Adrián C. Escobar

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Adrián César Escobar Acevedo (26 de agosto de 1881, Buenos Aires, Argentina - 15 de febrero de 1954, Buenos Aires, Argentina) fue un político, funcionario, diplomático y dirigente deportivo nacionalconservador argentino.

Juventud

Escobar cursó sus estudios en el Instituto Politécnico y en el Colegio Nacional de Buenos Aires, y se formó como jurisconsulto en la Universidad de Buenos Aires, doctorándose en 1902 con una tesis brillante sobre el concepto de extradición que recibió el elogio de Estanislao Zeballos -el abogado sería luego docente en esa casa de altos estudios.

Venció a Leopoldo Lugones en la lucha por la presidencia del Comité de la Juventud y desde allí se sumó a la campaña para que Manuel Quintana fuese electo presidente del país en 1904. Como recompensa fue designado secretario del mandatario.

Primer paso por el Congreso de la Nación

Luego de la muerte de Quintana en 1906, su sustituto José Figueroa Alcorta mantuvo a Escobar en el puesto. Sin embargo en 1908 ingresó como diputado al Congreso de la Nación, en representación del conservadurismo de la provincia de Buenos Aires.

Inspirado por Joaquín V. González, propuso que el territorio de La Pampa fuese convertido en provincia, para que de ese modo sus habitantes pudiesen escoger a sus propias autoridades. La idea del joven diputado era impulsar la integración de la Patagonia al país. Empero el proyecto recibió muchos cuestionamientos y terminó siendo descartado.

Otra iniciativa importante de Escobar como parlamentario fue la redacción de la ley de protección a los trabajadores que sufriesen accidentes en sus puestos, algo que sirvió para aminorar la explotación laboral en la Argentina. Esa norma fue corredactada por Escobar junto con el socialista Alfredo Lorenzo Palacios y el católico Arturo M. Bas.

En relación al desarrollo de la industria petrolera apoyó inicialmente a Luis Huergo, prestigioso ingeniero que sostenía que no debía permitírseles a las compañías extranjeras que trabajasen en territorio nacional haciendo extracciones. De todos modos terminaría modificando su posición al presentar un nuevo proyecto de ley petrolera que proponía la creación de un sistema mixto de explotación, mediante el cual tanto las empresas estatales como las privadas pudiesen operar en suelo local.

Advirtió que el imperialismo mundial del dinero se abalanzaba sobre la Argentina, razón por la cual bregó por la implementación de legislación orientada a la fiscalización de trusts y monopolios, la prohibición del dumping y el control de la especulación económica.

Tenaz opositor al presidente Hipólito Yrigoyen y a sus medidas populistas, cuestionó con agudeza a la estrategia presidencial de realizar intervenciones sobre los territorios gobernados por gente que no respondía a su partido. Como solución a la creciente degradación institucional impulsada desde la Casa Rosada, hacia fines de 1923 sugirió que la Argentina modificase su Constitución Nacional con el propósito de abandonar el presidencialismo, fusionando al Poder Ejecutivo con el Poder Legislativo para generar un mando controlado por el parlamento.

En 1924, luego de dieciséis años ocupando una banca de congresista, Escobar decidió culminar con su carrera de político y pasar a trabajar únicamente en el sector privado. En consecuencia se convirtió en asesor legal de varias empresas como la Compañía Mercantil y Ganadera del Sud y el Banco Basko-Asturiano del Plata, y, entre otros asuntos, se involucró en el desarrollo de una comuna agrícola -la Colonia Taurel- en el Chaco.

Fue un miembro destacado del Touring Club Argentino, organización que nació para fomentar el uso del automóvil en el país pero que terminó siendo clave en la construcción del turismo como cuestión pública durante la década de 1920.

Fundador del Partido Demócrata Nacional

Escobar apoyó a la Revolución del 6 de Septiembre de 1930 que acabó con el gobierno de Yrigoyen. El interventor federal de Buenos Aires, Carlos Meyer Pellegrini, lo nombró comisionado municipal de Suipacha. En esa localidad, ubicada a 125 kilómetros hacia el oeste de la ciudad de Buenos Aires, el abogado poseía una gran hacienda.

Los intentos de José Félix Uriburu de avanzar hacia un nuevo régimen político no prosperaron, por lo que para mediados de 1931 comenzó a reorganizarse la partidocracia argentina. Escobar, junto a Robustiano Patrón Costas, Luis Duhau, José Heriberto Martínez, José Arce, Ramón S. Castillo y Rodolfo Corominas Segura, participó de la creación del Partido Demócrata Nacional (PDN), una fuerza de alcance nacional y clara ideología conservadora.

Segundo paso por el Congreso de la Nación

Ante el nuevo escenario político argentino, Escobar aceptó retornar en 1932 al Congreso de la Nación para ocupar su antigua banca.

Como legislador volvió a proponer la sustitución del presidencialismo por el parlamentarismo, sugiriendo que los senadores fuesen elegidos de manera directa y sosteniendo que la Corte Suprema de Justicia de la Nación debía obrar como árbitro ante los conflictos entre los poderes del Estado.

Del mismo modo en que lo había hecho Manuel Fresco, Escobar impulsó la sanción de una ley que profesionalizase a los empleados públicos, lo que significaba la modernización de la burocracia estatal. Sin embargo esa iniciativa quedó sepultada en el olvido como tantas otras durante la Década Infame que complicaran el manejo corrupto del Estado por parte de los gobiernos liberales de la Concordancia.

