José María Rosa (padre)

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José María Rosa Rodríguez (16 de junio de 1876, Buenos Aires, Argentina - 10 de febrero de 1960, Buenos Aires, Argentina) fue un abogado, empresario y político nacionalconservador argentino. Apoyó a la Revolución de 1930, llegando a ocupar el cargo de interventor federal de la provincia de Mendoza entre el 25 de septiembre de 1930 y el 18 de febrero de 1932.

Biografía

El padre de Rosa -con quien compartía el nombre- fue un importante jurisconsulto, economista y político que llegó a ser Ministro de Hacienda durante las presidencias de Julio Argentino Roca y Roque Sáenz Peña.

Su formación como abogado la recibió en las aulas de la Universidad de Buenos Aires, inclinándose por el derecho comercial y por el derecho financiero como campo de especialización. Fue accionista y administrador de varias empresas dedicadas a la colonización agrícola, por lo que realizó inversiones en diversos sitios del territorio argentino y contribuyó con la fundación de varios pueblos provincianos.

Frecuentó el Jockey Club, el Club del Progreso y la Sociedad Rural Argentina, y fue miembro de la Liga Patriótica Argentina.

Cercano a José Félix Uriburu, participó de los preparativos de la Revolución del 6 de Septiembre de 1930 que depuso a Hipólito Yrigoyen. Un par de semanas después el nuevo presidente lo designó como interventor federal de la provincia de Mendoza. Formó un equipo de gobierno con personalidades conservadoras como Carlos Aubone, Benjamín Civit, Ricardo Videla y su cercano amigo Emilio Pellet Lastra entre otros. Rosa ocupó el cargo hasta producirse el recambio gubernamental de 1932. Tras retornar a Buenos Aires sería nombrado por los mendocinos como representante legal del Estado provincial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Disgustado con el ascenso del liberal Agustín P. Justo a la presidencia, fundó la Acción Nacionalista Argentina junto con Floro Lavalle, Juan P. Ramos y Alberto Uriburu, una agrupación de oposición al régimen.

Entre 1933 y 1935 financió de su propio bolsillo la publicación de la revista Voz Nacionalista, con la que colaborarían Pedro J. Benvenuto, José Confalonieri, Rubens Galante García Torres, Jorge E. Merlo y Antonio Oromí entre otros.

En compañía de Armando Carrera y Luis Américo Camartino fundó el partido Nacionalismo Laborista (NL). Esta agrupación reunía a industriales y estancieros junto a pequeños comerciantes, profesionales liberales y artesanos. Su objetivo era promover la justicia social a través del afianzamiento del Estado como árbitro de los conflictos laborales. Sus miembros sostenían que la mera represión contra las izquierdas no era capaz de resolver la cuestión obrera, por lo que proponían que el Estado se hiciera cargo de garantizarle el acceso a los servicios públicos a todos los argentinos, construyese viviendas baratas en las ciudades y le otorgase terrenos productivos a los campesinos. Pese a lo valioso de sus ideas, NL tuvo escaso éxito a nivel electoral.

Rosa fue también el creador de Defensa Social Argentina, una organización surgida en 1937 que asumió la tarea de combatir a los comunistas que se multiplicaban en el país. Entre los miembros de la misma se encontraban Ricardo Arteaga, Eduardo González Bonorino, Alberto Gowland, Matías Pinedo Oliver, Alfredo Sáenz Valiente y Ramón S. Castillo.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue partidario de que la Argentina se mantuviese ajena al conflicto bélico, llegando a financiar a la plataforma neutralista Afirmación Argentina.

A mediados de 1941 el militar Juan Bautista Molina lo convocó para que integrase el Consejo Superior del Nacionalismo, pero el gobierno desarticuló rápidamente la iniciativa, acusándolos de estar conspirando contra el régimen.

Al producirse la Revolución de 1943 que derrocó al presidente Castillo, los miembros del GOU nombraron al General Arturo Rawson como reemplazo del mandatario depuesto. Rawson le ofreció a Rosa la posibilidad de hacerse cargo del Ministerio de Hacienda, pero la propuesta molestó al sector aliadófilo de las Fuerzas Armadas que forzó la renuncia del presidente y suspendió la asunción del ministro.

Al peronismo lo elogió en un principio, pero después no pudo evitar criticarlo.

Fue padre del historiador José María Rosa.

Bibliografía

  • Resurgimiento de un pueblo. Buenos Aires: Kraft, 1932.

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