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Porfirio Díaz
José de la Cruz Porfirio Díaz Mori (Oxaca, México, 15 de septiembre de 1830 - París, 2 de julio de 1915) fue un militar y político mexicano que luchó en el bando liberal durante la Guerra de Reforma y la Guerra de Intervención Francesa. Inicialmente fue influido enormemente por el liberalismo y llegó a ser un prominente miembro de la masonería. Sin embargo, años después dejó las ideas liberales y se rebeló contra su antiguo mentor masón, Benito Juárez. Tras ésto, Porfirio Díaz sirvió como presidente de México durante siete turnos, en los que gobernó de manera nacionalista y le trajo un enorme progreso tecnológico a México, además de estabilidad económica y seguridad. Suele ser criticado y difamado por la versión oficial de la Historia, manipulada y exagerada.
Sumario
Primeros Años
Nació el 15 de septiembre de 1830, en la Ciudad de Oaxaca, en Oaxaca, México. Su familia era humilde y subsistía de la siembra y cosecha de nopales, así como la crianza de cerdos.
En 1835 ingresó a una institución conocida como la "Escuela Amiga". Fue ahí donde aprendió a leer y a escribir.
Por sugerencia de su padrino, quien era sacerdote, Porfirio ingresó en 1843 al seminario, comenzando con un bachillerato en artes donde además estudió física, matemáticas, lógica, gramática, retórica y latín, lengua que aprendió a hablar con fluidez.
Cuando ocurrió la Invasión Estadounidense en México, varios estudiantes entre los que se hallaba Porfirio, fueron a ver al gobernador de Oaxaca para solicitar permiso de ingresar al ejército y defender el país. Fueron asignados al Batallón de San Clemente, pero la guerra terminó antes de que fueran enviados al frente.
En una ocasión fue invitado a un evento en el Colegio Liberal, y fue ahí donde conoció al entonces gobernador Benito Juárez. Durante el evento, Porfirio escuchó a Juárez conversando sobre ideas liberales y conceptos masónicos.
Como le interesaba el derecho y las obras clásicas, comenzó a asistir a reuniones de intelectuales masones a las que era invitado. Ahí también fue influido con ideas liberales.
Inicialmente, Porfirio se inclinaba por la teología como profesión, sin embargo, influido por Benito Juárez, tiempo después se decidió a no seguir la carrera eclesiástica y se unió a la masonería, recibiendo el apodo masónico de "pelícano". Tiempo después ingresó al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Sin embargo, en ese tiempo dicha institución era considerada herética, así que su padrino le retiró todo apoyo.
A pesar de ésto, Porfirio logró salir adelante en sus estudios de Derecho y tiempo después, en 1850 trabajó como maestro en esa misma institución.
Posteriormente, su familia enfrentó dificultades económicas y Porfirio se vio obligado a trabajar como bolero y luego como carpintero. Tiempo después trabajó como bibliotecario en el mismo Instituto donde había estudiado. Posteriormente se convirtió en profesor interino de la cátedra de derecho natural, y ésto ayudó mucho a mejorar la situación económica de su familia. Porfirio estudió entonces derecho romano y obtuvo la mejor calificación de su generación. Uno de sus maestros fue el previamente conocido Benito Juárez, quien tiempo después sería exiliado a Estados Unidos.
En cierta ocasión, llegó a sus manos un libro de gimnasia y junto a su hermano construyó un gimnasio improvisado en su casa. Ambos se ejercitaban y practicaban gimnasia ahí.
El 1 de marzo de 1854, fue proclamado el llamado Plan de Ayutla en contra del entonces dictador masón Antonio López de Santa Anna. Ésto dió inicio a la Revolución de Ayutla, sin embargo, varios de los conspiradores fueron capturados por el gobierno y encarcelados en el Convento de Santo Domingo.
Un día, Porfirio escaló una de las torres del convento para visitar sin permiso a uno de los presos, con quien se comunicó en latín. Semanas más tarde, el gobernador local decretó amnistía para los presos y Porfirio fue a comunicárselos.
