Osama bin Laden

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Osama bin Laden

Usāma bin Muhammad bin `Awad bin Lādin, más conocido en Occidente como Osama bin Laden (أسامة بن لادن), Usama bin Ladin u Osama ben Laden, nació el 10 de marzo de 1957. Era un multimillonario saudí. Fue acusado públicamente por la terrorista agencia estadounidense CIA y los gobiernos -no menos terroristas- de los Estados Unidos y de Israel y los aliados de estos, de ser fundador de la red Al Qaeda y su implicación en numerosos ataques en contra de los Estados Unidos y otras potencias occidentales, incluyendo el ataque con bomba al World Trade Center en la ciudad de Nueva York en 1993, el ataque suicida con bomba al buque de guerra estadounidense USS Cole en las costas de Yemen, y los ataques del 11 de septiembre de 2001 al World Trade Center en Nueva York y al Pentágono en las proximidades de Washington, DC.

Pero para gran parte de la población mundial, no solamente para los árabes, Bin Laden es un patriota que luchó sin descanso, al principio, contra el comunismo en Afganistán y al que consiguió derrotar y, posteriormente, contra el capitalismo en varios países.

Otra postura es la de diversos pensadores de Tercera Posición y estudiosos de la conspiración que aseguran que Osama Bin Laden fue en realidad siempre un agente de la CIA al servicio de los intereses de Estados Unidos y que Al Qaeda está secretamente controlada por los servicios de inteligencia estadounidenses. Incluso algunos aseguran que Bin Laden era en realidad un actor y que sus videos y operaciones eran hechos por la misma CIA[1][2]

El periódico The Insider reportó como la CIA creó a propósito a Al Qaeda y le dio 3 mil millones de dólares de financiamiento a Bin Laden mismo [3] demostrando así que Bin Laden no era tan "enemigo" de Estados Unidos después de todo.

El 1 de mayo de 2011, se informó que Osama bin Laden fue presuntamente asesinado durante una acción militar terrorista de EEUU en Pakistán. Aunque su supuesta muerte sigue teniendo una gran controversia.

Inicios

Bin Laden, nacido en Riad, Arabia Saudita, fue el decimoséptimo hijo (entre más de cincuenta) de Mohammad bin Laden, uno de los empresarios de la construcción más ricos de Arabia Saudita. Bin Laden se graduó de Administrador de empresa en la Universidad Rey Abdul Aziz. Cuando su padre murió en un accidente en helicóptero en 1968, su enorme imperio industrial, el Grupo Binladin, pasó a manos de sus hijos.

Contra el comunismo

Poco después de que la Unión Soviética invadiera Afganistán el 26 de diciembre de 1979, bin Laden, así como miles de otros proafganos alrededor del mundo, se unió a la resistencia . En 1980 comienza a reclutar guerrilleros para la resistencia y establece sus primeros campamentos. Aprendió cómo mover dinero a través de sociedades fantasmas y paraísos fiscales; a preparar explosivos; a utilizar códigos cifrados para comunicarse y a ocultarse. Después del retiro de los soviéticos en 1989, bin Laden regresó a su país como un héroe, pero su objeción a la presencia de tropas estadounidenses en Arabia Saudita durante la Guerra del Golfo le llevó a una creciente desavenencia con los líderes de su país.

Contra el capitalismo

Se cree que hacia 1993 ya había formado una red de luchadores conocida como Al Qaeda (en Lengua árabe: القاعدة al-qā`ida, "la Base"), la cual consistía, en gran medida, en militantes musulmanes que bin Laden había conocido en Afganistán, tales como su lugarteniente Aymán al-Zawahirí. El grupo presuntamente financió y organizó varios ataques por todo el mundo, incluidas la detonación de coches bomba contra blancos estadounidenses en Arabia Saudita en 1996 y los ataques con bomba simultáneos a las embajadas estadounidenses en Nairobi (Kenia) y en Dar es Salaam (Tanzania) en 1998.

