Poujadismo

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El gallo galo, emblema de la UDCA
El poujadismo –cuyo nombre es epónimo de Pierre Poujade– fue un movimiento político y sindical francés que apareció en 1953 y se extinguió hacia 1958. Se caracterizó por ser una reacción populista y conservadora ante la casta política de la IV República Francesa.

Origen

El poujadismo surge de la acción sindical de Pierre Poujade. En julio de 1953 este comerciante del rubro papelería encabeza una rebelión ciudadana ante los controles fiscales del Estado francés en la localidad de Saint-Céré. El episodio incluye puñetazos e insultos, lo que convierte a Poujade en un personaje pintoresco y muy popular en el sudoeste de Francia.

Ideología

Al poujadismo muchos lo vieron como un movimiento rebelde de las clases medias trabajadoras, las cuales reaccionaron ruidosamente ante la ineptitud de una dirigencia política que había dejado que la inflación arruinase la economía nacional (Henri Ulver, un diputado gaullista, había llegado a proponer que, ante la denuncia de un consumidor por abuso de un comerciante, el comercio fuese clausurado hasta que el responsable probase que no había elevado los precios sólo para ganar más dinero). Entre los militantes del poujadismo habían sobre todo pequeños y medianos empresarios (dueños de carnicerías, panaderías, almacenes, librerías, etc), que no temían recurrir a la violencia física –aunque nunca armada– para proteger sus intereses. Jean-Marie Le Pen, a la sazón un joven militante del poujadismo, ingresó al movimiento justamente seducido por la posibilidad de dirigir un grupo de choque para realizar el combate urbano contra los enemigos del pueblo francés.

Entre las banderas del poujadismo estaban la crítica furiosa a la partidocracia y la denuncia incansable al Estado prevaricador. La casta política era tildada de tecnocrática y burocrática, y Poujade sostenía que estaban al servicio de las sinarquías judías y masónicas que querían ver a Francia desmembrase hasta perder su poderío internacional (a raíz de ello los poujadistas defendían la idea de que Francia conservase sus colonias en Asia, África y América). Tampoco era amable el poujadismo con los intelectuales, a quienes acusaba de ser un grupo de ociosos que sólo intoxicaban a los jóvenes con ideas destructivas.

También fue característico del poujadismo la afirmación de la identidad nacional francesa en contra de todo aquello que la amenazase. De ese modo los poujadistas se opusieron tanto a la inmigración masiva como al Tratado de Roma de 1957 que dio inició a la actual Unión Europea. El poujadismo fue también antimodernizador, rechazando a los grandes planes de industrialización nacional neocapitalista, oponiéndose a los proyectos de urbanización que favorecían la especulación inmobiliaria, y repudiando al "American Way of Life" que promovía un consumismo salvaje que sólo beneficiaría a los supermercados y a las grandes cadenas comerciales.

Algunos autores sostienen que la ideología poujadista está vinculada a la idiosincrasia occitana, lo que terminaría por emparentar al movimiento de mediados del siglo XX con los cátaros de la Edad Media (un producto religioso y social de la misma idiosincracia).

Auge y declive del poujadismo

El auge y declive del poujadismo fue muy veloz. Entre 1953 y 1955 los poujadistas actuaron como un movimiento de ciudadanos indignados que protestaban permanentemente en contra de lo que percibían como un abuso fiscal del Estado francés. También atacaban a los bancos de control estatal acusándolos de realizar prácticas usurarias, lo que los llevó a intentar organizar corridas bancarias. Su meta era liquidar a la IV República para dotar a Francia de una nueva Constitución.

En 1956 los poujadistas saltaron a la arena política, consiguiendo media centena de bancas en el parlamento nacional francés. Como el movimiento era antiparlamentarista –dado que aborrecía a los políticos, pues los consideraban una piara de corruptos, pusilánimes y acomodaticios– su presencia en la Asamblea Nacional sólo sirvió para hacer más poderosa su protesta.

Los poujadistas se opusieron a la intervención francesa en la Crisis de Suez, porque sostenían que Francia no debía auxiliar ni a los británicos ni a los israelíes que normalmente conspiraban en contra de ellos. También denunciaron que detrás de los movimientos de descolonización estaba el capitalismo financiero buscando ampliar sus negocios.

Con el ascenso de Charles de Gaulle el poujadismo perdió toda influencia en el campo político, aunque siguió siendo una fuerza de cierta relevancia en el ámbito sindical.

