Fondo de ayuda a Metapedia, 2018: Internet es el principal campo de batalla de la Metapolítica de nuestro tiempo. ¡Ayúdanos! | |||
| |||
|
Filomeno Velazco
Trayectoria militar
Velazco asistió al Colegio Militar de la Nación entre 1911 y 1913, egresando de esa institución con el rango de Subteniente de Infantería. Durante esos años conoció al cadete Juan Domingo Perón, quien sería su fiel amigo el resto de su vida (de hecho Velazco era una de las pocas personas a las que Perón tuteaba en público).
Hizo carrera como militar, ascendiendo pacientemente en la jerarquía. En 1930, ya con el grado de Capitán, apoyó el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen. Ello hizo que el General Francisco Medina Buasso lo convocase para trabajar como funcionario en el Ministerio de Guerra. Tras unos meses realizando actividades burocráticas fue designado Jefe de Guardia de Seguridad de la Policía de la Capital Federal, posición que, entre otras cosas, implicaba asumir la tarea de desactivar todos los intentos de ejecutar acciones violentas en contra del gobierno.
Velazco contribuyó con la creación de la Legión Cívica Argentina, confiando en que su afianzamiento acabaría con la partidocracia. Fue también un miembro muy activo del Círculo Militar, lo que lo ayudó a terminar de delinear sus ideas nacionalistas. Gracias a los encuentros que allí mantuvo con intelectuales como Jordán Bruno Genta, Alberto Baldrich y Leopoldo Lugones entendió que su país era víctima de un contubernio judeo-masónico-comunista, por lo que era necesario imponer un gobierno fuerte que sustrajese a la Argentina de esa nefasta influencia.
En 1935 estuvo involucrado en el conato revolucionario que liderasen Juan Bautista Molina y Raymundo Meabe. Le fue asignada la misión de sublevar a las fuerzas militares del noreste argentino una vez que hubiese estallado la rebelión en el noroeste, pero ello quedó truncado.
Su paso por la Escuela Superior de Guerra le permitió acceder al coronalato en 1941. A principios de junio de 1943, mientras se encontraba cumpliendo servicio en el Regimiento de Infantería N° 15 con asiento en la provincia de La Rioja, se produjo el derrocamiento de Ramón S. Castillo. Al igual que trece años antes, Velazco nuevamente se plegó a los revolucionarios. Le tocó ser el máximo referente del movimiento golpista en su distrito, razón por la cual ocupó la gobernación provincial, cediéndole el puesto un mes después al Coronel Rafael Ortiz.
El presidente Pedro Pablo Ramírez lo incorporó al cuerpo de la Policía de la Capital Federal, colocándolo en el mismo cargo que había ejercido durante la presidencia de José Félix Uriburu. En los meses siguientes la fuerza fue reorganizada, convirtiéndose en la Policía Federal Argentina.
Con el ascenso de Edelmiro Julián Farrell a la presidencia en marzo de 1944, Velazco asumió como Comandante en Jefe de la PFA en reemplazo de Emilio Ramírez.
La actuación de Velazco como responsable de las fuerzas de seguridad hizo que EEUU incluyera su nombre en el infame Libro Azul sobre Argentina, ya que, entre otras acciones, había ordenado reprimir a los estudiantes que festejaron el fin de la Segunda Guerra Mundial con la realización de una manifestación multitudinaria. Tampoco agradó a los norteamericanos que hubiese dirigido el arresto del General Adolfo Espíndola, hombre apoyado por Washington para que organizase un golpe de Estado que culminara con la entrega del poder a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
A principios de octubre de 1945 fue conminado a renunciar. Sin embargo pocos días después se produjo una masiva manifestación en apoyo a Perón, la cual debió su éxito en buena medida a que Velazco desafió la autoridad de Emilio Ramírez -que había sido restituido en su puesto al frente de la PFA- y consiguió que los policías que debían reprimir a la gente se abstuviesen de hacerlo. Como recompensa, el militar no sólo recuperó sus antiguas funciones sino que además fue ascendido a General de Brigada.
Carrera política
Ante las elecciones presidenciales de 1946, Velazco se alineó detrás de su amigo Perón. Junto con Alberto Teisaire organizó los Centros Cívicos Independientes Coronel Perón, a los que adhirieron muchos caudillos barriales que militaban en el conservadurismo. Rápidamente esa estructura evolucionó como instrumento electoral, dando nacimiento al Partido Independiente, el cual sirvió de plataforma para el triunfo de Perón.