En 1994, después de que el gobierno saudí confiscara su pasaporte después de acusarlo de subversión, bin Laden huyó a Sudán, donde el gobierno de Estados Unidos acusa de haber organizado campos de entrenamiento terroristas y de donde fue finalmente expulsado en 1996. Luego regresó a Afganistán, donde recibió protección de los talibanes, la milicia gobernante.

Entre 1996 y 1998, bin Laden emitió una serie de fatwas (en árabe: "decretos religiosos") declarando una guerra santa contra los Estados Unidos, al cual acusó, entre otras cosas, y con toda certeza, de saquear los recursos naturales del mundo musulmán y de ayudar e incitar a los enemigos del Islam. Al parecer la meta de bin Laden era involucrar a los Estados Unidos en una guerra a gran escala en el mundo musulmán, que terminaría con los gobiernos musulmanes moderados pro israelí y pro americano. Con este fin, al Qaeda, con la ayuda de la considerable riqueza de bin Laden, entrenó y equipó a heróicos militantes. Tuvo miles de seguidores por todo el mundo, en lugares tan diversos como Arabia Saudita, Yemen, Libia, Bosnia y Herzegovina, Chechenia y las Filipinas.

Por muchos años, bin Laden se mantuvo muy bien escondido. Y cada tanto envíaba grabaciones con su voz a los distintos medios de comunicación. Por lo que se convirtió en una verdadera pesadilla para los Estados Unidos y sus aliados Israel, Inglaterra, etc.

Asesinato

El 1 de mayo de 2011, se informó que Osama bin Laden fue asesinado durante una acción militar de EE.UU. Con ADN del cuerpo sin vida, comparado con muestras de ADN de su hermana muerta que se conservaban, se confirmó la identidad de Bin Laden.

Artículos de opinión

¡Gloria al Héroe!

(por el Centro Evoliano de América)


No han pasado ni 48 horas de la muerte del guerrero de Dios (son palabras del líder de Hamas) que ya la prensa venal, junto a una serie de comunicadores a sueldo, se ha encargado de emponzoñar su figura hasta poniendo en duda que realmente hubiese existido.[4]

Ya decía Carl Schmitt que en política hay dos tipos de personas: los amigos y enemigos. Y al respecto, en tanto la guerra es además psicológica, existen también dos tipos de discursos diferentes, uno para los amigos y otro para los enemigos. Y esto Norteamérica, que es una potencia política, lo ha venido aplicado desde su misma existencia. Al amigo en este caso se lo entusiasma con el discurso relativo a la muerte de Bin Laden así como antes se lo escandalizara con las muertes acontecidas en los atentados del 11S y al enemigo, que agrupa a ese vasto contexto de personas que no quieren de ninguna manera a los EEUU, en cambio se lo desmoraliza convenciéndolo de que no existe en la tierra un poder suficiente para derrotarlo y menos aun alguien que lo haya podido hacer con escasez de recursos como en el 11S en donde se invirtieron nada más de 500.000 dólares y se inmolaron apenas 19 mártires para producir la primer catástrofe militar de grandes proporciones en territorio yanqui. A ese enemigo hay que convencerlo por lo tanto de que no es cierto lo que Bin Laden decía de que se trataba de un tigre de papel y que en cambio todo fue un montaje hecho por ellos mismos en tanto son los únicos con capacidad suficiente como para propinarse un daño semejante. Y así como el 11S se puso el pasaporte intacto de Mohammed Atta entre las ruinas de uno de los aviones que impactó en las torres a fin de que se pudiese decir que fue un montaje, ahora tiran al mar la salma del mártir para que esas mismas personas duden del hecho y que se diga o que no existió nunca alguien con capacidad de vencerlos o que por esa misma razón ya estaba muerto; total a los miles de imperialistas que salieron a las calles ya los entusiasmaron con la verdad, ahora de lo que se trata una vez más es de desalentar a los enemigos con la mentira que varios crédulos o maliciosos se encargarán de difundir especialmente. Y ello es porque no quieren un Che Guevara fundamentalista, sino un vulgar agente de la CIA al cual no se pueda venerar.

