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Raymundo Meabe
Sumario
Juventud
Proveniente del Colegio Nacional de Corrientes, se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires. Desde muy joven mostró su talento político, presidiendo al Centro de Estudiantes de Derecho y siendo uno de los fundadores de la Federación Universitaria Argentina, organización que impulsó a la Reforma Universitaria de 1918.
Ya graduado, regresó a su provincia natal para iniciar su carrera como legislador en el parlamento local. Vinculado por cuestiones familiares al Partido Liberal, Meabe encarnó a la renovación y modernización de esa fuerza política. Eran épocas en que una expresión federalista como el PL constituía un obstáculo para los planes unitarios de la Unión Cívica Radical, razón por la cual los partidos provinciales debían reorganizarse para no dejarse avasallar.
Meabe fue diputado provincial entre 1919 y 1924. Consciente de la importancia de llegar con su mensaje de orden y progreso a los sectores populares, se lo recuerda por los discursos que pronunciaba en perfecto guaraní.
También fue un gran promotor del deporte en su provincia, siendo uno de los fundadores de la Liga Correntina de Fútbol.
Diputado nacional
Acompañado por un grupo de jóvenes dirigentes como Leopoldo Sosa, Mariano Gómez, su hermano Ernesto Meabe y su primo Armando Meabe, ganó la interna partidaria en 1924. Eso le permitió convertirse en diputado nacional.
En el Congreso de la Nación se posicionó durante cuatro años como un opositor del radicalismo gobernante.
A mediados de 1927, cuando la candidatura presidencial de Hipólito Yrigoyen se había vuelto una realidad, el PL se unió a la Confederación de las Derechas junto a otras agrupaciones provinciales. Esa coalición se alió luego a la Unión Cívica Radical Antipersonalista para conformar al Frente Único que debía detener al yrigoyenismo. El grupo de Meabe apoyó a los adversarios de Yrigoyen, pero la mitad de su partido decidió adoptar la actitud contraria, debilitando finalmente a los liberales y haciéndolos retroceder electoralmente.
Revolución de 1930
En noviembre de 1929 el presidente Yrigoyen ordenó la intervención de Corrientes, buscando de ese modo desarticular a las fuerzas provinciales. A causa de ello Meabe se sumó decididamente a la campaña anti-yrigoyenista.
Pocos días antes de la gloriosa jornada del 6 de septiembre de 1930 se integró a la Legión de Mayo, un grupo de civiles que, coordinados por el militar Francisco Fasola Castaño, tuvo una importante actuación en el derrocamiento de Yrigoyen.
El interventor radical personalista de Corrientes fue sustituido por un interventor radical antipersonalista. Empero, disconforme con el nuevo liderazgo provincial, Meabe negoció con el presidente José Félix Uriburu el envío de un nuevo interventor: de ese modo el católico Atilio Dell'Oro Maini desembarcó en suelo correntino para hacerse cargo del gobierno local en febrero de 1931. Gracias a ello los liberales pudieron recuperar el terreno político que habían estado perdiendo.
A fines de junio de 1931, cuando ya había comenzado el declive del uriburismo, la Casa Rosada designó a Meabe como interventor federal en la provincia de Salta. Allí arribó acompañado por Erasmo Martínez, Fernando Valenzuela y Enrique Gigliani, todos destacados dirigentes de distintas vertientes del PL. Su intención era aprovechar la oportunidad para demostrar el poder y el alcance de sus ideas y concepciones políticas. Sin embargo apenas estuvo tres meses en el noroeste argentino, ya que a principios de octubre de ese año fue nombrado interventor federal de la provincia de Buenos Aires. En ese distrito formó gobierno con los hombres de la Legión Cívica Argentina, colocando a Manuel Mujica Farías como Ministro de Gobierno, a Marcelo Lobos como Ministro de Hacienda, y a Carlos R. Ribero como Ministro de Obras Públicas. En febrero de 1932 entregó el mando al nuevo gobernador Federico Martínez de Hoz, hombre ajeno a la habitual politiquería que, por el contrario, ejemplificaba al espíritu que había impulsado a la revolución septembrina.
Oposición a Agustín P. Justo
Meabe buscó ser consagrado senador nacional en 1932, pero el PL una vez más se faccionalizó y finalmente no pudo conseguir los avales necesarios para satisfacer su ambición.
El nuevo presidente Agustín P. Justo le generó rechazo por desentenderse de la herencia uriburista.
A comienzos de 1935 las fuerzas partidocráticas bonaerenses se organizaron para conspirar contra Martínez de Hoz, quien se negaba a formar parte de la maquinaria de corrupción y clientelismo. Alarmados por la situación, hombres de la LCA entraron en acción para proteger al gobernador. Éstos convocaron a Meabe para que asumiera como el nuevo Ministro de Gobierno de la provincia, ya que contaba con la experiencia de haber mandado de manera eficiente sobre el distrito por algunos meses. Sin embargo, pese a la resistencia de los nacionalistas, finalmente Martínez de Hoz fue depuesto. Meabe, en calidad de abogado, asumió consencuentemente la defensa judicial del político.
