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Pedro Giachino
Pedro Edgardo Giachino Rearte (28 de mayo de 1947, Mendoza, Argentina - 2 de abril de 1982, Puerto Argentino, Argentina) fue un militar argentino. Tuvo el honor de entregar su vida por su patria durante el desarrollo del Operativo Rosario, convirtiéndose así en el primer caído en combate de la Guerra del Atlántico Sur de 1982. Actualmente es considerado uno de los héroes del panteón nacional argentino.
Sumario
La figura del héroe
Después de culminar sus estudios básicos en su ciudad natal, ingresó a la Armada Argentina el 3 de febrero de 1964 como cadete del Curso Preparatorio de la Escuela Naval Militar. En dicho Instituto se destacó por sus cualidades deportivas y su envidiable sentido del humor. Se inclinó por la Infantería de Marina, destacándose rápidamente por su elevado espíritu militar. Luego de finalizar el Viaje de Instrucción a bordo de la Fragata A.R.A. "Libertad", se recibió de Guardiamarina de Infantería de Marina el 30 de diciembre de 1967, integrando la Promoción 96 de cadetes navales.
En febrero de 1968 realizó un intensivo curso de Comandos para infantes de Marina en Tierra del Fuego. El entonces Guardiamarina Giachino ya se destacaba y se perfilaba como líder nato.
Su primer destino fue el Batallón de Infantería de Marina N° 5 Ec.
Ocupó el cargo de Jefe de Operaciones de la Agrupación Comandos Anfibios y más tarde el de Ayudante del Jefe de Operaciones e Inteligencia de la Fuerza de Apoyo Anfibio. El 31 de diciembre de 1981, ya como Capitán de Corbeta, asume su último cargo: Segundo Comandante del Batallón de Infantería de Marina N° 1, en la Base de Infantería de Marina Baterías.
Malvinas
Para las operaciones de recuperación de nuestras Islas Malvinas, el Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Pedro Giachino fue jefe de una patrulla de Comandos Anfibios y Buzos Tácticos que desembarcó el 1º de abril de 1982 durante la noche, en una playa al sur de Puerto Argentino.
Su Misión era lograr la rendición del gobernador británico antes de que el grueso de las tropas argentinas irrumpieran en la localidad. Con ello Giachino debía evitar un sangriento e inútil combate en plena planta urbana.
La patrulla desembarcó desde el Destructor ARA "Santísima Trinidad" logrando llegar a las playas en kayacks; las fuerzas enemigas de la zona no advirtieron el desembarco nocturno de los hombres de Giachino. Tampoco lograron detectarlos en su marcha de más de siete kilómetros desde la playa hasta el centro mismo del pueblo.
A las seis de la mañana del 2 de abril de 1982, Giachino rodeó con sus hombres la casa del Gobernador de las islas y le intimó rendición, los británicos, sorprendidos, abrieron fuego sobre la patrulla. Tal como prescribían las órdenes recibidas, Giachino procedió sin provocar bajas ni daños al oponente; sin duda, éstas órdenes son las más difíciles que pueda recibir un militar. Pero Giachino estuvo a la altura de las circunstancias.
Repite varias veces su intimación. Los británicos redoblaron sus disparos sin dar indicación de tregua alguna.
Treinta minutos después (06:30 hs), la primera ola de asalto de la Fuerza de Desembarco Argentina toca tierra en las playas distantes unos siete kilómetros de donde Giachino estaba tratando de lograr la rendición del Gobernador. La recuperación de las Islas se estaba consumando. Pocos minutos después, los vehículos anfibios blindados de la Infantería de Marina Argentina rodaban hacia Puerto Argentino, mientras naves de la Flota de Mar hacían ver sus siluetas en la bahía.
Si las tropas argentinas entraban a la localidad, antes de la rendición del Gobernador de las Islas, seguramente se iniciaría el combate con los británicos en el mismo pueblo, circunstancias que debía evitarse a toda costa.
Giachino supo que debía actuar y lograr su objetivo, para impedir ese combate tan desigual, de acuerdo con sus órdenes. En su condición de Jefe, tomó la decisión más importante y valerosa de su vida.
