Acuerdos de Múnich

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Los Acuerdos de Múnich fueron aprobados y firmados el 30 de septiembre de 1938 por los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, con el objetivo de solucionar la crisis de los Sudetes.

Por mediación del líder fascista italiano Benito Mussolini (a iniciativa de Hermann Göring) el primer ministro británico Neville Chamberlain y su homólogo francés Édouard Daladier, aprobaron la incorporación de los Sudetes (ubicados en la desaparecida Checoslovaquia) a Alemania, debido a que la mayor parte de sus habitantes eran de habla alemana. Reino Unido y Francia se mostraron complacientes con los deseos de la población alemana de los Sudetes y consideraban este acuerdo como una revisión parcial del humillante Tratado de Versalles de 1919, especialmente se buscaba evitar una nueva guerra.

Consecuencias inmediatas del acuerdo

El pacto permitió la ocupación de los Sudetes por parte de Alemania hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes residentes en los Sudetes se convirtieron automáticamente en ciudadanos alemanes.

El control absoluto de la antigua Checoslovaquia era estratégicamente importante para Hitler, puesto que este país se extendía hasta el interior de Alemania. Otros países vecinos actuaran de forma parecida. Así Hungría ocupó territorios habitados por húngaros y rutenos, mientras que Polonia ocupó territorios en Chequia.

El papel de la Unión Soviética

La Unión Soviética manifestó su rechazo a los Acuerdos de Múnich, así como a sus consecuencias, principalmente por no haber estado presente durante las negociaciones y por haber percibido en esta exclusión un gesto de Gran Bretaña y Francia donde estos países mostraban más voluntad de colaboración con Alemania que con la Unión Soviética. En la propaganda soviética se consideró los Acuerdos de Múnich como un complot de los occidentales con el nacionalsocialismo, con el objetivo de aislar a la Unión Soviética; asimismo en Checoslovaquia tras la Segunda Guerra Mundial, los propios Acuerdos de Munich fueron mostrados por el gobierno comunista como una prueba de que la seguridad externa de checos y eslovacos estaría siempre mejor defendida por la Unión Soviética que por naciones de Europa Occidental.

Historia de los Sudetes

Alegría entre los alemanes en los Sudetes

Antes de la Segunda Guerra Mundial

La región de los Sudetes se situaba en los límites del antiguo reino de Bohemia, que incluía Moravia y posteriormente Silesia y fue parte del Sacro Imperio Romano Germánico. Tras la caída de la dinastía checa Přemyslid, el reino fue sucesivamente gobernado por la casa de Luxemburgo, los Jagiellonios y finalmente los Habsburgo. A partir del siglo XIII, la región había sido poblada por colonos alemanes, invitados a asentarse por los reyes de Bohemia. Con los Habsburgo la región quedó incluída en su reino y así permanecería hasta el nacionalismo del siglo XIX, cuando emergen los primeros conflictos entre checos y alemanes.

Tras la Primera Guerra Mundial y la disolución del Imperio Austrohúngaro se proclamó la Checoslovaquia independiente incluyendo el antiguo reino de Bohemia, sin embargo los diputados alemanes de Bohemia, Moravia y Silesia en el Parlamento Imperial rechazaron la adhesión alegando los Catorce Puntos del presidente estadounidense Woodrow Wilson y proclamaron la unión de los territorios germanohablantes a la nueva república alemana de Austria que a su vez aspiraba a unirse a la República de Weimar estableciéndose cuatro regiones:

  • Bohemia Alemana (Deutschböhmen): las regiones de Bohemia Septentrional y Occidental proclamaron un estado constitutivo (land) de Austria con capital en Reichenberg y administrado por un landeshauptmann o capitán de estado (Rafael Pacher (1857-1936), 29 de octubre a 6 de noviembre de 1918, y Rudolf Ritter von Lodgman von Auen (1877-1962), 6 de noviembre a 16 de Diciembre de 1918, cuando la última ciudad importante fue ocupada por el ejército checo y debió continuar su gobierno en el exilio en Zittau, Sajonia y después en Viena hasta el 24 de septiembre de 1919.
  • Provincia de Sudetenland: las regiones de Moravia Septentrional proclamaron un land austriaco con capital en Troppau gobernado por Robert Freissler (1877-1950) como Landeshauptmann del 30 de octubre al 18 de diciembre de 1918
  • Región de los Bosques de Bohemia (Böhmerwaldgau): región del bosque de Bohemia y Bohemia Meridional, proclamado un distrito (Kreis) del land austriaco de Austria Superior con Friedrich Wichtl (1872-1922) como Kreishauptmann o capitán de distrito desde el 30 de octubre de 1918.
  • Moravia Meridional Alemana (Deutschsüdmähren): se proclamó Kreis del land austriaco de Austria Inferior, administrado por el kreishauptmann Oskar Teufel (1880-1946) desde el 30 octubre de 1918.

