Guerra Civil Libia

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La Guerra Civil Libia fue un conflicto bélico que tuvo lugar en Libia desde el 15 de febrero de 2011 hasta el 23 de octubre del mismo año. Se inició cuando los manifestantes que protestaban contra el régimen de Muammar al-Gaddafi son reprimidos a tiros y tomaron las armas, siendo apoyados por desertores del ejército libio en su lucha contra el gobierno y los mercenarios traídos por Gaddafi desde otros países árabes. Las hostilidades finalizaron con la toma de Trípoli por parte de los rebeldes, apoyados por aire por la OTAN. A esto siguió la captura, tortura y asesinato de Gaddafi.

Desarrollo de la guerra

La Guerra de Libia forma parte de la primavera árabe, una serie de movimientos variopintos apoyados por fundaciones y ONGs del tipo USAID, Albert Einstein Institution, NED, NDI, IRI, ACIL, ICNC, CIPE, Safe Democracy Foundation, CEIP, etc. Estas organizaciones son fachadas legales de la CIA que operan en el extranjero bajo la excusa de expandir la democracia liberal, con el verdadero objetivo de privatizar los recursos, propiciar cambios de régimen y abrir las puertas a la influencia extranjera.

En febrero de 2011, según los opositores se cumplen las peores amenazas pronunciadas por el régimen libio contra los manifestantes. El gobierno decide responder al aumento de las protestas llevando su furia represora todavía más lejos. Al tiempo que se anunciaba en la televisión una operación contra "los terroristas", el Ejército inicia un duro ataque en algunos barrios de Trípoli, ciudad en la que se habían extendido las protestas contra Muamar el Gadafi. En las calles de la capital habían cadáveres tirados y se escuchan disparos de artillería pesada, según pudieron constatar medios periodísticos. Varios testigos relataron la participación en los ataques de la aviación, abriendo fuego real contra la multitud[1]. Pero Saif al-Islam Gaddafi, el hijo del líder libio, negó en un discurso televisado que la aviación hubiese atacado zonas pobladas. Según él, bombardeó únicamente depósitos de municiones en áreas desérticas.

La resolución 1973 de la ONU (17 de marzo de 2011), propuesta por Francia, Líbano y Reino Unido, fue adoptada para "tomar todas las medidas necesarias" para "proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de los ataques". Esto incluía crear una zona de exclusión aérea sobre Libia, es decir, "desmilitarizar" su espacio aéreo, impedir que la aviación militar libia se echase al cielo. En la práctica, la zona de exclusión aérea tomó un cariz bien distinto. La resolución 1973, desde el principio, se basó en una mentira: la mentira de que Gadafi había bombardeado a su pueblo en Febrero. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, aliado de Gaddafi y que monitorizó Libia desde el principio con satélites del Ejército, afirmó tajantemente que Gadafi no había emprendido ningún bombardeo.

"La primera víctima de la guerra es la verdad", dice la conocida frase de un senador americano.

En este caso, la supuesta mentira del bombardeo sirvió para tres cosas:

  • Para que la OTAN atacase Libia, lanzando EEUU su "Operación Amanecer de la Odisea", con el único objetivo de servir de ala aérea a los rebeldes, impedir que las fuerzas gadafistas se defendiesen, asegurar el petróleo y arrasar las infraestructuras civiles y militares de Libia.
  • Para proporcionar una envoltura humanitaria a un paquete en el que no hay más que una intervención militar violenta a favor de sórdidos beneficios monetarios, petrolíferos y geoestratégicos.

Los únicos países que han voceado una crítica seria y enérgica contra la chapuza de la Guerra de Libia han sido Rusia, Turquía e Irán. En Occidente, la única política que ha sido mínimamente honesta con Libia ha sido Marine Le Pen. Libia ha pasado a formar parte de otras víctimas de la mentira como Serbia (bombardeos humanitarios para proteger a los "pobres e indefensos" albanokosovares), Afganistán (atentados del 11 de Septiembre) e Iraq (armas de destrucción masiva).