En 1933 argumentó a favor de que la Argentina retornase a la Sociedad de Naciones, luego de haber abandonado a la organización en 1920 en solidaridad con los países derrotados en la Primera Guerra Mundial a los que no se les permitió incorporase en la entidad.

Como muchos de sus contemporáneos, descartó la idea de aprobar el voto femenino por considerar que en un país como el suyo esa cuestión produciría más daño que beneficio.

De todos modos quizás lo más recordado de su segundo paso por el Congreso de la Nación fue el haber motorizado junto a Carlos Pueyrredón una iniciativa para preservar al Cabildo de Buenos Aires de su demolición, respondiendo así a la hercúlea cruzada de Federico Santa Coloma Brandsen para salvar al emblemático edificio de su extinción.

Funcionario estatal y dirigente deportivo

En 1938, luego de dejar su banca de diputado nacional, Escobar asumió la conducción de la Dirección Nacional de Correos y Telégrafos. En ese puesto creó a la Comisión de Estudio y Reorganización de los Servicios de Radiodifusión con el objetivo de fomentar la radiofonía que promoviese los valores nacionales e ilustrase a la ciudadanía; ello significó emprender una campaña para obligar a la radio a no ser cómplice de la transmisión de ideologías subversivas.

Colaborador del Museo Social Argentino desde sus orígenes, fue el hombre del gobierno que ayudó a articular la iniciativa de Tomás Amadeo y Miguel de Andrea de planificar una estrategia de gobierno basada en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

Aficionado a los deportes, asumió la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino para el periodo 1939-1941. Durante su gestión se produjo la incorporación de los clubes Newell's Old Boys y Rosario Central a los campeonatos profesionales en uno de los primeros esfuerzos por federalizar a la institución. También se instauró la disputa de la Copa Escobar, un torneo especial en el que los equipos de la élite del fútbol argentino se medían en un verdadero festival de fútbol durante un fin de semana. Pero sin dudas lo más notorio fue su intento de conseguir que la Copa Mundial de Fútbol de 1942 se jugase en territorio argentino, algo que estuvo muy cerca de suceder pero la Segunda Guerra Mundial terminó por frustrar.

Carrera como diplomático

En diciembre de 1940 fue nombrado titular de la Embajada Argentina en España. Permaneció en el cargo hasta noviembre de 1942. Su actuación fue fundamental para ayudar al país europeo a iniciar su recuperación material y espiritual luego de la cruenta guerra que había padecido. Al despedirse, el gobierno español, por pedido de Ramón Serrano Súñer, lo condecoró otorgándole la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola y la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en reconocimiento a su defensa y promoción de la hispanidad.

Posteriormente fue enviado de vuelta a Suramérica para ponerse al frente de la representación diplomática argentina en Brasil. Por esas épocas se vivían momentos de tensión, debido a que mientras los argentinos mantenían su posición de neutralidad ante el conflicto bélico internacional, los brasileños ya habían intervenido uniéndose a las fuerzas enemigas del Eje. A raíz de ello existía la hipótesis de que podía desencadenarse una guerra entre Brasil y Argentina, motivo por el cual el embajador Escobar tuvo que lidiar con una situación muy delicada.

Producida la Revolución del 4 de Junio de 1943 fue removido de su cargo y reemplazado por Arturo Rawson. Consiguientemente retornó al país y continuó trabajando en la órbita del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

A comienzos de 1944 se reubicó en los Estados Unidos de América para convertirse en el máximo responsable de la Embajada Argentina de ese país. En julio el gobierno estadounidense acusó a la Argentina de haber sido un socio directo del Tercer Reich. Eso despertó la indignación del presidente Edelmiro Julián Farrell, que le ordenó a Escobar retornar al país.

En 1945 fue enviado nuevamente a Europa para desempeñarse durante unos meses como representante diplomático argentino en Francia.

Años peronistas

Siendo uno de los máximos referentes del PDN, mantuvo una entrevista con Juan Perón en la que, según cuenta el propio militar, Escobar le ofreció su estructura partidaria pero él la rechazó argumentando estar por encima de la partidocracia.

Su nombre apareció en las páginas del Blue Book on Argentina, un informe del gobierno estadounidense en el que se lo acusaba de haber operado como un elemento de conexión entre los gobiernos argentinos y alemanes durante sus años en España.

Pese a haber sido tentado para incorporarse al Partido Independiente, finalmente no lo hizo y terminó deviniendo un antiperonista.

En 1951 fue encarcelado debido a su participación en el fallido alzamiento contra Perón que encabezara Benjamín Menéndez.

Fue miembro de muchos clubes sociales y asociaciones civiles entre las que se destaca la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.

Bibliografía

  • Extradición. Buenos Aires: Borzone, 1902.
  • Ideas de gobierno y política activa. Buenos Aires: Optimus, 1934.
  • Mi gestión en Correos y Telégrafos. Buenos Aires: Talleres Gráficos de Correos y Telégrafos, 1940.
  • Palabras Americanas. Tres discursos sobre política internacional. Buenos Aires: Imprenta López, 1943.
  • Diálogo íntimo con España. Buenos Aires: Club de Lectores, 1950.

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