En diciembre de ese año, fue emitida una orden de captura contra Porfirio Díaz por haber votado públicamente contra el dictador Santa Anna y en favor del general liberal Juan Álvarez.
El 9 de agosto de 1855, Santa Anna renunció a la presidencia y se fue a Cuba. Juan N. Álvarez se convirtió entonces en presidente provisional y el 27 de agosto, el masón Benito Juárez, quien había sido anteriormente gobernador de Oaxaca, regresó del exilio en Estados Unidos y retomó su antiguo cargo.
Tiempo después, Porfirio Díaz fue nombrado jefe político del Distrito de Ixtlán.
Carrera Militar
Siendo jefe político de Ixtlán, organizó la primera guardia de la localidad. Tiempo después hubo problemas entre el gobierno y facciones conservadoras. Los problemas se escalaron y a finales de 1865, Díaz y su guardia participaron en el Primer Sitio de Oaxaca. Durante el combate, Porfirio recibió una herida de bala y tuvo que ser sometido a cirugía. Como premio por sus servicios a la causa liberal, el entonces presidente Ignacio Comonfort le confirió el mando militar del Itsmo de Tehuantepec.
Guerra de Reforma
A causa de las reformas implementadas por el gobierno liberal, se hizo evidente que una rebelión conservadora era inminente. La guerra comenzó en 1857 y Díaz se unió al bando liberal porque estaba influenciado por varios personajes como Benito Juárez y algunos militares de ideas liberales.
En 1860, Porfirio Díaz salió por primera vez de su estado natal de Oaxaca.
En 1861, Benito Juárez se hizo con la presidencia de México y durante ese año y el siguiente, Díaz luchó en varias batallas y vio acción en Calpulapan. Durante ese tiempo fue ascendiendo de rango hasta llegar a teniente general.
Al terminar la guerra con la victoria de los liberales, Díaz obtuvo un puesto domo diputado federal en representación del estado de Oaxaca. Sin embargo, tras la ejecución de algunos líderes liberales por parte de conservadores, Díaz solicitó permiso para ausentarse y volver a pelear, dejando a cargo a su suplente.
Segunda Intervención Francesa en México
Tras la Guerra de Reforma, México quedó en bancarrota y no pudo pagar las deudas que tenía con España, Francia e Inglaterra, así que éstos tres países enviaron una flota para presionar a México. Tras negociaciones, los españoles y los ingleses accedieron a retirar sus fuerzas, pero los franceses se negaron e invadieron el país, desembarcando cerca de 5 000 tropas en territorio mexicano. Posteriormente, se libraron varias batallas entre los mexicanos y los franceses.
El 5 de mayo de 1862, Porfirio Díaz participó en la Batalla de Puebla bajo el mando del general Ignacio Zaragoza. Díaz defendió el ala izquierda de la ciudad y sus fuerzas rebatieron ataques franceses en 2 ocasiones. Al final, tras 3 cargas francesas que incluían batallones de zuavos, el ejército mexicano logró vencer a los franceses con la ayuda de los indígenas zacapoaxtlas. Díaz y el general González Ortega persiguieron a los franceses que se retiraban hasta que Zaragoza les ordenó parar.
En 1863, el emperador francés Napoleón III envió a 30 000 soldados a suelo mexicano, con la misión de ayudar a los conservadores mexicanos a imponer un imperio en América que frenase a la expansión estadounidense. El 3 de abril de 1863 sitiaron la ciudad de Puebla y Díaz fue uno de los generales mexicanos republicanos que participaron en la defensa.
El 17 de mayo, la ciudad cayó en manos de los franceses y Díaz ordenó destruir el arsenal mexicano para que éste no cayese en manos de los franceses. Al final, todos los militares mexicanos fueron capturados.
Los prisioneros iban a ser embarcados hacia Martinica, pero 2 días antes de la partida, Díaz y otro militar de apellido Berriozábal consiguieron escapar hacia la Ciudad de México. Ahí, Benito Juárez se preparaba para huir de los conservadores y sus aliados franceses, y tras hablar con Díaz, le asignó un ejército de 30 00 hombres.
