Raúl Sánchez Abelenda

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Raúl Sánchez Abelenda (5 de febrero de 1929, Nogoyá, Argentina - 25 de febrero de 1996, Buenos Aires, Argentina) fue un sacerdote católico argentino. Su vida fue un ejemplo de inquebrantable fidelidad a la tradición religiosa y de profundo compromiso con el bienestar de su patria.

Formación

Sánchez Abelenda sintió la vocación religiosa desde muy pequeño, motivo por el cual escogió seguir la carrera eclesiástica. Estudió en el seminario católico de la ciudad de Paraná, obteniendo luego una beca para asistir a la Pontifica Universidad Gregoriana de Roma.

Sacerdote e intelectual católico

Consagrado sacerdote en 1954, Sánchez Abelenda ejerció su ministerio en varias localidades de su natal provincia de Entre Ríos, predicando en contra de masones, comunistas, judíos y otros enemigos de la Iglesia Católica. En la ciudad de Concordia dejó su huella como un destacadísimo docente del Instituto del Profesorado que había creado Monseñor Ricardo Rösch.

Ante la crisis que generó el Concilio Vaticano II, el sacerdote optó por unirse a la resistencia tradicionalista, negándose a abandonar la liturgia romana tradicional para la celebración de las misas -algo que, con el correr de los años, le traería problemas con la jerarquía eclesiástica.

Incardinado en la Arquidiócesis de Buenos Aires desde fines de la década de 1960, Sánchez Abelenda se volvió muy cercano a Julio Meinvielle, a quien admiraba por la profundidad y contundencia de su pensamiento sobre el mundo contemporáneo siempre iluminado por la ortodoxia tomista. Sus escritos en los que mostraba una muy sólida formación filosófica y teológica circularon a través de las páginas de revistas como Tiempo Político, Historia, Ethos, Philosophica, Roma y Cabildo -a veces con los seudónimos de "Recaredo Garay" o "ATDLD"-, pero su obra más recordada es su tesis doctoral La teoría del poder en el pensamiento político de Juan Donoso Cortés en la que, en un diálogo crítico con Carl Schmitt, demuestra que el pensamiento del célebre autor español es de cuño tradicionalista.

En 1970 el clérigo firmó la "Declaración de Sacerdotes Argentinos contra la Teología Marxista" junto a Octavio Nicolás Derisi, Guillermo Furlong, Alberto García Vieyra, Mario Agustín Pinto, Ludovico García de Loydi, Luis María Etcheverry Boneo, Domingo Basso, Armando Lorenzetti, Armando Monzón y José Salvador Torquiaro entre otros. En el texto se repudia abiertamente a la interpretación del catolicismo como comunismo cristiano.

Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA

En noviembre de 1974 el Rector de la Universidad de Buenos Aires, el abogado Alberto Ottalagano, lo nombró como Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de esa casa de altos estudios. El sacerdote había sido parte de la comisión asesora que el gobernador Ricardo Favre convocó para crear a la Universidad Nacional de Entre Ríos, pero jamás había tenido la oportunidad de ocupar un puesto de gestión tan importante como el que le había designado Ottalagano.

A Sánchez Abelenda le tocó la tarea de desarticular a la usina de subversión que su antecesor en el puesto, el sacerdote tercermundista Justino O'Farrell, había montado. Lo primero que hizo fue expulsar de su dominio a las carreras de Sociología y Psicología -la primera fue acogida por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y la segunda quedó bajo dependencia directa del Rectorado. Posteriormente procedió a deshacerse de todos los adoctrinadores que usaban las aulas para intoxicar de su ideología a los estudiantes, reemplazándolos por académicos con una sólida formación científica y un intachable comportamiento ético. Así fue que personalidades como el pedagogo Julio González Rivero, el filósofo Roberto J. Brie, el geógrafo Horacio Difrieri, el psicólogo Alberto Fariña Videla, el politólogo Héctor Martinotti, el historiador Federico Ibarguren y el antropólogo Marcelo Bormida ganaron centralidad en la vida facultativa -el folklorólogo Augusto Raúl Cortazar murió poco antes de la llegada de Sánchez Abelenda, por lo que el presbítero realizó un acto de desagravio hacia el ilustre investigador, además de gestionar acciones de reconocimiento por su aporte a la cultura argentina a Arturo Berenguer Carisomo, Eugenio Pucciarelli y Delfín Leocadio Garasa.

El decanato aplicó medidas de seguridad muy restrictivas para garantizar que sólo asistiesen al establecimiento los verdaderos interesados en recibir formación universitaria, excluyendo de ese modo a todos los que se dedicaban a realizar reclutamiento para las agrupaciones políticas y terroristas de izquierda. El temor a ser víctima de un atentado obligó a Sánchez Abelenda a portar consigo permanentemente una pistola para asegurar su protección personal, hecho anecdótico que luego sería tergiversado por sus detractores que intentaron hacer quedar al sacerdote como si transitara por las aulas y los pasillos universitarios amenazando a la gente.

El presbítero dejaría su cargo en marzo de 1976, luego de que se produjese el golpe de Estado que inició el Proceso de Reorganización Nacional.

Cabe recordar que por esos años estuvo vinculado también a la dirección de la Editorial Universitaria de Buenos Aires junto al historiador Vicente D. Sierra. Desde ese puesto procuró detectar y filtrar toda la literatura que promoviese el marxismo, el sionismo y el libertinaje.

Custodio de la Tradición

Su rechazo sistemático a las innovaciones modernistas que el Vaticano proponía, hizo al sacerdote entrar en un conflicto con el Arzobispado de Buenos Aires. En 1975 se incorporó a la Comisión de Defensa de la Fe de Siempre que encabezaba Roberto Gorostiaga. Esta organización fue la que coordinó la visita que Monseñor Marcel Lefebvre realizó a la Argentina en 1977. Sánchez Abelenda, junto a Hervé Le Lay, fue uno de los pocos sacerdotes que se entrevistaron abiertamente con el prelado francés (otra docena de clérigos, incluyendo a Leonardo Castellani, hicieron lo mismo pero de modo secreto para no ser reprendidos por las autoridades eclesiásticas).

Su acercamiento con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X llevaría a que fuese suspendido y expulsado de la Parroquia "Inmaculada Concepción" de San Telmo. En consecuencia contribuyó a la creación del Seminario de Nuestra Señora Corredentora en la localidad de La Reja, en donde sería profesor de la siguiente generación de sacerdotes católicos tradicionalistas.

Sánchez Abelenda fue asesor espiritual de la Falange de la Fe, un movimiento de laicos que dirigía Jorge Flores Allende. Por ese motivo la prensa argentina lo vinculó en la década de 1980 a grupos de militares que planeaban una acción de protesta contra Raúl Alfonsín, acusación que no fue cierta. Como resultado litigó contra los calumniadores en un caso que sentó jurisprudencia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en relación a la instrumentación del derecho a réplica.

El sacerdote fue miembro de la Sociedad Católica Argentina de Filosofía, de OIKOS, del Centro de Estudios Históricos y Políticos General Zumalacárregui, de la Asociación Internacional de Iusnaturalistas Hispánicos Felipe II y del Instituto de Filosofía Práctica.

Bibliografía

  • La teoría del poder en el pensamiento político de Juan Donoso Cortés. Buenos Aires: EUDEBA, 1969.

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