A tales periodistas venales que han dicho tantas veces que fue agente de tal organización habría que pedirles que de una vez por todas que se decidan a presentarnos pruebas de ello. Los más serios analistas como Paul Bergen, que fue uno de los pocos que lo entrevistara en vida, lo rechaza rotundamente por una razón similar agregando también que Bin Laden en plena guerra de Afganistán ya se manifestaba en contra de Norteamérica.

¡Qué estúpida debe haber sido entonces la CIA para haber financiado a un antiyanqui! Pero su estupidez al parecer continuó más tarde. En 1993 la CIA, que aparentemente es adepta al masoquismo y la autoflagelación, siempre a través de tal agente produjo el operativo Halcón Negro en Mogadiscio que significó la más humillante derrota de los norteamericanos de toda su historia por lo que el que la llevó a cabo pudo manifestar que destruir al imperio norteamericano es más fácil que hacerlo con el ruso, cosa que había hecho antes en Afganistán. Basta tan sólo producirle mil guerras para desgastarlo. Así fue como la CIA, contando siempre con la colaboración de tal agente, produjo el famoso 11S años más tarde con resultados altamente halagadores para tal organización que, como recordamos una vez más, es masoquista. Antes de esa fecha EEUU era la potencia universal sin rivales de ningún tipo, al menos de acuerdo a los que nos pintaban los panelistas de tal organización de todas las tendencias, pero después se demostró de una incompetencia sin límites. No ha sido capaz ni siquiera con la alianza de 43 naciones de derrotar a una simple banda armada en Afganistán a pesar de haber empleado 10 años para ello. Las guerras se les fueron sumando de a poco, Irak, Pakistán, Somalia, Yemen, Magreb, etc. y si seguimos llegamos a las mil que nos prometía el mártir. Y los resultados hoy están a la vista aun en el terreno que más les interesa a los modernos. Antes del 11S el oro costaba 300 dólares la onza hoy vale casi 1.600. EEUU era el país acreedor del mundo entero, hoy le debe a todos y si a China se le ocurriera desprenderse de sus reservas en dólares en pocos días se derrumba el imperio norteamericano y por extensión también el europeo que también luego de esa fecha ha comenzado su rumbo descendente por haberse asociado a las aventuras norteamericanas . Y podríamos seguir por lo que la consecuencia a recabar de todo esto es la siguiente: o la CIA es estúpida o nosotros no somos lo suficientemente inteligentes como para comprender sus planes o también, lo que resulta más convincente, que sea la misma CIA la que se encarga a través de una falange de asalariados o idiotas útiles de difundir campañas de desprestigio hacia la única fuerza que realmente los está derrotando.

Hoy ante esta muerte queremos decir que Bin Laden fue un verdadero mártir. Perteneciente a una familia de multimillonarios no quiso ser como su padre amigo de la familia Bush, sino derrotar al gran Satán, el mismo que diera cuenta a través de sus esbirros nativos de su maestro Sayyid Qutb. Su concepción era la de un mundo en el cual lo sagrado primara sobre lo profano y la vida fuese concebida en función de una dimensión trascendente. Y como además de mártir fue un gran estratega comprendió que para derrotar a ese imperio de perversión el primer paso consistía en eliminar al falso enemigo que en los bastidores le daba la mano. Fue así como estuvo entre aquellos que integrara la Legión Árabe que batió al imperio soviético en Afganistán. Lo demás lo hemos dicho en el párrafo anterior, su organización fue la única que logró producir una verdadera derrota al imperio norteamericano y su muerte de ninguna manera significa un menoscabo a dicha lucha. Es cuestión solamente ahora de llevar a cabo la batalla propagandística contra aquellos que empeñados en defender al imperio norteamericano, a veces ocultando sus verdaderas intenciones, quieren desmerecer al único que lo ha podido derrotar.

¡Gloria al héroe!


Teatro del Terror: Osama bin Laden, crónica de una muerte congelada

De pijamasurf.com


Es probable que Osama bin Laden ya estaba muerto y que el anuncio de la administración de Obama es una estratagema política dentro de la espectral guerra contra el terrorismo.

