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Ludolf von Alvensleben
Sumario
Juventud
Alvensleben era miembro de una familia perteneciente a la nobleza sajona, siendo su padre y su abuelo militares de alto rango en el Deutsches Heer. Su infancia transcurrió en el histórico castillo Schochwitz, propiedad de sus progenitores, el cual heredó en 1912.
Durante la Primera Guerra Mundial actuó como cadete en las fuerzas militares alemanas, pero no llegó a combatir en ninguno de los frentes bélicos. Tras la firma del armisticio en 1918, apoyó a los Freikorps para oponerse a la consolidación del régimen de la República de Weimar. En 1923 se unió a la organización nacionalista Stahlhelm, en la que ascendió hasta alcanzar los puestos de liderazgo.
Filiación nacionalsocialista
Alvensleben se afilió al NSDAP a mediados de agosto de 1929, incorporándose simultáneamente a la sección local de las SA. Por su talante aristocrático y su pasión nacionalista, fue designado como jefe de ambas organizaciones en el distrito de Mansfeld Land, teniendo a su cargo, entre otras cosas, la dirección del periódico Der Mansfelder y el comando de la Nationalsozialistischen Automobilkorps en la ciudad de Eisleben.
Su distrito era particularmente complejo para el crecimiento de las fuerzas patrióticas, dada la presencia abrumadora de los comunistas. A causa de ello en febrero de 1933 se produjo un incidente en Eisleben en el que los hombres de la SA reaccionaron violentamente ante la provocación de los izquierdistas, causando varios muertos y heridos entre los rojos. Consecuentemente Alvensleben fue imputado como autor intelectual del episodio y fue tratado injustamente como un criminal.
De todos modos el líder nacionalsocialista evitó la prisión ya que al mes siguiente se convertiría en diputado del Landtag prusiano y ocho meses después ingresaría al Reichstag.
En abril de 1934 dejó las SA para pasar a ser miembro de las SS. Recibió el rango de Obersturmbannführer. En los años posteriores se ocupó de organizar y liderar a los escuadrones negros en diversas ciudades como Dresde, Halle, Stuttgart y Schwerin. Como recompensa por su trabajo fue ascendido a Standartenführer en 1936 y designado como oficial auxiliar de Heinrich Himmler -cargo que mantuvo hasta 1939.
Segunda Guerra Mundial
Con la ocupación de Polonia, Alvensleben fue nombrado como comandante de la Volksdeutscher Selbstschutz, una organización que tenía la misión de devolverles a los alemanes el control del territorio polaco actuando como una fuerza policíaca.
Esta unidad se encargó de perseguir y combatir a los comunistas y a los judíos que buscaban resistir el dominio alemán, por lo que se vieron obligados a encarcelar y ejecutar a los opositores.
Hacia 1941 el alto mando alemán le confió a Alvensleben el control de las fuerzas de seguridad no sólo en Polonia, sino también en el sur de Ucrania. Los hombres a su cargo tuvieron que lidiar con toda clase de conflictos en los países ocupados, asumiendo, en muchas ocasiones, la tarea de ajusticiar ellos mismos a los criminales.
A comienzos de febrero de 1944 regresó a Dresde para sustituir a Udo von Woyrsch como el nuevo SS- und Polizeiführer. Un año después fue testigo directo de los criminales bombardeos a la ciudad.
Vida posterior
Aunque Alvensleben fue capturado en abril de 1945 por las tropas británicas, unos meses después se las arregló para fugarse del cautiverio. Luego de contactarse con su esposa y sus hijos, tomaron la decisión de migrar a la Argentina a principios de 1946. Llegó al país sudamericano usando el seudónimo de "Carlos Lücke" y se instaló en Buenos Aires (a diferencia de otros de sus compatriotas, Alvensleben jamás develó su identidad).
El gobierno de Juan Domingo Perón le otorgó la ciudadanía en 1952. Cuatro años más tarde dejó la capital nacional, para reubicarse en la provincia de Córdoba: estuvo en las localidades de Villa María y Villa General Belgrano, hasta afincarse definitivamente en el pueblo de Santa Rosa de Calamuchita. Allí vivió hasta su muerte, aportando sus conocimientos y habilidades a la comunidad, y siendo electo concejal para el periodo 1963-1965 como miembro de la Unión Cívica Radical del Pueblo (el gobierno después le daría el cargo de inspector de caza y pesca en Embalse de Río Tercero). Se mantuvo en contacto con los nacionalistas europeos exiliados en la Argentina, llegando a asistir a Willem Sassen en la realización de su célebre entrevista de 1957 a Adolf Eichmann; también organizó una empresa minera con Neda Marinescu, que intentó extraer y exportar uranio, berilo y tantalio.
En 1964 el gobierno de Polonia lo condenó in absentia a la pena de muerte, bajo la acusación de ser responsable del homicidio de 30.000 personas. Poco después el gobierno de la República Federal de Alemania, por su parte, lo acusó de haber permitido y ordenado el asesinato de 4.247 personas, motivo por el cual emitieron una orden de extradición a fines de la década de 1960 para ser juzgado por un tribunal de Múnich -sin embargo el gobierno de la época demoró la respuesta al pedido de los alemanes, permitiéndole a Alvensleben residir en tierras argentinas hasta su deceso por causa de un cáncer de pulmón en 1970.
