elites económicas pudiesen presionar a la clase política de cada Estado para que operen a su favor.
La proliferación mundial de bancos centrales que llevó a la creación en 1930 del Banco de Pagos Internacionales para coordinarlos a todos bajo un mando común, impulsó al Papa Pío XI a publicar en 1931 a la encíclia Quadragesimo Anno en la que sutilmente advierte de la intención sinárquica detrás de esa maniobra.
La Segunda Guerra Mundial que condujeron Adolf Hitler, Benito Mussolini y el Emperador Shōwa constituyó el mayor acto de desafío al imperialismo internacional del dinero durante el siglo XX.