En octubre de 1863, militares y clérigos conservadores viajaron a Austria para ofrecerle la corona de México al archiduque Maximiliano de Habsburgo y a su esposa Carlota de Bélgica. Maximiliano dijo que sólo accedería si el pueblo mexicano así lo deseaba. Los conservadores así se lo aseguraron y el 10 de junio de 1864 se instauró el glorioso Segundo Imperio Mexicano. Bajo el mandato de Maximiliano, el nuevo imperio defendía el nacionalismo, la cultura y los valores tradicionales. Hubiese sido una era dorada para México de no ser por los republicanos y liberales al servicio de Benito Juárez, que continuaron librando la guerra.
Al ver que las victorias de los conservadores aumentaban en diversas partes del país, Juárez huyó nuevamente, ésta vez hacia Paso del Norte.
Durante todo el año de 1864, Díaz libró una guerra de guerrillas contra los franceses en el estado de Oaxaca. Los franceses no pudieron vencerlo. En 1865, Díaz inició la fortificación de Oaxaca.
El 19 de febrero, los franceses sitiaron la ciudad de Oaxaca y el 22 de junio, Díaz se rindió. Cuando lo capturaron, los franceses tenían la intención de fusilarlo, pero la intervención de Justo Benítez le salvó la vida. Díaz fue condenado a prisón perpetua en el Convento de las Carmelitas. Mientras estaba recluido, se hizo amigo del encargado de la cárcel, un barón húngaro de nombre Louis de Salignac.
Un día, cuando el comandante militar de la plaza salió de la ciudad, Díaz intentó escapar haciendo uso de un cuchillo y una cuerda. El barón lo descubrió, pero debido a su amistad, lo dejó ir. Esa misma tarde, Díaz organizó a una centena de hombres para volver a la lucha.
Durante más de un año, Díaz reclutó hombres y reorganizó el Ejército de Oriente. Una vez hecho ésto, en octubre de 1866 participaron en la Batalla de Mihuatlán y en la Batalla de la Carbonera. Tiempo después, el 27 de diciembre, tomó la ciudad capital de Oaxaca. Posteriormente, el entonces arzobispo de Oaxaca lanzó un sermón en contra del gobierno republicano y liberal, por lo que Díaz lo mandó ahorcar, acusándolo de rebelión.
El 5 de febrero de 1867, Napoleón III dió la orden de retirar a las tropas francesas del suelo mexicano. Ésto dejó a los nacionalistas del Segundo Imperio Mexicano en una situación absolutamente terrible, pues sin la ayuda de los franceses, solamente contaban con 500 soldados. A causa de ésto, el emperador Maximiliano y sus fieles generales Tomás Mejía y Miguel Miramón se retiraron hacia Querétaro, mientras que su esposa, Carlota, volvió a Europa, buscando desesperada la ayuda de Francisco José I de Austria, Napoleón III y del entonces papa Pío IX. El apoyo le fue denegado y a causa de la desesperación se volvió loca.
El 2 de abril de 1867, Porfirio Díaz tomó la ciudad de Puebla y tiempo después participó en la toma de la capital mexicana. Porfirio prohibió a sus hombres los robos y saqueos, y cuando 2 soldados desobedecieron, fueron fusilados.
El 15 de mayo, los conservadores imperiales perdieron su última ciudad Querétaro. El 19 de junio fueron fusilados el emperador Maximiliano y sus generales por órdenes de Benito Juárez, terminando así la guerra. El gobierno juarista hizo creer a la población que Maximiliano seguía con vida, pero Porfirio difundió la verdad.
El 15 de julio, Díaz fue premiado por su servicio durante a guerra con una división y una hacienda llamada "La Noria", en Oaxaca. Díaz se fue a vivir allí y el 15 de abril se casó de forma civil con su sobrina, de nombre Delfina Ortega.
