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Estanislao Rico
Habituaba firmar como "Don Erre" o "El Capitán Justicia", aunque también usaba el seudónimo de "Francisco de Paula Calderón".
Sumario
Oposición carlista
Vinculado desde su infancia al carlismo de Cataluña, militó en la Juventud Tradicionalista de Barcelona y en la Agrupación Escolar Tradicionalista, ocupando un puesto en el comité de propaganda de ambas organizaciones. A partir de 1912 comenzó a colaborar en el semanario satírico La Trinchera.
En 1919 participó de la creación de los Sindicatos Libres, respondiendo a la convocatoria que habían realizado Ramón Sales y Juan Laguía Lliteras. Rico, por aquella época, representaba a los sectores obreristas del carlismo, que confluyeron con los sectores burgueses que auspiciaban Miguel Junyent y Salvador Anglada.
Estuvo a cargo de la producción de Unión Obrera, el semanario de los Sindicatos Libres, y, entre 1923 y 1926, de La Protesta, una revista jaimista.
Junto con Isaac Romero, escribió en 1924 la novela Memorias de un terrorista, en la que, evocando casos reales, cuenta la historia de un obrero anarquista pueblerino que se convierte en un violento pistolero al instalarse en Barcelona.
Adhesión a la Dictadura de Primo de Rivera
Las políticas de Miguel Primo de Rivera destinadas a lidiar con la cuestión social le despertaron la simpatía por el régimen. Rico pensaba que el corporativismo que ensayaba el gobierno era una propuesta acertada para beneficiar a la sociedad española, por lo que comenzó a colaborar activamente con el poder. En consecuencia asumió el cargo de presidente de la Asociación de Obreros y Empleados del Ayuntamiento de Barcelona y se sumó así a la corporación municipal.
La actitud de Rico fue cuestionada por los jaimistas más leales, puesto que el heredero carlista del trono de España se había declarado enemigo de Primo de Rivera. A raíz de ello el periodista terminaría siendo apartado de la mesa de conducción de los Sindicatos Libres.
Retorno a la disciplina carlista
Tras la caída de Primo de Rivera y la reorganización del carlismo en la estructura de la Comunión Tradicionalista, Rico volvió a realinear sus lealtades hacia el tradicionalismo.
Junto con Juan Soler Janer, José María Poblador y Mauricio de Sivatte creó el semanario político Reacción, para tener una tribuna desde donde atacar a la Segunda República Española. Al mismo tiempo se convertiría en un redactor permanente del prestigioso periódico El Correo Catalán y en un colaborador de la revista Biblioteca Las Sectas que dirigían los sacerdotes Juan Tusquets y Joaquín Guiu.
En julio de 1932 fue detenido por el gobierno, acusado falsamente de estar organizando un complot monárquico para derrocar al presidente Niceto Alcalá Zamora. Su encierro duró menos de una semana. El encarcelamiento había sido, en realidad, una represalia por la publicación de su libro parrésico La verdad sobre el terrorismo, en el que hacía un relevamiento de toda la actividad criminal de los subversivos que ahora acompañaban al poder.
Asesinato
Al estallar la Guerra Civil fue secuestrado por milicianos de izquierdas y conducido a la checa de San Elías. Después de un par de días de torturas, los rojos lo ejecutaron en el cementerio de Moncada.
Bibliografía
- Memorias de un terrorista (junto a I. Romero). Barcelona: La Protesta, 1924.
- El novelista que se vendió a sí mismo, o Plumas con taxis. Barcelona: Librería Barcelonesa, 1925.
- Cabezas de mujer. Barcelona: Librería Barcelonina, 1925.
- La verdad sobre el terrorismo: datos, fechas, números, estadísticas. Barcelona: Reacción, 1932.