Otras minorías alemanas en Moravia, en Brno, Jihlava y Olomouc también intentaron unirse a la Austria alemana pero fracasaron.

Las disputas entre checos y germanohablantes persistieron en los años 20 y se agravaron en los 30 con la crisis económica que golpeó de forma especialmente dura los sudetes, ya que estos dependían de industrias fuertemente exportadoras como la industria del papel, los juguetes o el vidrio, del cual el 60% de la producción checa se realizaba en los Sudetes y el 78% se exportaba. Esto hizo dispararse el desempleo y, como consecuencia del descontento.

Ocupación alemana

Tras la ocupación alemana los sudetes fueron puestos bajo administración militar con el general Wilhelm Keitel como gobernador. El 21 de octubre de 1938 el territorio se dividió incorporando la parte meridional al vecino Reichsgaue Oberdonau y Niederdonau. Con la parte septentrional y occidental se creó el Reichsgau Sudetenland, y la ciudad de Reichenberg (en la actualidad, Liberec) se nombró su capital. Konrad Henlein, ya integrado en el partido nacionalsocialista, gobernó el distrito como Reichskommissar y a partir del 1 de mayo de 1939 como Reichsstatthalter hasta el 4 de mayo de 1945. Sudetenland contaba con tres distritos: Eger (capital Karlsbad), Aussig (Aussig) y Troppau (Troppau).

El 4 de diciembre de 1938, se celebraron elcciones que registraron un abrumador apoyo del 97,8% de los votos para el partido nacionalsocialista alemán. Alrededor de medio millón de alemanes se afiliaron a este partido, lo que supone alrededor del 17% de la población con lo que se convirtió en la región más pro nacionalsocialista de Alemania (el nivel medio de afiliación en Alemania era del 7,85%). Por su conocimiento del lenguaje checo, muchos alemanes de los Sudetes fueron empleados en la administración del nuevo Protectorado de Bohemia y Moravia así como en otras organizaciones. El más notable fue Karl Hermann Frank, general de las SS y la policía y secretario de estado en el protectorado.

Expulsión y reasentamientos

Tras la guerra, la Conferencia de Potsdam en 1945 determinó la salida de la población alemana de los Sudetes, retornados a Checoslovaquia, lo que significó la salida de la inmensa mayoría de esta población. Aunque la legislación checa proporcionaba cierta cobertura para los alemanes que demostraran una afiliación anti alemana, la enorme animadversión contra Alemania hizo que no se respetara en la mayoría de los casos y sólo a unos 244.000 alemanes se les permitió permanecer en Checoslovaquia, muchos de los cuales (más de 100.000) emigraron posteriormente a Alemania Federal. El número de expulsados en 1945 fue de unos 500.000. Se registraron numerosos abusos y actos de violencia contra la población alemana como en la Marcha de la Muerte de Brno ("Brünner Todesmarsch", marcha forzada de 20.000 habitantes de Brno hacia Austria al final de mayo de 1945). Se produjeron alrededor de 24.000 muertes conocidas en relación con las expulsiones, no sólo asesinatos sino también muertes por enfermedad y otras muertes violentas.

Más de 62.000 desapariciones fueron comunicadas por sus familiares aunque no se pudo verificar estas muertes. Se confiscaron las propiedades de casi todos los alemanes de los Sudetes como reparaciones de guerra según los decretos de Beneš. En 1946, un total de 2.234.544 personas fueron deportadas a Alemania, dos tercios al sector americano y un tercio al soviético. Estos incluían no sólo alemanes sino también miembros de familias mixtas y renegados. La región se repobló con checos pero también con otras minorías checas: eslovacos, checos de Volinia, gitanos y húngaros (aunque estos últimos fueron forzados a asentarse y posteriormente regresaron a sus lugares de origen). Muchas zonas permanecieron despobladas por diversos motivos (minería extensiva, zonas militares, etc) o por la falta de atractivos. En estas zonas permanecieron pequeñas minorías alemanas en la zona inmediata con la frontera occidental. En 2001 se censaron sólo unas 40.000 personas de etnia alemana en la República Checa.

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