Se sabe que durante todo éste tiempo, Díaz fue ascendiendo de grado en la masonería hasta llegar al °33 y fundar una logia. Sin embargo, posteriormente se dio cuenta de cómo el gobierno de Juárez estaba perjudicando al país, así que decidió participar en las elecciones para ser el nuevo presidente y reparar las faltas de su predecesor.
Carrera Política
El 25 de agosto de 1867, se celebraron elecciones presidenciales en México. Días se enfrentó a Juárez por el cargo pero al final el segundo obtuvo la mayoría de votos, reeligiéndose una vez más (llevaba ya muchos turnos es en poder). Ésto hizo que Díaz se sintiera derrotado y que se retirara a su hacienda a trabajar en agricultura y fundición de armamento y otros materiales de guerra. Tiempo después, Juárez le ofreció encabezar la legación mexicana en la capital estadounidense, pero Porfirio rechazó el cargo.
En 1871, hubo nuevamente elecciones presidenciales y Porfirio Díaz volvió a postularse como candidato, junto con el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia, un masón llamado Sebastián Lerdo de Tejada y de nuevo Benito Juárez. Una vez más, Juárez obtuvo el cargo, quedando Díaz en segundo lugar y Lerdo en tercero.
Quedando inconforme con las reelecciones de Juárez y su manejo del país, Díaz lanzó el 8 de noviembre el llamado "Plan de la Noria", en el que llamaba a todos los militares del país a luchar contra Juárez. Porfirio recibió mucho apoyo en los estados del sur de México y lograron avanzar hasta Toluca, sin embargo, luego de eso empezaron a tener derrotas y el hermano de Porfirio fue asesinado por los juaristas.
El 18 de julio, Benito Juárez murió en la capital y Sebastián Lerdo de Tejada asumió el cargo de presidente interino. A causa de ésto, ya no tenía sentido pelear, así que Díaz y sus seguidores declinaron las armas.
En 1872 se convocaron elecciones extraordinarias y Díaz se presentó nuevamente como candidato, pero fue vencido por Lerdo. El nuevo gobierno decretó amnistía para Díaz y todos sus segudores, pero a cambio se les daría de baja del Ejército Mexicano.
Porfirio Díaz atravesó una crisis económica, así que tuvo que vender su hacienda de La Noria e irse a vivir al estado de Veracruz, donde trabajó como asociado en una finca dedicada al cultivo de azúcar y como carpintero. Durante éste tiempo inventó una mecedora integrada con un abanico automático.
En 1874, Porfirio ganó un cargo de diputado federal. En uno de los primeros dictámenes de la nueva Cámara de Diputados, se hizo la propuesta de disminuir la pensión de los militares retirados. Porfirio y varios diputados veteranos se opusieron fervientemente a ésta injusticia. Porfirio terminó por ser convencido de dar un discurso para oponerse a la propuesta, pero como carecía de habilidad para la oratoria, tras varios intentos de formular un discurso adecuadamente, no pudo hacerlo y comenzó a llorar en público. Ésto le trajo un sinfín de burlas y críticas humillantes. La opinión pública sobre él se deterioró considerablemente.
A pesar de ésto, las políticas radicales y anticlericales de Lerdo de Tejada hicieron que el movimiento porfirista ganase cada vez más partidarios. En las elecciones presidenciales de 1876, Porfirio se enfrentó a Lerdo presentándose como candidato para el cargo.
Durante la campaña política, la policía secreta de Lerdo saboteó a Porfirio, reprimiendo a sus seguidores. Ésto causó aún más descontento entre la población y le restó apoyo al gobierno lerdista. El 10 de enero de 1876, con el apoyo de varios militares y de la Iglesia Católica, Porfirio lanzó el Plan de Tuxtepec, llamando a la población a lazarse en armas contra Lerdo de Tejada.
A pesar de ésto, la mayor parte del ejército permanecía leal a Lerdo y los porfiristas pronto empezaron a tener derrotas. Cuando la victoria de los lerdistas era prácticamente segura, Porfirio se embarcó hacia Cuba haciéndose pasar por un médico español de nombre Gustavo Romero. Una vez en Cuba, consiguió armas y varios adeptos entre los esclavos que había ahí.