Durante todo el conflicto, incluso cuando tan solo Trípoli y Sirte estaban aún bajo control del régimen, tanto el gobierno libio como las cadenas de noticias controladas por Irán y Rusia insistían en que Gaddafi controlaba la mayor parte del territorio del país y que los combates eran simplemente escaramuzas contra un puñado de terroristas extranjeros. Pero sobre el final de la guerra, se hizo imposible de ocultar el hecho de que los mercenarios de raza negra constituían el grueso de las fuerzas gadafistas, mientras que los rebeldes eran árabes. Por aquel entonces, Gaddafi seguía insistiendo en que los rebeldes eran mercenarios.

Contexto en la región

Entretanto, otros regímenes árabes, como Yemen y Bahréin, han reprimido verdaderas manifestaciones masivas con increíble brutalidad, sin que los medios de comunicación de Occidente les condenasen ni se rasgasen las vestiduras lo más mínimo. Lo mismo que ocurrió inicialmente en Siria, hasta que los rebeldes se armaron. Así, las tropas saudíes pudieron entrar con tanques en Manama, irrumpir en hospitales (incluyendo el Centro Médico Salmaniya), violar a las enfermeras, hacer fuego contra ambulancias, practicar detenciones ilegales, ametrallar al grueso de una manifestación desde carros blindados y helicópteros Cobra americanos, utilizar gases nerviosos, etc. Incluso desaparecieron "misteriosamente" los órganos de muchos cadáveres (como ya ha pasado y sigue pasando en Kosovo con los serbios) y un preso murió torturado en la cárcel en circunstancias poco claras. Todo bajo la atenta mirada de la V Flota de los Estados Unidos, estacionada en Bahréin. No hubo resolución ni contra Arabia Saudita ni contra la familia real Khalifa (una casta suní que gobierna despóticamente un país chiíta, con el único objetivo de contener la influencia iraní en el Golfo Pérsico). No sólo no se brindó ningún apoyo a los rebeldes bahreiníes, sino que hasta se les tachó de extremistas en los medios de comunicación occidentales (por ejemplo, en "El País"). Este repugnante e hipócrita doble estándar está totalmente en contradicción con los elevados valores morales, solidarios, humanitarios y caritativos que, nos hacen creer, mueven cada intervención de la OTAN.

Crímenes de guerra de la OTAN en Libia

La realidad sobre la "intervención humanitaria" es que la OTAN, con la excusa de proteger a los civiles de supuestos bombardeos, ha bombardeado a esa misma población civil y ha reducido a escombros a casi todas las infraestructuras económicas de Libia, condenando a la población a la miseria, la hambruna, la sequía y la enfermedad. Más de 14.000 misiones de bombardeo han devuelto el país a la edad media. En Septiembre, el nuevo ministerio de sanidad del gobierno rebelde ha hablado de 30.000 muertos y 50.000 heridos sólo en los primeros 6 meses de guerra. La verdadera cifra de muertos en los 9 meses de guerra podría ser mucho mayor: el periodista Thomas C. Mountain habla de 30.000 bombas lanzadas (sin contar 100 misiles de submarinos británicos y estadounidenses) y 60.000 civiles muertos, sólo hasta finales de Agosto. Repasemos brevemente los cargos contra la OTAN:

  • La OTAN ha bombardeado a la población civil. Ha destruido pueblos, barrios residenciales, universidades, un mercado de verduras y hasta una escuela de síndromes de Down en Trípoli. También ha bombardeado edificios gubernamentales muy valiosos: uno de los primeros edificios bombardeados la OTAN fue la Agencia Libia Anti-Corrupción de Trípoli, el objetivo de este bombardeo era destruir documentos sobre políticos libios que se quedaban con beneficios petroleros y los depositaban en bancos suizos ―estos políticos casualmente fueron los mismos que se pasaron inmediatamente al bando "rebelde". Un obispo católico, Giovanni Innocenzo Martinelli, denunció los sanguinarios "éxitos" de las misiones de bombardeo en Trípoli, que incluyen 40 muertos civiles al colapsar un edificio en el distrito de Buslim.
  • La OTAN ha bombardeado infraestructuras vitales. Se trata de los "objetivos de uso dual", así llamados porque pueden ser usados tanto por civiles como por militares (puentes, carreteras, edificios, refugios, acueductos, tendido eléctrico, generación eléctrica, fábricas, etc.). Esta táctica, que ya se vio en la Guerra del Líbano de 2006, viola totalmente la resolución 1973 de la ONU, por lo cual se han dado casos de pilotos y altos oficiales que se niegan a obedecer las órdenes, sabiendo que en el futuro se les podrá someter a consejo militar y procesar por crímenes de guerra.
  • La OTAN ha empleado armas químicas y armas de destrucción masiva. Uranio empobrecido, gas mostaza, bombas termobáricas, fósforo blanco y bombas-racimo. A menudo ha acusado a las fuerzas gadafistas de utilizar estos métodos, al tiempo que impedía que los periodistas y ONGs accedieran a los lugares de los hechos para verificarlos.
  • Los "rebeldes" han cometido numerosas atrocidades y crímenes de guerra contra población civil leal a Gadafi. Esto incluye el asesinato de 267 partidarios del dictador en Sirte, 100 personas muertas al estallar una bomba tras el funeral de Gadafi, el asesinato a traición del anciano jefe de la tribu Warfalla (la más numerosa e importante de Libia), el asesinato de 120 miembros de dicha tribu en Bengasi, el terrorismo contra los pobladores de Tawerga, leales a Gadafi, la decapitación de soldados gadafistas, el ahorcamiento sin juicio de opositores y el asedio de Beni Walid, durante el cual los rebeldes y la OTAN impidieron a las ONGs suministrar agua, comida y medicamentos a los resistentes. Los rebeldes también se han dedicado al saqueo, a la violación, al linchamiento y al vandalismo en las localidades que han tomado, y lo más probable es que la mayor parte de sus atrocidades no lleguen nunca a la opinión pública occidental.
  • La ejecución de mercenarios negros traídos por el régimen de Gadafi desde Mali y Sudán fue erróneamente interpretada como una "limpieza étnica" motivada por racismo. Ante la deserción de sus tropas que huían para unirse a los rebeldes, el régimen les reemplazó por mercenarios negros y tuaregs. Debido a la llegada masiva de mercenarios, los negros que simplemente trabajan como obreros de la construcción, quedaron bajo sospecha de ser mercenarios gadafistas y en muchas ocasiones fueron ejecutados sumariamente y sin pruebas.
  • Gadafi ha sido asesinado sin juicio y violando el tan cacareado "derecho internacional". Los "rebeldes libios" no han tenido empaque en secuestrar a un hombre de 70 años, herido y aturdido por un bombardeo, insultarlo, maltratarlo, humillarlo, golpearlo, torturarlo y finalmente lincharlo, todo sin dejar de gritar Allah akbar. También podemos añadir a esto la profanación de las tumbas de los padres de Gadafi por parte de yihadistas, o el asesinato de Mutassim Gadafi a manos de unos individuos que no hacen más que gritar Allah akbar.

Para colmo, tanto la OTAN como buena parte de la prensa occidental se han dedicado a manipular datos para intentar criminalizar al régimen gadafista. Así, hemos podido ver cómo desenterraban en Abu Salim una fosa común de supuestos represaliados por Gadafi que luego resultaron ser huesos de camellos (caso no muy distinto a los huesos de cabra y perro de Órgiva, Granada, que los subvencionados de la "memoria histórica" quisieron hacer pasar por 2.000-4.000 represaliados del franquismo), hemos visto a los atlantistas utilizando gas mostaza en Beni Walid y luego acusando a Gadafi de hacerlo, hemos visto a los periodistas de la BBC entrando en un hospital de Trípoli lleno de cadáveres putrefactos, sin decir quiénes fueron los verdaderos asesinos, etc. Por otro lado, hay quienes opinan que esta y otras protestas del norte de África, han dado lugar a una serie de peligrosos regímenes islamistas.[2]

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Referencias