Enrique Rauch

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Enrique Isidro Rauch Ovejero (1 de enero de 1914, Salta, Argentina - 8 de abril de 1991, Buenos Aires, Argentina) fue un militar argentino que ocupó brevemente el puesto de Ministro del Interior en 1963, desplegando una campaña en contra del lobby judío en la Argentina antes de ser desplazado por influencia del poder sionista.

Biografía

Trayectoria militar

Enrique Rauch era nieto del ingeniero bávaro Josep Heinrich Theodor Rauch. Del lado materno pertenecía al clan Ovejero Linares, gente perteneciente al patriciado criollo de Salta.

Asistió al Colegio Militar de la Nación, de donde egresó en 1935 como Subteniente de Caballería.

En 1943 participó del golpe de Estado que depuso al presidente Ramón S. Castillo y acabó con el periodo conocido como la Década Infame.

Luego de su paso por la Escuela Superior de Guerra, se convirtió en Oficial del Estado Mayor.

En 1952 estuvo involucrado en el complot del Coronel José Francisco Suárez para secuestrar al presidente Juan Perón y ocupar la Casa Rosada. Tres años después se unió al General Eduardo Lonardi y colaboró con la organización del plan de acción que produjo el derrocamiento de Perón.

Estando estacionado en la provincia de Tucumán, el 9 de junio de 1956 encabezó la represión contra los peronistas locales que apoyaban el alzamiento de Juan José Valle.

Rauch fue designado como Agregado Militar en la Embajada Argentina de Francia en 1959 por orden del presidente Arturo Frondizi. Al regresar al año siguiente al país fue ascendido al rango de General de Brigada.

En 1962 se puso en marcha una conspiración para derrocar a Frondizi, proveniente de sectores de las Fuerzas Armadas de Argentina que eran ferozmente antiperonistas y que estaban muy disconformes con la apertura que el presidente promovía hacia los seguidores del caudillo en el exilio. Rauch asumió una postura legalista, buscando evitar que se produjese un nuevo golpe de Estado y se reinstaurase un régimen liberal como el de la Revolución Libertadora. No pudo impedir la caída de Frondizi -por la falta de colaboración del presidente-, pero si defendió a su sucesor José María Guido de quienes pretendían desplazarlo de su cargo y sustituirlo con un militar (se convertiría así en uno de los referentes del sector Azul en el conflicto entre azules y colorados). En el mes de octubre fue nombrado Secretario de Informaciones del Estado, lo que significaba tener bajo su mando a todos los agentes de inteligencia civiles del país.

Ministro del Interior

A comienzos de abril de 1963 el sector Azul de las Fuerzas Armadas de Argentina derrotó definitivamente al sector Colorado, lo que abría la posibilidad de que la democracia retornase al país. Guido acordó con los militares triunfantes otorgarles el Ministerio del Interior, para que organizasen las próximas elecciones. Osiris Villegas era el candidato a asumir el puesto, pero, dado que estaba herido a causa de un atentado que había sufrido, fue Rauch el que terminó ingresando al gabinete presidencial.

El militar sorprendió a sus colegas al anunciar que prohibiría que representantes del Movimiento Nacional Justicialista se postulasen como candidatos en las elecciones. También indicó que estaba evaluando hacer lo mismo con los seguidores de Frondizi. La razón para ello, según Rauch, es que tanto los peronistas como los frondicistas se habían convertido en vehículos de la penetración comunista en la Argentina (para justificar esa afirmación liberó algunos documentos de inteligencia en los que se probaba la militancia criptomarxista de los acusados).

Luego avanzó en una campaña para detener y enjuiciar a todos los culpables de los delitos económicos que habían empujado a la Argentina hacia la crisis. Esto último implicaba capturar a banqueros, empresarios y políticos que habían operado en conjunto para enriquecerse usando su posición privilegiada y sus vínculos con el gobierno. La gran mayoría de los detenidos eran judíos, lo que rápidamente hizo que la DAIA acusara de "antisemita" a Rauch, pese a que los detenidos estaban en esa condición por sus actos de corrupción y no por su raza o religión.

La presión que el lobby judío ejerció sobre Guido fue tal que, apenas un mes después de haber asumido, Rauch fue obligado a renunciar para ser sustituido por Osiris Villegas.

Actividad posterior

Rauch pasó a retiro a comienzos de 1964. Aún así su figura era considerada de gran relevancia para la política argentina. Por ese motivo hizo publicar un manifiesto en el que anunciaba que se ponía al servicio del pueblo y que se comprometía a combatir al conjunto de fuerzas siniestras que operan en el país para someterlo a su poder.

Su objetivo no era derrocar al presidente Arturo Illia, sino garantizar la presencia de autoridades nacionalistas en el Ejército Argentino (ya que en la época esa institución ocupaba el papel de reserva moral del país). Por ese motivo, en diciembre de 1964, Rauch envió tres cartas a la prensa, en las cuales exhortaba a quitar de posiciones de poder a Juan Carlos Onganía, a la sazón Comandante en Jefe del Ejército Argentino, de quien era amigo desde la época en que ambos eran cadetes en el Colegio Militar de la Nación. En enero de 1965 hizo circular una nueva carta abierta en la que convocaba a los patriotas a iniciar una "Revolución Nacional" para salvar a la Argentina de sus enemigos. Por todo ello, lógicamente, fue declarado en rebeldía, arrestado y expulsado de las organizaciones militares.

Los apoyos más relevantes con los que Rauch contaba en esa época eran los de Juan Carlos Cornejo Linares -diputado nacional peronista- y Hussein Triki -representante oficial de la Liga Árabe en la Argentina.

Cuando Onganía asumió la presidencia de su país a mediados de 1966, firmó un decreto de indulto para Rauch, reincorporándolo a la vida militar y restituyéndole su rango en el escalafón de mando. Pese a ello la oposición de Rauch hacia Onganía no cesó, acusando a su gobierno de carecer de espíritu nacionalista.

En 1969 apoyó a Gilberto Hidalgo Oliva en su intento de confrontar contra Onganía. Unos años después fue arrestado por orden del presidente Alejandro Agustín Lanusse, bajo el cargo de estar organizando una conspiración para derrocarlo.

Pese a que, a través de Juan Carlos Cornejo Linares y Marcelo Sánchez Sorondo, Rauch tuvo la posibilidad de sumarse al FREJULI en 1973, finalmente no lo hizo, advirtiendo que el peronismo no tenía el plan de avanzar por el camino nacionalista y revolucionario que regenerase las instituciones del país y revitalizase la cultura argentina.

Bibliografía

  • Un juicio al proceso político argentino. Buenos Aires: Moharra, 1971.

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