Organizaciones poujadistas

En noviembre de 1953 se forma la Union de Défense des Commerçants et Artisans (UDCA), una confederación sindical que reunía a pequeños comerciantes y productores de distintos rubros. Un año después esta agrupación comienza a editar la revista L’Union y el diario Fraternité Française para difundir su mensaje.

En 1956 la UDCA forma el partido Union et Fraternité Française (UFF) para presentarse a las elecciones de ese año. Los poujadistas ganan un total de 53 bancas, habiendo obtenido el 11,6% de los votos. Sin embargo once de esas bancas (las obtenidas a través de los acoples Action Civique de Défense des Consommateurs et des Intérêts Familiaux y Défense des Intérêts Agricoles et Viticoles) serán invalidadas. Entre los diputados electos estaban Marcel Bouyer, Henri Dorgères y Jean-Marie Le Pen.

La UFF presentó un proyecto para convocar a una asamblea que reformase la Constitución de Francia. El detalle más notorio de aquella propuesta es que los poujadistas exigían que la asamblea tenga carácter corporativo, para garantizar que todos los sectores sociales estuviesen debidamente representados.

Ante la Crisis de Suez hubo un conjunto de cinco diputados de la UFF que ignoraron la orden de Poujade y apoyaron la intervención francesa en el conflicto. Los cinco fueron suspendidos luego, pero dos de ellos –el comerciante Louis Alloin y el policía Jean Dides– dejaron la UFF para fundar el Mouvement National d'Action Civique et Sociale (MNACS). Al MNACS se le sumaran después Jean-Marie Le Pen y Jean-Maurice Demarquet, dos diputados expulsados del poujadismo por ultraderechistas. Esta agrupación editaba la revista Volonté Française, pero falló a la hora de convertirse en un auténtico partido, limitándose a permanecer como un grupo parlamentario.

En 1958, con la V República ya constituida, la UFF obtuvo sólo el 1,47% de los votos, perdiendo todas las bancas que había conseguido.

Legado

Si bien la UFF se disolvió a los pocos años de haber sido creada, la UDCA, en cambio, sobrevivió varias décadas, siendo comandada por Pierre Poujade hasta 1983.

En su momento muchos quisieron ver al poujadismo como la versión francesa del qualunquismo italiano y de la Wirtschaftliche Aufbau-Vereinigung de Alemania.

Maurice Bardèche, en 1956, señaló que el poujadismo tenía un mayor parentesco con el comunismo que con el fascismo[1], ya que el Parti Communiste Français había contribuido activamente en la fundación de la UDCA (de allí que el poujadismo sólo atacara a los comunistas de un modo superficial), y debido a que Poujade no rechazaba el republicanismo sino que lo afirmaba. Sin embargo Roland Barthes sostuvo que el poujadismo no pudo haber sido comunista, ya que filosóficamente rechazaba la idea del materialismo dialéctico.[2]

En Francia todos los movimientos antifiscalistas de la segunda mitad del siglo XX (como el Comité Interprofessionnel de Défense-Union Nationale des Travailleurs Indépendants de Gérard Nicoud, la Union des Français de Bon Sens de Gérard Furnon, el Comité de Défense des Commerçants et Artisans de Christian Poucet, la Rassemblement des Contribuables Français de Nicolas Miguet, o la Association Nationale des Victimes d'Injustices de Daniel Merlet) han sido llamados "poujadistas", aunque no necesariamente lo fuesen.

El término "poujadista" también se ha convertido en sinónimo de populismo demagógico. Así, por ejemplo, cuando el humorista Coluche se lanzó como candidato a presidente en 1981 (candidatura que fuese apoyada por Pierre Bourdieu y Gilles Deleuze), la prensa de izquierda lo tildó de poujadista porque su discurso progresista contra el establishment político le quitaba influencia a François Mitterrand.

"Poujadista" también es usado en Francia para descalificar a todo intento de aplicar el sentido común para desmitificar imposturas inventadas por intelectuales. En este sentido Robert Faurisson y Michel Onfray han sido llamados "poujadistas".

Referencias

  1. Maurice Bardèche. Le Poujadisme. París: Les Sept Couleurs, 1956
  2. Roland Barthes. "Quelques paroles de M. Poujade", en: Mythologies. París: Seuil, 1957

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