Al regresar a México, los porfiristas comenzaron a tomar territorio y después de varias batallas, lograron finalmente derrotar a los lerdistas. Tras entrar en la capital, Porfirio se erigió como presidente provisional. Sin embargo, un antiguo partidario de Lerdo llamado José María Iglesias argumentó ser el sustituto constitucional del presidente y se acuarteló en Guanajuato junto a sus seguidores. A causa de ésto, Porfirio dejó la presidencia en manos de Juan N. Méndez y el 22 de diciembre salió de la capital justo a 5000 soldados para enfrentar a los seguidores de Iglesias, llamados "decembristas".
En marzo de 1877, los porfiristas los derrotaron. Tras negociar, Iglesias accedió a reconocer a Porfirio como presidente si éste le otorgaba el puesto de gobernador en su estado natal, Michoacán.
En la mañana del 5 de mayo de 1877, Porfiro Díaz se convirtió en presidente de México al protestar su cargo ante el Congreso de la Unión, después de haberse celebrado elecciones extraordinarias.
Primer Mandato Presidencial
Durante éste período, el positivismo propuesto por el filósofo francés Augusto Comte obtuvo fuerza y Porfirio decidió aplicarla a su gobierno bajo los postulados de orden , Paz y progreso.
El principal objetivo de Díaz durante éste período fue ganarse la confianza de Estados Unidos. El entonces embajador estadounidense en México, John Watson Foster (que pertenecía la misma logia masónica que Lerdo), se negó a negociar con México e intentó evitar a toda costa que el gobierno estadounidense reconociera el de Porfirio Díaz. A pesar de ésto, Porfirio pagó por completo la deuda que México tenía con Estados Unidos.
Otro de los objetivos a los que Porfirio dio prioridad durante éste tiempo fue a la pacificación del país, pues desde que México se independizó, eran comunes las bandas de saqueadores de caminos que asaltaban a la gente. Asimismo, había grupos armados que amenazaban La Paz en la nación. Porfirio mobilizó a los ejércitos más consolidados para enfrentarlos y para evitar la corrupción, colocó a sus oficiales militares de mayor confianza como gobernadores y jefes del Ejército.
Para 1878, casi se había logrado pacificar al país, así que Porfirio comisionó a su secretario de hacienda José Yves Limantour para que viajase a Estados Unidos liderando una campaña de promoción mexicana. Ésta difusión de la cultura mexicana logró que el entonces presidente estadounidense Hayes enviara una comitiva de empresarios estadounidenses a México, pero nuevamente, el embajador Foster trató de disuadirlo para que no reconociera el gobierno de Porfirio. A pesar de ello, Hayes reconoció oficialmente el gobierno de Porfirio Díaz la tarde del 9 de abril de 1878.
A pesar de los beneficios que Porfirio había traído al país, al aproximarse las elecciones comenzaron a ocurrir levantamientos armados apoyando a los distintos candidatos (éstos alzamientos eran algo extremadamente común en la época, así que no representaban inconformidad con el gobierno porfiriano). Sin embargo, también ocurrieron algunos levantamientos indígenas en algunas zonas del país.
De todos los alzamientos, el más importante ocurrió el 14 de junio de 1879, cuando un grupo de lerdistas armados desembarcaron en el Puerto de Veracruz y atacaron la ciudad. Los militares consiguieron repeler el ataque y rápidamente apresaron a los lerdistas. Cuando el gobernador de Veracruz le informó a Díaz sobre los hechos, éste simplemente envió un mensaje cifrado con dio la instrucción de ejecutar a los atacantes prisioneros. El mensaje decía textualmente: "Mátalos en caliente y después averiguas".
A finales de 1879, la esposa legal de Porfirio, Delfina, enfermó gravemente de pulmonía y los médicos no le dieron esperanzas, así que decidió casarse por la iglesia. Porfirio le solicitó ésto al arzobispo de México Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, quien le pidió su abjuración por haber proclamado públicamente la constitución liberal de ideas masónicas y anticlericales. Porfirio redactó su retracción formal, así que el 7 de abril, un enviado del arzobispo ofició el matrimonio católico. Delfina murió al día siguiente.
