Alberto Ottalagano

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Alberto Eduardo Ottalagano Cagnani (Paraná, Argentina, 1926 - Buenos Aires, Argentina, 1998) fue un abogado, ensayista y político argentino que militó en el Movimiento Nacional Justicialista.

Juventud

Durante su adolescencia Ottalagano fue miembro de la Unión Nacionalista del Interior de la República, agrupación que a partir de 1942 se alineó con el movimiento UNA-PATRIA que dirigía Manuel Fresco. Hacia 1944 se unió a la Alianza Libertadora Nacionalista, lo que lo llevó a apoyar la candidatura presidencial de Juan Domingo Perón en 1946.

Soldado de Perón

Su formación como abogado la recibió en la Universidad Nacional del Litoral, en donde luego sería docente. Allí también obtendría un doctorado en ciencias jurídicas.

Afiliado ya al Partido Peronista, participó en 1950 de la creación de la Confederación General Universitaria.

En ese periodo Ottalagano fue miembro del Centro de Acción Tradicionalista y del Centro Martín Fierro, además de colaborador de El Diario de Paraná y de la revista occidentalista Dinámica Social.

Tras el derrocamiento de Perón, se unió a la Resistencia Peronista. En 1956, bajo las órdenes del Coronel Alberto Nasta, participó del levantamiento que había organizado el General Juan José Valle. El fracaso del operativo lo obligó a huir hacia el exilio en Uruguay. Posteriormente regresaría y sería varias veces encarcelado a causa de su militancia peronista. Durante una estadía en prisión conoció a varios militantes de Tacuara, a quienes influyó para que reorienten su acción militante hacia el interior del Movimiento Nacional Justicialista -entre ellos se encontraba Américo Rial, uno de los fundadores del Movimiento Nueva Argentina.

Ottalagano fue articulista en las revistas Línea Dura, Firme y Patria Peronista, las cuales eran parte del aparato de prensa del peronismo proscrito.

En 1963 se manifestó a favor de impulsar la candidatura presidencial de León Justo Bengoa como una estrategia para aliar al peronismo con el nacionalismo.

El abogado estuvo detrás del proyecto de reactivar a la Confederación General de Profesionales, un organismo sindical pensado para nuclear a profesionales liberales que fuesen peronistas.

Tras el triunfo de Perón en las elecciones de septiembre de 1973, fue incorporado como asesor a la Secretaría de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación.

Rectorado de la Universidad de Buenos Aires

A mediados de septiembre de 1974 el Ministro de Cultura y Educación, Oscar Ivanissevich, nombró a Ottalagano como interventor de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La izquierda peronista -como parte de su estrategia para la aplicación del modelo soviético de subversión- había copado a esa institución, convirtiéndola en un centro de adoctrinamiento en el marxismo.

El nuevo rector, apenas al asumir, anunció que era necesario higienizar las aulas de elementos extranjerizantes y convertirla en una usina de pensamiento nacional. Por ello expulsó de los cargos jerárquicos a todos los que provenían de la gestión anterior, y nombró a nuevas figuras para que administraran a las diversas facultades. Así, entre otros cambios, Raúl Sánchez Abelenda quedó al frente de Filosofía y Letras, Francisco Miguel Bosch fue puesto a cargo de Derecho y Ciencias Sociales, y Raúl Zardini asumió como máxima autoridad de Ciencias Exactas y Naturales. El historiador Vicente D. Sierra fue nombrado director de la prestigiosa Editorial de la Universidad de Buenos Aires.

Una semana después de haber comenzado su mandato al frente de la UBA, un pistolero intentó asesinarlo mientras se hospedaba en el Hotel Lasort de la localidad de Villaguay, pero afortunadamente salió ileso del ataque.

Ottalagano procedió con su misión de restaurar el orden en la casa de altos estudios más importante del país. Para ello intervino en las carreras de Pedagogía, Sociología y Psicología, las cuales reunían a una enorme cantidad de izquierdistas. Además creó el Centro de Estudios Filosóficos Santo Tomás de Aquino, el Centro de Estudios Ético-Sociales y Políticos Francisco de Vitoria y el Instituto de la Patria Grande y la Tercera Posición, organismos destinados a promover una matriz intelectual católica, hispanista y nacionalista.

Asimismo estableció un cupo de estudiantes por carrera e impuso un examen de ingreso para que sólo pudieran acceder los más capacitados para cursar una carrera universitaria. A Zardini y a Sánchez Abelenda le asignó la tarea de elaborar el programa para las materias Idioma Nacional, Geografía Argentina e Historia Argentina, las cuales se dispuso que fuesen obligatorias para todo alumno ingresante del año 1975.

Preocupado por garantizar la seguridad de estudiantes y profesores, dio la orden para formar un cuerpo de seguridad armado, el cual fue coordinado por Jaime Lemos. La política quedó así completamente desterrada de las aulas. Las agrupaciones Concentración Nacional Universitaria, Alianza Universitaria Nacionalista, Legión Peronista Revolucionaria, Movimiento Universitario Nacional, Movimiento Universitario Justicialista y Grupos de Acción Peronista apoyaron la medida, reconociendo que el interés por el futuro de la patria era superior a cualquier otra cosa.

Pese a la impresionante transformación de la UBA que Ottalagano logró en apenas tres meses, el rector fue muy criticado por los partidócratas de la Unión Cívica Radical y fuerzas similares que tenían un importante aparato juvenil operando en las universidades. Eso llevó a que el gobierno terminara sustituyéndolo por el médico Julio Lyonnet a principios de 1975.

Últimos años

Mientras duró el Proceso de Reorganización Nacional, el abogado fue asesor del Ministerio de Educación y Justicia de la provincia de Entre Ríos, a la cual había regresado.

En 1983 sus declaraciones a la prensa causaron un revuelo, debido a que explicó que sin el fascismo el peronismo no habría existido, y, debido a ello, él admiraba a Juan Domingo Perón, a Benito Mussolini y a Adolf Hitler por igual. Sostenía también que la prosperidad de la Argentina dependía de un pacto de cooperación entre el gobierno, los sindicatos, el empresariado, las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica.

Durante la década de 1980 permaneció ligado al Partido Justicialista, pero ocupando un puesto marginal. Sin embargo el gobernador entrerriano Jorge Busti lo incorporó a la comisión encargada de la repatriación de los restos mortales de Ricardo López Jordán.

Murió de un infarto mientras trabajaba en el despacho de su estudio de abogados el 21 de octubre de 1998. Entre los muchos clientes que defendió en su dilatada carrera se destacan Walter Kutschmann y Enrique Arancibia Clavel.

Bibliografía

  • Soy fascista, ¿y qué? Buenos Aires: Ro.Ca. Producciones, 1983.
  • Nacionalismo, peronismo, justicialismo: tres momentos de una idea. Buenos Aires: Club Literario, 1986.
  • Rosas, forjador del Estado argentino. Buenos Aires: Club Literario, 1986.

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