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Shiksa
Sumario
Etimología
La palabra proviene del término hebreo "shekets" (שקץ), que signifca abominable, impuro o detestable.
En el Talmud el término aparece mayormente asociado a acciones que no respetan lo kósher, pero también hay pasajes en los que shekets es usado para categorizar a seres humanos:
Uso del término en la cultura judía
Todos los judíos tienen en claro que el término posee una connotación negativa (por su evidente misoginia), sin embargo es de uso común entre ellos y es considerado parte del folklore yidis de los individuos de origen ashkenazi. La palabra fue popularizada en las comunidades judías del este de los Estados Unidos y luego -dada la enorme influencia cultural que éstas tienen en el mundo judaico- se expandió globalmente. Con ese término, los judíos dan a entender que toda mujer que no pertenece a su raza es un animal o un objeto animado al que pueden utilizar y descartar según su antojo, pagando previamente el precio que vale el bien.
En Israel, donde las mujeres blancas gentiles son escasas, la palabra tiene más bien otro uso: es un adjetivo que emplean los judíos ortodoxos y conservadores para designar a una mujer que no sigue los preceptos religiosos o que critica las acciones genocidas del sionismo. Sin embargo la diferencia es que los judíos en Medio Oriente no suelen calificar públicamente a las mujeres como "shiksas", mientras que en el resto del mundo (y especialmente en los Estados Unidos) si lo hacen.
La shiksa como estereotipo en el mundo judaico
El empleo sostenido del término entre judíos derivó en la formación de un estereotipo cultural: la shiksa. Según esta perspectiva, una shiksa no es cualquier mujer blanca gentil, sino particularmente una que es rubia, bella y esbelta, es decir un producto sano de la raza aria. En la mentalidad del varón judío promedio, es importante conseguir -por los medios que sea- que una o más de esas shiksas se involucre en relaciones sexuales con él, pues ello es percibido dentro de la comunidad judaica como un triunfo individual.
Los rabinos, normalmente, no desaprueban el vínculo entre judíos y shiksas, siempre y cuando sea temporario y no produzca hijos (pues, si ello llegara a suceder, esos vástagos serían racialmente impuros y generarían un problema étnico y religioso, tal como lo prueba la reacción negativa que hubo en Israel en 2014 cuando se conoció la noticia que Yair Netanyahu -hijo de Benjamin Netanyahu- estaba avanzando en una relación con la mujer noruega Sandra Leikanger).
La industria cinematográfica de Hollywood ha sido históricamente dominada por judíos que usan su posición e influencia para satisfacer su obsesión con las shiksas -Woody Allen y Harvey Weinstein son claros ejemplos de ello. Empero la práctica de "cazar shiksas" se produce en todos los ámbitos.