La baja calidad institucional del justismo se volvió un blanco de ataque de los enemigos del régimen, deslegitimando al gobierno. En ese clima Meabe juzgó factible el desarrollo de un nuevo movimiento revolucionario que desplazara al presidente. Por ese motivo, junto con los abogados Enrique Torino y Arturo Mignaquy, estableció una sociedad con el militar Juan Bautista Molina cuyo propósito era tomar el poder. El plan que trazaron consistía en iniciar una revuelta anti-gubernamental en Salta, para luego realizar otra similar en Corrientes, sublevando de ese modo al norte argentino. Por consiguiente Justo se vería obligado a comenzar una guerra civil sacrificando vidas para conservar su cargo o bien a renunciar para evitar un conflicto problemático.
De cualquier manera, pese al intento de agitar a las masas, las insurrecciones finalmente no se produjeron. Meabe no se dio por vencido y creó a la coalición Nacionalismo Argentino apoyándose en la Legión Cívica Argentina, la Legión de Mayo, la Liga Republicana, el Frente de Fuerzas Fascistas y ADUNA. A través de ella pretendió convertirse en el vocero de la oposición nacionalista contra el presidente, pero las disputas internas de las agrupaciones y las presiones externas de los gobernantes terminó por desintegrar al proyecto.
Apoyo a Ramón S. Castillo
Gracias a las elecciones presidenciales de septiembre de 1937 accedió a la presidencia el radical antipersonalista Roberto M. Ortíz, acompañado en la fórmula por el conservador Ramón S. Castillo. Meabe no confiaba en la capacidad y honestidad del primero, pero si en las del segundo. Por ello celebró que Ortíz dejara su cargo en julio de 1940.
Castillo le solicitó lealtad al gobierno correntino, pero, al desobedecer, ordenó intervenir la provincia. Meabe estuvo de acuerdo con la decisión, alentando al PL a colaborar con Francisco Ramón Galíndez. Tras una década de jugar papeles secundarios, pudo devolverle así el protagonismo político a su fuerza partidaria.
La cercanía que Meabe mantenía con el castillismo hizo que no sintiera mucha afinidad con la Revolución del 4 de Junio de 1943, a la que recibió con frialdad (aunque ello no equivalió a la ausencia total de apoyo).
Frente al peronismo
Meabe rechazó la idea de que debían preservarse las estructuras de la revolución juniana más allá de 1945, oponiéndose así la candidatura presidencial de Juan Domingo Perón y apoyando con cierta reserva a los hombres de la Unión Democrática. A nivel provincial esa actitud condujo a que los liberales se aliaran a los radicales y a otras fuerzas, logrando arrebatarle la gobernación a los partidarios de Perón. Sin embargo un año y medio después el peronismo ordenó la intervención del distrito.
Oficialmente Meabe rechazó el atropello del gobierno, pero mostró cierta simpatía hacia el interventor, el militar Filomeno Velazco, que había estado involucrado en el conato revolucionario de 1935. A raíz de ello el PL se abstuvo de participar de las elecciones de diciembre de 1948 y dejó en libertad de acción a sus afiliados y simpatizantes, facilitando con esa postura al triunfo electoral del candidato peronista Velazco.
Con el sucesor de Velazco, en cambio, Meabe no congenió. De todos modos mantuvo la actitud abstencionista en señal de protesta ante los manejos políticos que permitía el gobierno nacional.
Gobernador electo de Corrientes
La Revolución Libertadora de 1955 facilitó el resurgimiento del PL. Meabe cedió el liderazgo a Mariano Gómez. Hábilmente, en 1961 este dirigente logró crear una alianza estratégica con el Partido Autonomista, histórico rival de los liberales desde el siglo XIX. Ello llevó a que en 1962 se desarrollasen elecciones para gobernador en las que Meabe fue el candidato del PL. Superó en votos al candidato del PA pero quedó por debajo del hombre del presidente Arturo Frondizi. De todos modos, según el acuerdo al que habían llegado las fuerzas provinciales, Meabe sería consagrado gobernador por el Colegio Electoral por recoger las adhesiones de liberales y autonomistas los cuales, juntos, superaban el 50% de los votos.
Sin embargo el gobierno surgido del golpe de Estado que derrocó a Frondizi intervino la provincia, negándole a Meabe la oportunidad de asumir. En 1963 los liberales lo escogieron nuevamente para que fuese candidato a gobernador, pero él terminó renunciando a favor de Diego Díaz Colodrero. El nuevo mandatario fue particularmente generoso con los sectores agrarios, beneficiando así a Meabe, dueño de la estancia Santa Ana Ñu, la cual había sido importante en la popularización del cultivo de arroz en la provincia.
Bibliografía
- La defensa del gobernador de Buenos Aires, don Federico L. Martínez de Hoz. (junto a E. Torino y J. E. Coll). Buenos Aires: Autoedición, 1935.