Segunda guerra de Chechenia

De Metapedia
Saltar a: navegación, buscar
Segunda guerra de Chechenia

La Segunda Guerra de Chechena comenzó en 1999 después de que guerrilleros chechenos atacasen el vecino Daguestán y tras una serie de atentados en Rusia que causaron cientos de muertes y fueron atribuidos por Rusia a yihadistas chechenos. El gobierno ruso ofreció una amnistía a los combatientes chechenos capturados y a aquellos que aceptaran rendirse. Éstos fueron utilizados como carne de cañón contra los separatistas, sufriendo enormes bajas. La guerra finalizó con la victoria rusa e implantación de un gobierno títere pro-ruso.

Causas

En 1999, Chechenia es libre pero está al borde de la guerra civil. Los secuestros, el tráfico de armas y el robo de petróleo son moneda corriente. Los grupos más radicales, capitaneados por el comandante Shamil Basaev, toman el control. Basaev es un wahabí confeso (como Osama bin Laden) que combatió como muyahid en varios frentes bélicos, incluido el afgano contra los soviéticos.

En septiembre, Rusia se despierta con tres atentados que dejan 230 muertos en una semana de horror. Vladimir Putin desata una amplia «operación antiterrorista» que aún no ha concluido. Comenzaba la Segunda Guerra Chechena.

Terrorismo

Las acciones terroristas atribuidas a los chechenos, causaron muchas víctimas y dañaron seriamente la imagen de los separatistas; como el asalto al teatro Dubrovska de Moscú en 2002 o el secuesto de niños en una escuela de la localidad de Beslán en 2004. Según los chechenos y algunos disidentes rusos, la mano del antiguo KGB estuvo detrás de los atentados de 1999, que llevaron al inicio de la guerra y supusieron, en medio de una atmósfera nacionalista, el despegue de la candidatura del nuevo primer ministro, Vladímir Putin (nombrado por Yeltsin un mes antes), superando en las encuestas al anterior primer ministro Yevgeny Primakov. Yeltsin dimitió el 31 de diciembre de 1999 y lo sucedió el entonces poco conocido Putin, quien ganó fácilmente las elecciones unos meses después.

Desarrollo

Durante la campaña inicial, militares y fuerzas paramilitares chechenos prorrusas se enfrentaron a los separatistas chechenos en combate abierto, y se apoderaron de la capital chechena, Grozni, después de un asedio de invierno que duró desde finales de 1999 hasta febrero de 2000. Rusia estableció un gobierno títere en Chechenia en mayo de 2000.

Después de la escalada ofensiva la resistencia chechena continuó infligiendo bajas rusas en toda la región del norte del Cáucaso y desafió el control político ruso sobre Chechenia durante varios años más. Los ataques contra civiles en Rusia, así como las violaciones generalizadas de derechos humanos cometidas por las fuerzas rusas, provocaron la condena internacional.

Los rusos han sido acusados de practicar la tortura sistemáticamente contra los hombres jóvenes (rebeldes o no), así como violaciones, saqueos, contrabando y malversación. Los medios rusos, salvo excepciones, silenciaron lo que ocurría. Ramzán Kadírov y sus paramilitares fueron acusados de graves crímenes por la periodista rusa Anna Politkóvskaya, quien sería asesinada en Moscú el 7 de octubre de 2006.

Gobierno títere

En mayo de 2000, Putin restableció el gobierno directo del Kremlin. De cara a la normalización política de la república, se ofreció reiteradamente amnistía para los rebeldes que abandonasen las armas. En junio de ese año, Ajmat Kadírov, separatista durante la anterior guerra y ahora prorruso, fue nombrado por Putin presidente de una administración prorrusa formada por antiguos separatistas. El 9 de mayo de 2004, fue asesinado por los separatistas, siendo sustituido por su hijo Ramzán Kadírov, primero como primer ministro y después como presidente, sustituyendo en el cargo a Adul Alkhanov en marzo de 2007. A pesar de proclamarse el fin de la guerra en 2002, los combates continuaron y los Kadírov fueron acusados de establecer un régimen de terror.

Después de dos guerras y 15 años de un conflicto sangriento, Rusia declaró el fin de lo que define como "operaciones antiterroristas" en Chechenia. Según el líder pro ruso Ramzán Kadírov sólo quedan entre 50 y 80 combatientes rebeldes en las montañas. Hoy los ataques terroristas persisten en la región, pero son cada vez más esporádicos.

Artículos relacionados