El 1 de diciembre de 1880 terminó el turno presidencial de Porfirio, y tras una campaña política sin contratiempos, el general Manuel del Refugio González Flores fue electo presidente.
Durante el Gobierno de Golzález Flores
Entre las varias reformas que el general Flores realizó, se emitió una nueva moneda de níquel que sustituyera a la circulante, de plata. Ésto trajo consigo una crisis económica y estuvo a punto de desatar una guerra civil. La intervención de Porfirio Díaz fue lo que salvó al país de dicha guerra.
Posteriormente, Porfirio Díaz fue nombrado ministro de fomento. En 1881 comenzó a tomar clases de idioma inglés con Carmen Romero Rubio, con quien terminó por entablar una relación sentimental. El 5 de noviembre de 1881 se casaron.
Tras elecciones estables, Porfirio se volvió gobernador de su natal Oaxaca durante un tiempo, pero luego volvió a su cargo de ministro de fomento. Unos meses más tarde visitó Estados Unidos y fue recibido por el entonces presidente Chester A. Arthur y por el inventor Thomas Alva Edison.
Cuando regresó a México, Porfirio fue lanzado como candidato presidencial una vez más, ésta vez al mando de su propio partido político: el Partido Nacional Porfirista. Tras una campaña política apoyada por los sectores de la Iglesia Católica y los empresarios, obtuvo el triunfo y se convirtió en presidente el 1 de diciembre de 1884. Estaba comenzando una era dorada que traería prosperidad a México, dicha época es conocida como "El Porfiriato".
El Porfiriato
Se le llama así a la época de más de 30 años en la que Porfirio Díaz fue presidente de México. Ésta época le trajo a México el orden y la seguridad tan necesitadas tras tantos años de constantes y destructivas guerras civiles. Los criminales fueron perseguidos y los bandoleros asaltantes ejecutados.
Ésta paz, llamada "Paz Porfiriana", consiguió que la cultura y la ciencia se desarrollaran en el país. Florecieron la literatura, pintura, música y escultura. Bajo el mandato de Porfirio se construyeron bibliotecas, institutos, museos, academias, monumentos, galerías y palacios. También se fundaron sociedades científicas y asociaciones culturales.
Durante éste período, Porfirio aprendió también idioma francés y su gobierno fue principalmente civil, a pesar de ser él mismo un ex-militar. El gabinete de Porfirio Díaz estaba conformado ya no sólo por militares, sino por abogados, economistas y científicos.
Numerosas vías férreas fueron construidas para comunicar las ciudades y los recientes inventos y avances tecnológicos como el teléfono y la nueva maquinaria industrial fueron introducidos por primera vez a México. Así mismo, se introdujeron la luz eléctrica, la fotografía y el cine.
La economía se fortaleció, llegando a valer más la moneda nacional (peso) que el dólar. Se permitió la inversión extranjera y las exportaciones aumentaron considerablemente. México dejó de ser un país pobre y aislado para pasar a ser formar parte de los países desarrollados y ser un centro cultural de importancia mundial. En 1909, Porfirio nacionalizó todos los ferrocarriles en suelo mexicano.
Durante el Porfiriato, todo tipo de industria se fortaleció de manera importante, desde la agropecuaria y textil hasta la metalúrgica y eléctrica. Se generaron productos como oro, plata, chile, garbanzo y azúcar.
En la literatura y el arte floreció el nacionalismo. Se realizaron importantes hallazgos arqueológicos y la cultura mexicana se dio a conocer en El Mundo. También, varias de las principales industrias fueron nacionalizadas. Se considera a Porfirio como el presidente mexicano más nacionalista de todos.
En la arquitectura y la moda, sin embargo, era clara la influencia europea, principalmente francesa. El el caso del ejército, fue modernizado y tomó un modelo más semejante al prusiano.