El malo de una película demasiado larga ha muerto. Pero más que morir en una épica escena de acción como ha relatado oportunamente el presidente Obama ( bin Laden asesinado en un combate fuego contra fuego por los Navy Seals) tal vez el malo haya muerto años atrás y ahora su muerte será transmitida al mundo como un símbolo de los resultados de la guerra contra el terror, renovando el brío vaquero de “ir por ellos” en esa sempiterna dialéctica del malo y el bueno.

Estamos ante un interesantísmo caso de manejo político en el cual hay que estar atentos en los siguientes días a la versión oficial, cotejándola con versiones alternativas que apuntan a que Osama bin Laden había muerto años atrás o a que se le estaba protegiendo (en un cautiverio expectante a la coyuntura política más conveniente: para matarlo (a Osama o a su doppelganger mediático)).

El sábado Obama decía chistes y se burlaba de Fox News y de su adversario Donald Trump en la cena de los corresponsales, sabiendo secretamente que el domingo tendría su feria. ¿Acaso esta celebración –comunión- entre el poder político y los periodistas no es una especie de preparación –congraciada- de la cobertura que tendríamos hoy? Si el arsenal del ejército se desplegó para asesinar a Osama en Pakistán, el arsenal de los medios hoy se desplegó a todo poder para matar a Osama en la pantalla de la televisión, de los diarios y de la web. Porque esto se trata de matarlo en la mente de los electores, de celebrar su muerte como un cazador que enseña a la presa más preciada, el cazador que mata al temible oso en el desierto y se toma la foto.

Sin dar por sentado que Osama estaba ya muerto, como muchos medios conspiratorios, existen sospechas fundadas para poner en duda lo que nos dice el gobierno de Estados Unidos (sinceramente creer al pie de la letra lo que dice el gobierno de Estados Unidos es como recibir atole del dedo de un hombre sin dedos). Entendiendo que puede haber desinformación de varios lados: de la prensa conspiratoria (como Alex Jones), de la prensa y de los gobiernos islámicos y del gobierno de Estados Unidos, analicemos un poco la posibilidad de que Osama ya estaba muerto y esto es una nueva operación psicológica de manipulación de la opinión pública.

Como antecedente hay que decir que Osama fue entrenado a principios de los ochenta por la CIA en la operación contra código Ciclón, como resistencia a la invasión rusa de Afganistán. Una operación que también es responsable de la creación del grupo terrorista Al-Qaeda (la misma Hilary Clinton aceptó que ellos crearon a Al-Qaeda). Un grupo terrorista que ha sido llamado “el brazo islámico de la CIA”.


Los mismos enemigos

por Marcos Ghio


Hitler y Bin Laden por igual, murieron luchando contra los mismos enemigos, los que podrían ser divididos en tres partes diferentes aunque solidarias: el capitalismo democrático yanqui-europeo, el comunismo ruso y el sionismo judío. El alemán lo hizo originariamente desde una perspectiva nacionalista que incluyó también una variable racista, ya que en tanto heredero del romanticismo germánico consideraba a su raza como superior a las restantes (‘lo alemán es sinónimo de verdadero y justo’ (Fichte)), el árabe en cambio formuló tal conflicto a partir de una cosmovisión religiosa que abarcaba, a diferencia del nacionalismo, en tanto fenómeno originario del Occidente, a un conjunto variado de etnías y culturas sumamente diferenciadas por lo que su lucha puede ser encuadrada, más que por intereses propios de una determinada nación o grupo de éstas, como un conflicto entre concepciones del mundo antagónicas. El fundamentalismo islámico, representa un intento de retorno a la propia ortodoxia y rechaza al enemigo antes mentado no en tanto opresor, acaparador de riquezas o territorios, sino en tanto que la concepción del mundo en que el mismo se asienta es de carácter secular y materialista y por lo tanto contraria a su religión trascendente. Sin embargo convengamos también que, si bien el origen del conflicto suscitado por el nacionalsocialismo en contra de esas fuerzas antagónicas estuvo determinado por una motivación nacionalista, con el transcuso del tiempo y ya adentrada la Segunda Guerra Mundial se fue transformando de a poco en una lucha por concepciones del mundo, tal como se pudo percibir por ejemplo en la evolución acontecida en la fuerza de las SS que terminaron asumiendo los caracteres propios de un conglomerado plurinacional y multiétnico agrupados en función de un conjunto de principios comunes.