A sangre y fuego
Ante la evidencia de la inutilidad de lograr la rendición británica avanzó solo hacia el interior de la casa del gobernador. Derribó una puerta y una ametralladora enemiga le hizo fuego a quemarropa hiriéndolo mortalmente y aun en esa circunstancia, cayéndose hacia atras, gritó a sus hombres que se cubrieran.
El Segundo Jefe de Patrulla (TFBT Diego García Quiroga) quiso sacarlo de la línea de fuego, recibiendo a su vez una descarga que lo hirió gravemente. El Cabo Segundo Enfermero Urbina intentó rescatar a sus dos jefes, siendo también herido; aún así logró dar los primeros auxilios a los oficiales y a sí mismo.
La presión de la situación general, motivó al Gobernador a ordenar la suspensión del fuego y pedir parlamento. La misión del Capitán Giachino se había cumplido; el Gobernador británico se rindió antes de que las tropas argentinas hicieran su entrada a Puerto Argentino, siendo la consecuencia de su costo nada más ni nada menos que la vida de éste.
por Hugo Santillan
Ataque a su memoria
Giachino fue ascendido de manera póstuma al grado de Capitán de Fragata y recibió la Cruz al Heroico Valor en Combate, la máxima condecoración militar de la República Argentina, por haber sido:
"Jefe de una Fracción de combate durante las acciones de recuperación de las Islas Malvinas, encabezar el asalto final enfrentando a un grupo enemigo y, pese a ser gravemente herido, continuar impartiendo órdenes e impedir ser tomado prisionero logrando, a despecho de su propia vida, que sus subordinados operaran decididamente en la conquista del objetivo asignado, cumpliendo la orden de no producir bajas".
La Armada Argentina reconoce en el Capitán Giachino al arquetipo del jefe, que lidera a sus hombres en combate asumiendo personalmente los riesgos mayores y que, antes órdenes recibidas, las ejecuta puntillosamente, aún a costa de su propia vida. No delegó en sus subordinados la tarea más peligrosa. La tomó para sí, lo que es privilegio de los grandes.
Además, junto a varios otros argentinos caídos, Giachino fue declarado oficialmente como «héroe nacional» gracias a la ley 24950 que el parlamento sancionó en 1998.
Sin embargo en 2010 un kirchnerista, Alfredo Molinari, presentó una denuncia en un juzgado de Santiago del Estero en la que sostenía que, en su breve paso por la Armada Argentina, lo había visto a Giachino torturar y ejecutar gente (a la que, por cierto, no identificó). Molinari pretendía presentarse como una víctima del maltrato de sus superiores, con la intención de reclamar una indemnización. Ese relato se sumó a declaraciones de otros subversivos que acusaban a Giachino de cómplice de la desaparición forzosa de personas, ya que durante los años de la guerra contra la subversión en Argentina él trabajaba en una base naval no muy lejana a donde funcionaba un centro de detenidos de la Armada Argentina.
Con esas acusaciones carentes de toda prueba no tardaron en aparecer políticos que cuestionaron los pocos homenajes que se le han hecho a Giachino. El más ruin de los ataques contra el héroe nacional se produjo en 2011 en el Concejo Deliberante de la ciudad de Mar del Plata, cuando la mayoría de los integrantes de ese cuerpo exigieron que se retirase un cuadro con una fotografía de Giachino que decoraba el recinto. Los nacionalistas locales, con Carlos Pampillón a la cabeza, reaccionaron solicitando que se respete la memoria de un mártir de la argentinidad, pero la desmalvinización se impuso y finalmente el cuadro fue removido.
Su madre, la señora Delicia Rearte de Giachino, al enterarse de la muerte de su hijo dedicó su vida a revindicar la causa malvinera argentina, sin recibir reconocimiento estatal ni subvenciones millonarias por ello como si lo hizo Hebe de Bonafini, quien dijo perder al subversivo de su hijo mientras éste combatía contra la Argentina.
Fuentes
- Libro "Anecdotario de la Infantería de Marina", compilación realizada por el CNIM Jorge Errecaborde.