La relación del gobierno porfiriano con la Iglesia Católica fue buena. El clero fundó escuelas y hospitales. También se permitió el regreso de la orden de los jesuitas. Es sabido que, en la intimidad, Porfirio Díaz se declaraba como Católico, Apostólico y Romano. El único desacuerdo fue cuando el sacerdote oaxaqueño Eulogio Gillow pidió al presidente firmar un concordato con Vaticano, pero el presidente se negó.
En el ámbito de las relaciones internacionales, México no sólo comerciaba con Estados Unidos, como había hecho siempre, sino que ahora también comerciaba con países europeos como Francia, Inglaterra y España.
Asimismo, Porfirio se reeligió en varias ocasiones consecutivas, haciendo que el Porfiriato durase más de 30 años. Ésto causó cierto descontento entre algunos sectores de la población.
Sin embargo, todas las mejoras y avances no evitaron que hubiesen malas condiciones de vivienda en algunas comunidades indígenas aisladas y pueblos mineros, así como como con trabajadores de haciendas. Ésto ocasionó protestas y en algunos casos, los indígenas (sobre todo los yaquis, que fueron los más afectados), iniciaron rebeliones contra el gobierno.
Las rebeliones fueron suprimidas relativamente rápido. Porfirio Díaz mantuvo el orden con puño de hierro.
Revolución Mexicana, Exilio y Muerte
Eventualmente, tras 35 años en el poder, el político masón Francisco I Madero inició una revolución armada contra Porfirio Díaz y tras un año de combates, éste renunció al cargo. Porfirio fue exiliado junto con toda su familia, quienes dejaron el país a bordo de una embarcación alemana llamada "Ypiranga".
Al primer país al que llegaron fue a España, donde un grupo de manifestantes comunistas los recibieron con insultos y acusaciones. Después, la familia Díaz prosiguió su viaje por Suiza y finalmente llegaron a su destino, Francia. Ahí, Porfirio visitó y conversó con los veteranos franceses que habían luchado contra México años antes, y contra quienes él había combatido en su juventud. También, visitó la tumba de Napoleón Bonaparte, y para su sorpresa, el general francés Gustave León Niox sacó la espada utilizada por Napoleón en la Batalla de Austerlitz y se la obsequió a Porfirio, quien no se consideraba merecedor del arma, pero el general francés replicó: "Nunca ha estado en mejores manos".
Los Díaz pasaron algunos años viajando por distintos lugares de Europa hasta que finalmente se establecieron en Francia.
Porfirio Díaz murió el 2 de julio de 1915, en la ciudad de París. Sus restos descansan en el Cementerio de Montparnasse.
Frases Célebres
- "Poca política y más administración".
- "¡Mátalos en caliente!"
- "Orden y Progreso".
- "¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".
- "En éste ocaso de mi vida, sólo un deseo me queda: La dicha de mi país, la dicha de los míos".
Legado
A Porfirio Díaz se le debe muchísimo, pues hizo que un país pobre y destruido a causa de los conflictos constantes resurgiera de las cenizas de la guerra para volverse una gran nación culta y económicamente poderosa. Gracias a su gobierno fue que toda la tecnología moderna de la época llegó a México.
Sin duda alguna, Porfirio Díaz es uno de los personajes más importantes e icónicos de la Historia de México.
A pesar de todo lo bueno de su gobierno, en la actualidad es duramente criticado y difamado por los comunistas y grupos antifascistas. Sin embargo, historiadores revisionistas y grupos nacionalistas están trabajando en limpiar su nombre y dar a conocer a la gente una versión más real de la Historia. Dicha versión ha ganado tal aceptación en los últimos años, encuestas realizadas a la población mexicana han revelado que más del 50% de los encuestados reconocen lo positivo del Porfiriato e incluso apoyarían a Porfirio.
Dicha aceptación también ha ocasionado que tras años de ignorarlo, recientemente, algunas calles y escuelas lleven su nombre.
Asimismo, muchos han hecho público su deseo de que los restos de Porfirio sean repatriados a su natal México.