Velazco dejó su cargo en la PFA en junio de 1947. Bajo su comandancia persiguió con intensidad a comunistas y antifascistas, siendo también el azote de los primeros indigenistas que surgieron en la Argentina para sembrar la discordia. Incluso el Conde de Bulnes, a la sazón titular de la Embajada de España en la Argentina, lo condecoró por sus acciones para silenciar a los opositores al franquismo.
Tres meses después de su salida de la PFA fue nombrado por el presidente Juan Domingo Perón como interventor federal de la provincia de Corrientes, acabando así con el control que la Unión Cívica Radical mantenía sobre ese distrito.
Hasta octubre de 1948 el militar mandó sobre su provincia natal. Con Santiago Ballejos como Ministro de Gobierno procuró neutralizar a los enemigos del régimen y unificar a las diversas vertientes del peronismo bajo un liderazgo único. Ese accionar suyo llevó a que hombres de su propio movimiento como Joaquín Díaz de Vivar lo criticasen por su dureza y verticalismo.
Aunque el carismático Ballejos aspiraba a ser el nuevo gobernador, Perón escogió apoyar a su viejo amigo en las elecciones de diciembre de 1948, pues lo juzgaba más leal a su persona y más cercano a su doctrina política. Así, en marzo de 1949, Velazco asumió la gobernación secundado por el médico Fernando Irastorza, luego de haber triunfado en las urnas con el 61% de los votos positivos (parte del éxito se debió a que supo convencer a los poderosos grupos provinciales de conservadores para que le dieran su apoyo o, al menos, se declarasen neutrales en la contienda electoral).
Una de las primeras cosas que hizo Velazco en su nuevo cargo fue promover la reforma de la Constitución Provincial para que no contradijese a la nueva Constitución Nacional. De esa manera la estructura estatal fue reorganizada de modo tal que el Poder Ejecutivo pasó a desempeñar un papel central en la vida cívica de la provincia.
Las políticas de desarrollo social comenzaron a ganar centralidad, en tanto que la educación adquirió una muy fuerte impronta católica. De todos modos lo más destacado de la gobernación de Velazco fue su importante inversión en obra pública, lo que permitió multiplicar rutas, puentes, hospitales, escuelas y viviendas, mejorar el sistema de provisión de agua potable y modernizar las cárceles correntinas. También el Poder Judicial experimentó el progreso, después de que el gobernador ordenase la apertura de nuevos juzgados en diversos lugares de la geografía provincial.
La fundación del Banco de la Provincia de Corrientes tuvo por objetivo regular las finanzas estatales pero también estimular el crecimiento industrial. Otro acierto político de Velazco fue la creación de la Comisión Provincial de Cultura, mediante la cual se promovió el argentinismo en el campo de las artes y en los medios masivos de comunicación.
Su esposa Guillermina Pascarela se ocupó de organizar a la rama femenina del peronismo correntino, hasta que fue desplazada de su posición por orden de Eva Perón, con quien Velazco nunca se llevó bien.
Al concluir su mandato en mayo de 1952, el pueblo solicitaba la reelección del militar; empero, al estar ella prohibida por una disposición constitucional, el médico Raúl Benito Castillo fue escogido como su sucesor, confiando en que su antiguo ministro prolongaría su línea de gobierno. De todos modos su salida del poder pronto desorganizó a los peronistas correntinos, lo que fue aprovechado por algunos para acusarlo de haber malversado dinero del tesoro público y así deslegitimar a quienes eran sus partidarios más leales.
Se trasladó a la capital nacional para asumir una banca en el Senado de la Nación. No tuvo una gran participación en el parlamento, ya que su carácter no era apto para someterse a las intrigas y negociaciones de la politiquería.
Pese a todo, Perón no había dejado de apreciarlo como amigo. Su grado de afinidad era tan elevado que, después de la chirinada del General Benjamín Menéndez en 1951, el presidente determinó que ante una eventual caída suya su sustituto debía ser Velazco.
A fines de 1954 el gobierno nacional planeaba la intervención de la provincia de Santa Fe para sacar del cargo de gobernador a Luis Cárcamo. Perón le ordenó a Velazco encabezar la misión, pero éste le pidió que lo esperara a que se recuperase de una intervención quirúrgica que debían realizarle a causa de una dolencia en su hígado. Sin embargo las complicaciones que surgieron durante la operación terminaron repentinamente con la vida del militar en la ciudad de Córdoba.