Formuladas las semejanzas y diferencias esenciales existentes entre ambos, debemos acotar también que, si bien los dos tuvieron los mismos enemigos, la estrategia que formularon en contra de éstos fue sustancialmente diferente, así como también los resultados obtenidos. Si el nacionalsocialismo, en tanto determinado por un influjo irracional y nacionalista cometió el error garrafal de enfrentar a los tres al mismo tiempo, dando ello por resultado imaginable una contundente derrota ante fuerzas inconmensurablemente superiores, el fundamentalismo islámico en cambio tuvo la gran sagacidad de ir combatiéndolos de a uno por vez y los resultados han sido por lo tanto sumamente diferentes. De acuerdo a una tesis propia también del tradicionalismo sustentado por Julius Evola el comunismo representa la última fase y más extrema de la decadencia materialista, de allí que si había que iniciar un proceso rectificador y correctivo había que comenzar luchando primero contra tal efecto último para ir remontándose luego hacia la causa final, concluyendo pues en aquello que es el origen último del problema. En la guerra de Afganistán, concluida en 1989 luego de casi 10 años de intensos combates, el fundamentalismo logró dar cuenta del comunismo ruso sucediendo así que tras ello dicho imperio se desmoronara raudamente.

Una vez terminada esa primera fase y a pesar de la manada de publicistas a sueldo o por simple vocación que manifestaron al unísono que en realidad los talibanes y Al Qaeda eran agentes de EEUU en tanto que habían eliminado a la URSS con la ayuda de la CIA, el paso siguiente fue dar cuenta de los mismos EEUU. Todo comenzó en Somalia en 1993 con una experiencia piloto que fuera el famoso operativo Halcón Negro en donde, tras derrotarse a una fuerza norteamericana de manera contundente, se logró hacerla salir de ese país, corroborándose así que se trataba de un tigre de papel al que se podía derrotar a pesar de toda la propaganda emitida en contrario. Para llegar finalmente a septiembre del 2001 fecha que puede sin más señalarse como un hito en la lucha de tal fuerza en contra de EEUU y la modernidad. Osama Bin Laden, que ha sido sin lugar a dudas un extraordinario estratega, tuvo por meta aplicar desde la perspectiva de su movimiento la misma estrategia que el Che Guevara sugería desde otro contexto: obligarlo a entrar en mil guerras para desgastarlo. Así fue como en octubre de ese mismo año lo hizo entrar en la guerra de Afganistán, luego dos años más tarde hizo lo propio con Irak y fue extendiendo los conflictos hacia otras regiones como el Magreb, Pakistán, Somalia, Yemen, etc. todos lugares en los cuales hay fuerzas norteamericanas operando por obligación. El resultado de todo ello ha sido un descalabro en todos los niveles que se percibe ya en nuestros mismos días. Antes del 2001 EEUU se reputaba como la superpotencia universal, ahora no sólo su economía crepita bajo la crisis galopante ocasionada por los inconmensurables gastos de una guerra de 10 años, sino que además se ha demostrado incapaz militarmente de acabar con una simple banda armada. Ya es una cosa admitida el fenómeno del ocaso del imperio norteamericano.

Pero faltaba el tercer enemigo, el que es reputado como la fuente de los dos anteriores: el sionismo judío. Los múltiples intérpretes ‘geopolíticos’ y guitarreros que han abundando tanto en las filas de los pretendidamente alternativos y antiyanquis no se han cansado de señalarnos que el carácter regiminoso de la organización de Bin Laden habría quedado demostrado por el hecho de que nunca hubiese atacado a Israel, como en cambio lo habrían hecho otros regímenes como el de Saddam Hussein o el de Irán. Otro grave error de interpretación. Así como Bin Laden consideró que no había que atacar al poder norteamericano si previamente no se terminaba con el soviético, del mismo modo opinó que para vencer al sionismo era indispensable previamente dar cuenta de la estructura de poder que EEUU había armado en el Medio Oriente. Así pues una reciente revolución denominada como la ‘primavera democrática’ eliminó a dos de sus principales agentes, Ben Alí en Túnez y Mubarak en Egipto. Especialmente este último le brindaba a Israel una ayuda indispensable para seguir existiendo. A nivel económico a través de los gasoductos que pasan por el Sinaí y desde el punto de vista militar con un estricto control en la frontera de Gaza, así como Asad lo sigue haciendo en la del Golán hasta que triunfe la revolución que ha estallado en su contra, para evitar que desde allí circule una fuerza fundamentalista capaz de cruzar la frontera e inaugurar en tal territorio la experiencia kamikaze que tanto éxito produjera en Afganistán e Irak. Es esto lo que ha acontecido en los últimos meses tras la caída de Mubarak. Primeramente fueron destruidos los principales tramos del gasoducto del Sinaí y en esta misma región ha comenzado a operar una nueva rama de Al Qaeda conocida como ‘Al Qaeda en el Sinaí’. Su primer ataque en contra del sionismo fue eliminar, en un operativo comando, a 14 soldados de tal israelíes que iban de vacaciones. De este modo el 18 de agosto de 2011 será importante pues habrá significado el comienzo de la tercera etapa de la guerra llevada a cabo por el fundamentalismo, esta vez directamente en contra del sionismo una vez que se ha dado cuenta con uno de sus principales sostenes.

Hitler y bin Laden murieron luchando por un Ideal en forma heroica. Sin embargo, tras la muerte del primero se extinguió su movimiento en cuanto a posibilidades de eficacia. En cambio la muerte de Bin Laden, lejos de haber significado la extinción de su organización, ha en cambio multiplicado su influjo y operatividad.


La maldición de Osama

por el profesor Pedro Godoy, del Centro de Estudios Chilenos


Con los años y con la militancia tercermundista se desarrolla la capacidad para leer entre líneas. Consultando "El Mercurio" de Chile, me informo que un joven comandante talibán, de guardia sobre una cumbre en cordillera afgana, oye el zumbido de un helicóptero. Apenas aparece escupe plomo su metralleta y el aparato se desploma. Allí viajan, rumbo a su base, treinta y tantos soldados invasores. Entre ellos los SEAL que asesinan a Bin Laden.

Yo lo sabía, pero -en su momento- no archivo la noticia. Ahora para redactar la necesitaba. Sin embargo, Internet me brinda apoyo. Encuentro la documentación. Señala, además de la indicada, otras dos variantes. Una, según fuentes de Washington el colapso de la aeronave se habría debido a cohete tierra-aire que los guerrilleros despachan desde la cercanía del aeródromo. Otra alude a causa desconocido que Washington investiga.

Osama genera controversias. Así también el movimiento que funda. También el fundamentalismo musulman motiva polémica. Las agencias de "desinformación" usan los conceptos de "machismo" y "fanatismo" para desprestigiar a esos patriotas que defienden hoy su patria de la voracidad de Yanquilandia.

Lo cierto es que, por un motivo u otro, de los integrantes del comando SEAL que elimina al activista islámico apenas sobreviven dos. Ambos en situación deplorable. El resto han fallecido. Es lo que se ha dado en llamar "la maldición de Bin Laden".

Referencias

  1. http://www.youtube.com/watch?v=0UGXVic15ho
  2. http://www.youtube.com/watch?v=cZ-H6tZ1n1Y
  3. http://www.theinsider.org/news/article.asp?id=0228
  4. Es de destacar que esta actitud de duda razonable sustentada por el Movimiento talibán que exige mayores evidencias debido a que varias veces se inventaron muertes de combatientes por razones propagandistas no tienen nada que ver con las de aquellos que en cambio lo sostienen basados en la inexistencia de Al Qaeda y Bin Laden, sugestión ésta creada especialmente por la CIA.

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